Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 15


PEQUEÑAS MENTIRAS.

—Ya llegamos. Te dejo en la puerta.

     —Está bien —le digo cuando el coche ya se está parando. Abro la puerta pero no salgo, me giro a decirle—: No tardes, por favor, te necesito arriba. No quiero verlos a solas.

     Andrew me besa rápido, para que salga y suba a casa de Esperanza.

     Me abren de inmediato, y tardo segundos en llegar al cuarto piso. La puerta de la casa está abierta. Imagina la claustrofobia que siento al atravesar el pasillo. Me ahoga. La velocidad que llevaba disminuye conforme atravieso a la puerta del salón. El impacto que recibo es tremendo.

     La estampa, más que para verla, es para oírla. Desgarradora.

     Esperanza llora en lamentos, Joaquín trata de calmarla sin conseguirlo, como Andrew hizo conmigo, y Javi habla por teléfono con la policía. Nadie repara en mí, ¿quién me ha abierto la puerta, entonces?

     A mi lado está Iris. No me dice nada y desaparece del salón para abrir de nuevo la puerta, llaman al telefonillo.

     —¿Qué ha pasado? —Las tres caras me miran y yo necesito respuestas, no miradas silenciosas—. ¡Queréis decírmelo ya!

     Andrew, que entra en este momento, me sostiene, porque estoy a punto de caerme. Me lleva hasta el sofá, junto a Esperanza.

     —No lo sé. No lo sé.

     Esa no es la respuesta que esperaba de ella.

     Natalia me pidió dormir aquí con ellos, insistió tanto que no quise abrir una nueva brecha al llevármela. ¡Qué menos que estuvieran pendientes de su nieta!

     Todavía puedo sentir sus bracitos en mi cuello al darme el beso de despedida, oigo de nuevo ese te quiero mamá que me dijo en un susurro, y que ahora, horas después, me parte el alma.

     —Cuando nos hemos despertado no estaba en su cama —interviene Joaquín—. Javi acaba de llegar, tampoco sabe nada.

     —¿Queréis decir, que hace horas que mi hija no está con vosotros?

     Miro a Andrew, busco su mano, él de pie a mi lado, me la da. Son muchas horas, Natalia es lista pero tiene siete años. ¡Y está sola!

     —No lo sabemos, Elena —dice Joaquín.

     —¿Y por qué pensabais que podía estar conmigo?

     Nadie dice nada. Miro a Joaquín que parece ser el portavoz de la familia. Luego, a Javi, que baja la cabeza.

     —Anoche cuando os marchasteis hablamos de ti.

     Esperanza, la que llora tan desconsoladamente, es la única que me habla ahora. A su lado que estoy, le mantengo fría la mirada.

     —¿Le dijiste a Natalia alguna de tus opiniones sobre mí?

      —No hizo falta.

     Andrew sostiene mi mano con fuerza, estoy a punto de saltar sobre ella.

     —Entonces ¿que pasó?

     —¡La camiseta tuvo la culpa! —grita llorando. Luego, baja la voz cuando Joaquín la abraza—. Tu estúpido regalo ha tenido la culpa de que mi niña se haya ido. Tú y tu novio tenéis la culpa.

     Pego un bote y me levanto.

     —¿Nosotros? —Esperanza no ha visto la relación que Natalia y Andrew tienen, para hablarnos así. No ha visto cómo se quieren ellos—. ¿La camiseta?, ¿qué tiene que ver la camiseta que yo le regalé a Andrew?

     —Es por lo que decía —explica Joaquín—. Cuando os fuisteis hizo muchas preguntas sobre vuetros bebés y luego... Se acostó llorando, Elena, creyendo que te irías a Mánchester sin ella.

     —¿Por qué iba a creer eso?

     Y es cuando mi mano se queda vacía. Andrew la ha soltado porque tiene toda la intención de estampar la suya en la cara de Javi.

     Lo hace, menudo derechazo que le da. No sangra, pero ha tenido que dolerle.

     Él se vuelve con la idea de golpear a Andrew, mala idea por cierto, porque recibe otro puñetazo en el estómago que lo echa sobre la mesa del comedor.

     Su padre, que está viendo la pelea igual que yo, corre a interceder entre ellos, no creo que sea por Andrew, es Javi quien se lleva la peor parte.

     No había visto esa cara agresiva de Andrew todavía, me asusta, y creo que de examinarme ahora en Expresiones del Guapo, jamás sabría qué pasa por su cabeza para tener esa rabia dentro, y querer golpear a Javi una y otra vez.

     ¿Qué está pasando entre ellos? ¿Qué ha hecho Javi? Porque, expresiones o no de Andrew, Javi ha tenido que hacerle algo muy gordo para que reaccione así de violento.

     Esperanza grita en lloros.

     —¡Basta ya! Deja a mi hijo —le dice a Andrew, y como este no le hace caso le pide a Joaquín que lo aparte de Javi.

     Yo solo puedo mirar a Andrew, sorprendida de su reacción, y lo que puedo gritar para detenerlo es su nombre:

     —¡Andy, por favor!

     Pero me cuesta que reaccione.

     A la tercera vez que lo oye, para, y me pide perdón. Solo a mí.

     Respira con dificultad, no deja de mirar a Javi, y lo hace desde arriba, porque el otro intenta coger aire, de rodillas en el suelo.

     —Eres un cerdo. ¿Cómo has podido meter tanta mierda en la cabeza de tu sobrina? ¿Eh? ¿Cómo has podido jugar con ella así, para alejarme de su madre?

     Bien, estoy en un punto en el que solo puedo pensar en Natalia, supongo que mi cerebro, con el disgusto que tengo, no coordina oído y entendimiento, y por eso, lo que dice Andrew no llega a mi sesera.

     Javi tose debido a la falta de aire. No sé si los golpes de Andrew le han alcanzado los pulmones.

     Me acerco a ambos. Me pongo en medio dispuesta a obtener una explicación que me saque de la ignorancia. Javi me mira asustado. Dolido. Esa cara puedo leerla también, me tiene miedo.

     —¿Qué has hecho? —No dudo ni por un segundo de Andrew, puedes llamarlo amor o intuición, pero en el único que confío aquí es en él—. ¿Qué has hecho, joder?

     Javi no habla, avergonzado baja la cabeza y me esquiva la mirada. Automáticamente miro a Andrew, ¡ya está bien, por favor, necesito saber!

     Él sí es el hombre que yo conozco y me enfrenta cara a cara para contarme.

     —Lleva días diciéndole a Natalia que cuando tengas mis hijos, ella ya no será más tu hija, que los bebés serán más importante para nosotros que ella misma.

     —¿Esos son los bebés que le inquietan?

     Andrew asiente con la cabeza.

     —Además le ha dicho que del próximo viaje que hagas a Mánchester sola, no regresarás nunca. Natalia lleva días sin dormir, Elena, me llama a todas horas para saber si han llegado ya los bebés y que una vez más le diga cuánto la quiero yo. Me hizo prometerle que no la vamos a dejar aquí sola, y me pidió que te convenciera a ti de quererla.

     Conforme Andrew hablaba, los ojos se me han ido empañado de lágrimas. La garganta se me cierra ahora en un grito ahogado y el dolor del pecho es insoportable. ¡Dios mío, y esto no será ni la mitad de lo que ha tenido que dolerle a mi hija esas mentiras!

     Con razón no me ha mirado Javi a los ojos. Ha utilizado sin escrúpulos a su sobrina para llegar a mí. Su amor propio tiene que estar muy herido para hacerme este daño como venganza. Ha resultado peor que Amber, y yo no lo vi venir. Y lo creía un amigo, un hermano.

     Me vuelvo a mirar a Javi, sigue sin levantar los ojos.

     —¿Sabías que fui a Mánchester? —le pregunto mientras le doy una patada—. ¡Contesta! ¿Lo sabías?

     —¡Sí, Natalia me lo dijo!

     —¿Y aun así te arrastraste una última vez con ese cartel estúpido del aeropuerto?

     —Sí, y lo haría mil veces más por ti.

     —¿Y mil veces piensas envenenar a mi hija con mentiras? —Y le doy otra patada.

     —¡Tú misma nos tienes engañados a todos con Rubén, no puedes darme clases de sinceridad ahora!

     —Eso te lo conté en secreto, gilipollas.

    Andrew me detiene cuando ve que estoy por darle de nuevo, y no patadas, sino con la mano abierta. Me abraza y me dice al oído que nos vayamos, que Natalia puede ir a mi casa.

     —Está bien, vámonos, por favor.

     Lo beso delante de todos, de Javi incluido, para que vean que teniéndolo a él me basto para buscar a mi hija.

     Sus padres no quieren ni verlo, Esperanza hunde la vergüenza de su cara en brazos de su marido, él le da la espalda a su hijo.

     Parece que Iris es la única que se compadece de él. Ya no sé si por amor o por caridad humana al verlo así de golpeado. Lo que sea que la mueve para estar a su lado espero que le haga feliz a ella, no parece mala mujer.

     —Has hecho que Natalia me odie, Javi, y lo peor de todo es que te hubiese perdonado que fuera por no perderla a ella, pero nunca por perderme a mí —le digo cuando ya me voy, pero antes me detengo junto a Esperanza—. La puse en tus manos, Esperanza, la puse en tus manos y las has dejado ir.

    Salgo sin llorar, hasta que llego al portal donde me derrumbo al imaginar a mi hija saliendo de él abatida, pensando que no la quiero.

**********💝💝💝💝💝**********

Hola🙋🏼‍♀️...yo necesito respirar ¿y tú?, ¿cómo lo has visto?

     Como en toda historia, siempre hay un final alternativo que va tomando su lugar conforme se van desarrollando los acontecimientos.
     Javi no era así en los borradores y escaletas, pero como Elena fue cambiando de opinión, él también tuvo que hacerlo. Me da mucha cosita porque es una amor, no me lo despellejes tanto, por favor, que ya bastante tiene con la desaparición de Natalia también él.
     ¿Quieres acompañarlo a buscar a Natalia? Gracias por tu ayuda 😜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro