брат (hermano)
▎Capítulo 8
Los días pasaron y la tormenta que había azotado la vida de Hyunjin parecía haber amainado. Su celo había quedado atrás, y aunque todavía sentía algunas secuelas, se encontraba más centrado que nunca. En el jardín, el aire fresco de la mañana
—¿Cuándo me vas a invitar a salir? —preguntó Jeongin, inclinándose hacia Hyunjin con un puchero en su rostro.
Hyunjin soltó una risa suave, sacudiendo la cabeza.
—Nunca. No hago esas cosas.
—¡No es justo! —protestó Jeongin, cruzando los brazos y haciendo un puchero aún más pronunciado.
Hyunjin sonrió ante la actitud de su amigo.
—La vida no es justa, Jeongin.
Jeongin se encogió de hombros, como si eso no le importara. Después de un momento de silencio, cambió de tema.
—¿Quién es Bin?
Hyunjin lo miró, sorprendido por la pregunta.
—Es mi hermano mayor —respondió, sin poder evitar que un pequeño destello de orgullo iluminara sus ojos.
Jeongin frunció el ceño, claramente intrigado.
—No sabía que tenías un hermano. ¿Cuántos más tienes?
—Dos —dijo Hyunjin—. Pero ninguno quiso hacerse cargo del negocio de papá, así que me eligieron a mí.
Jeongin asintió lentamente, procesando la información.
—¿Y por qué te interesa tanto mi hermano? —preguntó, con un tono juguetón en su voz.
Jeongin se encogió de hombros.
—Porque… —dijo, dudando por un momento—. ¿Estas celoso?
—Si
La respuesta hizo que Jeongin no pudiera evitar sonreír.
—No te preocupes por es...
Sin embargo, no pudo terminar su frase cuando una voz estruendosa interrumpió su conversación.
—¡Sorpresa!
Ambos se giraron para ver a dos alfas acercándose. Uno era rubio y el otro tenía el cabello oscuro. Hyunjin frunció el ceño al reconocerlos.
—¿Qué hacen aquí? —preguntó, tratando de mantener la calma.
El rubio sonrió ampliamente.
—También tenemos derecho a visitar a nuestro hermanito menor —dijo, acercándose para abrazarlo con entusiasmo.
Hyunjin se apartó rápidamente, levantando una mano para mantenerlo alejado.
—Mantente lejos —le advirtió, con una mirada seria.
El alfa de cabello oscuro rodó los ojos y se acercó a Jeongin, quien se mostró algo incómodo pero curioso.
—¿Quién es este? —preguntó el alfa Rubio, observando a Jeongin con interés.
Hyunjin notó las intenciones de su hermano y rápidamente llamó a Jeongin.
—Jeongin, ven acá.
De manera obediente, Jeongin se acercó a Hyunjin. Sin pensarlo dos veces, Hyunjin lo besó suavemente en los labios.
—¿Y eso por qué? —preguntó Jeongin, sorprendido.
Hyunjin le pasó un teléfono y le dijo:
—Vuelve a la habitación.
Jeongin estaba por replicar, pero decidió hacer caso y se fue, no sin antes lanzar una mirada retadora al alfa rubio.
Una vez que los hermanos quedaron solos, Hyunjin miró al rubio y sonrió con ironía.
—Minho, si le pones un dedo encima a Jeongin, te vacío un cargador completo.
Minho alzó las manos en señal de rendición y sonrió.
—Por eso estas a cargo. De los tres, eres el más temerario —respondió con confianza.
Changbin intervino en ese momento, con una expresión seria en su rostro.
—¿Cómo es eso de que quieren matarlo? —preguntó, mirando a Hyunjin con preocupación.
Hyunjin asintió, sintiendo la tensión en el aire.
—Si hyunjinnie muere, alguno de nosotros tendrá que hacerse cargo del negocio —dijo Minho mientras rascó su cabeza, pensativo—No me interesa ese negocio. No quiero ser el responsable de nada si tú mueres —respondió Minho con sinceridad.
Hyunjin frunció el ceño ante la respuesta de su hermano mayor.
—No voy a morir —declaró con firmeza.
Changbin lo miró intensamente y dijo:
—Aún así, debemos estar alerta. Nos quedaremos en la mansión por un buen rato.
Hyunjin frunció el ceño nuevamente.
—No es necesario —protestó.
Minho intervino:
—Si se meten con uno de nosotros, se meten con todos. Y eso incluye protegerte a ti.
Con esa afirmación resonando en sus oídos, Hyunjin regresó a su habitación más tarde. Allí encontró a Jeongin acostado en la cama, leyendo un libro. Al ver a Hyunjin entrar, levantó la vista y sonrió.
—¿Qué pasó? —preguntó Jeongin curiosamente.
Hyunjin le entregó el teléfono que le había dado antes y le explicó:
—Ya que no tenías uno aquí, ahora tienes este.
Jeongin sonrió ampliamente al recibirlo.
—¡Gracias! Pero debo salir un momento… tengo algunas cosas que hacer, quisiera ir a la biblioteca y...—anunció entusiasmado.
Hyunjin asintió y le preguntó:
—¿No quieres que nadie te acompañe? Ahora que estás conmigo, no quiero que corras peligro...
Jeongin negó con la cabeza.
—Estare bien, nadie me hará nada.
—¿Lo prometes?
—Lo prometo, hyunjinnie, no me interesa tu hermano no vuelvas a besarme así es vergonzoso...
—Eres un Omega tonto..
Un rato después, Jeongin salió de la mansión jugando con el control remoto y sonriendo. Presionó el botón rojo y susurró
—Boom
—innie iré contig...
En ese instante, parte de la mansión estalló en llamas. Hyunjin sintió cómo su corazón se detenía y salió corriendo hacia el exterior.
—¡Es peligroso! —gritó Jeongin mientras lo tomaba del brazo para detenerlo.
—¡Mis hermanos están allí! —respondió Hyunjin con urgencia y comenzó a correr en dirección a la mansión.
Al voltear, vio cómo unos hombres metían a Jeongin a la fuerza en una camioneta. El caos se desató en cuestión de segundos. Sin saber si seguir a Jeongin o ir tras sus hermanos, Hyunjin tomó una decisión rápida: debía salvar a Jeongin primero.
Minho, Felix y Changbin estaban sacando a todos los demás de la mansión cuando uno de los guardaespaldas le pasó un arma. Sin pensarlo dos veces, Hyunjin tomó una motocicleta que supuso que era de Minho y salió disparado tras la camioneta que había secuestrado a Jeongin.
Mientras corría por las calles, vio la matrícula del vehículo por un instante antes de perderla en un cruce. Maldijo para sí mismo; no podía dejar que esto terminara así. Tenía que salvar a Jeongin antes de que fuera demasiado tarde.
—¡Mierda!
Al llegar a la mansión nuevamente miro a Felix.
—¿Qué sucedió?
—Alguien plantó la bomba en el sótano, todo el lado oeste de la mansión está destruido —Explicó el Omega —no sabemos que clase de bomba era ni tampoco.
Hyunjin molesto tomo a Félix del cuello y lo lanzó al piso.
—Pues es tu maldito trabajo.
—Pero yo...
—¿Vas a poner excusas?, empiecen a investigar quién hizo esto —Gritó y Minho sonrió.
—La persona que quizo matarte, tiene un infiltrado en la mansión, yo que tú haría limpieza de personal —Soltó el alfa —Podria estar entre nosotros, ¿Donde esta el Omega?
—Lo secuestraron pero... Felix rastrea el teléfono que le di a Jeongin...
—Si señor.
—No dejaré ninguna piedra sin voltear
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