nota: se que aun no he subido el capitulo de palabras mudas, ni sucio. pero juro que ya estaba haciendo los capítulos cuando salio el capitulo de su rencuentro y estaba tan enojada y triste que mande todo a la mierda y de esos sentimientos nació este one shot .

comenten quiero saber su opinión sobre este tema de la pendejada que hizo bendis

...

Mentiroso, eso era Jonathan Samuel Kent. Un bastardo de lo más maldito y mentiroso de todos.

¿Por qué? Fácil.
Prometió nunca abandonarlo, prometió ser su mejor amigo, prometió acompañarlo en sus aventuras, prometió enseñarle cosas de un chico de su edad, prometió estar a su lado; y el como el podré iluso que era le creyó. Confío en el esperanzado de no volver a ser traicionado, como lo había hecho Dick y como lo hacía día con día su padre
¿y qué es lo que recibía a cambio de confiar en alguien más?
obtuvo dolor

Bien decía su madre. No confíes en nadie, no sedas tu corazón nunca, porque cuando se cansen de ti serás desechado.

y así lo hizo desconfío de todo y todos, pero como no confiar en el rayo de luz tan segadora que resultó ser Jon, como no confiar en el pequeño que aun sabiendo quién era su madre lo recibía cada día con una sonrisa, como no apreciar al niño que lo seguía a todas partes cono su fiel escudero, como no encariñarse con aquel que lo llevaba a surcar los inmensos cielos estrellados en esas noches donde solo eran ellos dos, un chico que siempre traía dulces con él, siempre compartiendo esa barra de chocolate algo que él consideraba demasiado dulce para su paladar, pero justo ahora le sabía tan amarga como sus lágrimas.

Intentaba no caer en sus arrebatos infantiles pero siempre terminaban peleando por cosas tan insignificantes y a los pocos minutos se volvían a reconciliar para pelear hombro a hombro dispuestos a patear traseros.

Él le prometió que estarían siempre juntos, que serían siempre los mejores amigos aun cuando el negaba esa amistad, aun cuando él lo insultaba, cuando lo golpeaba e incluso lo ignoraba. Jonathan nunca lo dejo, nunca dejo de iluminar las noches oscuras con esa sonrisa que lo caracterizaba, nunca dejo de tocar su ventana para contarle el nuevo capítulo de su serie favorita, aún si en la noche se encontrarían.

Un día simplemente dejo de tocar su ventana, dejo de contestar sus mensajes y no volvió a la base que ambos compartían.

Pregunto por él y lo único que recibió fue la noticia de que se fue al espacio junto a su abuelo, para entrenar y volverse más fuerte.

¿No sé supone que él lo estaba entrenando para volverse fuerte? ¿No se supone que entrenaría juntos para lograr ese objetivo?

Como venganza por no decirle que se iba, se tomó todas sus sodas y los fideos que guardaba en la base. Un acto de lo más infantil, pero no podía importarle menos.

Cuando menos se dio cuenta extrañaba a Jon, se había acostumbrado a la presencia del otro en todo momento, se acostumbró a su incesante voz, a sus infantiles rabietas y a su constante llanto. Extrañaba su costumbre de traer siempre dulces para él, extrañaba viajar por el cielo estrellado mientras Jon le contaba sobre su día, algo estúpido porque solían pasar todo el tiempo juntos, siempre juntos, iban en la misma escuela por la mañana, saliendo a entrenar por las tardes y en las noches perderse entre callejones oscuros buscando al próximo bastardo que comería polvo.

Ahora solo puede apreciar el cielo estrellado, tan oscuro, solitario he infinito. Su amigo, la persona que ahora se da cuenta que ama perdida en esa infinidad de estrellas y galaxias.

No podía lamentarse por una causa perdida, se repetía una y otra vez. Jonathan escogió sus cartas, decidió viajar con su abuelo a una aventura donde él no estaba involucrado y aceptaba su decisión, después de todo el cuántas veces le negó las misiones junto a los Titanes.
Seguirá vigilando su ruta, nadie podía tomar esas calles que ya proclamaron como suyas, aparte Jonathan volvería en un mes o dos, ¿no? Porque Jon no podía dejarlo, no ahora, no así.

Porque eran el dúo dinámico

Cuando regresara lo golpearía por no avisarle de su partida, lo insultaría y obligaría a disculparse de rodillas, porque Jonathan a final de cuentas volvería y saldrán a patrullar como siempre había sido, después de todo Jonathan y el hicieron esa promesa.
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Una misión como de costumbre, ¿soldados o asesinos? realmente no había diferencia, se encontraba derribando a algunos de los enemigos, intentaba sacar información cuando los malditos se tele trasportaron, el cielo se inundó de un azul intenso gracias a la explosión causada.

¡Joder! ¿Ahora cómo explicaría eso?

Un ruido lo hizo voltear esperando algún pobre bastardo que se haya quedado atrás. No espero ver la imagen ante él, no espero volverlo a verlo así, no en esas condiciones.

-Hola Damián

Soy yo. Es real. Tradúcelo esperaré-

¿Traducir qué? ¿Espera que?

Pensó que era una broma, una estúpida y cruel broma.
El pequeño Jon aparecería y correría a sus abrazarlo como usualmente hacía, él lo golpearía por no avisarle de su partida, le regañaría y lo insultaría, pero aun así feliz de su regreso. Irían por un helado o una barra de ese chocolate demasiado dulce que con solo una mordida lo hostigaba, mientras Jon le contaba su viaje a detalle. Pero no pasó, no había el Jon pequeño, no estaba el niño que iluminaba las calles con su sonrisa, no estaba su voz chillona, ni sus mejillas regordetas... Solo estaba un extraño ante el.

- Damián soy yo, soy Jonathan -

No le creía, se negaba a creerlo, ese no era Jon, ese bastardo era algún estúpido clon como Conner con Superman.

Sus manos fueron más rápidas que la reacción del segundo, saco la kriptonita que acostumbraba a cargar desde que conoció al hijo de Superman, no dejo le dio tiempo a reaccionar la clavo fuertemente en su hombro, el alarido de dolor sonó fuertemente, sus manos se llenaron de sangre, no sabía cómo proceder ,¿ lo interrogan? ¿Lo golpeaba? o simplemente lo mataba, lo mataría de la peor forma posible por jugar así con él.

-¿¡Quién mierda eres!? -

-Damián... por favor... eso duele-

-¡Responde maldito no estoy de humor para estúpidos juegos! -

-soy yo, sé que el cambio es gigantesco pero soy yo.

Soy Jonathan, Superboy, jonyboy , cry baby- El odio lo lleno más , saco de golpe la kriptonita y la coloco en su cuello, listo para rebanarlo, listo para acabarlo.

- Damián soy yo, sé que te debo una disculpa, sé que tienes una y mil preguntas, pero realmente te extrañe, te extrañe tanto- las lágrimas llenaron esos ojos y es cuando la realidad lo golpeó, esos zafiros acuosos los reconocería en cualquier lado, después de todo él amaba perderse entre ese mar de sentimientos que Jonathan siempre avía podido expresar con una mirada.

Se quitó dispuesto a salir de ese lugar. La explosión fue mayor de lo que creyó, lo más seguro es que se encontrará inconsciente y esto era solo un estúpido sueño de su mente retorcida, solo un vil y asqueroso sueño.

Unos brazo lo rodeo impidiéndole moverse, le hizo recordad a Jon a su Jon, pero todo había cambiado ¿algo se sentía diferente? antes encajaban a la perfección como un anillo echo a la medida para una sola persona, pero ahora no encajaba él era demasiado grande o ¿el demasiado pequeño? esos brazos en los que solían cubrirlo por las noches heladas, ahora simplemente no encajaban en su anatomía.

-Damián déjame explicarte -

-Nombres Superboy, creciste pero sigues siendo un cabeza hueca-

-lo siento, da, Robín - el abrazo se volvió más fuerte estuvo a nada de quejarse pero lo dejó pasar, dejo que el calor lo inundara, era tan extraño Jon solía tener un olor a leche, pero ahora su olor se volvió más pesado y fuerte como los perfumes que solía usar su padre para salir a las galas.

-Sabes, por tanto tiempo anhele volverte a ver, volver a casa. Fui un tonto, un completo estúpido, el deseo de volverme fuerte, el deseo de conocer las estrella me segó y cuando estuve haya arriba no tenía con quién apreciar esas estrellas que tanto anhelaba conocer. La inmensidad del espacio era solitaria, solo yo entre millones y millones de kilómetros.
Y cuando volví nada cambio solo había desaparecido unos meses, meses que para mí fueron años, mamá llora por perderse mi infancia, papá se lamenta por dejarme partir, fui un estúpido un completo estúpido-

Las lágrimas de Jon brotaban sin cesar con un poco de fuerza logro ponerse cara a cara con Jon apreciando con atención sus fracciones, todo era tan diferente, cabello, cuerpo, textura, olor, rasgos, peso, altura. Todo era tan diferente...
Pero el corazón seguía siendo él de su Jon, puro, frágil y hermoso.

En un movimiento rápido volvió a tomar la kriptonita que aún mantenía y con todas sus fuerzas le pegó en la mandíbula, el golpe lo tumbó al piso, mientras se sobaba y lamentaba el golpe propinado.

-Esto es por romper tus promesas -
Jon estaba a nada de reclamar pero no le dio tiempo, se posiciono encima de él y unió sus labios en un beso apenas un rose de esos labios que tanto había deseado probar, un suspiro de satisfacción nació en su garganta, siendo callado por esos labios carnosos, su mano viajo a esa mejilla que ahora mostraba una cicatriz, Jon no supo cómo reaccionar en un principio, pero después de la sorpresa correspondió el beso, después de todo era algo que ambos anhelaban .

- Jonathan miremos las estrellas juntos-

Dejo qué Jon le tomara en brazos y volarán por el cielo estrellado, un cielo que los unía pero a la vez los separaba, dejo que el calor y su olor lo inundaran, y cuando Jonathan no lo veía dejo salir un par de lágrimas.

Porque sabía que todo era una mentira.
Nunca volverían a estar juntos,
Se acabó todo por lo que habían luchado

Después de todo hace unos días escucho a su padre hablar sobre un nuevo grupo de súper héroe y entendió que Jon estaría con ellos, Jon se iba a las ligas mayores mientras él se quedaba atrás como siempre había pasado. Pero por ahora solo quería ver las estrellas he imaginar que Jon nunca rompió las promesas que le hizo, que Jon seguiría yendo a su ventana con dulces, películas, cuentos y risas, que Jon le invitaría a jugar fútbol en el recreo de la escuela que nunca más compartirían, ya no habría piyamadas en la granja o peleas estúpidas por todo y para todo.

El siempre creyó que Jon nunca lo dejaría como lo hizo su madre, su padre he incluso Grayson.

Creyó que el sería diferente, que podía entregar su corazón y ser amado, pero todo siempre le era arrebatado sin siquiera poder luchar, sin poder defenderse, sin obtener el final feliz de esos libros que compartían.

Porque ambos sabían que tal vez no habría un asta pronto, sino un adiós. Todo quedaría como el recuerdo de una infancia lejana y una que todavía no acababa.

Un arrepentimiento y un anhelo

Un sueño que se volvió pesadilla

Un cuento que pudo acabar mejor

Un recuerdo que se volvió amargo

Un deseo de seguír siempre juntos

Una amistad que se volvió amor

Un amor que se volvió dolor