Un año después

Una vez Haruto desapareció las cosas volvieron a la normalidad, al menos para el resto de mis compañeros. No recordaban los momentos que vivieron junto a Haruto y nuestro profesor tampoco. Era como si nunca hubiera existido. Pero para mí no era así. Sabía que algo así podría pasar, que eventualmente lo olvidaría, por lo que escribí en un diario todos los momentos que vivimos desde que lo conocí hasta que desapareció. De esta forma jamás lo arrancaría de mí, aún si eso fuese ir en contra del destino.

Los días eran monótonos para mí, todo se volvió demasiado rutinario. No tenía a mi compañero de puesto para ver vídeos en el teléfono, para estudiar juntos o bromear, y aunque mis otros amigos lo intentaban y no entendían la causa de mi tristeza, nadie conseguía hacerla desaparecer.

Había intentado por idea de Jihoon y Mashiho iniciar una relación con una chica. Se llamaba “Honey”, o al menos ese era su nombre artístico ya que era idol, y aunque a los ojos de todos yo era el más enamorado y feliz con ella, realmente no era así en lo absoluto. Seguía extrañando a Haruto y amándolo solo a él, recordando el primer y último beso que nos dimos y odiando nuestra despedida. Aún lo sentía a mi lado todo el tiempo, como si no hubiera pasado ya un año desde nuestro tan doloroso final.

Apoyado de una de mis manos, suspiraba mirando el paisaje que ofrecía la ventana. Esperaba que el día pasara de forma rápida para ir a mi casa a llorar por la ausencia de harto y luego dormir, como de costumbre. Estaba tan cansado de todo, que mis ojos comenzaron a cerrarse y sin darme cuenta quedé dormido encima de la mesa que tenía un asiento vacío a mi lado.

—Kyu, Kyu despierta. -Yedam me zarandeaba tocando mi hombro para que abriera mis ojos.

Emití un amplio bostezo y estiré mis brazos, preguntándole a Junghwan la hora. No habían pasado ni siquiera 20 minutos, ¿por que Yedam me despertaba entonces si no teníamos clase?

Le lancé una mirada molesta e hice un puchero, pero me sonrió y me señaló algo sobre la mesa.

Se trataba de un pequeño papel.

—¿Alguien dejó esto aquí?

Yedam se encogió de hombros, asegurando que nadie había venido, pero que le había llamado la atención porque era para mí y me avisó antes que se volara.

—Bueno, gra-gracias Dami.

—No hay de qué, Kyu.

No sé porqué estaba tan nervioso al desdoblar el papel.

“Encuéntrame en el tejado”.

—H.

¿H? En la clase ni había nadie con esa inicial. Me preocupé porque pensé que se trataba de una broma de Jihoon, pero me dijo que no tenía ni idea de quién me había dejado eso.

Entonces algo en mi cabeza se iluminó.

Dejé el aula con el profesor que recién acababa de entrar y fui corriendo al tejado, no importaba que tropezara o que mis ropas se estuvieran saliendo del lugar. Abrí con rapidez la puerta y miré a los lados emocionado, pero me decepcioné al no ver nada.

—Lo sabía. Ni siquiera sé porqué vine aquí. Supongo que es porque aún una esperanza se mantenía viva dentro de mí.

—Hola... Kyu.

Al escuchar esa voz todo mi cuerpo se tensó. Me volteé porque no podía creerlo. Debía tratarse de una broma. De una grabación, de un robot, ¡no lo sé!

—¿Ruto?

Me sonrió y efectivamente, era él.

Abrir sus brazos y corrí hasta estar dentro de ellos. Estaba helado, pero su abrazo se sentía cálido.

—¿Qué...qué haces aquí?

— Necesitaba verte.

—Pero, ¿no deberías ir a la luz y descansar en paz? Ya ha pasado un año desde que... Que desapareciste.

—Intenté hacerlo, pero una fuerza me lo impidió. Junkyu, no soy capaz de descansar en paz si mi corazón está contigo. No puedo dejarte ir no importa lo mucho que lo intente. Por eso regresé, porque eres mi mejor amigo de por vida y por toda la eternidad. Eres mucho más que eso y lo sabes. Te he estado observando en este año. Mientras todos siguieron adelante, tú no lo hiciste, me seguiste esperando, por eso estás aquí y ahora, porque ansiabas con toda tu alma que fuera yo el de la nota. Kim junkyu, no quiero descansar en paz, prefiero quedarme eternamente aquí en la tierra contigo, cuidándote y amándote aún si no es lo correcto. Sé que puedo lastimarte, que solo te crearé cicatrices, pero es más fuerte que yo así que depende de ti, ¿quieres quedarte conmigo para siempre?

Lo miré con sumo detenimiento y lo besé una vez más, dándole respuesta a su pregunta.

Aún si me tachaban de loco porque era el único que podía verlo, aún si me provocara en el futuro más tristeza que felicidad por ser un amor imposible entre la vida y la muerte, aún si me generara cicatrices y no amara absolutamente a nadie más, yo podía aguantarlo todo por él.

Porque estaba enamorado de mi mejor amigo... Un fantasma.

“Y si no puedo estar cerca de ti, me conformaré con tu fantasma. Te extraño más que a la vida. Y si no puedes estar a mi lado, tu recuerdo es éxtasis. Te extraño más que a la vida. ”

—Justin Bieber, Ghost.

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Ven, final alternativo porque me gusta el drama, pero me gusta más que el Harukyu sea feliz :3

Nunca había escuchado esa canción de Justin Bieber, pero vi que la relacionaban mucho con el Harukyu, y AY QUE BOMNITO.

Espero les haya gustado este pequeño os ❤