Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 66

CAPÍTULO 66


Cepillé mi cabello para luego salir y tocar la puerta de en frente para esperar en un vaivén manteniendo mi sonrisa.

—Hola —levanté una mano en cuanto abrió y pasé con toda confianza antes de que dijera algo.

Al entrar sentí un aroma delicioso, y sin pensarlo dos veces me acerqué donde se estaba cocinando.

—Que considerado —lo miré —estás cocinando para mí.

—No quería que incendiarás la cocina —sonrió y lo miré mal.

—Dije que no —fruncí el ceño borrando mi sonrisa.

—Yo cocino, pero tu limpias, es un trato justo.

—Está bien —concordé.

Lo observaba mientras cocinaba, se veía aún más guapo en aquella concentración de chef y pensé que no había nada que le saliera mal y sonreí.

—Deja de mirarme como si fuese un bocadillo —me sacó de mis pensamientos.

—¿Que? —me sorprendí y sonrió.

—Por cierto, ganamos el partido.

—Pues felicidades. Solo espero que ninguna niña se haya acercado o puede considerarse calvam —murmuré molesta, pero lo suficientemente entendible.

—¿Realmente harías un escándalo? —apagó la cocina.

—Ganas no me faltarían, pero también debo cuidar mi imagen, ya sabes. —asintió con una sonrisa.

Puse los platos mientras se enjuagaba las manos y al probar el primer bocado levanté el pulgar.

—Delicioso, si no quieres ser empresario definitivamente tendrías empleo como mi chef personal. —continué comiendo

—No estoy dispuesto a recibir tus órdenes.

—Solo tendrías que cocinar, nada grave. —resté importancia

—Eres la torpe Sam, no debería sorprenderme lo que dices. —prestó total atención a su plato y sonreí sin ganas para cambiar la conversación.

—Oye, tu madre me hizo dudar —volvió a mirarme.

—¿Con qué?

—Insiste que tú y yo podríamos tener algo, por un momento me sentí mal. Quise decirle, pero no.

—Si no lo hacemos es por tu culpa —encogió los hombros.

—¿Que? ¿Estas dispuesto a decirlo? ¿en serio?  ¿Thomas Rogers? —me sorprendí con cada pregunta.

—Lo saben Daniel y Yessica, ¿Por qué no nuestros padres? —respondió con tranquilidad —Aunque me gusta la privacidad.

—Eso es... —lo señalé —la privacidad es importante.

—Siempre creí que en esta sitúacion, querrías decirlo a todos.

—Y yo que justamente tú querrías ocultarlo a toda costa. —ambos nos miramos un poco confundidos —En fin, creo que cambiaste un poco al igual que yo.

—Puede ser. —volvió a su comida.

No dijimos más sobre el tema hasta terminar y como lo había dicho, debía limpiar. No era mucho por lo que lo hice rápido mientras él esperaba en el sillón.

—¿Sabes? —me senté a su lado —Lo diremos en algún momento, pero quiero qué sea cuando sea, tú se lo digas a mi padre.

—¿Eso quieres? —frunció el ceño —claro, peligrando que me presente una orden de restricción y perder la inversión. Es una gran idea. —ironizó

—¿Realmente le temes a mi padre? —reí con ganas por su expresión.

—No le temo, fuiste quien habló de más.

—¿Yo? ¿En qué momento?

—Me consideras tu enemigo, eso fue lo que le dijiste.

—Eso. —recordé —Fue una sitúacion curiosa y era para retrasar que supieran mi identidad, pero luego lo aclaré. —le hice un corazón para que se calmara.

—¿Fue ese día que estabas debajo de la mesa? —fue quién sonrió por mi expresión.

—¿Como sabes eso? —me asusté alejándome.

—Lo veo todo.

—Imposible. —fruncí el ceño.

—Debes ver tu expresión —rió —solo lo deduje, vi cuando Dan te recogió, también te envié el mensaje y aunque él actuó muy bien me pateaste.

—No recuerdo haber hecho eso... —pensé un momento hasta que lo recordé. —Ah, casi quedé dormida.

—Solo tú haces esas cosas tan infantiles, nos conocíamos ¿Por qué no quisiste?

—No estaba preparada, incluso ahora olvido hija de quien soy. En la tienda me saludaron por mi nombre y... —negué para no entrar en detalles.

—Como dices, todo a su tiempo. —colocó su brazo por mi cuello para abrazarme

No dije nada, pero me incomodé un poco, mucho más al recordar la noche anterior. En realidad era vergüenza porque no solía actuar con así y no sabía lo que había sucedido.

—¿Estás cómoda? —lo miré ante la pregunta y sonrió —Eres un tomate.

—Aish... —me cubrí el rostro.

Para cuando me descubrí, estaba cerca de mi rostro, tanto que nuestras respiraciones chocaban envolviéndose en la corta distancia que nos separaba. Sin espera me besó y me perdí en sus labios que sabían tan bien que aumentaban el deseo de querer estar así.
A diferencia de lo anterior, eran suaves, pero profundos. Algo que provocaban nuevas sensaciones en mí, pero me separé un poco para que no sucediera lo mismo y tener cordura.

—Anoche...

—Está bien, no haremos nada que no quieras. —me interrumpió mientras acariciaba la comisura de mis labios con el pulgar —Lo acabo de decir, todo a su tiempo.

—Pero no siento que sea justo. —me apené desviando la mirada y sonrió.

—No hay justicia es éstas cosas Sam, podemos ir poco a poco.

Sus palabras y su semblante me hacían sentir segura, segura de mi misma a pesar de lo sucedido aunque lo último parecía tenerlo encerrado en algún lugar de mi memoria.

—Poco a poco. —repetí y asintió.

Lo abracé con un poco de fuerza y quizás por la cercanía la temperatura subió. Me moví para sentarme sobre sus piernas mientras negaba un poco divertido.

—Quien te entiende. —colocó sus manos en mi cintura

—Poco a poco —volví a repetir y sonreí. —Quiero acostumbrarme a tu cercanía, poco a poco.

—Creí que ya lo habías hecho.

—Si, pero no de éste modo.

—Solo dejate llevar. —aconsejó con suavidad y se  acercó para besarme lentamente, podía seguir el ritmo mientras sentía sus caricias.

Nos separamos levemente para recuperar oxígeno, pero no mucho. Colocó una mano al costado de mi cuello para inclinarlo un poco, y se acercó para besarlo suavemente, con lentitud y delicadeza. Eso parecía ser lo suyo mientras las sensaciones que me provocaba eran más intensas. Instintivamente bajé las manos hasta su abdomen para perderlas torpemente debajo de la camisa, su abdomen era firme y marcado, y me retractaba totalmente de lo que había dicho en otro momento; si parecía un dios griego con aquel cuerpo.

Suspiré para reclamar sus labios con un poco de desesperación mientras envolvía mis manos en su cabello; nuevamente tenía la sensación de qué me faltaba cordura, pero solo quería estar con él, y por su lado hacía lo mismo por la cintura acercándome más y más.

Suspiré nuevamente sobre sus labios al sentir algo más y nos detuvimos. Lo miré un momento, ambos estábamos  agitados y lo prudente era detenernos.

—Paremos aquí. —frunció el ceño.

—Deberíamos —marqué suavemente su rostro con un dedo y deposité otro beso.

—Será lo mejor. —lo escuché tragar grueso.

Su rostro reflejaba todo lo contrario y sonreí.

—No podré controlarme. —confesó y asentí volviendo al sillón —Vuelvo en un momento.

Se fue a su habitación y poco después escuché la ducha. Suspiré pesado calmando mi respiración mientras cerraba levemente los ojos.
¿Que me sucedía? No quería que fuese así, no quería que surgiera de esa manera, como él dijo, todo a su tiempo, pero sentía lo contrario.

Despejé mis pensamientos cuando regresó y se sentó a mi lado.

—¿Todo bien? —pregunté un poco dudosa.

—Si, solo alteras todos mis sentidos. Nada grave —sonrió de lado y desvié la mirada.

—De acuerdo. —sonreí para mí misma.

—¿Te sientes bien? —me tomó la mano entrelazándola con la suya.

—Si.

—No lo tomes mal, pero...

—Crees que necesito ayuda profesional. —interrumpí sabiendo que en algún momento lo diría.

—Por una buena razón, no es normal que actúes así luego de lo que te sucedió. —guardé silencio por un momento y sabía a lo que se refería. —Ha pasado tiempo, te recuperaste, pero no pasó mucho cuando volvió a aparecer y vi el temor que tenías. Anoche y ahora mismo pudimos llegar mucho más lejos en esto, pero no quiero lastimarte. ¿No crees que estas intentando ocultar algo?

—¿Está mal que quiera estar con mi novio? —lo miré sin dejar que respondiera. —El miedo siempre estará mientras él ande por ahí, lo admito, pero contigo me siento diferente. Me siento bien. —acaricié su rostro.

—Si aún sientes miedo no lo superaste y es entendible.

—¿Solo escuchaste eso? —fruncí el ceño con molestia. —En América recibí tratamiento por meses hasta que me recuperé. Me dieron alta medica incluso sin medicamentos. Las pastillas para la ansiedad sólo debía tomarlas cada cierto tiempo en caso que lo sintiera necesario, porque en si fue un trauma a largo plazo. La psiquiatra consideró que ya no podía hacer nada más, estaba bien. Mirame Thomas, contigo estoy bien. Olvida lo que te conté, solo recuerda como era antes de irme, cuando regresé y como soy ahora. Míra lo que tienes delante ahora, estoy bien.

—Está bien. —me abrazó recostándome en su hombro —También está bien que temas, pero quiero que sepas que estoy contigo. —besó mi frente

—Es la parte que más me gusta y me ayuda. —sonreí.

Platicamos de otras cosas por un rato más hasta que me fui.

Mi hermano ya había regresado y estaba bebiendo agua con una camiseta de ositos.

—Esto no tiene precio. —le tomé una fotografía y corrió hacia mí, pero me encerré en mi habitación riendo. —Ya perdí la cuenta de cuantos puntos voy delante. Yessica adorará verte así.

—Ni se te ocurra. —se molestó del otro lado.

—Buenas noches Dan. Que descanses.  —puse seguro a la puerta para que no intentara quitarme el móvil.




(」゚ロ゚)」

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro