― ¿Le vas a hablar? ― Preguntó Irin robándole una papa a Becky quien le dio un manotazo para que dejara de hacerlo.

―Sí.

― ¿Que le dirás? ― Habló con la boca llena.

—Sólo quiero preguntarle porque me vio la cara de idiota.

―Es que la tienes. ― Rio codeándole ganándose un codazo por parte de Becky. ―Una idiota prepotente.

―Cállate y sigue comiendo. ―Rodó lo ojos bebiendo de su gaseosa.

Se mordió el labio nerviosa, no sabía exactamente qué le iba a decir a Freen, quería saber por qué le había mentido, pero no quería ser brusca―algo imposible para Becky, siempre era algo venenosa con sus palabras―y en realidad eso la mantenía aún más aturdida y nerviosa. ¿Por qué le preocupaba si quiera ser brusca con Sarocha? no quería saber la respuesta ya que le pondría los nervios más de punta.

Le dio una mordida a su hamburguesa y dándole un último manotazo a Irin posó su atención a la puerta del comedor, que era abierta por Freen y su grupo de amigos, aquel grupo que genuinamente brillaba por la sonrisa de Freen quién ahora le sonreía y ondeaba su mano en su dirección, devolvió el gesto con la misma sonrisa, viendo desde la distancia a Freen e inconsistentemente siguiendo sus pasos.

― ¿Te gusta Freen? ― Irin rompió su atmósfera de tranquilidad hablando casi a su oído.

―No, claro que no. ― La miró indignada, aquello sonaba tan descabellado en su cabeza que no pudo evitar reírse.

―Parece que sí, la sigues con la mirada a todos lados. ― Codeó moviendo sus cejas molestándola. ―Serían un bonito contraste, tú toda malota y ella todo un pastelito de vainilla.

―Ajá. ―rio nuevamente rodando los ojos y dándole otra mordida a su hamburguesa.

―Los polos opuestos se atraen.

―En la ciencia, en magnetos, nosotras somos personas.

―Por leerte un par de conceptos ya te crees una gran física ¿ah? ―se burló Erin. ―No te hace daño admitir que por lo menos Freen te atrae.

En realidad, le hacía daño a su orgullo, no era una mentira que Freen fuese una persona completamente bella que podría tenerte a sus pies cuando quisiera, pero todo en Freen era lo que siempre Becky había rechazado.

Ya que todo ese brillo, amabilidad y dulzura siempre le daban mala espina, las personas muy buenas siempre solían usar una máscara, claro que no sabía si era el caso de Freen, pero había logrado desconfiar de cierta forma de ella por el secreto de su prima y en cómo la había estado ayudando para que se acercara a ella.

―Acaba tu hamburguesa que necesitamos ir al salón para el examen de física.

―Sí apruebas ese examen te compro el almuerzo todo el año.

―Lo aprobaré, estuve estudiando todos los días. ― Se jactó dándole una última mordida a su hamburguesa.

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A veces las cosas no salen como uno quiere, Becky lo sabe bien, quería gritar a los cuatro vientos por toda la frustración acumulada en su cuerpo, estaba que explotaba de la ira.

El examen para el que había estudiado como un maniaca se lo habían suspendido y todo por una tontería, una estupidez enorme. Le habían suspendido el examen solo por haberle prestado una goma a Irin ¡solo por eso!, en definitiva, el maestro la tenía contra ella.

Había recorrido todo el instituto buscando al profesor para pedirle alguna oportunidad de repetir el examen, ni siquiera había podido poner la fecha, es por eso que ahora estaba afuera de un salón desconocido para ella esperando al profesor para pedirle una oportunidad que obviamente se merecía.

Mordía su labio inferior arrancando las pieles secas de este mientras magullaba más su labio calmando sus ganas de explotar, el salón abrió sus puertas y buscando en la multitud pudo dar con el profesor, también con Freen.

― ¡Profesor Tong! ― Llamó la atención de este.

―Becky, ¿qué haces por aquí? ― Habló Freen a su lado.

Becky ignoró a Freen y caminó hasta el profesor para poder hablar con él, el hombre se detuvo ante su llamado y mirándola de pies a cabeza se puso delante suyo.

― ¿Ahora con que saldrás? ― Preguntó acomodándose los lentes.

―Yo en verdad no hacía trampa, solo le prestaba una goma a Irin.

― ¿Cómo aquella vez que te atrapé con un papel en la goma?

―Puedo hacer los ejercicios frente a usted, si así lo quiere. ―Rogó. ―Pero, por favor, deme otra oportunidad, yo-

―Ella ha estado estudiando todos los días en la biblioteca, señor Tong, yo siempre la veía estudiar ahí, ella sabe de lo que iba su examen. ― Habló Freen al lado de Becky.

― ¿Ahora necesitas que alguien más hable por ti y te defienda? ― Negó con la cabeza. ―El examen lo tienes suspendido, punto. Nos vemos en verano.

Y dicho eso el profesor le dio la espalda para seguir caminando, ignorando los ruegos de Becky.

Lo único que se le vino a la cabeza fue las horas perdidas en la biblioteca, todo para ser castigada injustamente.

―Trataré de hablar con él. ― Dijo Freen a su lado. ―Se que te dará una oportunidad si le demuestras que en verdad te interesa-

―Una oportunidad. ― Murmuró interrumpiéndole. ― ¿Así como tú prima con una novia?

― ¿Qué?

―Oh, vamos Freen, tú prima, con quien me has estado "ayudando" tiene una novia. ―comentó Rebecca con sarcasmo.

― ¿De qué hablas?

―Basta. ― Frotó su ceño mientras se alejaba de Freen.

―Becky, ¿de qué hablas? ― Freen caminó a su lado.

―Te dije que basta. ― La miró con un ceño fruncido deteniéndose. ―No necesito tu ayuda, Freen, no necesito tu acto de buena samaritana para que luego te estés burlando de mí.

―Yo no sabía que Charlotte tenía una novia.

―Si, ajá. ― Rodó los ojos. ―Mira que lo que ahora más me jode es que te hayas metido cuando estaba hablando con Tong, no tenías por qué hacerlo, me jodiste la oportunidad para dar un nuevo examen.

―Quería ayudarte. ―Susurró.

―Pues lo único que hiciste fue joderme la oportunidad. No necesito tu ayuda, Freen, no la necesito para que después me veas la cara de idiota.

No debería de estar desfogando su enojo con Freen, estaba actuando como una idiota, bueno, Becky era un idiota.

Freen frunció el ceño, ella solo hacía las cosas de buen corazón, nunca tuvo la intención de engañar o dañar de alguna forma a Becky, solo le ofrecía su ayuda por ser una buena persona.

―No tienes por qué hablarme así. ― Se defendió. ―Yo sólo quería ayudar, porque en primera fuiste tú quien vino a pedir mi ayuda para estar con Charlotte, como te dije yo no sabía nada de Charlotte y alguna novia, ella es reservada con sus cosas. Y también quise ayudarte con el profesor Tong porque sé que tú estuviste todas las tardes en la biblioteca estudiando.

―Y como dije yo, no necesito tu ayuda, Freen.

―Bien, entonces vete al diablo. ― Aún con el ceño fruncido se alejó de Becky. ―Idiota.

He ahí otra amistad arruinada por el mal carácter de Becky y su actitud explosiva por el mínimo error, en el trayecto de su vida había arruinado unas cuantas amistades, pero ninguna le había dolido como esa.

Porque nunca le había importado que alguien la llamase idiota con tanto rencor hasta que Freen lo había hecho y se sentía estúpida, por dos razones: La primera porque no debía de haberse portado de esa manera con Freen, ella no tenía nada de culpa con su infortunio y en segunda porque quería ir corriendo hacia Freen para pedirle perdón.