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исполнение (ejecución)

▎Capítulo 14

Jeongin abrió los ojos lentamente, sintiendo la fría dureza del suelo de metal bajo su cuerpo. La luz parpadeante de una bombilla iluminaba la celda, proyectando sombras inquietantes en las paredes grises. Su mente aún estaba nublada por el dolor y la confusión, pero a medida que su visión se aclaraba, se dio cuenta de que no estaba solo. Hyunjin estaba allí, apoyado contra la puerta, con una expresión que mezclaba rabia y tristeza.

—¿Hyunjin? —murmuró Jeongin, intentando incorporarse, pero el dolor en su pierna le hizo recordar la gravedad de su situación.

Hyunjin se acercó lentamente, sus pasos resonando en el silencio de la celda. La tensión entre ellos era palpable, como un hilo tenso a punto de romperse. Jeongin, a pesar de su estado, sonrió de manera desafiante.

—¿De verdad quieres matarme? —preguntó, su voz cargada de ironía.

Hyunjin asintió solemnemente, su mirada fija en Jeongin.

—Lo que hiciste no tiene perdón. Has intentado matarme varias veces y me has mentido, jugando con mi confianza.

Jeongin se encogió de hombros, como si las palabras de Hyunjin no le importaran. Pero en el fondo sabía que la situación era más complicada de lo que ambos querían admitir.

—espero que hasta el día de tu muerte, la culpa te consuma —dijo Hyunjin, acercándose un poco más, su voz baja pero firme.

En un movimiento rápido, Jeongin tomó a Hyunjin del cuello, acercándolo a él con una fuerza inesperada.

—No me olvidaras así de fácil —susurró Jeongin, sus ojos fijos en los de Hyunjin—. Los sentimientos no son tan sencillos. Si a alguien lo va a consumir la culpa, será a ti por matar a la persona que amas.

Hyunjin lo miró fijamente, como si estuviera evaluando sus palabras. La intensidad del momento los envolvía, y por un instante, el mundo exterior desapareció.

—¿De verdad crees que te amo? —preguntó Hyunjin con incredulidad.

Jeongin mantuvo su agarre firme, sintiendo cómo la respiración de Hyunjin se aceleraba.

—No te librarás tan fácil de mí —respondió con determinación.

—¿Qué te hace pensar que ya no metí a seungmin a mi habitación? —Investigó y jeongin sonrió acercándo sus labios al oído del alfa.

—No harás eso, por que amas tanto, que no puedes pensar en nadie más, eres mío hyunjinnie..

Pero Hyunjin reaccionó empujándolo hacia atrás con fuerza, liberándose de su agarre. Se dio la vuelta y salió de la celda, cerrando la puerta tras de sí con un golpe seco que resonó en el silencio.

—Mierda —Se quejó el Omega.

La soledad se apoderó de Jeongin mientras la noche caía. Se recostó contra la fría pared, sintiendo cómo la oscuridad lo envolvía. Pasaron unos minutos antes de que una figura familiar apareciera ante él: Minho.

—Sabía que no debía confiar en ti —dijo Minho con una sonrisa burlona mientras cruzaba los brazos sobre su pecho.

Jeongin soltó una risa amarga al escucharle.

—Es una lástima que nunca pudimos follar, voy a morir antes de que me pongas un dedo encima... —respondió, mirando a Minho con desdén.

Minho arqueó una ceja, acercándose un poco más.

—¿De verdad crees que me gustas? —preguntó con desdén.

Jeongin se encontraba sentado en el suelo; flexionó las rodillas y abrió las piernas en un gesto desafiante.

—No lo sé... ¿te gustaría? —respondió con un tono provocador.

Minho lo observó por un momento, sus ojos brillando con un deseo reprimido. Sin embargo, rápidamente recuperó su compostura y se acercó más, tomando a Jeongin del cuello con fuerza.

—Eres un omega inservible —dijo Minho con desprecio.

Jeongin sonrió despectivamente.

—Y tú eres un alfa que le tiene envidia a su hermano menor. Me odias porque sabes que Hyunjin siempre tiene la mejor parte. Tu complejo de inferioridad cada vez es peor, y si tuviera la oportunidad prefiero ser follado por un perro que por ti... Eres un asco.

Minho gritó furioso.

—¡Cállate!

Jeongin continuó hablando sin inmutarse.

—Incluso si debemos desconfiar de alguien, sería de ti. De todas las personas aquí, eres el único que podría querer asesinar a Hyunjin, y lo que te arde es que yo tampoco confío en ti y la diferencia es que yo sí puedo asesinarte y que incluso si le dijera a Hyunjin que te mate, el lo haría...

Minho apretó su agarre con más fuerza, haciendo que Jeongin comenzara a tener problemas para respirar. Las palabras quedaron atrapadas en su garganta mientras sentía cómo la presión aumentaba. Pero antes de que el dolor se volviera insoportable, Minho lo soltó abruptamente.

—No puedo esperar el momento en el que Hyunjin te mate —dijo Minho, sus ojos llenos de rabia y satisfacción.

Jeongin se recuperó rápidamente, tomando aire con dificultad mientras miraba fijamente a Minho.

—Jamás lo haría —respondió con firmeza—. Hyunjin no matará a la persona que ama.

Minho soltó una risa sarcástica, pero sus ojos mostraban dudas.

—¿Y si se ve obligado a hacerlo? —preguntó, su tono más suave pero aún cargado de veneno—. ¿Qué pasaría entonces? Tu lo obligaste...

Jeongin lo miró fijamente, sintiendo cómo la tensión aumentaba entre ellos.

—No pasará —replicó—. Porque yo no voy a dejarlo.

Minho se quedó en silencio por un momento antes de dar un paso atrás y cruzar los brazos sobre su pecho nuevamente.

—Eres más terco de lo que pensaba —dijo finalmente—. Pero eso no cambiará nada aquí dentro.

La celda volvió a quedar en silencio mientras Minho se alejaba lentamente. Jeongin se quedó solo una vez más, reflexionando sobre las palabras de Minho y sobre el futuro incierto que les esperaba a él y a Hyunjin. La noche se alargaba y los ecos de sus pensamientos resonaban en su mente: ¿podrían realmente escapar de este ciclo de violencia y desconfianza?

Mientras tanto, fuera de la celda, Hyunjin caminaba por el pasillo oscuro, luchando contra sus propios demonios internos. Las palabras de Jeongin resonaban en su mente: "Los sentimientos no son tan sencillos". Se detuvo en seco y se apoyó contra la pared fría, sintiendo cómo la angustia lo invadía. ¿Enserio quería matarlo?, sus pensamientos fueron interrumpidos cuando observó cómo Minho venía en dirección de la celda de jeongin.

—¿Qué hacías en la celda de jeongin? —Investigó Hyunjin observando a Minho.

—Solo quería molestarlo, no me agrada nadita.

—Eres un mentiroso y crees que nací ayer...¿Lo tocaste?

—Oye, ¿Eres imbécil?¿Sigues defendiendolo? Te intentó matar, más bien te estás tardando mucho, mátalo ahora.

—¿Quien te crees para darme órdenes?

—Relajate yo solo, no hay que pelear solo... Te dije desde un principio, el no me agrada y...

—Minho, no te metas en las decisiones de hyunjin —Habló changbin apareciendo por el pasillo —Si Hyunjin le quiere perdonar la vida entonces bien, y si no pues eso también está bien, de todas formas si el Omega lo hubiera querido matar lo habría hecho en la cabaña sin dejar rastro, y aún así no lo hizo.

—¿Te pones del lado del Omega?—Se quejó minho

—no, me pongo del lado de la lógica y que tú que seas el más inteligente de los tres no lo hagas me preocupa, quizás sea por que jamás haz estado enamorado —explicó.

—¿Y tú si?

—Si, yo si...

—Ya basta los dos, vayamos a dormir, mañana pensaré en que hacer con el...

—El sicario desapareció, no hay rastro... Además seungmin tampoco aparece, ¿Qué hacemos?

—No dejes que alguien más haga tu trabajo, envía a matarlo con el siguiente, ah y... No toquen a Jeongin, lo quiero con vida.

—Si señor.

—Enserio que te gusta meterte en problemas, innie...

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