Te odio
Porque me miras
Cómo si no supieras
Que tus miradas
Son balas para mí voluntad.

Te odio
porque me sonríes
Cómo si olvidarte
Aún no fuera
Lo suficientemente difícil.

Te odio
Por cada estremecimiento
Que provocas
Cuando nuestras manos
Se rozan
Al entregarte el cigarrillo.

Te odio
Porque me descontrolas el corazón
Y, en ocasiones,
Le das calma.

Te odio
Porque callas
Y porque estás como ausente.
Y es que yo no soy Neruda.

Te odio
Cuando caminas
Y sigues tu rumbo.
Te odio cuando caminas
y es hacia mí.

Te odio
Por cada palabra
Que no dijiste,
Por cada beso
que no me diste,
Por cada abrazo
Que nunca llegó.

Te odio
Porque me gusta
Cuando me miras,
Me gusta cuando sonríes,
Cuando me tocas
Y cuando me aceleras el corazón.

Pero sobre todo
Te odio
Porque,
Aunque quisiera odiarte,
No creo poder.