Nathan
Resulta extraño, ahora extraño el mar cuando antes extrañaba la tierra, extrañaba pisar el suelo firme, uno que no fuese arenoso o en una base en Medio Oriente, oler el pasto recién regado, escuchar el hermoso cantar de los pájaros que navegan por el tranquilo cielo azul. Extrañaba ir a cualquier lugar sin la presión de sentir el peligro en cada esquina, saber lo que era estar en paz comiendo cualquier cosa, tomar una cerveza con la certeza de volver a ver a mis amigos, estar con ellos sin el pensamiento de que tal vez sea la última vez que los vea.
Constantemente pienso en lo extraño que ahora quiero regresar a mis antiguas labores, es extraño tener tanto tiempo libre, más ahora que voy a mitad de mi camino recorriendo el país miro las grandes ciudades, conozco cientos de personas a diario como si esto fuese muy fácil. Recuerdo que en mi adolescencia así no era, era diferente, veía al mundo como algo distante a mi pero ahora, siento que conecto con el. Me siento parte de este mundo al cual le veo un brillo diferente, ahora te entiendo cuando me hablabas de estas cosas, de estas sensaciones que perdí después de enlistarme.
Últimamente estuve pensando en el tiempo, pensé que tan complejo y poco entendible es; pienso en que tanto gasto ahora y cuánto dejé ir, a veces los días me parecen cortos, me parecen poco las veinticuatro horas que este nos da. Es poco entendible para mí, antes pensaba tener todo el tiempo del mundo, los días eran largos, parecían nunca terminar, la espera por la llegada de la navidad era eterna y ahora, tan solo basta un parpadeo para darte cuenta que la navidad está a la vuelta de la esquina ¿En qué momento se nos fue el tiempo? Hace un par de años eras solo mi hermanita pequeña corriendo como loca por la casa teniendo una increíble imaginación y ahora, estás por graduarte de la carrera, espero que el tiempo sea amable conmigo y me dé lo suficiente para alcanzar a llegar a tu fiesta, debo estar ahí, mi viaje debe terminar antes de.
Hablando de tiempo, este junto al viento que sopla por las bellas carreteras de Tennessee, hoy estoy en Nashville haciendo una parada de tres días, necesito descansar por fin en una cama cómoda, sin necesidad de estar en un incómodo autobús o en un tren donde a duras penas puedo conciliar el sueño sin pensar en mi vida como marine. Te juro que los recuerdos ahora son parte de mis sueños, tengo constantes pesadillas con algunos de los horrores que vi en Afganistán o en Siria, trato siempre de relajarme, olvidar un poco pero siempre regresan a mi como una cascada que ni si quiera un buen whisky puede ayudarme a borrar. Sin embargo encuentro algo muy bueno en Nashville y es que aquí en este bello estado saben preparar buen alcohol, además de su buena música, me encanta su whisky, a cada ciudad que llegó o en cada pueblo puedo encontrarme con esta delicia que me ofrecen como si fuese uno más de ellos, como si yo no fuera un forastero. Extrañaba esa calidez en la gente, extrañaba sentirme bienvenido, extrañaba las miradas calmadas, llenas de luz y alegría. ¿Qué tanto entrañaba esto que hasta me parece raro? En Afganistán y otros países solo recibía miradas de rabia y odio, no culpo a la gente, es entendible, estás en su patio, solo cumples las órdenes y ya, pero ¿Hasta que punto? No lo sé, solo los miraba y seguí hacia adelante caminando con la mirada alerta, con los cinco sentidos al tanto de cualquier acción.
En esa misma tarde me dispuse a ir a un bar, uno cercano que me recomendó un viejo amigo, un cabo con el cual peleé por cuatro años hasta cumplir su servicio, su nombre es John Henderson, un chico muy entusiasta y amigable, espero pronto poder contarte sobre el en otra carta.
John me prometió esperarme en ese bar cuando yo acabara mi carrera militar, dijo que ninguno sabría cuando, solamente encontraremos el momento adecuado para vernos. Lo último que supe de fue que terminó su carrera en Administración de Empresas en California, cuando leí esto en la base no pude contener las lágrimas, estaba orgulloso de aquel joven chico que siempre alegraba al grupo, lo vimos crecer, escuchamos sus sueños, sus anhelos e incluso nos habló de la chica que lo esperaba en casa.
Vuelvo a tomar el tiempo para explicarte que aquel cabo ya es todo un hombre, lo encontré en la barra tomando una cerveza, el ya me esperaba como si supiera de mi llegada, en su mirada sin embargo aun se conserva esa vieja felicidad, esos ojos llenos de esperanza, podrá tener una barba y el cansancio se podrá notar en su rostro pero aquel chico sigue siendo el mismo que llegó a Afganistán haciendo bromas, contando chistes, lleno de vida como nunca antes lo había visto. Conversamos por más de seis horas.
La mejor parte fue escuchar sobre su boda, Ashley lo esperó fielmente durante esos cuatro años cumpliendo la promesa que ellos dos hicieron cuando se conocieron en la secundaria, es una hermosa historia que escucharla te hace creer de nuevo en el amor, me contó más sobre su esposa, me platicó como fue su boda. Estar ahí para mi fue regresar a los viejos días en la base jugando cartas en la noche, antes de cualquier misión mientras sobre nosotros el oscuro firmamento se posaba con las estrellas más brillantes. El nunca para de hablar, sus temas son infinitos, conoce de todo, e inventa algunas cosas, claro, pero al final de cuentas es solamente una persona más quien lleva una vida normal.
Lamentablemente hoy parto de Nashville donde no esperaba pasarla de la mejor manera, en la casa de John conocí a su esposa quien es todo lo contrario a John creando una bonita dualidad donde los dos encajan de la forma perfecta como si fuesen piezas de un rompecabezas. Dejar Nashville es como si dejara tanto de mi atrás, John me dio una valiosa lección en este viaje que apenas empieza a tomar forma a pesar de llevar la mitad del país recorrido, o bueno, casi la mitad, me enseñó lo valioso que el tiempo puede ser para una persona, como en tan poco tiempo puedes crear una nueva vida, tomar las oportunidades brindadas son la clave que te hacen brillar en este inmenso mundo.
Mañana voy a dejar Tennessee, iré a las fronteras de Kentucky, para seguir mi camino a Illinois, es donde espero encontrar a otro antiguo amigo mío, pensé durante la noche en las viejas memorias, no en las malas, no en las malas experiencias que me marcaron durante toda la vida, si no pensé en mis compañeros, en los momentos compartidos, hace mucho que no sé algo de ellos, todos o la gran mayoría me dejó para seguir sus vidas, perdí toda comunicación con ellos hasta saber que John sabe donde se ubican todos. Prometo que no tardaré tanto, solo serán un par de días, nada cambiará el objetivo, sabes que cuando hago una promesa la cumplo, estaré ahí para tu graduación pero primero debo encontrarme con ellos, sanar las viejas heridas, tratar de mirar al frente. Prometo que cuando regrese no seré el mismo viejo soldado melancólico que recuerdas.
Bien hermanita, debo seguir, ya estoy dejando el hotel, me pondré en contacto contigo cuando llegue al hotel en Kentucky, ahí pasaré la noche para después salir a Illinois, espero estar llegando a Chicago en dos o tres días, te mantendré informada, cuídate mucho Sophie, te veo pronto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro