Una noche Erika se despertó sudando, Jack la miraba fijamente y ronroneaba. Se fijó en el reloj que marcaba las 3:30 am, debía llevar una hora dormida o algo así. Tomó su bolso las llaves y salió apresuradamente hacia el parqueadero seguida por un gato que miraba a todos lados buscando que había alterado a su dueña de ese modo. Erika se sobresaltó cuando al abrir la puerta del auto Jack entro primero, no le dio mayor importancia y condujo a toda velocidad hasta su casa. Entró llamando a Ana a gritos y esta salió de su cuarto adormilada.

-¿Qué sucede Erika?- preguntó mientras se restregaba los ojos.

-¿Cómo es que te vas sin despedirte?- Le reprocho Erika

-Yo no voy a ningún lado, excepto a dormir- Respondió la recién levantada dirigiéndose de vuelta a su cuarto.

-Espera, tuve una pesadilla. Tú te ibas sin despedirte porque tu familia te había llamado con urgencia, pero llegabas tarde, todo era un caos y por u poco muere toda tu familia.- soltó Erika de golpe.

-Pues sí que fue una pesadilla, no me han llamado y no estamos en guerra.

-Eso creían todos en tu reino, el enemigo se aprovechó de eso y les cayó de sorpresa. Mató los grupos de vigilantes y por poco lo logra.

- ¿En tu pesadilla mi reino ganaba?- Cuestiono Ana aun estaba molesta porque la despertaran, pero había algo: uno era que cuando se trataba del reino ella no se andaba con rodeos y dos Erika no acostumbraba ir por ahí gritando sus pesadillas, además al ser ella la princesa el universo podría enviarle mensajes de advertencia, así que era mejor ver de qué trataba.

-Sí tus poderes les derrotaban al final, pero solo quedaban tú y tu padre.

-Menos mal solo es una pesadilla porque yo aún no despertado mis poderes y tampoco tenemos enemigos tan poderosos.- Respondió Ana tratando de convencerse que no era ninguna advertencia. Mientras Erika busco papel y lápiz se concentró un momento y le extendió el papel a Ana.

-¿Reconoces este rostro?- Le pregunto mientras le mostraba un boceto del protagonista de su pesadilla, Ana tomo el papel y palideció al mirarlo.

-¿Lo... lo conoces?- Erika se preocupó por la expresión de su amiga.

-No, lo he visto en cuadros. Mi padre le tenía mucho aprecio, pero algo que nunca nos cuente pasó y se distanciaron. ¿Será tan grave como para una guerra? Debo ir a avisarles. ¿Llegaré a tiempo? – Se afanó Ana.

-En mi sueño era viernes, yo llegaba a pasar el fin de semana, así que debía ser por la tarde casi de noche y tú salías disparada. ¿Qué día es hoy?- preguntó Erika mientras revisaba su móvil- vaya es martes. Estás a tiempo, pero espera.- Dijo interponiéndose a su amiga que estaba por correr.

-¿Qué ocurre? déjame ir, les avisaré.- refunfuñó Ana

-Sí, pero con calma. Primero no te van a creer si dices que yo tuve una pesadilla, segundo te puedes hacer daño si sales corriendo desenfrenadamente y tercero allá afuera ha empezado a llover por lo que no llegarías más allá de la puerta con una cola y sin agua suficiente para nadar.- respondió Erika

-Ok, tú ganas. ¿Qué hacemos?- Se rindió la sirena

-Lo primero, tus poderes.- indicó Erika

-Que no tengo- renegó Ana

-Si tienes, yo te vi. Movías cosas a tu antojo.- replicó Erika

-¿En serio telequinesis? ¿Cómo?- Cuestiono Ana.

-No lo sé. ¿Hay algo que los despierte?- Musitó Erika para sí misma pero Ana le oyó.

-Pues no, la mayoría los despierta antes de los 15, pero en mi caso nada aún.-Se quejó nuestra sirena-

Pues entonces nos tocó ensayo y error, comienza por algo liviano como este papel o ese lápiz- Contestó su amiga.

-¿Qué quieres que haga?-Cuestiono a su amiga esto era de locos.

-Míralo fijamente, concéntrate en lo que quieres que haga.

Varias horas después Ana estaba muy frustrada no había conseguido mover el lápiz ni un milímetro tan siquiera. También había intentado dejando caer cosas mientras trataba de evitar que llegaran al piso, o levantarlas, hacerlas girar, Erika le había lanzado cosas para que las detuviera pero nada. De pronto Erika recordó que Ana odiaba que le lanzaran cosas de aposta.

-Ey Ana- Le había gritado y cuando esta volteó a mirarla le pego una bolita de papel en la cara.

-¿Qué haces?

-Guerra de papel- respondió con simpleza y continuó arrojándole bolitas de papel.

-Odio esto, lo sabes- dijo Ana al borde de una histeria.

-Sí, ese el punto. No te gusta, ¿quieres que esos asquerosos papelitos dejen de rebotar en tu cabeza? ¿Sí? Pues detenlos, ¿no es ese tu poder? Vamos tú lo controlas y no él a ti.- Le dijo Erika, al tiempo que incrementaba la velocidad y cantidad de las bolitas de papel, llegando aumentar también el tamaño de las bolas de papel.

Ana estaba muy enojada, en el fondo sabía que su amiga intentaba ayudar pero esto era pasarse la raya. No sabía cómo usar su poder y Erika no parecía querer cejar en su guerra, cerró los ojos, odiaba esa sensación, solo quería que todo se detuviera ¡ya!

-Muy bien, lo lograste.- Escuchó la voz de su amiga, abrió los ojo y vio una lluvia de bolitas de papel cayendo al piso.

-¿Qué ha pasado?- pregunto sorprendida.

-No lo sé, cerraste los ojos y de pronto todos mis papelitos se detuvieron y en cuanto los abriste todo cayó. Los soltaste.

-Entonces solo sale cuando estoy desesperada- Suspiró derrotada

-Quiero creer que es solo por ser tu primer vez, vamos tenemos otras cosas que hacer, pero primero lo primero, voy a preparar algo de comer.- respondió Erika dirigiéndose a la cocina.

Ana se quedó reflexionando en lo que acaba de suceder. Tal vez su amiga tenía razón, debía confiar más en ella misma. Tomó aire y pensó en mover su lápiz que milímetro a milímetro se fue cambiando de lugar, bueno eso era un avance. Quiso levantar los papeles del piso y enseguida estos se hallaban a la altura de sus ojos, jadeo por la sorpresa y estos regresaron al piso.

Grande fue el susto de Erika cuando regresó con dos paltos de ensalada de frutas y se encontró con que todos los objetos de la sala incluido el sofá y la mesita de centro se hallaban más cerca del techo que del piso, Ana sonreía y loas bolitas de papel giraban a su alrededor.

-No es preciso que te quedes con la boca abierta, si la cierras verás lo mismo- se burló Ana de su amiga que la miraba con ojos como platos.

Mientras tanto uno de los platos se alejaba de Erika flotando y se acercaba Ana cuando estuvo a una distancia prudente la cuchara empezó a ir del plato a la boca de Ana una y otra vez hasta que termino su porción, fue entonces cuando todas las cosas volvieron a su ligar como si nada hubiera pasado.

-Lo sabía, eres genial- Dijo Erika con euforia mientras abrazaba a su amiga- pero no hay tiempo de celebrar, ya va casi es medio día. En mi sueño luego de que todo acaba tu padre lamentaba no haber investigado unos rumores. Creo que es lo que debes hacer, sin embargo no sé a qué se refería, debes empezar por ahí.-Sugirió a la sirena.

-Mmmm... Bueno tendría que saber cuáles son los rumores, de donde provienen y hacer algo al respecto ya que en tu sueño padre se negaría. Suena demasiado para una sola persona.- Respondió Ana pensativa.

-Si yo tuviera cola de pez te ayudaría, tus hermanos o amigos allá abajo, no sé alguien que esté dispuesto a hacer travesuras, preferiblemente que tenga poderes y sepa guardar silencio.- sugirió Erika

-Lo pensaré, gracias por todo. Espero que en lo único que tengas razón sea en lo de mis poderes- dijo Ana y Erika se tensó.- Tranquila seré cuidadosa.- trato de relajar a su amiga.

Ana se apresuró a tomar la ruta que la llevaría a su hogar y Erika fue a la universidad, recuperó las clases perdidas y continuo la semana con los nervios a flor de piel. Ya no dormía ni siquiera las acostumbradas tres horas y como no le gustaba perder el tiempo pensó en diseñar un brazalete para que Ana no tuviera que preocuparse de los efectos del agua cuando estaba en su forma humana.

Para su mala o buena suerte en dos día terminó el diseño tenía todo lo teórico solo faltaba realizarlo pero para eso necesitaba a su familia así que el viernes apenas terminó las clases decidió que ese fin de semana visitaría a su familia. Cuando se estaba subiendo al carro apareció su amiga con una sonrisa de oreja a oreja.

-Ana ¿Cómo te fue? Dime que estoy loca.- Saludo Erika efusivamente mientras abrazaba a la sirena.

-Pues tengo malas noticias, no estás loca.- bromeo Ana.

-¿Qué quiere decir eso exactamente?

-Bueno, tu pesadilla pudo ser real, pero gracias a tu premonición, pudimos evitarla. Cuando me fui tantee el terreno con mi padre y efectivamente no estaba interesado en los rumores, pero pude saber de donde provenían, reté a mis hermanos para que me ayudaran con sus habilidades, descubrimos la verdad y llevamos evidencia. Nos regañaron un poco y luego de aclararlo todo me felicitaron por haber sabido manejar la situación. Tuve que explicar tu pesadilla, nuestra amistad, etc. En cuanto me gradué de acá será mi coronación, me he ganado el "privilegio".

-Wow felicitaciones- Le respondió Erika con una reverencia. Luego se despidieron, Ana se quedó desatrasándose y Erika fue a visitar a su familia a quienes pidió ayuda con su proyecto ese sería su regalo de graduación.

Fin flashback

Y bueno aquí estaban ahora saliendo del salón de eventos cada quien con sus familias pero la de Ana no había venido, era suficiente con uno de ellos fuera de su hogar. Los Cullen invitaron a Ana a celebrar con ellos lo cual la sorprendió pero terminó aceptando, en una semana sería su coronación y ya no podría salir más de su reino.

Erika le entregó su regalo de graduación, ahora podrían bañar en cualquier lugar sin preocuparse de lo demás pero no era así para lo Cullen, por lo cual se dirigieron a la Isla Esme y aprovecharon el tiempo al máximo. Ana conoció todo la isla nadó, corrió y jugó con sus amigos, pero tres días después se tuvo que ir a cumplir sus deberes en su reino.

Antes de que se fuera Carlisle le informó que ya estaba listo el proyecto para descontaminar las profundidades del océano. Decidieron que lo pondrían en marcha una vez que la princesa hubiera asumido el trono y puesto todo en orden.