𝟬𝟮 | Rosita
Las últimas semanas habían pasado tan pesadas que Becky necesitaba un buen descanso.
En primer lugar, los exámenes habían sacado toda la paciencia de su cuerpo, ingiriendo cantidades masivas de café y chocolate, todo para permanecer despierta durante las noches.
En segundo lugar, había tenido que dividir su tiempo entre estudiar y asistir a las peleas que habían sido programadas para su agenda, lamentablemente, no podía echarse atrás pues estas habían sido programadas incluso antes de que sus roles de exámenes salieran a la luz, y por último-pero menos importante- Charlotte seguía ignorándola, trataba y trataba de conseguir hablarle aunque sea por un microsegundo pero nunca lo lograba siempre le evadía y cortaba con la frase "si no es algo de la biblioteca, por favor no me hagas perder el tiempo", pasaba un par de horas en la biblioteca hundida en libros y silencio pacifico, constantemente observando a Charlotte, pudo notar que tenía una pequeña rutina donde sonreía un par de minutos cuando la misma pelirosa venía a visitarle y dejarle una lonchera, a veces envidiaba que la chica tuviera la atención de Charlotte.
Al final se había dado por vencida, había dimitido de su plan de acercarse por sí sola a Charlotte y conseguir por lo menos su número, la chica era tan difícil que tenía que recurrir a la ayuda, aunque no quisiera.
Tenía que recurrir a Freen pues la pelirosa había sido a la única persona que observó que era cercana a Charlotte.
Había escuchado hablar sobre Freen un par de veces, sobre todo por sus amigos que se veían encantados por todo lo que era la pelirosa. La había observado de pasada en la cafetería o en el campus, no sabía cuál era toda la maravilla que las personas hablaban de ella.
Era linda, si, muy linda, pero no veía todo el brillo que las personas decían que destilaba.
Tal vez era por la apariencia tierna de la pelirosa, pues constantemente se veía como una adorable hada, siempre vestida de forma elegante y tierna, siempre con una sonrisa en el rostro y aquel brillo en sus ojos. Pero Becky no veía aquel brillo que tenía a todos babeando, solo veía a una simple chica de cabellos rosados que se vestía adorablemente.
—Bien ¿ya estás lista para conocer a la pequeña Freen? —Preguntó Irin mientras frotaba sus muslos denotando nervios.
Becky soltó una ligera risa mientras se recostaba sobre el sofá y se sentaba de una forma autoritaria, casi ocupando el espacio personal de Irin.
El par de amigas se encontraba en el salón de descanso, agradecían al comité estudiantil que hayan hecho algo bueno por todos, pues podían sentarse a procrastinar en las horas libres o bien terminar alguna tarea y tal vez jugar algo ahí dentro, ahora mismo Irin y Becky lo usaban de la correcta forma, sentadas disfrutando la comodidad del sillón, esperando a la persona que vendría.
—Te vas a mear si sigues así de nerviosa. —Habló mientras miraba con burla a su amiga. —Solo es Nam mujer, ya la has visto un millón de veces.
—Déjame. —Golpeó el costado de su amiga. —Ella me gusta, por eso me pongo así.
—Te diría que se te pasa cuando te la folles, pero como ya lo hiciste. —Se encogió de hombros. —Te encaprichaste con la niña.
—Tú también te encaprichaste con Charlotte, no me jodas.
Si y no. Pensó.
Charlotte le atraía y mucho, pero no de la forma en la que Irin babeaba por Nam, era simplemente diferente. Mientras que Irin se ponía toda tímida cuando la presidenta de la clase aparecía, Becky trataba de coquetear a toda costa con la bibliotecaria. Era un encaprichamiento diferente: el de Irin era más tierna e incluso romántica y el de Becky era pasajero hasta que pudiera tener a Charlotte.
Como siempre pasaba.
—¿A qué hora vendrá? —Preguntó impaciente.
—Ya debe de estar en camino. —Irin sacó su celular y miro la hora.
Cuando dirigió la mirada hacia la puerta y puso la cara de boba Becky supo que Nam ya estaba ahí, soltó una risilla viendo como su amiga prácticamente le movía la cola a la chica. Solo faltaba que sus ojos saltaran con forma de corazón en dirección de la chica.
La castaña se sentó frente a ellas con una sonrisa, arreglando sus cabellos a un lado y acomodando sus lentes se acomodó en el sillón.
Dios mío, Gummy disimula un poco. Pensó.
—Hola Irin, Hola Becky. —Saludo. —¿Para qué me querían ver?
—Hola phi. —Sonrió Irin. —Necesitamos tu ayuda.
—Eso ya lo sé. —rio. —Pero... ¿Para qué?
—Iré al grano. Becky quiere hablar con Freen.
Nam abrió sus ojos sorprendida mirando a Becky.
—Así que... Freen. —Movió sus cejas de forma juguetona. —Sabía que algún día también ibas a caer en sus encantos, no vayas a jugar con ella sino te mato.
—Nada de eso, quiero hablar con ella porque Freen es cercana a la bibliotecaria. —Respondió desinteresada.
—Oh... ¿Charlotte?
—Si, Becca esta con un flechamiento enorme por quien ni siquiera la mira. —Se burló Irin. —Por eso quiere hablar con Freen.
—¿Entonces por qué no solo fueron donde Freen y ya? —Cuestionó la pelinegra.
—Irin quería verte. —Se burló Becky.
Después de una breve explicación sobre "tu conoces a Freen, es tu amiga, sería raro que nosotros vayamos y solo le habláramos como si nada" por parte de Irin, las tres se encontraban caminando por los pasillos del colegio, era su hora libre por lo que no iba a ser un problema estar paseándose en busca de la pelirosa.
Becky se dio cuenta de que entraron a la sección de bellas artes pues podía reconocer perfectamente el olor de la pintura en aerosol e incluso podía escuchar el sonido que producía, Becky amaba la sección de bellas artes, si pudiese solamente pasaría las materias de esa sección, pero no podía, no hasta terminar, pues era necesario que se memorice muchas cosas que no le iban a servir en su futura carrera.
La castaña se adelantó a las dos chicas y fue a abrir una puerta de la cual salía una melodía acompañada de ligeros tarareos, Nam las llamó para que se apresuraran sin hacer mucho ruido. Irin tomó a Becky de la mano y la jaló hasta llegar a la puerta.
En cuanto Becky entró vio una menuda figura frente a un gran espejo, sosteniéndose de la barra de madera mientras extendía su pierna izquierda e irguiendo su brazo sobre su cabeza, estirándose de una forma tan elegante y cautivadora, a la cual no se pudo negar observar con cautela. Parecía que las tres se habían quedado paralizados al ver la ligereza con la que Freen empezaba a moverse, al ritmo de la dulce melodía de piano que sonaba de alguna parte del salón.
Freen estaba tan absorta practicando que nunca se dio cuenta que tres pares de ojos la observaban con cautela y admiración, sobre todo que uno de ellos la observaba con fascinación, perdiéndose en los suaves movimientos del cuerpo de la bailarina, mirando y admirando como la cara de esta denotaba mucha tranquilidad con los ojos cerrados y con una diminuta sonrisa.
La melodía seguía sonando mientras que las tres estaban varadas en la puerta sin hacer ningún ruido, pues creían que si hacían algún ruido interrumpirían la gran inspiración que tenía ahora Freen. Becky siguió observando, tal vez empezaba a entender la fascinación que todos tenían por Freen, tal vez.
No pudo evitar bajar la vista al cuerpo de Freen pues sería un delito no admirar el pequeño cuerpo en mallas frente a ella. Tragó duro cuando su vista se instaló en el voluminoso trasero de la bailarina que se veía apetitoso y sumamente apretado en esas mallas negras, bajó por los contorneados muslos cubiertos de la tela negra y nuevamente tuvo que tragar duro, ahora se encontraba tan ensimismada en observar a la pelirosa que no se dio cuenta de la mirada cómplice que tenían Irin y Nam, mirando sorprendidos a la hipnotizada Becky.
Su perdición fue cuando empezó a recorrer con la mirada la nívea y rosácea piel, soltó un insonoro jadeo cuando se dio cuenta de los labios voluminosos que adornaban el delicado rostro de la bailarina, soltando otro jadeo sonoro cuando descubrió la diminuta cintura de Freen, siendo este su sentencia de muerte, siendo atrapada por los ojos de la bailarina.
Freen abrió sus ojos asustada e hizo un movimiento en falso cayendo al piso, Nam se asustó y corrió hasta su amiga sentada en el piso.
—¿Estas bien, Freenky? —Preguntó acariciando la pantorrilla de Freen, creía que se había lastimado.
Freenky.
—Si, tranquila, no me hice nada. —Sonrió.
—Cayó sobre su trasero, es obvio que no se iba a hacer nada. —Comentó Becky.
Se ganó un codazo por parte de Irin y una mirada de regaño por parte de Nam. Esperaba que Freen le mirara feo, pero, al contrario, Freen solamente soltó una risilla, contagiando a Becky también.
—Freenky, Irin y Becky quieren hablar contigo. — decía mientras ayudaba a Freen a que se parara.
Freen asintió mientras les daba la espalda e iba por un abrigo, le ponía cohibida que personas con las cuales no hablaba le vieran en sus mallas de ballet. Y con mucha razón se cohibiría, pues Becky tenía su vista puesta únicamente en el trasero de Freen. Becky trató con todo el esfuerzo del mundo, enserio que trató, pero no pudo evitar alzar una ceja mientras admiraba las redondas que se veían los glúteos de Freen.
—Disimula. —Murmuro Irin mientras pegaba otro codazo en el costado de Becky.
Becky asintió rodando los ojos, Irin era la menos indicada para decirle que disimule.
—Hola. —Saludo Freen sonriendo, ya con el abrigo puesto. — ¿De qué quieren hablar conmigo?
A eso se referían con brillar. Se dijo a si mismo mientras veía la sonrisa llena de vida de Freen.
—Becca quiere hablar contigo. —Respondió Irin. — Tiene un flechamiento con alguien que conoces.
—¿Oh, enserio? —Sonrió Freen, ahora haciendo que sus ojos se transformen en medias lunas. —Eso es muy lindo, dime quien es y yo hago de su cupido.
—La bibliotecaria. —Dijo Becky.
—Oh, ¿¡Charlotte!?—Pregunto emocionada dando saltitos.
—Si...
—Charlotte es mi prima. —Comentó feliz.
—¿Enserio? —Con un ceño fruncido y una cara que denotaba confusión preguntó.
Freen asintió sonriéndole de nuevo.
Aquello le confundía, ¿cómo alguien como Charlotte podría ser familiar de alguien como Freen?
Entendía que la familia no debía ser similar y casi idéntica, todos tienen su identidad propia. Pero...Freen era tan rosita que ni en mil años se le ocurriría relacionarla de alguna forma con Charlotte.
—Entonces....estas flechada por mi prima y quieres que te ayude. —Freen ladeó su cabeza buscando alguna respuesta por parte de Becky.
Antes de que Becky formulara una respuesta fue interrumpido por la sonora voz de Irin. —Las dejamos solas, así se organizan. —
Becky se despidió con una sonrisa y ondeando su manita en dirección de Irin y Nam, soltando una risita cuando su amiga le mando un beso, imitando la acción de su amiga vio como los dejaban solas.
Tan dulce.
—¿Como quieres que te ayude?
—Uhm...ayudándome a acercarme a Charlotte ¿tal vez?
—¿No le has hablado?
—No, siempre que lo intento ella me evade e incluso me trata mal.
—Típico de Charlotte. —Susurró divertida. Es un hueso duro de roer, pero vale la pena recibir toda su indiferencia, es una buena chica.
—Lo pude notar las veces que ibas a verla.
Freen sorprendida abrió sus ojos.
—¿Me has visto hablando con Charlotte?
—Sip, mi pasatiempo favorito es estudiar como una desquiciada en la biblioteca. —Sonrió. — De vez en cuando te veía con Charlotte.
—Nah, tu pasatiempo favorito es observar a Charlotte ¿no es así? —Codeó juguetona.
—Tal vez.
Freen soltó una risilla mientras cubría su boca con la manga de su abrigo, durante un momento solamente se quedaron mirándose la una a la otra, cuando el ambiente se puso algo tenso Freen le dio la espalda a Becky para recoger su mochila colgada en un perchero colgándola en su hombro llamo a Becky para que la siguiera, Becky lo hizo.
—Ahora tengo matemáticas y estaré algo ocupada en la tarde, por lo que hoy no podré actuar de cupido entre tú y Charlotte, pero mañana si puedo. — Comentó mirando a Becky.
—Oh, claro, está bien. —Asintió siguiendo a Freen. — ¿Puedo preguntar algo?
—Puedes.
—¿Enserio son familia? o ¿son familia muuuy lejana?
—Uhm, somos familia cercana, hemos vivido juntas toda nuestra vida. —Rio incrédula. —¿Por qué la pregunta?
—...es que son muy distintas.
—¿Cómo?
—Charlotte ni siquiera sonríe, parece que te golpearía solo por respirar cerca de ella y tu...
—¿...yo...?
—Sonríes por todo, te ves tan amable y tan rosita...
—¿Rosita? —Rio deteniéndose y mirando a Becky con una ceja levantada.
—Rosita. — Asintió con una sonrisa.
Freen siguió caminando mientras de vez en cuando soltaba risillas acompañadas después por pequeñas sonrisas por parte de Becky. La pelirosa acompaño a Becky hasta su salón mientras iban en silencio, por alguna razón aquel silencio era tan cómodo que le hacía sonreír.
—Nos vemos mañana ¿Becky?
Becky asintió. —Si, Becky, esa soy yo. — Bromeo. —Nos vemos mañana.
—Siempre voy a ver a Charlotte para dejarle bocaditos, mañana iré, nos vemos en la biblioteca por la tarde ¿te parece bien?
—Perfecto. —Asintió. —Nos vemos mañana, rosita.
—Nos vemos, grandulona.
Con una sonrisa Freen entro a su salón, sin si quiera saber que aquella chica de la cual no había recordado el nombre durante toda su charla en el salón de baile seria la protagonista de sus pensamientos durante toda su clase y toda la tarde, recordando la bonita sonrisa que tenía y lo guapa que era.
Becky también pasaría por ello, sin precaución alguna, Freen se coló a sus pensamientos todo el día, recordando las mejillas rosadas y los labios rellenos, suspirando al recordar el sonido de la risa de Freen y comparando las sonrisas de Charlotte y su prima.
Si, la sonrisa de Charlotte era encantadora, pero la de Freen era cautivante, cautivantemente hermosa.
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