Capitulo 1.
Agradezco el bonito cover y banner a poetaes
Y a kooromi_ autor de la editorial sanrio_studios por la idea original.
Como ya era costumbre, un pequeño niño se encontraba huyendo de otros que iban lanzandole piedras que encontraban en su camino, acompañadas de cuantos insultos se les ocurría por lo que ahora el pequeño Kim Taehyung no paraba de llorar mientras huía de los niños que querían golpearlo.
Como se arrepentía de no obedecer a su mamá y todo porque se distrajo con un lindo conejito que discretamente se robaba una zanahoria del puesto donde estaban comprando; se veía tan bonito y tierno aquel conejo blanco que no pudo resistirse a seguirlo sigilosamente para no espantarlo. Sin embargo, se alejo tanto de su mamá que se perdió y como muy pocas veces iba al pueblo no conocía el lugar, pidió ayuda a varias personas y todas se pasaban de largo o lo ignoraban, si le iba bien porque sino le dedicaban miradas llenas de odio o asco. Seguía sin entender porque lo trataban de esa manera; era amable, respetuoso y con un corazón tan noble como el que pocos tenían en este mundo y por ello tenía un ángel que lo cuidaba y tendría una vida llena de amor, o eso, decía su madre a menos que le mintiera o tal vez él no era lo que ella decía o no era lo suficientemente bueno para que los demas lo trataran bien. ¿Y si sí era un demonio cómo todos decían? No podía ser ¿o sí?.
Los minutos seguian transcurriendo y él tenía cada vez más miedo, pensaba que nunca volvería a ver a su mamá y el solo tener esa idea lo aterraba al punto de no poder respirar.
Como podía se limpiaba el rostro con sus manitas pero como iba con sus ojitos cerrados terminó cayendo frente a un grupo de niños que estaban jugando y ahi empezó todo. Era el día más horrible que había tenido en sus 10 años de vida, ahora ya no solo estaba perdido sino que también tenía su rodilla derecha y sus manitas raspadas, sin embargo, eso no era lo peor porque también se le había caído la capa que su mamá le había repetido millones de veces que no se la quitara por ningún motivo a menos que estuvieran en casa.
Así fue como quedaron al descubierto sus alas, que en cuanto los demás las vieron se alejaron de inmediato y comenzaron a decir cosas horribles como "Es un demonio", por ello, ahora se encontraba huyendo de ellos.
El tiempo seguía avanzando y esos crueles niños no dejaban de agredirlo, quería ser fuerte pero con cada insulto y golpe sentía como si algo se fuera clavando en su corazón, en consecuencia, comenzó a llorar más provocandó así las burlas de sus verdugos.
Taehyung siguió corriendo hasta que entró a un espeso bosque donde ya no lo siguieron pero aún así él continuo alejándose hasta caer rendido junto a un árbol. Ahora si estaba completamente perdido y no volvería a ver a su mamá y a SeokJin que era su mejor y único amigo, lo único que podia hacer era abrazar sus piernas mientras seguía llorando a mares.
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- ¡Jungkook, espérame!.- exclamaba un pequeño ángel que trataba de llegar con su primo que no paraba de correr.- ¡No vas a alcanzar al conejito!.- dándose por vencido, Jimin se dejó caer en el pasto bajo la luz del sol por lo que se cubría con su antebrazo los ojos.
Amaba a su primo, Jeon Jungkook, pero para jugar con el debia tener la energía como de 10 niños más, llevaban horas jugando y mientras a él ya le dolían sus piecitos el travieso ángel de 8 años todavía tenia energía para ir detrás de un conejito que quería como mascota. Solamente Yugyeom era el único que podia seguirle el ritmo, tanto que habían decidido separarse para buscar al animalito por lo que el menor de todos iba con Hoseok y Jimin con Jungkook.
Muy a su pesar el angelito se levantó para encontrar a su primo antes de que lo perdiera y su tía fuera a regañarlo; aunque sucedía casi todos los días porque no había manera de detener a Jungkook que quería comerse al mundo, iba de un lado para el otro, se distraía, todo le parecia extraordinario y era el ángel más curioso que había por lo que normalmente a ambos les llamaban la atención por no estar en casa, irse sin avisar o porque llegaban sucios después de andar por los bosques de alrededor.
- Me va a tener que llevar cargando a casa.- hablaba Jimin con el mismo mientras fruncia el ceño porque el camino se volvia más difícil, estaba lleno de lodo y muchas hojas secas pero sin duda lo peor era cuando se topó con una pronunciada pendiente.- Que no haya bajado por aquí...que no haya bajado por aquí...- decia como un mantra teniendo sus ojitos cerrados, poco a poco los fue abriendo para ver el camino donde había claramente unas pequeñas huellas.- No son de Jungkook, pueden ser de cualquiera.- intentaba convencerse, soltó un largo suspiro y se dió la vuelta para continuar su búsqueda en otro lugar, sin embargo, cuando estaba a punto de dar un paso escuchó el crujir de unas hojas secas.
- Jimin...Jimin...- susurraba Jungkook para llamar su atención pero sin hacer mucho ruido, en tanto, el mayor miraba a otros lados ignorando a angelito.- No te hagas, se que me escuchas...- Jimin dió un golpe al suelo con su pie, dejando caer sus hombros en rendición y no le quedó de otra que dirigir la mirada al otro.- Ven, tienes que ver esto.
- No voy a bajar...- respondió con un susurró.- ¿Por qué hablamos así? Ven tú.
- No grites.- decía Jungkook que ponía un dedo sobre sus labios.- Los vas a espantar. Ven.
- No quiero.- decía con firmeza el mayor que cruzaba sus bracitos para darle más énfasis a su respuesta pero no contaba con que Jungkook haría un puchero y lo miraría con ojitos como los de los ciervos bebés que tanto les gustaban; en conclusión, no podía negarse.- Deja de hacer eso.- lo señalaba con sus pequeños deditos.- Ya voy.
Jungkook iba a dar un grito de alegría pero en cuanto recordó porque no debía hacer ruido cubrió su boca. Jimin intentaba descender por aquella pendiente pero con solo poner un pie sobre ella sentía que podría caerse y escuchar a su primo apurandolo no le ayudaba mucho; ya un poco harto decidió bajar pero intentaba agarrarse de algunos árboles y arbustos para no caerse. Lo estaba haciendo muy despacio tanto que desesperaba un poco a Jungkook con su lentitud, solo faltaba un paso y llegaría pero no contaba con que la ramita del arbusto que tomaba para no resbalar terminó rompiendose y por tanto acabó lleno de lodo hasta en el cabello al quedar tendido en el suelo.
Estaba tan enojado que dio unos golpes en el suelo, salpicandose más de lodo, al mismo tiempo, Jungkook se mordía el labio para no reirse pero le estaba siendo imposible así que le dio la espalda para poder controlarse.
- ¿Estás bien?.- cuestionó Jungkook que lo tomaba de la mano.
- ¡No!.- exclamó el mayor que miraba su ropa y sus alas llenas de lodo. De inmediato Jungkook le cubrió la boca con sus manitas para que dejara de hacerlo pero su primo no dejaba de forcejear que terminó soltandolo.- Vas a lavar mis alitas y me vas a llevar cargando a mi casa.- decía con enojo que hablaba muy rápido.
- Esta bien.- dijo sin ningún problema el menor que paso de largo a su primo para seguir mirando entre los arbustos.- Ven, tienes que ver esto.
- No me interesa.- Jungkook ignoró su respuesta y lo jaló del brazo para llevarlo a su lado.- Que es tan importante...
El angelito siguió ignorandolo y lo tomó por las mejillas para que viera lo que había encontrado. Había un niño durmiendo entre las raíces de un árbol, no se veía muy bien porque tenía una capa encima, solo dejando a la vista su cabello tan negro como la noche parecido al de Jungkook pero eso no era todo porque tenia algo blanco y esponjoso entre sus bracitos.
- Pensé que era tu conejo.- decía en tono de reproche Jimin que se levantaba.- Ya vamonos a casa.
- No, quiero a ese lindo conejito que tiene ese niño.- comentaba el menor con un brillo peculiar en los ojos y rápidamente cruzó entre los arbustos para llegar a su objetivo al mismo tiempo que Jimin le pedía que regresará sin ser escuchado.
Jungkook seguía dando pequeños pasos para no despertar a aquel niño que dormía tranquilamente al igual que el conejito entre sus brazos. Su plan era aprovechar eso para quitarle al animalito y salir corriendo, sin embargo, cuando se agachó para tomarlo se quedó observando el rostro del niño; era tan hermoso que no quería apartar sus ojos de él, tenía unas largas y espesas pestañas que formaban una ligera sombra en sus mejillas donde se notaba claramente que había llorado. Inconscientemente estiró sus manitas para limpiar los restos de lágrimas pero al tocarlo a la misma velocidad abrió los ojos que lo observaban con miedo y se trató de esconder en un pequeño hueco que habia en el árbol donde se encontraba, pegó al conejito a su pecho y con su manita libre se cubrió los ojos esperando lo peor.
- ¡No me pegues, por favor!.- solo de pensar que alguien se atrevió a golpear a ese bonito niño el corazón del angelito dolía, quiso acercarse para tomar al conejito pero el niño se alejó asustado.- ¡A él no le hagas nada! Mejor pegame a mi...- apretó sus ojitos en espera del primer golpe.
- No los quiero lastimar.- hablaba Jungkook suavemente para no espantarlo más.- Te prometo que no voy hacerles nada.
Por alguna extraña razón Taehyung confío en él y abrió sus ojitos poco a poco, encontrándose con un niño de cabello negro como las noches que tanto le gustaban, unos enormes ojos azules llenos de curiosidad y con unas enormes alas blancas como las de un ángel.
- ¿Entonces es verdad?.- preguntaba con emoción Taehyung que de inmediato se levantó del suelo sin darse cuenta que sus alas oscuras quedaban al descubierto.- Mi mami tenía razón, tengo un ángel que me cuida. Hola, mi nombre es... bueno eso ya lo sabes porque eres mi ángel pero yo no se el tuyo.
- Hola, mi nombre es Jeon Jungkook.- decía con una sonrisa el angelito mientras miraba de arriba abajo a quien acababa de conocer pero detuvo sus mirada en sus heridas pero principalmente a sus alas, algo que notó el pequeño y rápidamente tomó su capa para esconderlas.- Tus alas son muy bonitas.- comentó Jungkook que quería seguir viéndolas pero aún así el niño se cubrió.- ¿Verdad que lo son, Jimin?.- preguntó el ángel para darle más confianza.
- Ehhh, ¿ssssi?.- se escuchaba una voz llena de inseguridad detrás de Jungkook porque su primo lo utilizaba para esconderse.-Claro que si son muy lindas.- dijo finalmente Jimin cuando el menor se volteó a verlo con una advertencia en los ojos sino decía lo que él quería.
- Ya oíste no tienes porque esconderlas.- con confianza Jungkook se acercó para acariciar las orejas del conejito que tenía en sus brazos mientras tanto Taehyung lo miraba más de cerca, principalmente, sus alas que si eran bonitas no como las de él asi que volvio a cubrirlas.- Que bonito conejito ¿Por qué contigo si deja que lo toques y a mi no? Llevó rato detrás de él y no pude ni tocarlo.
Jungkook seguía acariciando al animalito que sorprendentemente estaba de lo más tranquilo pero con él era completamente diferente porque al verlo salió corriendo.
- Estaba un poco asustado.- el angelito hizo un puchero y dejó de tocarlo porque se sentía mal por molestar al conejito.- Es muy chiquito y seguramente extraña a sus papás.
- Perdón, no era mi intención.- se disculpaba con el animalito e hizo una pequeña reverencia logrando que por primera vez Taehyung riera por lo tierno que era.- Te prometo que te ayudare a buscar a tus papás.
- Jungkook deberíamos irnos ya.- Jimin tomo la mano de su primo para que pudieran irse pero el angelito ni siquiera avanzo y se soltó del mayor.- No creo que sea buena idea que nos tardemos más.- intentaba convencerlo, sin embargo, era como si el menor no lo escuchara porque le quitó el conejito a Taehyung para dárselo a él.
Jungkook sacó un pañuelo blanco de la bolsa de su pantalón al mismo tiempo que tomaba una de las manitas de Taehyung para limpiar su herida que mágicamente poco a poco iba sanando dejando con la boca abierta a niño. Por último hizo lo mismo con su rodilla que tardó más en sanar porque la herida era más profunda y para cubrirla ató su pañuelo a ella.
- Listo, ya esta.- comentaba Jungkook que sacudía su ropa mientras Taehyung no dejaba de ver con sorpresa las palmas de sus manos.
- G -gra- gracias, mi ángel.- el niño hizo una reverencia y no notó el sonrojo que había provocado en Jungkook por llamarlo de esa manera, además que llamó su atención una pareja de conejos que se acercaba a ellos hasta que quedaron a los pies de Jimin.
- ¿Son sus papás?.- cuestionó el menor de los ángeles a lo que Taehyung asintió.- Jimin, déjalo.- con mucha lentitud Jimin dejó al conejito en el suelo donde lo esperaban sus padres que de inmediato lo rodearon.
- Ahora ya podemos irnos.- decía con impaciencia el mayor volvió a tomar a Jungkook para que caminarán.
- No se vayan.- se interpuso Taehyung deteniendo a ambos angeles.- ¿Podrían ayudarme? Es que me perdí y no sé como volver al pueblo.- unas cuantas lagrimas se hicieron presentes en Taehyung al recordar que tal vez no vería a su mamá, a su abuelita y Jin quienes eran su unica familia. A Jungkook le dolió verlo de esa maneda que corrió a limpiar sus mejillas y entrelazar sus manos.
- Adiós conejito espero que nos veamos después.- comentó pequeño ángel cuando los conejos se alejaban de ellos y de igual manera Jimin y Taehyung les hicieron adios con sus manitas.
Mientras Jungkook caminaba felizmente tomado de la mano de Taehyung, Jimin iba detrás de ellos sin quitar la mirada del niño porque le daba un poco de miedo y pensaba que en cualquier momento les haría algo, sin embargo, Jungkook iba como si nada pasara, como si fueran amigos cuando ni siquiera se conocían.
- Por cierto, no nos dijiste tu nombre.- Jungkook se detuvo abruptamente provocando que su primo se enojara por chocar contra sus alas.
- Ohh, es que pensé que tu ya lo sabias por ser mi ángel.- decían con notable decepción, manteniendo la mirada en el suelo pero haciendo que esas últimas palabras causarán revuelo en el corazón de Jungkook.
- Lo si- siento pe-pero no lo sé. ¿Así qué podrías de-decirnos como te llamas? Por favor.- era la primera vez que el angelito se mostraba nervioso y tartamudeaba, logrando sorprender a Jimin que no entendia el motivo.
- M-mi nombre es Kim Taehyung.- habló bajito el niño que tenia sus mejillas pintadas de rosita cuando vio su manita entrelazada con la del lindo angelito que quería ver sus alas pero solo alcanzaba a observar las puntas de ellas porque las arrastraba y salían un poco de su capa.
- Que bonito nombre, lo es tanto como tus alas.- Jungkook le sonrió y se quedó contemplando sus ojos oscuros pero que si los mirabas detenidamente encontrabas unos destellos rojos que le recordaban el fuego.- Si me dejas tocar tus alas yo igual dejare que toques las mías ¿te parece?.- Le sonrió y hacia un pequeño puchero al cual casi nadie se podía resistir.
- E-esta bien.- respondió Taehyung porque el ángel estaba emocionado y hacia un puchero al cual claramente no podría resistirse, además él también quería acariciar sus alas para comprobar si eran tan suaves como su madre le contaba.
Taehyung tomó su capa por la solapa para quitársela pero justo antes de que lo hiciera escuchó varios gritos pero al no entender lo que decían, volvió a tomar la mano de Jungkook para correr a lado contrario de quienes gritaban. Pensaba que eran aquellos niños que lo golpearon y lo insultaron, les tenía miedo pero por nada del mundo dejaría que lastimaran a su ángel así tuviera el que soportar cualquier cosa.
- ¡Esperen, necesito preguntarles algo!.- exclamaba un niño que corría detrás de ellos pero que estaba a punto de darse por vencido porque ya no podía respirar bien de lo agitado que estaba. Con un gran esfuerzo logró alcanzar a Jimin que habia tropezado.
- ¡Jungkook ayudameeeeee!.- gritaba su primo que pataleaba mientras SeokJin se sentaba a lado de él por el cansancio.
- Que llorón eres.- comentó Jin con voz entrecortada y se dejaba caer sobre el pasto para descansar.- Solo...quería...
- ¿Jin hyung?.- interrumpió Taehyung que estaba escondido detrás de un árbol y Jungkook detrás de él.
Al verlo Jin soltó un largo suspiro y dejo caer su cabeza en el suelo para poder descansar después de llevar una eternidad, segun él, buscando a Taehyung por todo el pueblo y el bosque. Lo conocía desde que era un bebé y lo cuidaba como si fuera su hermano ya que lamentablemente él no tenía uno porque sus padres habían fallecido al año de su nacimiento, quedando solamente con su abuelita.
Si fuera por él seguiría acostado pero escuchaba los gritos lejanos de su tía, Kim HaRi, mamá de Taehyung que seguramente estaba llorando de la desesperación por lo que muy a su pesar se puso de pie.
- Tae, ¿Dónde estabas?.- cuestionó al mismo tiempo que Taehyung corría a abrazarlo.- Bueno eso no importa, ya es hora de irnos porque mi tía esta preocupada.
- Pero...
- Vamonos, gracias por ayudarle.- el mayor se dirigió a los angelitos para después caminar, sin embargo, Taehyung no se movió y se quedó mirando a Jungkook porque no quería irse, o más bien, alejarse de Jungkook que sentía lo mismo y no seguia a Jimin que ya se iba.- ¿Taehyung?
- Me tengo que ir...- murmuró Taehyung cuando el angelito se acercó mientras los mayores se alarmaban por los gritos que se escuchaban cada vez más cerca.- Pero te prometo que nos volveremos a ver.
- ¿En serio?.- cuestionaba Jungkook con ojos llenos de ilusión a lo que el niño asintió y el angelito se lanzó sobre el para abrazarlo.- Lo debes cumplir, TaeTae.
Así fue como se conocieron Jeon Jungkook un ángel travieso y lleno de curiosidad y Kim Taehyung alguien que desconocía completamente su origen pero que estaba seguro de querer a aquel ángel de ojos azules que lo habia curado hace tantos años aunque no lo haya vuelto a ver pero que no se daba por vencido de algún día encontrarlo.
- ¿Por qué sonríes tanto, hijo?.- preguntó Kim HaRi a su hijo, Taehyung que estaba sentado a lado de la ventana con la mirada perdida.
- Es que la abuela y Jin vendrán hoy.- mintió el joven porque si decía que pensaba en ese hermoso ángel que conoció cuando tenía 10 años seguramente su madre se enojaria como cuando le habló la primera vez de él.
- Hablas como si nunca nos visitarán.- la mujer se dirigió a la pequeña cocina seguida de su hijo que la ayudaba a cargar la canasta que cargaba llena de frutas y verduras que ellos mismos cosechaban.
- Como son los únicos con quienes hablo aparte de ti siento que es mucho tiempo.- Taehyung comenzó a lavar las verduras bajo la atenta mirada de su madre que le dolía que no pudiera tener una vida como la de un joven de 24 años.
Lo que sucedio años atrás solo hizo que HaRi tomara la decisión de mantener a Taehyung lejos del pueblo, por lo tanto, lejos de los humanos que lo atacaban cada que podían, de los brujos y principalmente de los ángeles. Debido a ello ahora vivian a la orilla del pueblo sin tener contacto con los demás o por lo menos era como su hijo vivía porque ella de vez en cuando iba al pueblo a comprar lo necesario. En tanto lo único que tenían cerca de casa era un tenebroso bosque al que nadie se atrevía a entrar por miedo a lo que pudieran encontrar en el caso de los humanos y para los ángeles y brujos era como una frontera natural que no se atrevían a cruzar desde que firmaron un tratado de paz después de dos años en constante pelea, "Magic & Wings" era lo que mantenia al mundo en armonía siempre y cuando ángeles y brujos estuvieran separados. En ese lugar se sentía seguro como le sucedía en su hogar y él no lo consideraba malo como los demás decían, para él perfecto solo que no se daban la oportunidad de conocerlo como sucedía con él, además que al estar en el bosque por alguna razón se sentía protegido porque era como tener a su papá cerca.
No tuvo la fortuna de conocer a su padre pero sentía que de alguna manera estaba cerca de él porque su mamá se encargaba de contarle un montón de anécdotas y porque al estar en la cabaña en medio del bosque que construyó para su mamá de alguna manera podía sentir el gran amor que se tenían sus padres. Deseaba poder vivir un amor tan grande y puro como el de ellos pero...
- Puedes salir...
- Siempre y cuando no dejes al descubierto tus alas.- interrumpió Taehyung con aburrímiento terminando la típica frase de su mamá provocando que le diera una ligera palmada en el brazo.- Perdón pero no me interesa hacerlo.
- No deberías cerrarte a conocer personas.- decía para animarlo al mismo tiempo que cortaba unas verduras para comer.- Tal vez encuentres a alguien...
- Mamá, detente ahí.- detuvo el joven a mamá porque ya se sabía ese discurso que para nada le interesaba, ella quería que conociera a alguien, se enamoraran y la hicieran abuela de muchos niños, sin embargo, Taehyung tenia otros planes o mejor dicho tenia a alguien en mente que aunque solo lo vio una vez se había ganado su corazón aunque Jin pensaba que se debía a que era la única persona a la que conocía aparte de ellos.- Mi vida esta muy bien así como está y me gusta.
- Eso dices ahora pero cuando seas más grande pensaras distinto.- el joven soltó un largo suspiro y empezó a lavar fresas que era su fruta favorita.- Ve al pueblo tal vez logres hacer algún amigo.
- Sabes bien que nadie quiere serlo, es más, ni siquiera soportan que este cerca de ellos.- HaRi dejó de picar y se giro para hacer otras cosas pero la verdad era que no quería que su hijo se percatara de sus lágrimas porque Taehyung tenía razón y ella fue testigo de todas las veces que fue despreciado y no solo por los humanos.- Por ese motivo vivimos aquí y estamos bien.- decía con optimismo contagiando a su madre que disimuladamente se limpiaba las lágrimas.
Así era Taehyung sin importar lo difícil que fueran las cosas él siempre tenía una sonrisa y Kim HaRi lo agradecía porque quería que tuviera una vida llena de amor y felicidad que era lo único que se merecía y haría hasta lo imposible por el bienestar de su hijo aunque ella no es madre biológica.
- Mira, Tae, te están esperando afuera.- le dió un ligero golpe en el costado para llamar su atención porque no dejaba de comer fresas. Taehyung levantó la mirada dirigiendola hacia donde su mamá le señalaba y se encontró como todas las mañanas a un pequeño búho que tocaba la ventana con su pico.- No sé cómo lo logras pero estoy segura que todos esos animales te aman.- HaRi se acercó a la ventana para ver con normalidad a muchos animalitos que iban a su casa para comer y jugar con Taehyung.
- Y yo a ellos.- tomó una de las canastas que ya tenia preparada con frutas, verduras y algunas semillas para darles de comer a sus únicos amigo aparte de Jin.
Rápidamente Taehyung salió de su casa con una sonrisa para sentarse en las escaleras de la entrada de su casa y poco a poco empezó a darle de comer a los animales empezando por los más pequeños como conejos, ardillas, mapaches y zorros para después darle a los más grandes como los venados y por último le lanzó las semillas y algunas frutas a todos los pajaritos.
Era una escena tan bonita y al mismo tiempo tan difícil de creer porque sin importar su especie todos los animales convivían sin ningún problema, en tanto, Taehyung no dejaba de hablarles y preguntarles un montón de cosas recibiendo según respuesta cuando se le quedaban mirando o le daban un empujoncito con su cabeza.
Solo con ellos podía sacar lo que en verdad sentía porque aunque tenía a su familia había ciertas cosas que prefiria no decirles y no era porque no les tuviera confianza sino que preferia que no cargaran con sus problemas que con el paso del tiempo entendió que no eran de él sino que pertenecían a quienes lo juzgaban por no conocerlo y por ser diferente. Trataba a los animales como lo más preciado que tenía y ellos también lo querían mucho y todos los días se lo demostraban con actos que para algunos podrían no significar nada pero para él valían todo; como cuando tenían a sus crías y las llevaban para que los conocieran, solo eso necesitaba para ser feliz porque se sentía querido, parte de algo y que merecía cariño no solo de su pequeña familia.
Solo con ellos compartía su tristeza por la manera en la que todos en el pueblo lo trataban cuando era un niño y todavía no comprendía claramente lo que sucedia, ese sentimiento y todos aquellos secretos que les narraba en las profundidades del bosque era lo que más escondia. Sin embargo, lo que más atesoraba era lo que sentía cada vez que...
- ¡Taehyung, hijo!.- interrumpió sus pensamientos HaRi .- Ya llegaron tu abuela y Jinnie.- llamó la mujer desde la puerta porque él estaba sentado bajo un árbol un poco lejos.
- ¡Ya voy!.- exclamó el joven que rápido se pusó de pie y sacudió su ropa.- Me tengo que ir, cuídense mucho y nos vemos mañana. Adiós.- corría alegremente a donde estaba su familia que lo saludaban con la mano.
- Tranquilo, Tae, acabamos de llegar no nos vamos a ir.- decía con burla Jin que lo despeinada un poco haciendo que el menor formará un tierno puchero.
- Hola abuelita ¿Cómo estas?.- preguntó Taehyung que ayudaba a la mujer a subir las escaleras para entrar mientras Jin caminaba delante de ellos llevándo algunas cosas que había comprado.
- Muy bien mi niño, no tanto como tú pero bien.- de repente la señora Kim buscó con la mirada a HaRi pero no había ni señales de ella que se suponía aiba detrás de ellos.- ¿Y tú madre?
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- ¿Qué haces aquí?.- cuestionaba con notable enojo HaRi al ángel que tenía frente a ella y solo la miraba con una sonrisa llena de burla.- Le dije a SooJin que no quería que vinieras tú.
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