CAPÍTULO 87

Desperté cuando lo sentí moverse a mi lado,  al parecer para levantarse. Medio dormida me cubrí con las sábanas y di la vuelta para mirar la hora que marcaba 10:14 a.m.
No pude moverme mucho debido a la molestia que sentía en mi parte íntima, escuché la ducha y momento después salió secándose el cabello con una toalla y con pantalones puestos.

—Buenos días. —me froté los ojos después de bostezar.

—¿Como te sientes? —preguntó sonriente.

—De maravilla —devolví el gesto. —¿Tú?

—Mejor que nunca, ¿Necesitas algo?

—Prestame tu camisa, la que está ahí —señalé una celeste que estaba en una silla.

—¿Necesitas ayuda? —me la entregó y lo miré un momento sin reaccionar a lo que se refería. —Para levantarte.

—No —mentí desviando la mirada. —Tomaré una ducha, prepara algo rico.

—Te aprovecharás de mi. —salió negando con una sonrisa.

Me puse la camisa e intenté ponerme de pie, pero mis piernas temblaban. Las deslicé hasta tocar la alfombra y suspiré dándome ánimos hasta que me levanté.

—Duele, duele, duele ... —dije mientras apresuraba el paso al baño.

Tomé una ducha fría para relajarme y sentirme mejor. Me alivié un poco poniéndome ropa suelta para más comodidad y por precaución tomé la segunda píldora.

Fui hasta la cocina donde Thomas estaba muy concentrado cocinando algo rico y lo supe por el aroma que comenzaba a inundar el lugar.

—Te ayudaré —dije tomando algunas cosas

No se opuso y entre juego y juego terminamos de cocinar.

—Es normal que sientas molestia. —dijo haciendo que me ahogara con el jugo.

—No lo digas así. —me quejé avergonzada.

—Por favor, ya lo dije anoche, ya no tenemos porque avergonzarnos. —sonrió de lado.

—Lo sé, ¿Volveremos hoy? —pregunté sin mirarlo.

—Deberiamos hacerlo en la noche —suspiró —¿Quieres irte ahora?

—No, de hecho... —dudé un segundo. —¿Podríamos quedarnos hasta mañana?

—Si, uno, dos días más o una semana si quieres.

—¿Podemos? —me ilusioné y asintió.

—Claro, tenemos comida suficiente. Presentí que querrías quedarte —me guiñó un ojo y desvié la mirada.

—No hay nada para hacer, pero es un buen lugar para descansar y disfrutar de la buena compañía. También podrías enseñarme a nadar.

—Lo es, y lo otro lo pensaré.

—Ya que lo mencionas, ¿Me perdonaste por lo de tu cumpleaños? —hice un gesto llorón para que se compareciera.

—Si, lo de anoche lo consideré mi obsequio. Eres mi mejor obsequio, ahora soy tu dueño.

—Pero que dices. —me apené —deja eso, olvidé lo que iba a preguntar.

—¿Era importante?

—Ya recordé, ¿El lavado? Hay que lavar las sábanas.

—En ese pasillo. —señaló y asentí.

Había metido las sabanas al lavado y luego me dispuse a lavar los platos para distraerme. Thomas había ido a la habitación o eso creía, quizás dormía.

Mientras esperaba el secado recibí un mensaje de Yessica.

                     Mensaje

Yessica: Hola! Da señales de vida mujer! Como la están pasando? 😉 disfrutan? 😏

Yo: Hola! Aquí reportándome 😆 de maravilla, es un lugar muy tranquilo 😋

Yessica: vamos a lo importante, Cuentame todo!!!!!. O al menos un adelanto 😉

Yo: Debo dejarte, estoy ocupada 😋

Yessica: 😦😦😦.  ✓✓

Reí imaginando su expresión y sentí una respiración cerca de mi cuello.

—Alejate de ella, te dará ideas raras. —murmuró y giré para mirarlo.

—¿Leíste mis mensajes? ¿En que momento? —esperé una respuesta a su repentina aparición.

—Acabo de entrar, pero parecías concentrada.

—Solo nos saludamos. —sonreí —No pienses cosas raras, ayudame con esto.

Saqué las sabanas para doblarlas y guardarlas. Repentinamente vino a mi mente un recuerdo que me hizo reír.

—¿Que te sucede? —preguntó curioso por mi actitud.

—Solo recordé cuando me ayudaste a estudiar y entre las asignaturas estaba biología. —negué.

               Flash Back

Sostenía un libro de biología, en la página 230 para ser exacta con un tema muy particular.

—Sistema reproductor —leí haciendo muecas por las imágenes y luego tiré el libro —Maldita biología, ¿A quien se le ocurrió enseñar esas cosas?

—Sin esas cosas como le dices, probablemente no sabrías si eres hombre o mujer. —dijo en tono molesto.

—¿Como que no? No hace falta ser un genio para saberlo, entre nosotros la diferencia es notable. —lo miré mal.

—No, eres poco fémenina. Te puedes catalogar como indefinida. —respondió como siempre mientras anotaba algunas cosas.

—Indefinido mi pie, al demonio contigo. —crucé los brazos molesta

—Trae ese libro —señaló el que tiré —si no aprendes eso no aprobarás, fueron de los temas más importantes ¿Donde estuviste?

—No lo se, quizá siendo acosada por tu novia.

—No es mi novia.

—No me interesa —levanté el libro —Aish, maldito sistema reproductor. ¡Aborrezco a los hombres! —exclamé totalmente fastidiada.

—Eso dices ahora, un día eso te causará placer. —sonrió de lado

—¿De qué demonios hablas?

—Algún día lo entenderás, aunque compadezco al desafortunado.

                 Fin Flash Back

—Eso —sonrió recordando.

—Me vino de la nada, fue como dijiste, pero ¿Te compadeces de ti mismo? —lo molesté.

—No, hubiese sido en ese momento o ahora, sería un logro para cualquier hombre —encogió los hombros.

—Pero que machista. —lo miré mal y rió.

—Solo bromeo, no eres un objeto Sam —me besó dulcemente.

—No, no lo soy y tampoco caeré en tus encantos tan rápido. —reí mientras me alejaba de su peligrosa cercanía.

—No intentaba hacerlo.

El resto del día lo pasamos entretenidos platicando y viendo televisión, parecíamos una pareja de recién casados. Y sentí un cosquilleo al imaginar lo último.

Por la noche estábamos recostados intentando dormir sin éxito.

—¿Sabes que estuve apunto de terminar contigo? —rompí el silencio para que me mirara.

—¿Por qué?

—Por tu cumpleaños, lo había olvidado, me puse mal y pensé que no merecía ser tu novia. En realidad que no debíamos estar juntos por eso pensé que terminaríamos en cuanto regresaras. —confesé entrelazando nuestras manos.

—Hasta ahora he respetado tus decisiones, pero eso no hubiese sido tan fácil, creo que separarnos está fuera de discusión.

—¿Por qué tanta seguridad? —presioné un poco el agarre.

—Simplemente por ti, después de todo tus sentimientos por mi no han cambiado. Eres como un diamante raro y reluciente.

—Quisiera decir lo mismo de ti, pero lo importante es que ahora me quieres. No, no me quieres. Me amas —corregí recordando su confesión.

—Lo hago al igual que tú. —me robó un beso rápido y reí.

—Nuestra historia es un poco rara —suspiré intentando asimilar. —pero que importa.

—Exactamente —se acercó peligrosamente e intuí lo que quería.

—No, aún es reciente. —lo detuve.

—Ya no puedo —susurró en mi oído y me estremecí mientras besaba mi cuello.

—Pero... —suspiré y me rendí a sus caricias

Los días pasaron rápido, dos días se convirtieron en tres y así una semana de la cual disfrutamos cada día, e incluso me enseñó a nadar.

—Extrañaré este lugar. —suspiré subiendo a la lancha

—Regresaremos en algún momento. —sonrió.

—Eso espero, por otra parte me siento un poco apenada. No hablé con nadie, seguramente me molestaran  —reí imaginando la indignación de mi hermano.

—Estabamos juntos, ¿Que problema hay? Además, fueron unas pequeñas vacaciones.

—Si, ahora hay que volver a nuestra vida “normal”.

El viaje de regreso fue bastante tranquilo, llegamos al edificio por la tarde encontrándonos con una pareja en el elevador.

—Se dignaron en mostrar el rostro —mencionó Dan con esa indignación que imaginaba. —Tom solo era un fin de semana, ¿Que sucedió?

—También te extrañé —ironicé para que no comenzara con su investigación. —Y no te importa, cuando estas con tu novia no pregunto —agregué molesta —por cierto, hola Yessica.

—Hola Sam. —se veía muy feliz.

—Pero llevamos tiempo juntos, ustedes lo oficializaron y huyeron. —continuó mi hermano señalando a mi novio. —Eso no estaba en el plan.

—De todos modos no es de tu incumbencia. —agregó mi novio y sonreí.

—¿Sam, que le hiciste a mi amigo? ¿Desde cuando me habla así? —dramatizó boquiabierto.

—¿Por qué estás así? —lo mire y luego a su novia, ignorando su berrinche.

—Está nervioso porque posiblemente tu padre deba viajar a América y tendrá que hacerse cargo de todo aquí —susurró y comprendí.

—¿Irse? —me sorprendí después de un momento. —No me dijo nada.

—Si hubieses tenido el móvil encendido, quizás. —se cruzó de brazos y reí por su actitud.

Llegamos a nuestro piso e intentaba despedirme de mi novio, pero mi hermano no dejaba de mirarnos y solo pude decir un “nos vemos luego”, y él asintió en respuesta para así entrar con la otra pareja.

Regresé! Y por cierto Feliz Año nuevo, mi propósito es terminar esta novela XD ...