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Alessandra

Lamento no poder estar contigo en estas fechas, lamento no poder abrazarte, lamento no poder acariciar tu rostro, sentir tu áspero rostro cobijado por esa barba tupida, luego acariciar tus labios debajo de aquel muérdago, lamento acordarme de ti en especial cuando te veo y veo tu felicidad, una que no veía hace mucho tiempo. Lamento no ser la mujer que tu necesitabas, siempre creí que lo era, me engañé por tanto tiempo, pero poco a poco nuestro amor se escapó hasta perder la magia que nos caracterizaba.

 Sabes, ahora que la nieve cae, ahora que desempolvo mis abrigos y tomo mas té que agua, pienso mucho en las noches donde tu me sostenías entre tus brazos, con tu calor me arrullabas, me hacías sentir segura estando contigo en esas noches heladas. Creo que me sentí más que segura, me sentía con todo a favor, todo ese amor estaba navegando por aguas tranquilas, sin nada que nos pudiera detener ni obstruir nuestro camino. Me olvidé de los pequeños detalles, empecé a olvidarte cuando más me necesitabas, enfoqué todos mis esfuerzos en mis metas y objetivos cuando fui contratada en la editorial, mi sueño se estaba haciendo realidad pero olvidaba que había alguien más en mi vida, olvidé que éramos un equipo, te hice aun lado sin decir nada, eso fue lo peor, dejé que el silencio nos matara hasta que ya no quedara nada.

Aun recuerdo como intentaste involucrarte en mis metas, como traste estar conmigo mucho más tiempo, sacrificaste mucho en tu vida pero yo me perdí en mis ambiciones y te quité todo para que yo te diera nada, te hice daño, rompí mi promesa cuando tu habías apostado todo en mi, en mi vida y en mis objetivos, mis actuales logros fueron dados gracias a tu apoyo, y yo jamás lo vi.

El amor se esfumaba, corría lejos de nosotros, o si puedo decirlo, de mi, tu te diste cuenta, pero dejaste de luchar cuando viste que no valía la pena hacerlo. Lo pude notar cuando empezamos a discutir por cualquier cosa, el más mínimo detalle nos hacía estallar en una enfurecida discusión que solo acababa contigo saliendo de mi casa, salías enfurecido y te ibas lejos. En esos momentos te tomaba como el peor novio, como un terco que no me entendía pero era yo la que no entendió que todo era mi culpa, mi terquedad oscureció el camino, te maldecía, lloraba por supuestamente no tener tu apoyo.

Lamento haber acabado con esta hermosa relación de cinco años, lamento haber sido una pésima novia, lamento no haberte dado mi tiempo como debía, lamento hacerte aun lado. Las disculpas jamás serán suficientes para que me des un perdón, no en esta vida. Tan solo te pediría un momento contigo, uno solo para abrazarte, decirte "No fue tu culpa", pero ¿Realmente quiero eso? O ¿Solo es mi arrepentimiento hablando para hacerse sentir mejor?

Ya es diciembre, las calles de Boston se dibujan con la hermosa nieve que cae con delicadeza del cielo, el espíritu navideño recorre las hermosas calles decoradas con cualquier adorno navideño levantando el animo a todos en la ciudad ¿Por que yo no me siento con ánimos? La gente va de un lado a otro con sonrisas, riéndose de cualquier anécdota que su acompañante cuenta con tanta euforia. Camino entre la gente pensando en ti, ha sido un año largo, mi cabeza no puede sacarte de ella, cada día cuando maquillo mi tenue piel caucásica siento tus caricias, , cuando retoco mis ojos verdes recuerdo como me mirabas perdido en ellos me dedicabas las palabras más románticas que encontrabas, cuando paso el labial por mis labios siento aun tus labios besarlos, amabas mis labios en forma de arco, son gruesos y tiernos, al menos eso me decías. Siento aun tus caricias en mi cabello lacio cuando lo peino, amabas su color negro como la noche, y su suavidad. Abrigarme es sentirte de nuevo tocando mi delgada figura, sentir tus manos ásperas tocar mi cintura, sentir tu tacto tan suave y lleno de amor.

Hoy viernes trece de diciembre me dejaron salir temprano de mi trabajo, ya soy editora en jefe, así que me dan ciertos privilegios más cuando es mi cumpleaños. Camino solitaria entre las calles buscando nuestro parque favorito, ¿Lo recuerdas? El Boston Common, donde nos conocimos cuando yo estaba en la universidad, constaste que una vez me viste ahí sentada leyendo un libro de Harry Potter, dijiste:

—Todos los días te veía, me sentía tentado en hablarte pero parecías de esas mujeres que no les gusta hablar—

Yo te respondía de una forma divertida, una gran sonrisa se dibujaba en mi rostro mostrándote lo contrario.

—La tenías, solo que no te dabas cuenta—

Me siento en esa misma banca comiendo mi pastillo favorito, olvidaba la soledad que esta banca daba, es más fría, más grande, hace mucho que no venía para acá, creo que temía a tener esos viejos recuerdos ¿A qué le temo? Te tengo siempre en mi cabeza. Como sabes, mis padres nunca pueden estar en mi cumpleaños, su empresa no les da el tiempo y mis hermanos como recuerdas siempre están ocupados dejándome olvidada como siempre, al menos mis hermanos. Creo que ya olvidé lo que se siente celebrar un cumpleaños con tus allegados, al menos en tu familia me partían un pastel, una pequeña cena bastaba para alegrarme mi día.

¿Recuerdas cuando hablábamos del "tiempo"? Indirectamente hice lo mismo contigo lo que mi familia hace conmigo, creí tener el tiempo del mundo a mi pies, pensé que tal vez todo era para siempre como en los cuentos de hadas, o como aquellas historias de amor donde toda pareja pasa por un mal momento pero al final estarías al pie de mi ventana con unas rosas  de fondo tendrías cualquier canción romántica de los ochentas recuperando mi corazón. Pensé que esto solo era un revés para nosotros pero fue todo lo contrario, no estuve a la altura de la situación y dejé que mi estúpida ilusión creciera dejándome falsas esperanzas. 

Constantemente pienso en la palabra "Siempre" sin embargo, hora creo que es un mal augurio, esa palabra está maldita, nada es para siempre, todo tiene un fin, todo debe llagar hasta la conclusión, hasta un final... 

¿Cómo están tus padres? ¿Tus hermanos? Ellos siempre me hicieron sentir parte de tu familia, amaba verlos, ir a las reuniones familiares donde tu hermana menor jugaba con mi cabello haciendo trenzas, o inventando cualquier peinado, amaba que hiciera eso, de verdad ella tiene un increíble talento para ese tipo de cosas. Luego tus dos hermanos, Jason y Jordan, los dos son iguales a ti; amantes de los deportes, amantes de los videojuegos, ambos son únicos, me encantaba cuando nos invitaban a jugar, yo era super mala en cualquier juego pero me divertía estando con tu familia, escuchando las historias de tu padre en la marina o de tu madre cuando era una joven mujer que pasaba sus días con sus amigas en cualquier lado o solía disfrutar de las discos o de los conciertos de rock. Tus padres se habían convertido en los que nunca tuve, creo lo recuerdas, viste muy pocas veces a los míos, casi no vienen a Estados Unidos, no después de volver a mi natal Milán, para ellos lo principal han sido los negocios, su vida entera a sido eso, mis hermanos fueron los únicos en gozar un poco de ellos, pero yo, al ser la menor ya no me tocó nada de eso, en cambio era cuidada por la señora Di Marco a quien considero mi segunda madre. 

Estando sentada en la fría banca pienso en lo vacía que la vida se vuelve, es tan curiosa, echo un suspiro al aire tratando de no volver a fumar, hace años que había dejado ese vicio pero hoy sin pensarlo compré una cajetilla después de siete años, la última vez que fumé fue a mis dieciocho años o diecisiete, es complicado, creo fue a mis diecinueve, estoy cumpliendo veintiséis años, claro, ya no soy para nada una niña estúpida que cae en vicios llenos de excusas vacías, fumaré para tratar de relajarme, es tabaco, se que no tiene esa función pero cuando me peleaba con mis padres me ayudaba a estar más relajada. No sé si ahora esto me ayudará, no sé que estoy haciendo con mi vida, esto no tiene ningún sentido para mí, tal vez encuentre gracia en tus palabras, tal vez demuestre que tanto me importas, sin embargo no puedo traer de vuelta lo que ha sido tomado de mi.

Me pregunto si tu madre habrá hecho el pastel de chocolate que tanto me gusta ¿Lo hizo? ¿Me estarán esperando todos en tu casa, preparando una fiesta sorpresa? Extraño esos abrazos que ellos me daban, extraño escucharlos cantar juntos "Feliz cumpleaños" pero ahora el mundo se vuelve frío desde que te fuiste ¿Cómo puedo traerte de vuelta? Se siente como si todo estuviera en un viejo lugar abandonado. Como dije antes, no sé que quiero ¿Tal vez quiero volver a una vida pasada? Una vida donde tuve todo y me aferro a los recuerdos, me desespera no poder saberlo, levantarme con esa ansiedad todos los días tratando de encontrar mi camino de vuelta a donde pertenezco.

Mi cumpleaños está llegando a su final, solo pocos personas me han felicitado, las puedo contar con los dedos: mi madre, mi padre y mis hermanos me mandaron un video, es extraño, nunca lo habían hecho ¿Por qué me siento así? Debería estar feliz, pero no, estoy vacía, si, una sonrisa salió de mi cuando vi el video pero no más allá. Tus hermanos también junto a tus padres me mandaron mensajes de felicitaciones, de ahí en más nadie, creo que me perdí tanto que ni amigos tengo ahora, no hay mensajes en mi teléfono solamente hay de mi jefe reclamando por cualquier estupidez que se le ocurra. 

Sin embargo, tu madre me invita a pasar navidad con ustedes, no lo sé, por un momento mi vida tuvo un poco de brillo, pero no acepté si eso te preocupa, inventé una vaga excusa, mentí sobre ir a Milán con mi familia, regresar con ellos sería mágico, pero no tengo ningún plan, no quise incomodarte a ti y a tu nueva novia, sé que ella estará ahí, tomará mi lugar, me reemplazará, y estoy enfurecida por eso ¿Por qué? No lo sé.

Es casi media noche, estoy dormitando con la tele encendida, no sé que estoy viendo, solo la encendí para tener un poco de compañía mientras acuesto en ropa interior en el sillón tratando de pasar un agradable momento pero siempre tengo sueño. Y como si hubieras escuchado mis pensamientos mi teléfono suena, me despierta de golpe, lo tomo de inmediato sin ver el número mientras bostezo, tal vez sea un amigo, una amiga o mi jefe quien suele hacer llamadas de última hora recordándome las reuniones de la próxima semana.

—¿Si? Diga— Bostezo mientras recojo mi cabello de mi cara, me apoyo sobre mis rodillas viendo al suelo.

—Hola, Ale—De pronto pierdo el sueño, mis ojos se abren de par en par. Tu voz recorre mi cuerpo creando una sensación electrizante, es como si de pronto estuviera nerviosa, temblando por escucharte. 

—¿Ron? Ho...Hola— Por más que mi corazón esté lastimado tu vuelves a encenderlo quitando la nube gris que cae sobre, haces que mi vida tenga sentido de nuevo.

—Solo te llamo por tu cumpleaños...—Pausas un poco y continuas —Feliz cumpleaños—.

Nunca tuviste idea de que tan reconfortantes eran tus palabras para mi, siempre tenías una frase, un dicho que decir para mi y mi cansada alma. Quiero decirte como me siento, quiero saber como estás, saber que a sido de tu vida ¿Tienes el empleo al que tanto habías aspirado? Espero que si, no quiero especulaciones, quiero escucharlo de ti, quiero al menos quedarme contigo un rato, un momento que me haga brillar de nuevo en este oscuro momento.

—¿Cómo has es...— Aprieto mis labios, intento sostener mis lágrimas, respiro hondo, pero en mi pecho siento como arde. Colgaste el teléfono dejándome tirada, no puedo más y mis lágrimas corren por mi rostro mientras suelto mi teléfono, golpea en el suelo y yo me tiro en el sillón llorando tapando mi rostro con mis manos tratando de no odiarme ni de odiarte pero no puedo hacerlo, quiero arreglar las cosas y tu solamente me lo prohíbes, cada intento, cada momento me hace más daño.

Hoy es navidad, tengo los días libres desde hace una semana, días que no supe como desperdicié, solamente estoy en mi casa viendo películas, salgo al gimnasio y a hacer una que otra compra, no me tengo que apurar en comprar regalos, ni en una cena elegante para tener invitados, es como si el mundo se hubiera olvidado de mi o más bien yo me olvidé de el. Ni siquiera me arreglé para las fiestas ¿De qué sirve hacerlo? Nadie va a estar conmigo, simplemente salí en mi auto, di unas vueltas por toda la ciudad viendo la tranquila nieve, ella decora levemente las calles sin ser un problema. Navegué por toda la ciudad extrañamente tranquila, la música me ayudó un poco a estar en paz moviéndome por las principales avenidas que sin saber me guiaron hasta tu calle, la calle donde viven tus padres, no sé exactamente como llegué hasta ahí, seguro estabas con tu nueva novia, tus padres contando las viejas historias de navidad, tus hermanos jugando sus juegos de mesa favoritos junto a tus primos de California. Pensé por unos segundos aceptar la invitación de tu madre, ser la invitada incómoda, ser a quienes tus padres presuman frente de quien tomó al hombre que amo. 

Hubiera estado encantada de arruinar tu navidad como una clase de venganza, una clase de demostrarte que no sería fácil sacarme de tu vida y que no importa lo que hagas yo estaría ahí tomando siempre todo, siendo ahora una ex de la cual siempre querrás escapar, pude ser eso, en esta noche pero simplemente me fui de largo, mi dolido corazón escapó antes que mis peores pensamientos se hicieran presentes esa noche, antes de perder la cabeza hui hasta llegar a mi casa con mis ojos llenos de lágrimas, impotente aventé la puerta, grité lo más fuerte posible tirándome en el suelo llorando con todas mis fuerzas dejando que mis lágrimas empapen el suelo. Golpeo con mi puño al piso, mi llanto casi me ahoga, hubiera sido lo mejor, así quitaría mi sufrimiento y simplemente acabaría con esta agonía, con esta patética vida que me toco...

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