CAPÍTULO EXTRA
EXTRA: CAPÍTULO INTERMEDIO
Las niñas cumplirían 8 años y la casa era un poco caótica por los preparativos de su festejo.
—Mamá, ¿Podemos entregar las invitaciones hoy? —me preguntó Amy con una sonrisa dulce, pero desvié la atención hacía Ryan.
—Ryan, por favor no tires el balón dentro de la casa... —lo detuve cuando estuvo apunto de hacerlo.
Hizo una mueca y se sentó con sus brazitos cruzados, también cumpliría 5 años en poco tiempo.
—Amy, intentaremos hacerlo hoy... —la miré y asintió.
—Se lo diré a papá, él nos llevará —dijo Eve corriendo.
—Eve, está en una llamada importante... —no dije más ya que entró al estudio.
—Mamá, ¿Papá era así? Muchas veces dijiste que Eve se parece a él. —preguntó Amy con curiosidad.
—Si, pero no. No me refería exactamente a eso, en lo efusiva se parece a mi de niña. —suspiré yendo a la cocina.
—¿Y yo? —me siguió y la miré.
—Tu... —pensé un momento —eres una versión mejorada —besé su mejilla y sonrió —juega con tu hermano para que no rompa nada.
Asintió y salió. Thomas no tardó en entrar con Eve en su espalda.
—Samantha, tengo una reunión importante. Dile a Eve que me suelte —suspiró y reí.
—¿Disculpa? Tu la criaste así. Ahora te haces cargo.
—Papá no se irá de aquí... —dijo Eve con el ceño fruncido y volví a suspirar.
—De acuerdo —me acerqué para tomarla y bajarla —luego del almuerzo haremos todo un recorrido para entregar las invitaciones ¿Satisfecha?
—Mucho. —se unió a sus hermanos
—Siempre consigue lo que quiere... —murmuré y miré a Thomas.
—Volveré lo antes posible —me besó rápidamente. —llamame ante cualquier cosa.
—Lo sé, ve o se hará tarde. —sonreí y me devolvió el gesto.
Quedamos solo los cuatro, mientras terminaba de preparar el almuerzo las niñas enseñaban algunas cosas a Ryan.
—Muy bien, ¿Están listas señoritas y señorito? —los miré y afirmaron —andando...
Salimos de la casa rumbo a la casa de mi buen amigo Adam y Amy tocó la puerta repetidas veces hasta que abrió.
—Esos golpes no podían ser de otras personitas... —sonrió al vernos y nos dejó pasar.
—Hola Adam, ¿Como va todo? —lo abracé.
—Muy bien, tomando un descanso ¿Y tú? —miró a los niños.
—Como puedes ver, disfrutando de mis hijos. Ahora vinimos en pandilla —reí y me imitó.
—Sabes que puedes venir cuando quieran.
—Tio Adam, ¿Jeremy donde está? —preguntó Amy jugando con sus manos, en un claro acto de timidez.
—Estaba en su habitacion, en un momento bajará.
—¿Olivia con Lily? —pregunté al notar su ausencia.
—Fueron a comprar algo, no tardan.
En eso bajó el mini Adam como solía llamarlo. Jeremy era una réplica exacta de su padre, pero en versión pequeña. Se llevaba muy bien con mis hijos, pero especialmente con Amy.
—A lo que vinimos... —recordé entregando la invitación.
—¿Como pasó? Es increíble que cumplirán 8 años... —negó con una sonrisa.
—El tiempo vuela, y con él envejecemos, pero los niños crecen —suspiré.
—Lo más importante es lo último, crecen y estamos ahí para ellos.
—Así es... —froté su brazo —bueno, nos vamos. Aún debemos recorrer otros lugares.
—Una mini gira. —bromeó.
—Si, iremos con Alexia y luego con Daniel. Era hoy o las niñas no me dejarían dormir. —rió con ganas por lo dicho
—Samantha, son como tú y Thomas ¿Que esperabas?
—Nada, no dije nada. Niños vamos... —los llamé y se despidieron de Jeremy —saluda a Olivia de nuestra parte, pero en especial a la pequeña Lily.
—Se los daré.
Hicimos otro recorrido hasta la casa de mi querida amiga Alexia quien parecía un poco agotada, pero sonrió en cuanto vió a los niños.
—Mis hermosas niñas y mi pequeño Ryan. —los besó rápidamente para que rieran.
—¡Tia Sam! —Selana corrió hacía mi —¡salvame! —me abrazó y Alexia suspiró.
—¿Que sucede? —pregunté con una sonrisa.
—Solo es que ésta niña tiene mucha tarea... —la señaló y Selena se escondió detrás de mi —definitivamente sacó el intelecto de Austin, ese payaso. —murmuró lo último.
—No tengo dudas de que mi querida Selena hará todo sin problemas, ¿Cierto? —la miré y asintió rápidamente.
—Pero luego, ahora jugaré con Eve y Amy. —corrieron a su habitación dejando a Ryan que observaba algo en particular.
—¿Cariño quieres una galleta? —preguntó Alexia y asintió de inmediato.
Se sentó a comer muy tranquilo.
—Es un ángel... —sonrió observándolo.
—Si, fuera de la casa. Allí solo está con el balón, ya rompió jarrones y cuadros. Thomas ya lo hizo deportista.
—¿De qué te quejas? Tienes una vida maravillosa. —me abrazó.
—No es una queja... —aclaré.
—Hablando de eso, iba a llamarte para algo... —pensó un momento despertando mi curiosidad —como sabes escribí varios libros referidos a trastornos por eso ahora trabajamos juntas...
Alexia en los últimos años había escritos 3 libros detallados referidos a trastornos como ansiedad y depresión, además de acoso y como reaccionar ante tales cosas. Tuvo su merito propio por lo que desde nuestra fundación le propusimos trabajar con nosotras y aceptó gustosa.
—Si.
—Por eso pensé mucho, y creo que no habría mayor inspiración que contar tu historia. Sam, podemos escribir un libro sobre tu vida ¿Que dices?
—¿Que? —me sorprendí.
—Si, no es secreto lo que sucedió, pero pocos saben como lo afrontaste, superaste y fortaleciste.
—Lo sé, pero un libro. No lo sé... —dudé —soy consciente de que muchas pasan por esto. Algunas cosas peores, pero un libro es un paso muy grande
—Piensa, si no quieres está bien. Solo digo como forma de motivación para muchas...
—Hola tía Sam... —un medio dormido Benjamín se acercó frotándose los ojitos.
—Hola cariño. —lo abracé.
—Hola Ryan. —se sentó a su lado
—Hola —continuó comiendo y reí, muchas veces era tan idéntico a su padre.
—Ya deberíamos irnos —miré la hora —lo hablaré con Thomas y te diré. Toma. —le entregué la invitación.
—Ahí estaremos.
—Niñas... —las llamé.
—Un ratito más. —pidió Eve.
—No te preocupes, ve a entregar el resto. Que se queden conmigo, los extrañaba. —dijo Alexia con una sonrisa y miré a Ryan que jugaba con Benjamín.
—De acuerdo, no tardaré.
Pasé rápidamente por la casa de Sophia y luego por mi hermano.
Toqué y abrió uno de mis sobrinos asustados.
—¿Taylor que sucede? —lo abracé.
—Papá y mamá discutieron... —estaba a punto de llorar.
—Esta bien, ¿Dónde están?
—En el estudio.
—¿Y tú hermano?
—En la habitación.
—Ve con él un momento.
Cuando subió las escaleras me dirigí al estudio y toqué antes de entrar. En cuanto lo hice noté la tensión del ambiente.
—Lo siento —dudé —pero los niños están asustados
—Mira lo que provocas Yessica. —la miró con seriedad.
—¿Yo? Estoy cansada Daniel, ¡cansada!
—¿Cansada? Solo debes cuidar a nuestros hijos, ¡Jamás supiste lo que es trabajar! —levantó la voz.
—¡Un momento! —interviné y me miraron —me llevaré a los niños un momento y podrán discutir con gusto.
Salí para buscar a Taylor con Dylan y fuimos a un parque cercano.
—Mamá no nos quiere. —dijo Dylan y me sorprendí.
—¿Que?
—No nos quiere. —repitió con sus ojos con lágrimas.
—No, no digas eso —lo abracé —a veces hay cosas de adultos que nos hacen sentir mal, pero ustedes son niños encantadores. Fuera de eso siempre pueden venir a mi.
—Llevanos contigo tía Sam. —Taylor me abrazó y sonreí
—Cuando quieran, ¿Ahora quisieran un helado?
Asintieron y sus preocupaciones se fueron al probar aquel postre, pero personalmente me preocupaban y mucho.
Luego de que Daniel me enviara un mensaje regresamos a la casa.
—Dylan —lo detuve antes de que subiera las escaleras —toma es la invitación de las niñas.
Asintió y subió con su hermano ante la mirada de su padre que suspiró pesado al escuchar la puerta de la habitación.
—¿Resuelto? —me acerqué para abrazarlo
—No lo sé... —suspiró —gracias por llevarte a los niños.
—Son mis sobrinos. Me debo ir, las niñas y Ryan están con Alexia —miré la hora.
—Me gustaría pasar más tiempo con mi campeón. —se refirió a Ryan
—Pronto —sonreí —cuidate, cuidalos y cualquier cosa me llamas. Sabes que puedes contarme tus problemas y haré todo para ayudarte.
Busqué a los niños y regresamos encontrándonos con la cena lista.
—Wooo, chef Thomas está aquí —dije con una sonrisa y se acercó —vayan a lavarse las manos.
En cuanto los niños se fueron me abrazó y besó con tranquilidad.
—¿Como les fue? —susurró sobre mis labios.
—Bien, y pasaron muchas cosas.
—¿Por qué?
—Luego te lo cuento...
Cenamos con tranquilidad y al finalizar debía limpiar. Ryan prácticamente se estaba durmiendo sentado y las niñas ya se habían ido a dormir.
—Cariño, es hora de ir a la cama. —lo levanté.
—Deja que lo lleve —me detuvo Thomas
—Papá —dijo más dormido estirando sus brazitos
Lo tomó y lo llevó mientras terminaba de limpiar, eso siempre me provocaba ternura.
Estábamos recostados cuando suspiré
—Creo que Daniel se divorciará de Yessica —dije sin más.
—¿Segura?
—Si, hoy tuvieron una discusión y me llevé a los niños. Además, me dijeron que no los quiere. Me dolió verlos así, sabía que sucedería en algún momento. —me senté un poco.
—Si no puede ser madre no puede permanecer junto a ellos o les hará daño.
—Si, esperaré a Daniel por si dice algo. Sea lo que sea tendré que hacer algo...
—Samantha salvando al mundo una vez más. —me abrazó y reí
—Esto es serio Tom.
—Lo sé, y me enorgulleces —besó mi frente.
—Por otro lado Alexia me propuso escribir un libro sobre mi historia, pero no lo sé, ¿Que dices?
—No sé si sería apropiado... —me separé para mirarlo.
—¿En qué sentido?
—Dices que será sobre tu historia, eso me incluye. Sería un libro erótico. —guiñó un ojo y reí.
—Eres imposible Thomas, ya no hay seriedad en ti. —lo golpeé con una almohada y rió.
El cumpleaños de las niñas se realizaba alegremente con toda la familia y nuestros amigos.
Cuando la mayoría se retiró me acerqué a Daniel para hablar con él, no estaba bien y lo conocía perfectamente como para que lo ocultara.
—¿Que sucede? —pregunté en el patio trasero, pero no respondió —Dan...
—Yessica se fue —respondió observando a los niños jugar a la distancia.
—¿Que? —me sorprendí —¿Los abandonó? —asintió
—Dijo que no podía criar a dos niños problemáticos y que no la ayudaba en nada...
—Sonará cruel, pero sabía que en algún momento sucedería. No niego que tuvieron una buena historia al principio y se quisieron, pero ¿Por qué te casaste con ella?
—Porque estaba embarazada y como te lo dije, no quería que mis hijos experimentarán lo que nosotros sentimos. Sin madre o padre...
—Pero de igual manera lo hicieron.
—Sam, siempre tan directa —sonrió con tristeza.
—¿Estabas con ella solo por los niños? —asintió —bien solo queda una cosa por hacer. El divorcio y que renuncie a todo derecho, si no lo hace por las buenas me la dejas a mi. —lo abracé.
—Realmente das miedo hermana. Incluso más que nuestro padre...
—¿Que puedo hacer? —encogí los hombros y pudo reír un poco.
Después de meses sin saber sobre Yessica al fin pudimos encontrarla, Daniel habló con ella, pero se negó a renunciar a la custodia que le correspondería al realizarse el divorcio.
