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X. Revelaciones: Primera parte


Al despertar, Wei WuXian se torció incómodo ante la mala postura con la cual se mantuvo durante toda la noche. La rigidez de la superficie aplastó contra su espalda. Venciendo la somnolencia, notó que yacía atrincherado en el lateral de madera de la cama. Su cuello punzó ante la ausencia de una almohada, y se vio ansioso por lanzar una risotada de ironía ante su queja. ¡En vidas anteriores había dormido sobre una cama de piedra!

Apenas podía creer cuán blando se había hecho por tener una cama esponjosa y una almohada cómoda bajo su cabeza.

Vio chispas frente a sus ojos, y la luz del sol le quemó la retina. Sea lo que sea que haya bebido se mantendría lejos de ello por un tiempo. Aún se sentía desconectado de su propio cuerpo. Sintió que la punta de los dedos se le entumecían sin importar cuanto apretara y soltara el puño.

Incapaz de soportar el tiempo recostado, luchó por ponerse en pie. Notando que, sobre su forma mal vestida, yacía una manta para evitar el frío.

Su atención giró hacía el otro lado de la cama. Frío y vacío desde hacía horas.

Había tenido un sueño agradable. Probablemente la realidad, donde sostuvo a Lan WangJi bajo sus brazos y este apenas respiró.

Debería sentirse culpable por imponerse a un joven e inocente Lan WangJi, sin embargo, el único arrepentimiento en él fue no estar lo suficientemente sobrio para disfrutarlo.

Aquella punzada de debilidad apenas duró un instante; pues logró apreciar al dueño de sus afectos, a escasa distancia. En el mismo espacio común de la habitación, sobre una mesa baja para el té desde donde leía un antiguo libro que había traído de su clan. Alguna copia hecha a mano de los poemarios de Lan An.

Wei WuXian se quedó sin aliento, incapaz de responder a su propio cuerpo aun agotado. Luchó por respirar, sofocando la sensación constante de náuseas y vértigo. Desde su sitio, apreció la belleza sin igual de aquel conocido como el segundo jade de Gusu. Mantuvo un perfil agradable, con líneas finas bien definidas, sus ojos resplandecieron en determinación e inteligencia lo que le hizo hipnotizante a la vista. La manera en que su cabello cayó como la seda lo cautivo. Provocando un cosquilleo por pasar sus dedos entre tales hebras.

Un suspiro ahogado se escapó de labios de Lan WangJi y no fue consciente de dicha acción. El segundo jade ignoró el resto del mundo, actuó con naturalidad y libertad mientras pasaba las páginas. Y si bien sus túnicas fueron hermosamente confeccionadas, no encontró vanidad en sus movimientos más allá del goce de vestir de manera propicia.

Fue una silenciosa tortura para Wei WuXian deleitarse con aquella figura erudita. De hecho, mientras más pensaba en el joven Lan más sentía que estaba a punto de perder la cabeza, al punto de dificultar el estar a su lado, pero no al punto de gran dolor.

No fue doloroso, porque, pese a la distancia impuesta por él mismo, sintió dicha y bendición que Lan WangJi estuviese vivo.

Cuando reflexionó sobre el hilo de pensamiento, ansío abofetearse. Concluyendo en que estaba muy ebrio aún. Quizá intoxicado.

Lan WangJi se giró un poco, ignorante a que Wei WuXian estaba despierto y colocó un mechón suelto detrás de la oreja.

A Wei Ying le fue imposible no soltar una sonrisa estúpida ante la realización de que Lan WangJi era real.

Y estaba frente a él. Vivo. Haciendo sus asuntos domésticos cualquiera. No desangrándose en sus manos.

Wei WuXian sintió la boca seca ante el mal trago, y una serie de imágenes espeluznantes empañaron sus ojos, arruinando todo el buen humor. Exhausto, buscó reincorporarse para conseguir agua fresca. Esto provocó la mirada atenta de Lan WangJi, que parecía asombrado de verlo despierto tan pronto.

Realmente, incluso Wei WuXian se sorprendió de abrir los ojos de nuevo tras una intoxicación tan temeraria.

Lan WangJi hizo a un lado su libro y se acercó a su lado.

"Estás despierto" Exclamó en tono plano. Sin embargo, no hubo molestia o petulancia de su parte. De hecho, Lan WangJi no era partidario del sarcasmo o el reproche.

"...Lan Zhan" artículo a duras penas. Su voz se estranguló cual susurro ahogado. Lo que causó el ceño fruncido del estudiante Lan.

El chico le tomó el rostro, acunando sus mejillas. Wei WuXian se complació con la sensación fría contra la piel: apreciando la suavidad de las mismas y el olor a sándalo.

Lan WangJi no corrigió su expresión plana, giró su cabeza izquierda, derecha y le palpó la frente con el dorso de la mano. "Wei Ying debería abstenerse a beber más del baiju del anciano Tsai"

"... ¿Ah?"

Un ligero suspiro escapó de labios de Lan WangJi y musitó: "Te ha bajado la fiebre finalmente"

Wei WuXian no supo qué decir. Sus labios articularon la palabra 'fiebre', más de su garganta no salió nada. Cediendo por un instante, Lan WangJi pasó sus dedos por la melena desordenada de Wei WuXian y rascó sin intención maliciosa. Casi ronroneó como un gato, pero se abstuvo de hacerlo. Cuando intento preguntar el porqué de la ternura en el trato, se le riñó. "El proceso de fermentación fue malo. Wei Ying se envenenó con licor rancio"

"Eso no es nada"

Realmente, había engullido cosas peores. Aunque, en un pensamiento mucho más exhaustivo, eso fue en vidas previas. Su cuerpo actual no debía estar acostumbrado al consumo nocivo de ciertos alimentos.

"Estoy bien" le susurró ignorando el dolor punzante en la cabeza, ante el reconfortante momento de intimidad en el que se vio envuelto.

Lan WangJi pareció consciente de su alrededor. Salió de la grata nube de estupor y se apartó. El calor le subió por el cuello, Wei WuXian no ignoró el tono rojo en sus orejas. Se ató el cabello en una cola de caballo alta y se recogió las mangas.

"Debes tener hambre" Lan WangJi le dio la espalda y caminó en dirección del área común.

Wei WuXian no trató de detenerle. Decirle que no tenía apetito. Pero entendió que era la excusa de Lan WangJi para abandonar la escena.

A escasos cun, apreció una tetera fría. Sirvió agua y la tragó sintiendo alivio en su garganta reseca.

Una vara de incienso más tarde, Wei WuXian se lavó el rostro e hizo sus abluciones para eliminar los vestigios del malestar de su cuerpo.

Cuando se hizo al borde de la cocina, Lan WangJi reprendió. Sin embargo, sus palabras mantuvieron el peso de la preocupación más que del enojo. Se le había señalado sobre una preparación ligera, libre de picante y condimentos que pudiesen irritar su estómago.

"Espera aquí" dijo, pero el antiguo cultivador demoníaco ignoró sus palabras.

Wei WuXian camino hacía Lan WangJi. Apreció el olor del congee y se arrastró al interior de la habitación como hipnotizado.

El segundo jade corto hongos y cebollin, los agregó a la mezcla junto al jengibre y ajo, y reservó. Se dio cuenta del tofu salteado y algunos vegetales sobre el fregadero para lo que Wei WuXian supuso una ensalada fría de vegetales del huerto.

Antes de que Lan Zhan pudiese decir nada, se paralizó. Las palabras del segundo jade quedaron congeladas en el aire ante el toque de Wei WuXian contra su cuerpo.

Quizá fue el alcohol, su estupidez, el anhelo o la fiebre. Tal vez fue Wei WuXian en un estado vulnerable lo que le motivó a ceder a toda contención.

Sus brazos sostuvieron a Lan WangJi durante un instante, abrazando su cintura estrecha de manera protectora, pegando contra su cuerpo.

Lan WangJi se quedó atónito y no tuvo fuerzas para salir del agarre.

Wei WuXian ansío convencerse que no era el único que había pensado en el cuerpo del otro; ni en esa tensión extraña, que se había acumulado a lo largo de los días de convivencia, que trató de ignorar por el bien común.

Hubo un contraste interesante en sus formas.

En el cuerpo esbelto y más corto de Lan WangJi. Y la falta de músculos firmes que empujaban contra la piel sin lugar para la suavidad. Había conocido a Lan WangJi a lo largo de vidas, en cada época desde la adolescencia e inicios de la vida adulta. Se caracterizó, al menos en las primeras tres vidas, por un cuerpo fornido y una espalda ancha. Su estatura sobrepasó por un par de cun a Wei WuXian, lo que le hizo pensar que en cada una de sus vidas se vería igual. Incluso en sus fantasías más vagas, extrapoló ilustraciones de libros primaveras a escenarios hipotéticos donde Lan WangJi lo sometía. Aunque dichas ilusiones cambiaron con el paso del tiempo. Cada Lan WangJi que conoció fue diferente en detalles sutiles, pero él mismo.

En algún punto entre sus múltiples vidas comenzaron a compartir estatura y complexión. Justo ahora, Lan WangJi, se presentó como alguien joven, que no había llegado a la apariencia de un adulto; sin embargo, no fue más alto que Wei WuXian, quizá unos cuatro o cinco cun más bajo.

Eso fue entendible.

Wei WuXian también había sido más bajo a esa edad. Por lo que no pudo apartar de él la idea de que Lan WangJi, en sus múltiples capas, era suave como una nube que se imprimía en él.

Un contraste. De contornos suaves y dulce fragancia a sándalo; aquella que tanto le gustaba.

"Lan Zhan" llamó su nombre en un susurro, como el de un gentil amante, ganando el temblor de Lan WangJi.

"¿Te sientes bien?" inquirió.

"... Lan Zhan" aspiró su aroma.

Su agarre se intensificó y Lan WangJi tuvo que apoyarse en la tabla de la cocina para mantener el equilibrio. Causando que la losa de piedra se quebrara en su agarre. Wei WuXian se preguntó qué estaba haciendo mal. Qué rayos ocurría en ausencia de su autocontrol. Sentía que se derretía en él y la opresión no era dolorosa ni agresiva. Pero si firme sobre su estómago.

Wei WuXian se inclinó sobre el crecimiento del cabello. Los mechones sueltos de Lan WangJi cayeron hacía delante, dejando expuesto su cuello. Incapaz de contener toda tentación, Wei WuXian besó su nuca.

Besó la piel pálida y suave.

Incapaz de detenerse, tardó su tiempo en disfrutar de las sensaciones. Escuchando el aliento estrangulado de la criatura vulnerable bajo su aprehensión y que pareció encogerse bajo sus atenciones.

"...Wei Ying, otra vez tienes fiebre" le murmuró. Sintió la caricia del joven sobre su brazo, al tratar de llamar su atención. Aunque, en igual medida fue como un gesto tierno. Pues no lanzó a Wei WuXian al fondo de la habitación, ni le quebró la mano por restregar su cuerpo como lo hizo al doblarlo contra el mueble de la cocina.

Wei WuXian entonces dejó caer su cabeza exhausto. Rindiéndose; apoyando su frente cálida y confundida.

Quizá, efectivamente estaba enfermo y era la fiebre la que le hizo delirar, pero sentía, en su corazón, y todo su cuerpo, que no podía dejar ir a Lan WangJi, no en ese momento, ni quería quedarse sólo.

Todo lo que quería era a Lan WangJi.

"¿Lan Zhan...?" Clamó, golpeando su aliento contra su piel, causando un fuerte suspiro por parte del joven.

"¿Si?"

"¿Qué debería hacer?"

Ya Wei WuXian estaba perdido.

Se rendía.

Ganaba.

Wei WuXian había perdido.


***


Al abrir los ojos, Wei WuXian sintió la razón asentarse en su cabeza. Y sus pensamientos fueron suyos por primera vez en mucho tiempo.

Consciente de su actuar en el último par de días, se alarmó.

Abandonó su lugar en la cama y saltó fuera de las mantas. Cayó, tropezó y el dolor pulsante en rodillas y palmas fue suficiente para arrojar la somnolencia lejos.

Vestigios de sus memorias atrofiadas se dibujaron como una pintura deslavada. Donde Wei WuXian lloriqueaba a un irritado Lan WangJi y lo acosaba en la loza de la cocina. Las mantas se enredaron en sus piernas, así que las empujó contra el colchón. Ordenó la cama de manera deficiente y se hizo de sus botas.

De la pantalla de privacidad tomó una de sus túnicas oscuras, y envolvió su cuerpo, atando cinturones de tela hasta sentirse falto de aire. El zumbido de la embriaguez y la confusión de la fiebre había desaparecido. Forzó su núcleo dorado a hacer circular energía yang e inspeccionó sus venas ante cualquier malestar.

Para su fortuna todo estaba en orden en cuanto a salud. Sin embargo, había perdido la cara miserablemente. Tomó el sombrero de bambú, y lo colocó sobre su cabeza para ocultar su vergüenza. Escuchó a Lan WangJi en el patio trasero cortando la leña, así que Wei WuXian hizo uso de la discreción, tomó su aza y se dirigió a los campos.

Corrió por el estimado de una vara de incienso hasta yacer en lo alto de la colina vecina, y se permitió vagar en búsqueda de brotes de bambú para más tarde. Encontró hongos, y algunas hojas comestibles. Satisfecho por su recolección improvisada, encontró la vena engrosada de un río, y pescó algunos especímenes sin demasiada prisa.

En los espacios muertos, a espera de atrapar algo, entró en pánico.

Se supone que era un hombre adulto que había experimentado múltiples muertes y vidas angustiantes. Su talento para encantar a la gente se había extinguido debido al ostracismo. Por lo que se había convertido en un sujeto incómodo de tratar y ridículo.

No hubo más explicación a que era un hombre 'ridículo'. Tal como Lan WangJi siempre había dicho.

¿Porqué otra razón habría encontrado sensato huir de un adolescente reprimido de Gusu Lan?

¡Se supone que la persona racional era él!

Por otro lado, reflexionó sobre sus acciones. No era la clase de borracho que lo olvidaba todo. Era un borracho lúcido, a veces confundido. No tuvo control sobre sus acciones en ese momento, pero albergó algo de racionalidad.

Muy en el consciente, o subconsciente, entendió que quería hacer todas esas cosas melosas con Lan WangJi, sobre abrazarle mientras dormía o aprisionarlo para besar esa línea erótica tras el cuello de su túnica.

Se sintió natural. Wei WuXian lo asoció a lo que una pareja normal haría. Lo que los hombres y mujeres hacían en su vida doméstica de matrimonio. Pero, la decepción estalló en su cara y se desanimó.

A Lan WangJi no le gustaban los hombres. Nunca pareció hacerlo en el pasado. Solo porque Wei WuXian se estuviera imponiendo e intimindándolo, no significaba que Lan WangJi quisiera ser tocado así.

Él siempre había odiado el contacto físico. Probablemente repudió ser palpado por encima de la ropa.

Incapaz de huir por más tiempo, tomó su cesta cargada y bajó la montaña.

Una vez en el perímetro bardeado de su hogar fue recibido por motas de pelo que le resultaron familiares. Sus gatos adoptados. Por increíble que pareciese, Wei WuXian no se había esforzado en nombrarlos. Ya que era ridículo en esa tarea, y ningún nombre sonaba idóneo para ellos. Así que concluyó en llamarlos gatos.

Para su sorpresa, Lan WangJi, que se mostró enamorado de las criaturas desde el primer momento en que les vio, les había dado un nombre.

¿Cuáles eran sus nombres?, No lo sabía. Lan WangJi nunca se lo dijo. Aunque Wei WuXian lo había escuchado murmurar tiernamente contra sus orejas peludas alguna clase de nombre de bebé inentendible.

Los animales se restregaron contra sus piernas y maullaron. Se negaron a ser sostenidos y saltaron la cerca para una aventura en los bosques. Wei WuXian supuso que volverían adentro cuando se cansarán de jugar.

Dejó el aza en el exterior y se quitó las botas cubiertas de barro para evitar ser reprendido por Lan WangJi y sus pisos de madera aceitada.

Abrió la puerta, anunciándose con una risotada animada, tratando de ocultar toda inquietud.

El sonido de madera golpeandose suavemente entre si llamó su atención. Lan WangJi no estaba en el área común estudiando cualquier manual, salando carnes, ni lustrando a Bichen. Sino que se encontró al otro extremo de la habitación, donde un viejo telar había sido construido haciendo polvo. Solo que ahora ya no estaba cubierto de suciedad y telarañas. Lan WangJi le había dado una segunda vida. Por lo que pudo ver, había decidido utilizarlo.

"No sabía que podías tejer"

"Aprendiendo" dijo el joven discípulo Lan. El peine hizo un sutil sonido de 'click' cuando golpeaba el soporte y Lan WangJi hizo pasar al lanzador por las hebras, para continuar con diligencia.

"... Aprendiendo" repitió.

"Mmhm" Wei WuXian no era un maestro ni artesano en la materia; aún así, supo apreciar el talento cuando lo veía. Lan WangJi, pese a ser un novato, había realizado un tejido integró con apenas minúsculos errores entre tejidos.

Hizo su canasta a un lado y se dejó caer en una silla del comedor. "¿Por qué el repentino interés?"

"Quería intentarlo... Solo, me intrigaba"

"Estas haciendo un trabajo increíble, Lan Zhan. Te admiro"

Lan WangJi se ruborizó. Mantuvo el estoicismo en su rostro. Su cabello fluyó en cascada, sin decoraciones ni osamentas. Su imagen fue pura, divina e inocente. Wei WuXian lidio contra sus sentimientos y forzó un actuar desenfadado.

Por supuesto, Lan WangJi no dijo nada.

Wei WuXian agradeció la indulgencia por evitar forzar un tema del que posiblemente se sentía incómodo. El adolescente abandonó su lugar en el telar. Tomó el sombrero de bambú de manos de Wei WuXian para organizarlo y se hizo de una tetera.

Se le tendió una taza de agua, la cual bebió gustoso. Su corazón se llenó en calidez ante el momento que recreó uno de sus anhelos de vida, pero rápidamente apartó el pensamiento con gran amargura.

Lan WangJi pareció notar su pesar, preguntando con su mirada qué ocurría.

Tras beber el contenido completo de la jarra señaló amablemente a la silla frente a él.

Lan WangJi lo hizo, obedeció, aguardando por sus palabras.

"Creo que deberías volver a casa"

"... ¿Qué?" La voz de Lan WangJi se cortó. Perplejo y sin aliento. Sus hermosos ojos dorados se abrieron con sorpresa, evidenciando confusión en sus facciones de jade.

"Tus familiares deben extrañarte. Tú Shufu debe estar preocupado... ¿No crees que te has ido por demasiado tiempo?"

"No"

"No creo que sea bueno que sigamos viviendo juntos"

"¿Por qué no?" La voz del Lan WangJi fue fría al punto de hielo. Wei WuXian contuvo el escalofrío y evitó la mirada ardiente de absoluta traición.

"¿Qué bien te hago?, Deberías regresar a tú montaña con tú gente, Lan Zhan. No soy bueno para ti"

"No es verdad" Wei WuXian apartó la vista de la impotencia en el rostro del adolescente. "Me odias" Dijo Lan WangJi con voz ahogada. La alarma fue notoria, seguida de la decepción. "Tú no me quieres aquí"

"¡No digas sin sentidos!"

Lan WangJi: "... Me estas echando"

"Solo estoy pensando en lo que es mejor para ti, Lan Zhan" Wei WuXian abandonó su lugar ya que le resultó imposible mantenerse quieto. Zumbó alrededor del adolescente como una abeja sobre una flor, y se apresuró a tomar sus manos en desesperación. "Yo no soy una buena influencia. ¡Solo mira el desastre de la otra noche! ¡Eso no es lo que quieres para tú vida!"

Las lágrimas de Lan WangJi amenazaron con derramarse, Wei WuXian comenzó a entrar en pánico.

"Wei Ying no sabe lo que quiero para mí vida. No sabe qué es lo mejor para mi"

"¡Claro que sí! Es ser el segundo jade de Gusu Lan. ¡Tú eres Hanguang-Jun! Eres la clase de persona que va a donde el caos y trae la luz. Yo por otro lado estoy en el otro extremo. ¿Entiendes?"

Lan WangJi negó.

Negó una, dos y tres veces. Entonces una pesada lágrima se derramó por sus mejillas.

"No te gusto. ¿Me equivoque en algo en estos días? ¿Incomode a Wei Ying?"

"¡Claro que no! Yo soy quien debería sentirse avergonzado. Solo..." Suspiró. "Me gustas. Eres agradable, buena compañía. No niego eso. Pero eres joven y tienes una vida. Como el día y la noche, tienes un futuro brillante y un legado sobre tú hombro. No caminamos por el mismo puente, el mío tiene un solo tablón. Si te quedas, tendrías que ir por la oscuridad"

"No"

"Por favor Lan Zhan, considera lo que te dije. Incluso podría enviar por XiChen y hablar en tú nombre para evitar cualquier castigo-..." Lan WangJi apartó su mano como si le quemara. Sus ojos brillaron de absoluta frustración y traición. Le abandonó en un mar de túnicas pálidas y se encerró en la habitación lo que resto de la tarde.

Por la noche, notó la cena fría y sin tocar. Picoteó un poco sin apetito y trató de convencer a Lan WangJi para que comiese un poco, pero fue ignorado.

Pasó la noche en absoluto insomnio. Intentó distraerse con el autoestudio, pero no funcionó, ya que su atención volvió a la puerta sellada. Se preguntó cuándo es que el joven Lan dejaría de estar enojado. En un sueño intranquilo, desenterró las memorias de muerte y devastación. La vida más dolorosa, la onceava. Aún podía escuchar a Lan XiChen diciendo que había sido su culpa la muerte de su hermano menor.

Y el peso muerto de Lan WangJi en sus brazos. 

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