Tanto dolor,

tanta angustia.

Tanto amor confinado, olvidado a puerta cerrada.

Tanto miedo,

tanta vergüenza.

Tanta soledad,

tantas despedidas.

Tanto corazón aferrado a ilusiones y vidas pasadas.

Tanta memoria,

tanta música.

Tantas heridas teñidas con sangre, disfrazada de coplas y rimas.

Tantos pies,

tantas pisadas.

Son de sones.

Plañideras.

Palabras de cuencas vacías.

Tantas

y tantos.

Pavimentos que nos hacen olvidar que caminamos sobre lo que alguna vez fueron cadáveres en flor y campos.

Tanto sanador,

tanta indiferencia.

Tantos "éxitos" y "nuevas metas".

Tanto "feliz",

tanto "fuerte".

Tanto frustrado/creyente.

Qué fácil es juzgar, de día, la luz de noche.