CAPITULO 60

Llegamos a una lujosa casa, no tan grande como la de América, pero si lo suficiente con una bonita senda a la entrada.

—¿Por qué papá es tan exagerado? —miré a mi hermano.

—Solo dejalo disfrutar Sam —sonrió.

—No digo que no lo haga, pero vive solo. —murmuré para mí misma mientras admiraba desde fuera hasta que abrieron la puerta principal.

—Adelante. —nos recibió un guardia.

Ambos nos encontramos con nuestro padre que nos recibió con un abrazo cálido.

—Los hechaba de menos. —confesó con una sonrisa mirándonos a ambos.

—Solo vine para presenciar el regaño que le darás a tu hija. —agregó Daniel un poco molesto y sonreí.

—¿No querías verme? —cuestionó nuestro padre haciendo que mi hermano negara rápidamente.

—No quise decir eso...

—Realmente no quería venir, tuve que  amenazarlo para que lo hiciera. Que hijo tan desconsiderado tienes. —interrumpí con la intención de que lo regañara.

—¿Pelearon? —ese era el caso, aunque fuese una mini discusión, pero ambos negamos pasando al comedor.

—Vaya, realmente es una casa muy bonita. —aprecié un poco la vista y los detalles hogareños.

—Lo es, y muy cómoda. Así podremos pasar más tiempo en familia. —sonrió y asentí estando de acuerdo.

Comenzamos a cenar entre plática sobre la universidad, nuestro aprendizaje, cosas cotidianas y demás. El ambiente era agradable, ameno y lo disfrutaba hasta que mi padre aclaró la garganta para poner su atención en mi.

—Sam, cariño lo que hiciste con el evento no estuvo bien. —comenzó y me preparé para un regaño de gran nivel. —Está bien, debí avisarte con más tiempo para que tengas idea y también entiendo que sentiste presión, pero no puedes hacerlo de nuevo. Desde ahora harás presencia al igual que tu hermano, no le dejes todo el peso, por favor. Como hermanos deben apoyarse en esto, cuando llegue el momento; en un futuro ambos tomaran el control de la corporación...

Desvié la mirada a Daniel que sonrió con satisfacción sacándome la lengua en burla, le hubiese tirado con algo si no fuese que nuestro padre continuó.

—Ya que todos lo saben, nos acompañarás en los próximos eventos sin oponerte. Como así también en algunas reuníones para que te vayas adaptando, no es presión, pero debes comenzar a acostumbrarte al trabajo y saber como funciona.

Asentí levemente con un suspiro pesado, después de todo tenía razón aunque me costara debía acostumbrarme a ese ambiente.

—Tienes razón y me disculpo, haré lo mejor que pueda para no decepcionarte y acompañar a Daniel.

—Creí que te opondrías. —se sorprendió y miró a mi hermano que mostraba la misma impresión.

—Comienza a madurar. —murmuró y lo miré mal.

—Me da gusto verte bien, de hecho te ves mucho mejor —volvió su atención a mi —el cambio de aire te hizo realmente bien y me alegra.

—No quiero mencionar cosas desagradables, pero supongo que si, últimamente estoy muy tranquila, duermo bien, actitud positiva y bueno también tengo mis días un tantos molestos por cierta persona. —acusé con disimulo a mi hermano.

—¿Se debe a algo en especial o solo te sientes así porque si? —preguntó interesado haciendo que dudara la respuesta.

—Yo creo que nuestra Sam está creciendo y comienza a expresar sus sentimientos. —respondió mi hermano con un cántico bobo asomando una sonrisa.

—¿Que quieres decir? —frunció el ceño levemente.

—Quiere decir que él está en una relación. —me adelanté —y quiere que haga lo mismo, ¿Puedes creer que me presentó al capitán del equipo? —conté totalmente indignada y nuestro padre lo miró de inmediato.

—¿Como respondiste?

—Solo lo rechacé muy sutilmente. Después de todo soy una persona educafa. —sonreí con orgullo.

—Esa es mi niña, es un alivio que no confíes en nadie. No sé que haría si comienzas una relación, al igual que tú perdí la confianza en todos. Mucho más cuando se trata de ti. —expresó aliviado y reí un poco nerviosa. —No me molestaría cuidar de tí hasta mis últimos días. —siguió como si le hablara a una niña de cuatro años.

—Siendo así... —intentó hablar Daniel y reconocí su intención.

—Dile algo a tu hijo —volví a interrumpirlo por lo que me fulminó con la mirada.

—¿Como es eso Dan? ¿Una relación? ¿Desde cuando? —posó toda su atención en él.

—Me agrada papá, es la primera vez que intento un relación así, por favor no te opongas. No habrá problemas, te lo aseguro.

—No habrá porque ya los hubo, toda la universidad lo sabe. —expresé en tono burlón.

—Traidora —se masajeó la cien con ambas manos y reí por haberlo molestado de tal manera.

—Deberías cuidar más la imagen...

—Esta bien padre —lo interrumpí con tranquilidad. —la conozco hace muchos años, prácticamente desde la infancia y doy mi visto bueno. Es agradable, además no creo que Dan haga malas elecciones o en su defecto yo lo arreglaré como una dulce venganza —sonreí evitando que lo sermoneé con cuestiones de imagen.

—Ustedes dos... —suspiró para luego sonreír —de acuerdo, confío en tus elecciones hijo. Solo me gustaría conocerla en algún momento.

—Lo tendré en cuenta —asintió sonriendo para después mirarme achinando los ojos.

Luego de la agradable noche regresábamos en silencio por lo que no pude evitar reír.

—¿Ahora que? —me miró confundido

—Viniste con expectativas de que me regañaría y fuiste el regañado. —me detuve un momento. —Eres muy galán con Yessica, pero le temes a nuestro padre.

—Es tu culpa por decirlo así. —se molestó

—Si no me adelantaba me hubieses delatado y eso no estaría bien. —crucé los brazos negando. —Soy una señorita y tu hermanita, debes cuidarme en ese aspecto también.

—¿Y lo que hiciste, si estuvo bien?

—Te hice un favor, agradece. Si no lo hubiese dicho y a la vez intervenido, ahora mismo estarías repitiendo un sermón sobre la imagen —reí nuevamente. —pero, te ayudé y ahora tienes su aprobación. Incluso quiere conocerla en algún momento.

—Puede que tengas razón. —suspiró —habría sucedido lo mismo con Tom.

—Claro que no, oíste lo que dijo. —fruncí levemente el ceño

—Y también lo que dijo anteriormente. Te ves bien, mucho mejor. En resumen, Tom te hace bien y lo sabes, no creo que se oponga en lo absoluto.

—No lo niego, sólo que no quiero hacerlo público por ahora. Ustedes lo supieron porque él se los dijo y porque estuvieron de metiches por ahí. —me acomodé un poco.

—¿Lo hubieses ocultado por mucho tiempo?

—Mientras fuese posible. —respondí de inmediato y me miró sorprendido.

—¿Por qué? Como dijo Yess, somos edición limitada...

—Lo sé, lo sé —interrumpí conociendo lo que diría. —solo no quiero involucrarlo en ciertas cosas. En el pasado habría dado prácticamente todo para que sucediera y poder presumirlo a todos, pero hoy es diferente, yo soy diferente. Prefiero la privacidad y no arriesgar lo que apenas tenemos. Ya sabes. —sonreí sin ganas esperando que así fueses las cosas.

—Temes perderlo, pasado, presente o futuro parece que ese es tu temor. —se detuvo estacionando y se quitó el cinturón de seguridad para mirarme.—Pero, también tienes razón, eres diferente. Diferente por las circunstancias, no dejes que eso te apague. Ser diferente y madurar son cosas diferentes, hermanita. Estoy seguro de que Tom debajo de esa frialdad y seriedad hay otro chico acorde a la situación, como tú. Y así se complementan.

Sonrió bajando y lo seguí un poco pensativa.

En el elevador lo miré dudosa sin encontrar alguna pregunta, me había dejado totalmente en blanco.

—Quise decir que no temas a arriesgarte con él, si estás segura pues adelante. Tienes mi apoyo y creo que nuestro padre también estaría complacido. —respondió sonriendo sin mirarme

—Aish, a veces son tan parecidos. Me pregunto si serán hermanos y no conmigo —desvié la mirada simulando estar ofendida, pero agradecida por su “traducción” y sonreí.

Actualización del día, y por cierto WATTPAD ya se normalizó y recibo las notificaciones *aplausos* (^_^;)