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EXTRA: RECUERDOS

RECUERDOS DE THOMAS -

PARTE 2

Nuestra relación era estable y satisfactoria, tanto que olvidamos lo que sucedía al rededor. Nos habíamos relajado demasiado, tanto que días antes de nuestros cumpleaños encontré un sobre en la puerta.

Lo abrí para encontrarme con una fotografía mía con Daniel de años atrás, junto a una nota.


«Si Samantha sabe esto, ¿quien caería primero? Están en el ojo de la tormenta Thomas Rogers »

—Desgraciado... —tomé el móvil para marcar


“¿Tom? Estaba por hacer lo mismo.”


—¿Tambien lo recibiste? —pregunté de inmediato.

“Si, debemos pensar en algo rápido o arruinará nuestras vidas. Voy camino al edificio, nos vemos en un momento...”

Lo esperé con paciencia mientras leía una y otra vez aquella nota, fui para guardarla en algún lugar, pero al tocar la puerta se deslizó por debajo de la cama. Suspiré para ir atender.

—No puede con Sam. Ahora vendrá por nosotros para afectarla —mostró el sobre.

—Desechalo, no puede llegar a ella. Jamás a ella. —me senté intentando pensar en algo.

—Te importa mucho, ¿Cierto? —hizo lo mismo

—No tienes idea de cuanto. —suspiré.

—Podremos hacerlo Tom... Que venga por nosotros quiere decir que ya no puede llegar a ella, Sam se fortaleció tanto. —sonrió levemente, pero detrás de esa sonrisa se ocultaba una preocupación enorme por su hermana.

—Es un alivio que no la moleste. —agregué frunciendo el ceño

—Si, mira, ella pudo con él nosotros dos también podremos con él. Será pan comido. —expresó con confianza.

—Claro que si, por el momento quiero llevarla lejos unos días

—¿Que?

—Como regalo de cumpleaños quiero llevarla a la isla, esta deshabitada, pero también fuera del radar hasta que se anuncie el acuerdo. —froté mi cuello.

—De acuerdo, yo me encargaré de hablar con mi padre...

Asentí relajándome un momento y días posteriores hasta el día del festejo. Jamás olvidaría su expresión sorprendida por el festejo y de tristeza al disculparse conmigo, como tampoco su mirada asesina al anunciar nuestra relación.

Finalmente pasamos nuestra primera noche juntos, desperté suplicando que no fuese un sueño y en efecto no lo era, ella estaba a mi lado cubierta por las sábanas.

No pude evitar sonreír y acariciar su rostro, como respuesta sonrió levemente liberando un suspiro.
La noche anterior había explorado su cuerpo por completo haciéndola mía.

¿Como había aprendido aquello?

Sonará raro o idiota como lo diría Sam, pero tiempo atrás tenía curiosidad por tal cosa y como accionar en su momento y no soy alguien que consume vídeos referidos al tema. Lo que hice fue leer alguna novela que contuviese aquella temática y quien hubiese dicho, funcionó completamente brindándonos placer a ambos.

Luego de una ducha salí encontrándola completamente dormida y un semblante igual de radiante que el mio. Preparé el desayuno y mientras la esperaba recibí una llamada.

—¿Daniel? —me fui a la parte trasera para responder.

“Lamento molestar, pero continúa amenazando, lo mejor sería que estuviesen lejos unos días más. Además, mi padre se irá a América por el juicio.”


—De acuerdo, entiendo...

Regresé la vista a la sala y la vi tomando asiento.

—Cualquier cosa dímelo, ahora debo colgar

“Claro, cuidala.”

Pasamos una semana completa olvidando a los demás, en los cuales fuimos sólo nosotros y sin preocupaciones, e intentaba convencerme de eso, pero al regresar tuve una sensación extraña. Lo supe tiempo después cuando Daniel descubrió lo que había sucedido en el pasado

—¿Como puedes tener el rostro para tomarla de la mano luego de lo que hiciste? —se acercó amenazante.

—Eramos adolescentes, las cosas no son como parecen...

—¿No lo son? —interrumpió —¡todos están allí! —levantó la voz señalando el aparato y se dirigió a su hermana —por eso dijiste lo que dijiste cuando llegamos, por eso tu distancia con él y por eso Yessica fue tu ex-mejor amiga. También debería darte vergüenza

—No le hables así, si debes aclarar algo es conmigo —interrumpí para que no le hablara de ese modo.

—¡No tienes ese derecho después de lo que hiciste! —levantó la voz.

—¿Vergüenza por qué Dan? ¿Por qué a pesar de todo intentaba ser la misma de antes? No la tonta y torpe Sam sino alguien que no quería tener rencor —respondió completamente molesta.

—¡Hay cosas que tienen su limite Samantha!

—¿Me hablas de limites? ¡Fuiste tú el que se puso de novio con Yessica y me vi obligada  a suavizar las cosas por ti! Ya no quería ser egoísta —dijo lo último en tono bajo, sabía que le dolía al igual que esa noche.

—Dejala, ha pasado por suficiente no la tortures de nuevo con el pasado —me acerqué

—Jamas debí permitir que te acercaras a ella.

—¿Que hubieses hecho? —cuestioné molesto —¿Llevarla de nuevo a América para que reviviera ese infierno?

—No utilices eso en mi contra, no sabes...

—Sabes cuanto sé de esta historia, así que no digas cosas que pueden terminar mal —interrumpí sin pensar.

—¡Tanto tu como tu grupo de amigo y Yessica ya no se acercarán a nosotros! —volvió a levantar la voz.

—Hazte cargo de tus propios actos. Tienes la mitad de la culpa...

—Admito que tuve la culpa de ciertas cosas como de llevarla a esa maldita fiesta donde sucedió todo, pero suficiente me castigo a mi mismo cada día, pero tú, ¿Tú que hiciste? ¡Solo te aprovechaste de ella!

—¿Aprovecharme? Claro que no, quizá le di el amor y comprensión que su padre y hermano no pudieron...

No respondió, en su lugar me dió un puñetazo con fuerza y sentí sangre en mi labio.

Creí que aquello afectaría a Samantha, pero cuando lo noté no estaba ahí.

—Sam...

Salí corriendo para verla caminar a la distancia, el tráfico se volvió concurrido impidiendo que cruzara hasta que lo hice evitando que me atropellaran. Al ver aquella escena no lo pensé y corrí hasta ellos para comenzar una pelea con Harry.

...


Envié un mensaje que no respondió, tampoco se había presentado a la reunión y eso me preocupaba.

Toqué la puerta de en frente que fue abierta al instante.

—Suponía que eras tu... —dejó la puerta abierta para que entrara —hablé con mi padre, Sam está en su casa, pero pidió expresamente que no nos lo dijera.

—¿Por qué?

—No lo sé, ¿Discutieron? Papá cree que necesita apoyo psicológico de nuevo por el último incidente y por otro lado está muy molesto contigo.

—No discutimos, estábamos bien. Hablamos antes de salir a la empresa, saldría después de nos... —me detuve al asimilar los hechos.  —¿Realmente no estaba aquí cuando regresamos?

Daniel frunció el ceño pensando.

—¿Cierto?  —tomé el móvil para llamarla, pero no respondió.

Daniel hizo lo mismo obteniendo el mismo resultado.

—Maldición. Llamaré a papá y también hablaré con Alexia...

Más tarde recibí un mensaje suyo.

Daniel: Le expliqué la sitúacion a Alexia, dijo que es mejor darle su espacio y no presionarla. Esperará a que la llame para comenzar una nueva terapia.

Yo: De acuerdo. ✓✓

Aunque no estaba totalmente de acuerdo no pretendía presionarla y empeorar las cosas más de lo que ya estaban.

...

Estaba en un examen cuando el móvil se encendió en señal de una llamada, me levanté de inmediato al ver de quien se trataba, ignorando por completo al profesor.

—Sam... —respondí de inmediato.

“¿Cuanto más pretendían mentirme?”

Interrumpió con un tono de voz desolado.

“¿Cuanto más debo sufrir por esto? ¿Cuanto más, Tom?”

Escuché su llanto que fue como una apuñalada certera.

—¿Llegó a ti la fotografía? —intenté mantener la calma.

“¿Llegó a mi o llegué a ella? A quien le importa. Pero todo esto es mi culpa, por confiar en ti cuando fuiste uno de los principales destructores. Todo tan bonito y perfecto, un acto perfecto tan perfecto que debí descubrirlo desde el principio. Tu cercanía, tu cambio, todo de ti...”

—¿Donde estas? —caminé en dirección a la salida —Hablemos por favor, te lo explicaré todo. Por favor Sam... —me desesperé

“¿Que caso tendría? Para que mientas de nuevo no...”

Se escuchó su calma al mismo tiempo que me invadió un mal presentimiento.

“Felicitaciones, lo que comenzó el enfermo de Harry, ustedes lo terminaron. Me lastimaron y destruyeron como no tenía idea. Pero se acabó.”

Detuve mi accionar para asimilar sus palabras y por un momento recordé el episodio de años atrás.

—No lo hagas...

Corrí hasta el auto para salir rumbo a su casa, aceleré sin importar las señales y semáforos hasta llegar.

—No lo hagas por favor...

Entre ante la mirada de los guardias y empleados ya que tenía permitida la entrada.

—¿Donde está Samantha? —pregunté rápidamente a una empleada.

—Segunda habitación a la derecha —señaló las escaleras.

Fui con prisa intentando abrir, pero estaba con seguro.

—Sam... —no obtuve respuesta y golpeé con fuerza. —Sam...

Tuve que derribar la puerta y con lo que me encontré jamás lo olvidaré.
Estaba totalmente inconsciente luego de ingerir medicamentos.

—Sam... —me acerqué para tomarla y notar que aún respiraba con debilidad. —¿Que hiciste?

Mis ojos se humedecieron mientras la tomaba en brazos para llevarla al automóvil.

—La llevaré al hospital, avisen a su padre —pedí a uno de los guardias.

Nunca se sintió tan lejano un destino como aquel día donde no me importaron ninguna señalización hasta llegar al hospital y donde la  examinaron de inmediato.


—Necesitamos una limpieza urgente —la doctora miró a una enfermera mientras la conectaban.

A los pocos segundos el sonido sorprendió a todos haciendo saber que su corazón se había detenido. La sorpresa y el momento helaron mi sangre creyendo que la había perdido.

—Primer ataque por sobredosis, ¡rapido! —apresuró pidiendo aquel aparato de reanimación.

En aquel momento todo transcurrió tan lento que no supe en que momento la habían llevado a una habitación.

Me senté en el pasillo frotandome el cabello con fuerza conteniendo el llanto.

—Muchacho —me llamó su padre acompañado de Daniel —¿Dónde está?

—¿Tom? —Daniel se acercó para que dijera algo.

Aun así no respondí hasta que salió la doctora para dar el informe. Solo escuché desde mi lugar.

—¿Intentó suicidarse? —preguntó su padre con dificultad. —todo esto es tu culpa, ¿Que le hiciste?

Se dirigió a mi con odio y aún así no respondí.

—Papá, sabes que Tom no lo hizo. Sabemos perfectamente quien es el causante. —lo detuvo su hijo.

Por fortuna se recuperó, pero no podían decir lo mismo mí.
Caí en un pozo profundo por la culpa, me sentía culpable de su estado, de todo lo que le sucedía y peor aún, me sentía incapaz de pedir ayuda a alguien creyendo que solo ella aplacaría aquel sentimiento impotente.

Luego de la terapia grupal y que finalmente dijera todo lo que debía, luego de tanto tiempo. Dejó un ambiente totalmente tenso en la sala.

—¡Monstruo! —gritó mi madre intentando golpear al señor Anderson, pero mi padre la detuvo. —¿Como pudo permitir aquello? ¿Como pudo hacerle eso a su propia hija? ¡Usted La Empujo A Esto, Es El Único Culpable! —rompió en llanto.

—Emma por favor... —habló mi padre —calmate...

—¿Como calmarme? Soy madre y también soy mujer, no creo que podría soportar algo así, pero Sam... Mi pequeña Sam vivió todo aquello siendo empujada a quitarse la vida —era inconsolable —usted es el único culpable —volvió a mirarlo.

—Tiene razón, todo es mi culpa por no protegerla —se sentó para frotarse los ojos con fuerza e impotencia.

—No, no es tu culpa papá. Todo esto es mi culpa —agregó Daniel con voz dificultosa. —smSi no la habría obligado ir a la competencia no se hubiesen conocido, sino la habría obligado ir a esa maldita fiesta no hubiese sucedido todo lo demás. Todo esto es mi culpa.

Ante lo dicho salí de aquel lugar para regresar a mi departamento conteniendo las lágrimas.

Todos ellos se equivocaban, todo era mi culpa. Desde el primer momento fue mi culpa, como lo dijo Sam, fui uno de sus principales destructores empujándola a irse del país. Si tan solo hubiese sido diferente en ese momento, todo lo demás no habría ocurrido.

Sin más rompí en llanto, ya podía sentir aquel sentimiento que posiblemente Sam sintió por mucho tiempo, al sentirse culpable por todo lo que sucedía. El sentimiento se intensificaba cuando cerré los ojos y su mirada llegó a mí mente, como un golpe impiadoso, aquella mierda que alguna me dirigió con amor y esperanza, ese día se convirtió en una llena de odio y rencor. Así como yo la había destruido, ella lo hizo conmigo y tenía toda la razón.






...




Jamás creí poder sentirme tan miserable al punto tomar el pote de pastillas e intentar ingerirlas luego de haber convertido en un desastre mi habitación.

—¡Tom! —Sorpresivamente mi madre entró haciendo que tirara lo que tenía en la mano.

—Mamá... —lloré como un niño en sus brazos —jamas creí que amar sería tan doloroso.

—Hijo...

Aquella misma noche salí rumbo a buscarla para poder aclarar todo. Conducía moderadamente cuando otro auto se atravesó produciendo una maniobra peligrosa, él mismo me había buscado.

Inevitablemente nos trenzamos en una pelea que no supe cuando terminó, solo sentí que me inyectó algo y para cuando desperté estaba amarrado en un lugar abandonado.

—Al fin despiertas Thomas Rogers... —se escuchó que inhaló algo —pero seamos informales, puedo llamarte Tom, ¿Cierto?

Se acercó con un arma en mano para colocarla en mi cabeza.

—¿No temes?

—¿Debería? Solo eres un estúpido adicto.

—No sé que vió Samantha en ti, pero de haberlo sabido te hubiese eliminado hace tiempo...

—No me conocías.

—Te equivocas, te conocía perfectamente al igual que Sam. Mucho antes de lo que imaginan ¿Como decirlo? —rascó su frente con el arma —vine a Londres años atrás, su madre hizo un vestido para mi madre y curiosamente crucé a Sam más tarde...

Sonrió por mi expresión.

—Por alguna razón no me recuerda, sucedió lo mismo cuando fui a la cafetería y me atendió personalmente. Creo que fui el único que vió el notable parentesco con Daniel ¿Y qué hice? Los investigué y ¡sorpresa!, eran hermanos. Samantha Anderson siempre fue mi objetivo tanto personal como profesional, llegado el momento nos posicionaríamos en lo alto por sociedad y ni Rogers Empire habría podido con nosotros. —rió como si eso fuera la mayor genialidad.

—Eres un maldito enfermo —me molesté.

—¿Enfermo? Me lo dicen todos, pero burlé la seguridad y crucé el continente por la mujer que amo, ¿Tú que hiciste? Solo le causaste sufrimiento, pero pronto se acabará. Iré por ella, no te muevas de aquí —mostró un dedo colocándolo en un sobre.

Posteriormente me inyectó algo, para cuando desperté ella estaba ahí. Aquella fue la peor tortura hasta que fuimos rescatados y sin pensar recibí el disparo por ella.


...



Había pasado un mes desde su partida y nuevamente caí a lo profundo por su ausencia, pero debía cumplir una promesa, al no responder mi llamada busqué a Alexia.

—Tom... —se sorprendió al verme

—Hola, lamento molestar, pero eres en la única que confío porque Sam lo hizo. Necesito ayuda —inevitablemente miré su abultado vientre —si no puedes lo entenderé, solo dime de alguien confiable.

—¿Que dices? —sonrió —pasa, yo misma te trataré para cuando Selena nazca tu estarás en perfecto estado al igual que Sam...

Me guió hasta su consultorio en el cual tomé asiento mientras tomaba su libreta.

—Cariño, iré a comprar ropa para la bebé ¿Necesitas al... —Austin quedó en silencio al verme.

—Estoy trabajando —lo fulminó con la mirada —la próxima vez toca la puerta y no compres nada, los hombres no saben nada de esto ¡fuera!

—Rayos... —prácticamente huyo.

—Lo siento, pero ya sabes como es Austin —rió nerviosa

—Lo sé.

—Bien, comencemos. Ya te había tratado por lo que no será muy difícil dime, ¿Como te sientes ahora mismo?

—¿Preguntas sobre mi estado de ánimo o contexto general?

—Ambos.

—No puedo decir bien, pero tampoco mal, en realidad estoy mejor de lo que estaba cuando se fue. En cuanto a lo otro me siento solo... —hice una breve pausa —estoy viviendo con mis padres, pero no es lo mismo. Solo Sam podía cambiar mi forma de ver las cosas y hacerme sentir seguro.

—Sabes que ella se siente de la misma manera contigo y supuso que llegarías a este punto, el aferrarte a ella por la circunstancia. Lo sabía desde su experiencia por eso tomó ésta decisión, ambos deben aprovechar esto como una nueva oportunidad. Sam dió su paso, ¿Por qué tú no?

—Porque pensaba en dar otro tipo de paso. —mostré un anillo haciendo que se sorprendiera.

—¿Pretendías pedirle matrimonio?

—Si, creí que luego de tanto merecíamos escribir una nueva historia —bajé la mirada —incluso comencé la construcción de una casa en uno de sus lugares preferidos...

—Thomas escucha... —pensó un momento —no está mal lo que hiciste, pero si lo que decidiste, decidiste por ambos sin saber lo que ella haría. En sí no pueden escribir una nueva historia de amor o cuento de hadas cuando ambos están muy heridos, primero deben curar aquello para poder vivir de nuevo...

...

Meses después y con recuperación podía regresar a mi departamento sin problemas, pero mi madre se aferraba a mi brazo impidiendome que saliera.

—Tom, me sentiré muy sola. No te vayas. —suplicó.

—Soy un adulto mamá —me quejé.

—Llegamos —avisó mi padre entrando con una rubia que conocía muy bien.

—Bienvenida Alicia... —sonrió.

—Ya ves, Alicia te hará compañía —aproveché para salir.

—Hola Tom, también me da gusto verte —Ironizó en voz alta para que la escuchara.

—Mi sobrina se parece tanto a mi pequeña. —se acercó para abrazarla.

—¿De quien hablas tia?

—De alguien que te caerá de Maravilla —sonrió ampliamente y Suspiré tomando las maletas.

—Es mi oportunidad, nos vemos papá —me despedí.

—Cuidate hijo.

Una semana después fui a casa del señor Anderson con un propósito muy claro.

Toqué la puerta con seguridad y fue abierta por Daniel

—Tom... —se sorprendió.

—Hola, vine a ver a tu padre —dije con tranquilidad.

—Claro, pasa —me dejó entrar —iba de salida, pero se lo diré.

Momentos después se retiró y esperé al señor Anderson en la sala.

—Muchacho —llamó mi atención cruzando el pasillo.

—Buenos días señor, quería hablar con usted —intenté mantener la calma.

—Bien... Acompañame al estudio —lo seguí donde pudimos estar más cómodos. —¿De qué quieres hablar conmigo? ¿Roger Empire quiere un nuevo convenio? —preguntó interesado.

—No vine por trabajo ni nada referido al tema... —me acomodé en mi asiento —vine por Samantha.

Solo escuchar su nombre se mostró muy sorprendido.

—Sé que usted me consideró culpable por lo que sucedió, no fue el único en culparme. También lo hice... —comencé a expresarme ante su mirada —por mucho tiempo fui cruel e indiferente con ella, haciéndola sentir mal porque era consciente de que la lastimaba. Detrás de aquella Samantha infantil y sonriente también había una chica frágil, la lastimé en la adolescencia y cuando regresó. No me justificaré de ello diciendo que era lo mejor, pero también me torturaba a mi mismo.

Suspiré con paciencia.

—Como sabe desarrollamos una relación en secreto, la respetaba y quería mucho. Tanto que estaba dispuesto a cualquier cosa para que nadie más la lastimara, ni siquiera usted sabía que nos conocíamos con Daniel y eso provocó que hiciera aquello... —bajé la mirada —intenté mantenerla fuera del peligro sin saber que yo mismo la destruiría llegado el momento, por eso la dejé ir.

Hubo un momento de silencio.

—¿A donde quieres llegar? —preguntó con tranquilidad.

—Usted me aceptó cuando anunciamos nuestro noviazgo por el hecho de que le hacía bien, pero luego perdió su confianza en mí y lo entiendo. Como así también entenderé si se opone a lo que quiero hacer... —hice una breve pausa —quiero pedir la mano de su hija en matrimonio.

—¡¿Que?! —se sorprendió notablemente. —muchacho, ella no está aquí.

—Lo sé, pero no sé cuando regresará o si lo hará. No sé nada de sus planes aunque sé que los mios son un futuro con ella. Quería pedirle matrimonio, pero había tomado su decisión de irse. Sin embargo, la esperaré el tiempo que sea necesario, solo quiero estar seguro de su aprobación o rechazo...

—Thomas... —parecía pensar un momento —es cierto que te culpé y me enfadé por lo sucedido, pero nada de eso fue tu culpa. No la empujaste a hacerlo, solo fue un momento difícil para mi hija.

Lo miré con atención.

—Solo contigo fue capaz de abrirse, de confiar de nuevo, y que regresara completamente aquella Samantha que conocí y sentirse segura. Fuiste tan importante para que pudiera avanzar y no dejarla sola con tanto peso, fuiste el único que logro ver como se sentía, el único que la comprendió como se debía. Al punto de... —frunció levemente el ceño —de compartir su dolor al recibir aquel disparo y hasta ahora no tuve la oportunidad de agradecerte como debía. Gracias a ti mi hija continúa con vida, gracias por salvar a Samantha. Siempre estaré en deuda contigo, Thomas.

Por alguna razón tuve la sensación de que rechazaría lo que había dicho momentos antes, pero sus palabras eran reconfortantes.

—Con aquella acción supe cuanto la amabas y al venir aquí veo cuanto continúas haciéndolo, aún sin saber si algún día regresará. La amas tanto como ella te ama a ti, por esa razón no me opondré y sé que Daniel tampoco —se levantó e hice lo mismo —lo demás es pasado y no debemos vivir en él, pero será lo que ella decida...

Se acercó extendiendo su mano.

—Se lo agradezco —la tomé con confianza y sonrió.

—Ella regresará, aún no lo sabe Daniel, pero regresará a tomar los últimos exámenes antes de la graduación. Tienes un año y medio para prepararte muchacho —dió una palmada en mi hombro en señal de apoyo. —Y ya no me digas señor Anderson, puedes llamarme Simón —agregó con una leve sonrisa.

Regresé asimilando lo que realmente había hecho, aquella decisión estaba clara para mi y pretendía hacerlo, solo que no sabía cuando. Reaccioné cuando estaba en la puerta del señor Anderson y no podía acobardarme.






...






Había pasado un año y medio haciendo que cada día mi paciencia se pruebe al máximo, debía respetar su decisión de la mejor manera.

Encendí la televisión sorprendiéndome por un informe reciente por lo que aumenté el volumen.

Samantha Anderson en asociación con otras mujeres crean una fundación con fondos destinados para el amparo de mujeres que sufran violencia y estén en estado de vulnerabilidad. Como bien se sabe la precursora ha sufrido acoso de parte del hijo de un importante CEO, llevando a la violencia, secuestro e intento de asesinato. Luego de aquella experiencia tortuosa Samantha no podía dejar que otras mujeres pasaran por lo mismo...

La repercusión de este acto ha tenido impacto en diversos países y ha impulsado la creación de centros de apoyos con el mismo fin.

La joven empresaria lleva una vida atareada y digna de admiración por su actos, no solo ayuda a necesitados de hechos de violencias. También se hace cargo de la CI ANDERSON en California y ha invertido de forma personal en la nueva potencia “W&W ASSOCIATION” colocándola como una de las mujeres ilustres de los últimos años.

Sus superaciones motivan cada vez a más mujeres a expresar sus lamentos producidos por la violencia y así disminuir la incidencia de esta. Samantha obtiene el respeto de muchas personas del medio, empresarias y lideres de gobierno creando así una comunidad excepcional de apoyo mutuo.

Sonreí levemente al escuchar eso, asentí con la seguridad de esperarla el tiempo necesario mientras salía rumbo a la universidad.

—Alicia no puedo llevarte —me negué a la salida.

—¿Por qué no? Tía Emma dijo que vayas a cenar.

—Iré, pero no puedo llevarte —subí colocando el seguro para que no hiciera lo mismo.

—Entonces atropellame. —se colocó delante provocando rumores y espectadores —Aun no conozco ésta ciudad y no me gustan los taxi.

—Torpe —murmuré negando.

Iba a bajar, pero Cameron salió distraído de en medio de la multitud chocando con Alicia y cayendo sobre ella.

Aquellos se echaban miradas disimiladas hacia tiempo, pero necesitaban un empujón.

—Cameron lleva a Alicia a casa de mi madre —pedí bajando la ventanilla —gracias.

Arranqué antes de que dijeran algo, Alicia tenía una actitud parecía a  Sam, pero no era lo mismo. A veces era tan irritante.

Tracé rumbo al mismo destino como cada semana, la construcción de la casa  estaba en tiempo y forma, en unos meses estaría terminada y lista para ser habitada o vendida dependiendo su respuesta.

...





Pronto serian los exámenes finales y según su padre ella debía regresar para tomarlos. Me dirigía a mi auto cuando una pareja me detuvo.

—Tom...

Miré a Olivia en compañía de Adam.

—Toma —me entregó un sobre que lo abrí de inmediato.

—Una invitación de boda —los miré sorprendido. —Felicitaciones.

—Gracias —sonrió.

—Hace tiempo viaje para darle la suya Sam, estará aquí pronto. —dijo Adam con una sonrisa y su prometida asintió eufórica.

—Será nuestra dama de honor —agregó —dicen que en las bodas se unen parejas, así que no la dejes ir ¡ánimo! —expresó con una actitud muy similar a Adam.

—Bien —Inevitablemente sonreí.

Sam no se había equivocado con ellos, Adam había logrado cambiar completamente a Olivia haciéndola una persona para nada odiosa y más carismática. Los llamaban la pareja de momentos porque siempre se los veía bien. Incluso Sophia con Oscar estaban en una relación.

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