—¿Irás tu? —preguntó Alexia quedando con Ryan.
—Debo hacerlo, sino Daniel no podrá avanzar y los niños tampoco...
Salí de su casa para buscar a Yessica.
Estaba en una cafetería esperando por Daniel, que era quien debía ir, pero como dije. No lo aceptó por las buenas, entonces debería enfrentarse a mi.
—No esperaba verte a ti... —bebió de su café.
—Seré breve... —le entregué los documentos —firmaras el divorcio y también renunciarás a todos tus derechos como madre.
—¿Que? —sonrió incrédula.
—Lo que oíste. —puse en bolígrafo encima —Seamos civilizadas.
—Escuché que Daniel conoció a alguien, ¿Es cierto? —no respondí —entiendo, de igual manera no firmaré nada. —desvió la mirada sin interés
—Lo harás porque no bromeo al decir que te arrepentirás, no olvides quien soy y no lo digo como inversionistas. Lo digo como una de las organizadoras de la fundación, si continuas así imagina que dirán. No te tendrán piedad...
—Puedo divirciarme, pero no renunciaré a mis hijos...
—Lo hiciste en cuanto los abandonaste, y jamás los quisiste. Hubiese deseado poder ver eso mucho antes, pero también tengo una vida. Soy madre que si quiere a sus hijos —señalé los documentos.
—Como madre deberías entenderme...
—¿Entender? Yessica no eres nadie, no haces absolutamente nada. Tuviste un embarazo totalmente normal al igual que el parto, en ningún momento sufriste. ¿Que demonios quieres? —me molesté.
—Son mis hijos...
—No, porque una madre no abandona...
—Como lo hizo tu padre contigo, ¿También dirás que no mienten? Como lo hizo tu madre...
—Firma de una vez o me conocerás —la detuve —ya sabes... —hice un chasquido —y no es una amenaza, solo digo ¿Que harás? No sabes lo que es trabajar. Te tiraste del precipicio sola.
Suspiró tomando los documentos firmando todos, solo luego de hacerlo leyó algo.
—¿Renuncié a lo que me corresponde en el divorcio? —me miró y se los quité.
—Felicitaciones, ahora eres una mujer libre e independiente. Renunciaste a todos tus derechos y obligaciones como madre, también lo que deberías recibir por el divorcio. Y... —me levanté —también hay una orden de alejamiento para que ya no dañes a los niños.
—A veces me pregunto, ¿Como llegamos a esto Sam? Éramos tan unidas...
—Quizá jamás nos conocimos en realidad, o tu no te mostraste como eras. Y no soy Sam, para ti soy Samantha. Te alejarás de toda mi familia o lo que debí hacer en el pasado lo haré ahora. Espero lo entiendas Yessica Green. Busca una vida lejos de nosotros
Sin más me retiré y fui a ver a mi hermano. Había sido cruel, pero no soportaba verlo mal, que sufriera y eso incluía a los niños.
—Sorpresa... —le entregué los documentos.
—¿Debería alegrarme o asustarme? —me miró un momento.
—Ambos, y mucho más siente orgullo por la hermana que tienes —sonrió asintiendo —todo está ahi, definitivamente se acabó. Y los niños estarán bien en cuanto terminen sus sesiones con Alexia.
—Gracias hermanita —me abrazó.
—Ahora dime algo... —se separó —¿Conociste a alguien?
Se sorprendió y desvió la mirada, sabía lo que significaba.
—Ya veo, cuentame... —lo halé hasta la sala.
—Es linda, es profesora de música en el instituto de la ciudad. Su nombre es Natali. —sonrió.
—¿Como se conocieron?
—Como cada año hicimos donaciones a instituciones y ahí la vi mientras tocaba el piano. Una hermosa melodía que se grabó en mi mente...
—Calma galán, eres padre. Ve con cuidado.
—Lo sé Sam, quiero ser feliz, pero lo primero son mis hijos.
—Exacto. Pero espero que sea alguien buena para ti, te lo mereces —lo abracé —y siempre cuenta conmigo, cualquier cosa. Puedo cuidar a los niños, lo sabes.
—Lo sé. —sonrió.
Capítulo extra especial para dar una explicación y pequeña vendetta... En fin *toma juguito*
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro