Te coloqué entre mis labios para grabar tu aroma en cada neurona. A mordiscos diminutos te fui perdiendo y, tras cada repetición, tras cada nuevo roce, te ibas a donde ya no podría volver a recuperarte.
Los poros de tu piel, cada exquisito pliegue texturizado de placer y tus diferentes grados y tonos de color; todas y cada una de tus perfecciones me embriagaban mientras se iban fundiendo en mi ser.
Que exquisita sensación.
Beso a beso, segundo a segundo, te veía desaparecer. Y, tras ese último cálido aliento, te convertiste en un sueño, del que me tuve que desprender.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro