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Capítulo 15 A


MENTIRAS QUE DEJAN PISTAS. 

Andrew conduce de nuevo. Por el manos libres hace una llamada a Jacob, a la que yo no presto atención porque solo quiero llegar a la comisaría más próxima a poner la denuncia. 

     Cuando salimos de la comisaría, para nada esperanzados, porque todavía es pronto para saber nada de Natalia, me acuerdo de Dany, un amigo de Jota y Ruth, que es policía. Algo podrá hacer él. Cualquier ayuda, cualquier indicación nos vendrá bien. 

     No dejo ni que responda. 

     —Jota, de no ser importante no te estaría molestando. 

     —¿Qué le ha pasado a Ruth? —no quiero sonreír, ¡es tan evidente que no puede vivir sin ella! Cabezota. 

     Después de esto me escuchará, haré que vaya a Boston a buscarla, pero ahora solo me importa Natalia. 

     —Ella está bien, echándote de menos, pero bien. Soy yo quien necesita... —No puedo hablar, es tratar de articular palabras, para contar lo que ha pasado con Natalia, que me quedo sin respiración—. Ha desaparecido, Jota. Natalia ha... 

     —¿Qué me estás diciendo? 

     —Mi hija… 

     Andrew detiene el coche, me quita el teléfono de la mano y se identifica como mi novio. Le empieza a decir a Jota lo que ha ocurrido. Mi amigo tiene que estar escuchando sin hablar, porque Andrew no para de hacerlo a este lado, muy nervioso. 

     No se deja un solo detalle por contar. 

     Por fin oigo que le pide el teléfono de Dany, para pedirle consejo. Jota se lo da de inmeditao al tiempo que le dice que él viene con nosotros también. Yo le doy las gracias por su apoyo y me despido con un adiós que sale de mi garganta en un lamento. 

     No hemos tardado en llamar a Dany, el tiempo de llegar a casa. 

     Siendo él el profesional, que no somos ninguno, quiere que repasemos cada lugar al que haya podido ir Natalia últimamente, y me pide a mí en concreto que me quede aquí en casa a esperarla, puesto que es uno de esos lugares. 

     Andrew y yo descartamos el colegio por estar cerrado, ¡coño, es el día de Navidad, todo estará cerrado! Desde su centro comercial favorito, su tienda de donuts o la academia de inglés. Tiene siete años, joder, su mundo no es tan grande y estará cerrado como el mundo de cualquiera. 

     Dany me pide los teléfonos de sus amiguitos, y las direcciones que pueda recordar ahora. Es Navidad no sé cuántos de ellos estarán en sus casas. 

     ¡Me entran ganas de llorar otra vez! Hay tan poca gente por la calle a estas horas, que pocos testigos habrán de nada. 

     —No sé qué voy a hacer, Andrew —le digo cuando él me abraza. Estamos sentados en el sofá, acabamos de hablar con Dany, y después de esa conversación las fuerzas me fallan.

     Los remordimientos me comen las estrañas, las mentiras, que alguna vez dije, me oprimen el corazón. 

     —Antes de lo que imaginas, Natalia estará con nosotros, ya verás. 

     Sus palabras de ánimo ahora me emocionan. Su beso en la cabeza me reconforta. 

     Me acurruco en su pecho para que me abrace más fuerte. Presiento que esa fuerza es la que tendremos los dos, a mí la mía me abandona. 

     —Javi se ha portado muy mal conmigo, ¿verdad? 

      Necesito que me diga que no soy yo la mala por haberle culpado. Que hago bien en culpar a otros. 

      Andrew levanta su cuerpo para mirarme a los ojos. 

     —Por supuesto, cariño. No lo ha hecho nada bien. Podría haberlo hablado contigo antes.  

     —Y Esperanza ha pensado más en su propia felicidad que en la de mi hija, ¿a que sí?

     Y así puedo estar buscando culpables todo el día, como Joaquín, por no haber cerrado bien la puerta de su casa,  o Andrew, por no haberle sacado más información de los bebés cuando hablaba con ella desde Mánchester. O la propia Iris, por no haber sabido enamorar a Javi para alejarlo de mí. O mi madre, incluso, por no haberme obligado a ir a pasar las Navidades con ella. 

     Así, hasta dar con la que de verdad ha provocado la huida de mi hija. Yo. 

     Mis mentiras terminan por volverse en mi contra. La cena de anoche es una buena muestra del daño que he causado a lo largo de siete años. Todos los sentados a la mesa, de una u otra manera, son damnificados  de mis mentiras. 

     —No te culpes, Elena, que te veo venir. 

     —Te quiero. 

     No es el mejor momento para decirlo, pero precisamente por eso lo hace más nuestro momento. 

     Andrew lo ha conseguido. Tan solo con su presencia, ahuyenta mis miedos, temores y penas. Lo hace sin esfuerzo alguno, solo con abrazos como el que me está dando. 

     —Yo también te quiero. Y verás que todo va a salir bien. 

     Me gustaría creerlo. Por eso me dejo consolar por sus palabras. 

     —¿Por qué no bajamos a la calle? Podemos ir a mirar al parque, por si está en algún lugar cercano decidiendo si subir o no —me dice Andrew de pronto y se aparta de mí—. No puedo quedarme aquí sentado a esperar. Elena. Es Natalia la que está ahí fuera, tengo que hacer algo. Se lo debo. —Y se levanta del sofá 

     —Está bien, vamos. —Ya bastante inútil me siento también yo aquí. 

     Andrew se me adelanta y sale primero por la puerta. Vaya, no está todo lo calmado que aparentaba o que me pedía a mí que estuviera. 

     Cuando llego a la calle, habla por teléfono de nuevo con Jacob. ¿Está por bajar de un avión? 

     —¿Viene Jacob? 

     —No es que no me fie de tu amigo Dany, pero son muchos años trabajando con la intuición de Jake. En cuanto hablé con Javi la primera vez, le puse un mensaje. 

     Me acuerdo de él y de nuestra conversación en la Organizadora. Su jefe el tirano no le habrá dado opción a negarse a venir. No tengo ganas, pero sonrío solo de pensar en cómo consiguió las imágenes de aquellas cámaras… 

     —¡Andy! Las cámaras de la calle de Esperanza, las de tráfico y los locales del barrio, ¿las verá la policía? 

     —Supongo, es lo esencial en un rastreo. 

     Veo un rayito de luz al final del túnel. Pueden seguir los pasos de mi hija, al menos por el barrio, y saldrá también las personas con las que se cruzó. ¡Nadie hizo nada al ver a una niña sola, el día de Navidad! Lloro de nuevo en brazos de Andrew. 

     Su teléfono vibra en el interior de su chaquetón, me retiro para que pueda cogerlo. 

     —Natalia, Elena. Me llama Natalia. 
   
     —¡Tiene su teléfono! —grito cada vez más esperanzada. ¿Cómo no lo habíamos pensado antes?

     Andrew pone el altavoz para que yo pueda oír la voz de mi hija. 

     —Princesa, princesa… ¿dónde estás? Dímelo, y vamos mamá y yo a recogerte. 

     —Andy. —Mi niña llora. 

     Yo no puedo hablar. Me quedo muda, no puedo respirar. Cierro los ojos, si es un sueño, es muy bonito. ¿Mi hija ha aparecido?  ¿Mi hija está bien? Debería estar en casa preparando su cama, para que cuando regrese podamos dormir juntas. 

     —No pasa nada, cariño, vamos a vernos, ¿sí? Tenemos que desayunar muchos donuts de colores, ¿vale? Dime dónde estás. 

     Sin darnos cuenta, vamos camino del coche, ambos andando sincronizados, ambos sin dejar de mirar el teléfono. 

     —No va a pasarte nada, mi amor, regresa a casa —le digo yo al fin. 

     Si está asustada por volver y llevarse una reprimenda, quiero que me oiga. Lloro con ella, no tiene nada que temer. 

     —Mamá, mamá —dice desesperada —. No quiero estar aquí, sácame de aquí. 

     —¿Dónde estás,  cariño, dónde estás? 

     —No lo sé, mamá,  no lo sé. Me dijo que me quedase aquí, mamá, que no me pasaría nada… 

     —¿Quién, Natalia, quién te ha dicho eso? —pregunto ya junto al coche—, dinos dónde estás, Andy y yo vamos a por ti. 

     —No lo sé…. Mamá, mamá... Tengo que colgar.      

     No me doy cuenta que estoy en brazos de Andrew hasta que siento su olor.  Y sé que grito porque me duele la garganta. No alcanzo a darme cuenta de nada más. Quiero ver a Natalia, ¿quién se la ha llevado? 

     Andrew vuelve a llamarla a ella. No lo coge. 

      —Cuando llegue Jake sabrá qué hacer. Podemos llamar a Dany para decirle que lleva su móvil… 

     Ya no oigo nada, el llanto se me mete en los oídos. Quiero dormir de nuevo y soñar con mi niña. 

     **********💝💝💝💝**********

Hola, de nuevo🙋🏼‍♀️........ Natalia ha llamado!!! ¿Qué os ha parecido?, yo estoy de los nervios, y mira que lo he leído decenas de veces.
     Ya por lo menos hay un hilo del que tirar 🤞🏼para encontrarla.
     Supongo que querrás saberlo, ¿no?
    Y yo que te lo agradezco otra vez😜 si decides pasar al siguiente.

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