CAPÍTULO 77
CAPÍTULO 77
A
unque quería no podía calmarme, mi cuerpo solo reaccionaba a los recuerdos y solo podía temblar sin control.
—¿Mejor? —preguntó después de respirar profundo en el intento de calmarme, varios minutos después.
No respondí solo miraba a la nada, mientras que en mi mente los recuerdos pasaban una y otra vez.
—Lo siento. —me disculpé después de mucho.
—No lo sientas, está bien. —acarició mi cabello y cerré los ojos.
—Necesito aire fresco. —me separé levantandome.
—¿Puedo acompañarte? —hizo lo mismo colocándose la playera.
—Si.
Salí a paso apresurado quería estar sola y a la vez no, era difícil de explicar, pero la débil lluvia que caía afuera me acogió. No me importó mojarme y caminé hasta la playa.
Segundos después me alcanzó y caminó a mi lado en silencio.
Me sentía horriblemente mal por él, por mí y por toda la desastrosa situación que me hacía ver lamentable. Dejando el temor de lado decidí hablar.
—Esa cicatriz me la hizo él la última vez. —solté sin mirarlo ya que lo había omitido cuando se lo conté.
—¿Que? —se detuvo para mirarme e hice lo mismo.
—Cuando entró a mi casa, omití eso cuando te lo conté. Me amarró y amenazó con un cuchillo. —contuve las lágrimas —Luego llegaron Daniel con los guardias. No me lo noté hasta que Dan lo dijo, recuerdo que desperté en el hospital. Por varios días me mantuvieron dormida, con sedantes porque cada vez que despertaba entraba en pánico. Fue en ese momento que perdí la confianza en todos y luego fui a terapia con tratamiento. —conté entre llanto.
En ningún momento pude mirarlo a los ojos, la vergüenza que sentía era enorme y no entendía cual era exactamente la razón.
Me abrazó con un poco de fuerza y tan protector que no pude negarme, la lluvia aunque fuese fría se sentía relajante ante la situación.
—Lo lamento... —susurré escondiéndome en su cuello, mientras contenía el llanto. —Entre tantas mujeres en el mundo tuviste que fijarte en mí, en alguien tan herida que no sé si podré sanar. —me sinceré y presionó el abrazo en respuesta.
—No digas eso, nada de eso importa para nuestra relación, pero prometo que él pagará por cada cosa que hizo.—susurró del mismo modo.
—Solo quiero que termine y que estés conmigo. —pedí casi en suplicio.
—Lo estoy y lo seguiré estando, no te preocupes por eso.
—Lo siento. —me separé para finalmente mirarlo —Siento lo de hace un momento y por todo, ahora mismo siento vergüenza y no sé porque razón. Quizá vergüenza de mi cuerpo, de mi misma, de mi desgracia, no lo sé —negué sin conocer la respuesta.
—Te pusiste a la defensiva, no sientas vergüenza por algo que no fue tu culpa. Estarás bien. —limpió mis mejillas e intentó calmarme. —No te disculpes, no sucedió nada.
—En cuanto regrese hablaré con mi padre. —frunció levemente el ceño —Quiero ir a terapia de nuevo.
—Te apoyo en todo lo que decidas. Estaré contigo Sam. —sonrió abrazándome de nuevo, y me escondí en su cuello calmandome.
—Cuando me siento así, solo quisiera desaparecer o irme a algún lugar donde nadie me encuentre. —susurré aferrándome a él.
—No digas eso. —me abrazó con un poco de fuerza.
Después de caminar un poco más regresamos a la casa, encontrando a la otra pareja en la puerta.
—¿De donde vienen? —preguntó Yessica curiosa.
—Fuimos a caminar un poco. —respondí lo más normal posible y Dan se acercó para mirarme con atención.
—¿Estuviste llorando?
—No, la brisa en la orilla es fría es por eso. ¿No? —miré a Thomas y asintió.
—Lo es.
—Bien —frunció el ceño y sabía que no lo había convencido. —Vamos a dormir, mañana hay que regresar.
Cada uno fue a su habitación y en cuanto entré Yessica observó algo en particular.
—¿Que sucedió aquí? —sonrió con picardía tomando la prenda del piso.
—Me la quité, era un poco ajustada. —me metí a la cama dándole la espalda —buenas noches.
Simulé dormir, aunque quisiera y me sintiera agotada no podía. Al cerrar los ojos las imágenes volvían tan vivientes que por inercia me aferré a la almohada con fuerza, evitando soltar un grito desesperado.
Regresabamos por la tarde, por “idea” de Yessica, «vamos en parejas» fue lo que dijo y para mi sorpresa mi hermano aceptó de inmediato.
Faltaba mas de media hora para llegar y ninguno dijo nada, aunque no supiese que hacer para romper aquél incomodo silencio, quería hacerlo.
—¿Que harás mañana? —pregunté con timidez.
—Creo que visitaré a mis padres, ¿Y tú? —respondió sin desviar la vista del camino.
—También veré al mio. —miré por la ventana.
—Cuando comiences con la terapia puedo acompañarte, si quieres.
Aquello me sorprendió haciendo que lo mirara nuevamente.
—Puede ser. —respondí en tono bajo.
No dijimos nada más hasta llegar al edificio, donde me ayudó con la maleta.
Nos detuvimos en nuestras puertas y lo miré dudosa. Él por su parte se acercó a mis labios, pero lo desvié con vergüenza.
—No tienes que avergonzarte, para mi continúas siendo Samantha, la que conocía. —susurró —pero te respeto —besó mi frente
—Aunque no me considere como antes, volveré a serlo. —intenté sonreír acercándome y deposité un beso tímido en sus labios —Por ti lo haré, haces una enorme diferencia.
—Así como lo harás por mi, hazlo por ti misma. —sonrió acariciando mi mejilla.
—Lo haré por ambos, es un buen método. —sonreí ampliamente
Entré al departamento borrando la sonrisa mientras se me formaba un nudo en la garganta. Sabía que eso sucedería en algún momento, sabía me atormentaría, pero no tenía idea que sería así.
Solo tenía dos opciones, hacer lo mismo que el pasado o contar mi verdadera sitúacion y afrontarla. Ambas eran desagradables, pero quería superarlo, era lo único que quería. Sólo así podría tener una relación normal con Thomas, como siempre lo quise y en ese momento tenía la posibilidad.
No pude evitar pensar como habría sido mi vida si no me hubiese ido, ¿Estariamos juntos o nada hubiese cambiado?
Era algo que rondaba en mi cabeza hace tiempo y no tenía el valor de preguntárselo.
Tomé el móvil marcándole a mi padre, que después de un par de tonos respondió.
“Hola Sam, ¿Como estuvieron esas mini vacaciones?”
Parecía de muy buen humor y me daba gusto por él.
—Hola, estuvieron bien... —hice una breve pausa. —Quiero saber algo.
“Te escucho”
—¿Podemos vernos mañana? Sería mejor si es en tu casa.
“De acuerdo, revisaré la agenda.”
—Por favor, quiero hablar de algo importante —intenté convencer.
“De acuerdo, estará bien por las tarde ¿5pm?”
—Si, nos vemos.
Colgué suspirando con agotamiento y sabía que solo era el comienzo.
Al día siguiente desperté casi al mediodía y no me importó, esperé hasta la hora de ir y Daniel me llevó sin oponerse, era algo que quería hablar con ambos.
—Mis hijos —nos saludó nuestro padre animado.
Ambos correspondimos al saludo pasando a la sala donde nos sentamos y quise ser directa.
—Entonces, ¿De que quieres hablar Sam? —me miró esperando.
—Apuesto de que está de novia —intentó molestarme mi hermano y negué.
—Bueno. —me relajé luego de respirar profundo para tomar el valor. —Hace tiempo estuve pensando y desde que regresé quería, o al menos tenía la esperanza de dejar el pasado en América, pero como saben pasé ciertas situaciones...
Ambos me prestaban total atención tratando de interpretar mis palabras.
—Aunque me muestre fuerte e hiciera ciertas cosas, me ha afectado. Tengo sueños recurrentes del pasado, y es sumamente desagradable. Comienzo a tener ansiedad, bueno desde que comenzaron los episodios.
—No tienes que preocuparte, estas segura —intentó calmar mi padre y negué.
—No se trata de ese tipo de seguridad, sino de que quiero estar bien y segura conmigo misma. Por eso quiero regresar a terapia, quiero reforzarla. Saben que lo mío fue un trauma a largo plazo y que en cualquier momento podía suceder de nuevo. Quiero hacerlo. —pedí mirando mis manos, conteniendo un temblor muy conocido.
Ambos me miraron y luego entre si.
—Si eso es lo que quieres, te apoyaremos hermanita. Nos sorprende que lo pidas, pero es una buena señal, siempre es bueno tratar la mente y sentirse bien. —dijo Dan colocando una mano en mi hombro y después abrazarme. —Esta vez te acompañaré en absolutamente cada paso que des.
—Así es, buscaré a la mejor profesional de la ciudad —agregó mi padre —Me alivia saber que pediste ayuda y fuimos los primeros en saberlo cariño. —sonrió con tranquilidad y asentí.
Quería superarlo y enterrar nuevamente los recuerdos. Se sentía cálido saber que me apoyaban, además también tenía a Thomas. Los tres eran importantes para mi y con su apoyo lo conseguiría, estaba segura.
Si tan sólo hubiese pensado así en su momento, quizá el asunto habría sanado como se debía, pero no. Había decidido desafiar mis propias barreras y podía ver las primeras consecuencias.
Actualizando ಥ⌣ಥ
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro