✦ iii/iii
Ayer lo publiqué y al parecer wattpad lo borró :'(
―He estado en un tratamiento para regularizar mis días fértiles.
― ¡Deja de imitarme, maldito!
Sehun carcajeó cuando el grito furioso de su novio hizo eco en la consulta del doctor, quien salió minutos atrás con las muestras de sangre del mayor para realizar el análisis.
―Admítelo de una vez, nene. ¡Seremos papis!
―Tu culo será papi.
Entendía que los extraños síntomas que venía teniendo desde hace unas semanas lo tuvieran de tan mal humor, también el que fuese demasiado molestoso con su chico cuando comenzó con sus nauseas matutinas y que no parara de insinuar que había un pequeño duraznito en su vientre. La sola idea de que aquellos síntomas significase que ya había una vida creciendo dentro de su ciervo le hacía sonreír como un verdadero idiota, siendo tan pegajoso y mimoso con su hyung a tal punto de estar asfixiándolo con su presencia.
Aunque Luhan lo negara, los sentidos de Sehun sabían que su mayor deseo había sido concedido: iba a ser padre.
Desde la primera vez que lo hicieron no pararon más, buscando cualquier circunstancia para que Sehun empotrara a su lindo novio contra cualquier superficie sólida para hundirse en él y no salir hasta dejarlos completamente saciados, incluso pasando días enteros encerrados en el departamento del mayor durante las temporadas de celo.
Tarde o temprano iba a pasar con ese ritmo de vida, donde pasaban más tiempo juntos que separados y era ya de esperarse que entre tanto amor algo más comenzara a nacer.
― ¿Qué crees que serán? ¿Pequeños lobitos o tiernos ciervitos?
―No estoy embarazado, Sehun.
―Por supuesto que no, mi amor, por supuesto que no.
― ¿Quieres dejar de hacer eso?
― ¿Hacer qué?
―Mirarme con tus ojos gays.
Luhan se sentía frustrado y con su orgullo pasado a llevar. Estuvo meses sometido a un tratamiento que controlaba sus días fértiles, días en los cuales mandaba a volar a Sehun y sólo se contactaba con él por video llamadas, riéndose en su cara cuando le reprochaba no querer formar una linda y numerosa familia junto a él.
Cuando los síntomas llegaron, un pequeño detalle volvió a refrescar su memoria: olvidó ir a comprar las pastillas de su tratamiento y entonces todo se volvió un caos.
Los cambios de humor que estaba experimentando no los aguantaba, por ello decidía desahogar todo en Sehun, quien incluso parecía amarlo más y más cada vez que le gritaba lo mucho que lo odiaba por ser tan condenadamente guapo y hacerlo incapaz de resistirse a él.
―Si es niño lo llamaremos Jihoon ―canturreó feliz el lobo, acercándose al otro hibrido para acariciar su aún vientre plano―. Si es niña será Haneul.
Luhan lo observó con recelo, mas no se apartó del suave tacto del menor.
― ¿Y si son gemelos? ―musitó con un tono brusco, contradiciendo al intenso rubor en sus mejillas.
Sehun levantó la mirada y le sonrió con tanto amor que el corazón del ciervo saltó como loco en su pecho.
― ¿Quieres que sean gemelos? No pensé que estabas tan ansioso, amor~.
Luhan lo miró con rabia y se alejó, saltando hacia el otro extremo de la habitación con su rostro completamente rojo.
―Que te jodan.
―Pues yo ya te jodí a ti~.
Bufando frustrado, alcanzó el lápiz que estaba sobre el escritorio del médico y apuntó hacia Sehun, luciendo todo menos amenazante para el molestoso lobo.
―Tengo un lápiz y no dudaré en usarlo.
Sonriendo ladino, decidió seguir jugando y poner de los nervios a la futura madre.
—Ciervito ciervito~ Ven aquí, ciervito~.
La risa escandalosa de Sehun llenó la habitación, en tanto se movía rápidamente para esquivar el lápiz asesino que el otro hibrido le lanzó del otro extremo.
—Vamos, HanHan, no seas gruñón~.
Encolerizado, el ciervo tensó su mandíbula segundos antes de juntar todo el coraje que tenía acumulado desde hacía rato y gritar:
—¡Ahg, te odio, Oh Sehun!
Y volvió a gruñir cuando la sonrisa ladina del hibrido lobo hizo aparición, quien luego de tal confesión cruzó toda la habitación para enredar sus fornidos brazos alrededor del cuerpo inquieto del otro.
—Y yo te amo mucho, hyung~.
Se quedaron en aquella posición hasta que el medico volvió a entrar a su consulta, con unos papeles en mano y una espléndida sonrisa que causó que Luhan palideciera hasta estar tan blanco como una hoja.
―Felicidades, Luhan, tienes dos meses de embarazo.
Se movió a pasito de tortuga por los pasillos de la universidad, ambas manos protegiendo su abultado vientre característico de un embarazo de seis meses. Algunos de los estudiantes se volteaban a verle con una expresión enternecida mientras que otros caían enamorados de aquel brillo especial que irradiaba, haciéndolo ver mucho más precioso de lo que antes era.
Donghae, su amigo, iba por detrás del hibrido, procurando que no se resbalara, desequilibrara o algo que pudiera hacerle daño a él y a su sobrino. Iban de camino a la entrada de la universidad, donde el embarazado se reuniría con su apuesto novio que esperaba por él todos los días para ir juntos al departamento.
― ¿Cuándo le dirás que son gemelos?
Luhan frunció los labios, una vez saliendo hacia el exterior de la universidad un gran número de chicas babeando por el elegante lobo apoyado en el capó de un lujoso auto, gafas oscuras cubriendo sus ojos y con las manos en los bolsillos de aquel apretado pantalón.
―Esta mañana me hizo llorar, así que no se lo diré hasta que nazcan.
Donghae se aguantó la risa cuando Luhan hizo inconscientemente un mohín con los labios.
― ¿Qué hizo?
―Pasó a llevar mi pequeño cactus con su cola y terminó rompiéndose en el suelo.
― ¿Lloraste porque rompió tu cactus?
Los ojitos del ciervo se humedecieron al recordar aquel triste momento.
―Yo... yo quería mucho a ese cactus, no merecía ese trágico final...
Sehun percibió el aroma de su pareja y sus orejas se movieron en reconocimiento, su gran y voluptuosa cola meneándose ligeramente conforme su lindo y embarazado novio llegaba a paso lento hasta él, volteando un poco la cabeza para despedirse de su risueño amigo.
Abrió sus brazos con una sonrisa cuando el mayor estuvo frente a él, no dudando ni por un segundo en refugiarse en la calidez de su cuerpo.
―Ciervito ciervito~. ―saludó, ganándose una tierna risa.
―Lobito lobito~ ―copió Luhan, siendo besado en la frente con cariño―. ¿Cómo estuvo tu día?
―Ahora que te veo, mucho mejor ―comenzó a caminar aun abrazados, directo a la puerta del copiloto para ayudar al hibrido ciervo a entrar―. ¿Cómo están tú y nuestro duraznito~?
«Nuestros duraznitos» quiso corregir, pero el recuerdo de su cactus aún era demasiado para su sensible corazón.
―Estamos bien ―contestó cuando el menor subió al auto también, inclinándose a robarle un casto beso antes de encender el motor del automóvil con una de sus tantas sonrisas de enamorado―. Me ha tenido con antojos desde que entré a la primera clase.
― ¿Bubble Tea? ―cuestionó, no necesitando mirar hacia el lado para sentir su asentimiento― Bueno, si Bubble Tea quiere mi duraznito, Bubble Tea tendrá.
Si bien siempre vio en Sehun esa chispa de padre, ahora más que nunca confirmaba que él realmente nació para ser uno.
Cada cosa que pedía se la compraba, alegando que su hijo o hija tendría todo lo que quisiese con los tantos antojos que sufría Luhan a distintas horas del día. Se preocupaba y dedicaba cien por ciento a él cuando se sentía mal o sentía las molestas punzadas en su espalda, encantado de darle relajantes masajes y obligándolo a guardar reposo.
El hibrido lobo era realmente el mejor hombre que Luhan pudo haber conocido, amándolo en cada momento, incapaz de tener ojos para alguien más y siempre estando para él cuando más lo necesitaba.
¿Cómo pudo haber pensado en alejarlo de su lado aquellos días donde apenas iban conociéndose?
―Sehun. ―llamó, deslizando su mano por encima de la del menor, la cual se encontraba sobre la palanca de cambio.
― ¿Sí, amor?
―Te amo ―se sinceró, sintiendo su corazón latir como loco cuando notó sus ojos brillantes―. Ah, y serán dos duraznitos en vez de uno.
Sehun desde el primer instante se enamoró de aquel hibrido que le dijo imbécil por confundirlo con una hembra, nunca dudando de que él era su otra mitad y de esa manera consiguiendo lo más preciado que tendría en toda su vida: el amor de su adorado ciervito ciervito.
Ah, y por supuesto que también a sus dos duraznitos creciendo saludablemente en el vientre del amor de su vida.
¿Qué más podía pedir si junto a Luhan ya lo tenía todo?
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Espero les haya gustado u o u, gracias por leer y nos vemos en otro fic♥.
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