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𝗙𝗶𝗻𝗮𝗹 | El eterno sabor de tus labios

El pecho ya no le dolía como antes, su corazón ya no se rompía como solía hacerlo.

Ahora incluso su respiración era más ligera y sin trabas en la garganta. Ya lo había aceptado. Después de un muy largo proceso de dolor y resignación, había aceptado aquella página en su vida que se había manchado de lágrimas.

Lo que mantenía a su alma en paz era lo que habían vivido y todo por lo que habían pasado. Un gran capítulo en su vida, lleno de color, versos y risas. De tanto amor que traspasaría a las demás páginas del enorme libro, traspasaría hasta la última hoja de ella.

Las fotos en su celular y las que fue a revelar eran su gran compañía, una de ellas estaba preciosamente adornando su mesa de noche; una en donde ambas se abrazaban con una sonrisa enorme en sus rostros. No envidiaba aquello, lo que estaba plasmado en el papel; solamente recordaba con un suspiro feliz. Lo vivido siempre plasmado en las fotos y recuerdos hechos. La trayectoria en la que tomó la mano de Freen contra la suya.

Freen siempre estaría presente en su vida, impregnada como la primavera, como el aroma de la miel y el aroma de los dulces.

La verdadera pérdida de todo lo vivido y de su ser sería en el no recordarla más, el olvido sería la gran mancha levada en las manos, el camino a la perdición. Pero ese nos sería el caso, no cuando Becky jamás dejaría de recordar los ojos brillantes de Freen.

Jamás.

Aunque no estuviese a su lado físicamente. Porque le acompañaría en el corazón y en el alma.

Incluso ahora, en el día después de su graduación, sentía su pequeña y suave mano acariciando la suya.

Desde temprano fue a las oficinas de su—ahora—ex colegio, al día siguiente de su graduación les entregarían todos los papeles necesarios para el ingreso a la universidad. La fila para recoger los papeles era enorme; a pesar de que haya salido de su casa muy temprano aún parecía haberse atrasado. Con audífonos en sus orejas y las manos en los bolsillos veía a los diferentes alumnos pasar con un folder, conocía a algunos estos le saludaban y el devolvía el saludo; nunca había sido del tipo popular, pero cuando eres—fuiste—la novia de la pelirosa más amada del lugar, muchos te conocían.

Aún recuerda cómo fue la primera vez que se paseó con Freen de la mano, muchas de las personas que las veían sorprendidos ni siquiera disimulaban, las miradas se clavaron en sus manos entrelazadas; recuerda muy bien como las mejillas de Freen se habían teñido por la atención recibida. Tan adorable.

Y aún mejor, recuerda muy bien la primera vez que le robo un beso a Freen en los casilleros, acorralándola contra uno de estos y envolviendo su cintura para luego unir sus labios, logrando que sus mejillas se sonrojen y que se esconda por unos segundos en su pecho por la atención dada. Los suaves y dulces labios de Freen; siempre dejando ese sabor en los suyos, siempre sonrojándose ante las miradas curiosas e incrédulas.

Tan hermosa.

Becky soltó un suspiro, una pequeña sonrisa dibujándose en su rostro.

—Hey, Becky. —Saludó Jane, quien venía frente a ella; con un folder entre sus manos.

—Jane. —Saludó de vuelta mientras le devolvía la sonrisa.

—Llegaste tarde. —Regañó golpeándola suavemente con el folder entre sus manos.

—Creí que llegaría temprano, creí mal. —Dijo mientras frotaba el lugar golpeado. —¿Y los demás?

—Están esperando su turno. —Dijo posicionándose al lado de Becky. —Ah, tengo miedo de ver todo, me asusta el futuro.

—Seguro aprobaste a la universidad que querías.

—¿Y si no?

—Ganas un año de vagancia.

Ambas rieron, Jane nuevamente golpeando el brazo de Becky. Siguieron hablando sobre cosas banales, sobre su día y como habían dormido, Freen le hacía compañía mientras la fila avanzaba. Mientras, vio de igual manera a su frente como sus demás amigos venían hacia ellas. Se saludo con todos ellos, Irin, Nam, Opp, Nutt y Heng.

—La floja Becky. —Dijo Irin abrazándola de los hombros y recostándose en estos. —¿Por qué dices que nos veremos y luego me cancelas? Me dueles.

—Quería dormir un poco más. —Sonrió.

—¿Irás con nosotros? —Preguntó Opp.

—Refréscame la memoria... —Dijo tratando de alejar a Irin que se hacía más pesada en sus hombros, no lo logro.

—Iremos a cenar a las hamburguesas del centro y luego Nam daría su casa para algo "tranqui. —Hablo Jane haciendo comillas en la última palabra.

—No digas que lo olvidaste, me estás lastimando Becky. —Repitió Irin, nunca deshaciendo su abrazo, siempre abrazaba a Becky.

—No lo olvidé, solo se me paso. —Dijo con una sonrisa. Claro que lo había olvidado, había hecho planes hace días atrás que habían ocupado su cabeza, su nueva rutina. —Solo que no podre acompañarlos a cenar, a lo demás sí.

—¿Por qué?

—Iré a visitar a Freen. —Dijo con una nueva sonrisa y los ojos brillantes, siempre pronunciar el nombre de su gran amor le provocaba una enorme sonrisa.

—¿Llevarás nuevas flores? -Pregunto Nam, en su voz se notaba aquella tristeza, ella siempre tenía una chispa apagada cada que hablaban de Freen, después de todo, ella había sido su mejor amiga; una hermana.

—Sí, girasoles y tulipanes. —Extendió su mano hasta tocar la de Nam, apretando aquella.

—Ayer le dejé unas rosas rojas, le gustaban mucho; aunque pincharan sus dedos, decía que eran tan bonitas que no se podía sentir el piquete de las espinas. —Las sonrisas nostálgicas serian aquellas constantes.

—Te tomas tu tiempo, de todas formas, haremos que te iguales a los demás. —Con una risa contagiosa hablo Nutt.

Compartieron más risas y pequeñas anécdotas, le hicieron compañía hasta que logro entrar a la oficina y así recoger los papeles, no iba a abrirlo; lo haría hasta que estuviese con el ramo de girasoles y tulipanes. Acompañaron a Becky todo lo que pudieron, hasta el último momento en el que tomo el bus hacia el cementerio. Aquel camino era otro que se supo de memoria; al igual que el jardín en el que le pidió a Freen ser su novia, al igual que el teatro en el que participaba en bailes, al igual que el camino al hogar de Freen, al igual que el hospital en el que estuvo internada. Caminos marcados con un resaltador en su memoria.

El día era soleado, el sol cubría distintas porciones de césped, como si fuera un manto, todo se sentía cálido; los días habían vuelto a ser cálidos, las nubes ni la lluvia se asomaban. Ya no más.

Caminó con el ramo de flores que había comprado, admirando el gran silencio que le rodeaba. Su pequeño viaje finalizo, cuando llego a la tumba de Freen, su nombre plasmado en un bello mármol y el lema "amada por todos" junto a su nombre. Becky sonrió, dejando las flores bien acomodadas y acariciando el mármol con el nombre de su amada. Se sentó frente y soltó un suspiro.

Siempre sería difícil, pero era parte de seguir.

De su mochila tomo el folder con los papeles y la respuesta de la universidad a la que había postulado, estaba nerviosa; pero cualquiera que fuese la respuesta seria bien tomada, sería un nada comparado a todo.

—Esperemos que la respuesta sea positiva. —Susurró.

Abrió la carta y con los ojos cerrados mostró el papel dentro, cuando volvió a abrir los ojos, su rostro se ilumino en alegría, había logrado entrar a la escuela de artes, estaba muy feliz y quería compartir aquello con Freen.

Aunque no estuviese físicamente, sabía que por donde sea que estuviese estaría tan feliz por ella que no evitaría saltar de un pie, lo sabía muy bien.

—Podré pulir mi dibujo y pintado, eso es muy bueno. —Sonrió, hablándole al viento, esperando que el viento llevase las palabras a los oídos de Freen. —Aun las flores que te trajo Nam siguen aquí, son muy bonitas. —Dijo tomando una entre sus manos. —Tan bonitas como tú.

La tumba de Freen siempre estaba cubierta de flores coloridas, todo el mundo sabía que a ella le encantaban distintos tipos de flores; de muchos colores, tamaños y formas. Era la tumba más colorida y llena de vida, como fue en vida.

—Rosita, siempre evito ponerme muy sentimental, pero es bueno decirte que siempre extrañaré tu cabeza rosada y las risitas que siempre soltabas. —Suspiró. —Pero siempre estarás conmigo, en todo momento; dentro de mi corazón y mis memorias. Aunque siempre extrañe el sabor de tus labios cuando te besaba, ese sabor dulzón por los dulces que siempre consumías incluso compre de esos de forma de fresas; resultaron ser muy ricos, supongo que fue por eso que siempre traías un empaque en tus bolsillos, hasta te dejan la boca pintada de rojo. —Soltó una suave risilla.

Fue inevitable que la nostalgia no le atacase al hablarle al aire, pero no se dejó vencer, quería estar feliz.

>>Aún tengo contacto con tus padres, algunos fines de semana me invitan a almorzar a tu casa, tu madre hace un gran estofado; para chuparse los dedos y tu padre es muy inteligente acerca de historia, de ahí sacaste tu enorme cerebro.

Freen era siempre quien le ayudaba en sus investigaciones y en algunas tareas con materias relacionadas a muchos libros, incluso la regañaba al no saber un dato de un libro más antiguo que el tiempo, siempre disfrutaba las tardes en la biblioteca, ver a Freen tan concentrada entre libros le era encantador.

>>A veces recuerdo de la primera vez que te vi, fue en la biblioteca; ibas a llevarle una merienda a tu prima y te veías tan linda que no pude admitirlo ese momento, pero cuando volví a verte; me quedé atontada por tu fino rostro, siempre me ha gustado mucho el verte bailar; lo haces ver muy fácil. —Suspiró. —Ay, Saro, aun se me hace irreal que tenga que vivir solo con tus recuerdos, pero así es la cruel vida, ¿no?

—Aun así, aprecio tanto que hayas aparecido en mi vida, siempre estaré muy feliz de haberme enamorado de alguien como tú se haya enamorado de mí, siempre.

Suspiró una vez más, el sol escondiéndose a sus espaldas; pero el ambiente cálido aun quedándose.

—Vuelvo a decirlo, siempre te voy a amar, Saro y siempre voy a recordar el cómo en nuestros besos siempre se apoderaba el sabor dulzón de tus labios.

Siempre.

Entre los párrafos de la vida de Becky, siempre estaría reflejado el gran amor que vivió al lado de Freen, uno que termino por el capricho de la vida. Aun así, Becky jamás dejaría de lado lo vivido y que se tatuó en su corazón.

Siempre amaría a Freen.

🥹🥹🥹🥹🥹🥹

Hola! Con esto llegamos al final de otra adaptación, muchas gracias por acompañarnos

Nos leemos pronto, les paso los pañuelos por si los necesitan y el hombro para recargarse

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