CAPITULO 33
CAPITULO 33
Los alcanzamos en el elevador y no pude evitar molestarlos.
—Yessica, cuidado. Este es territorio peligroso, no te recomendaría unirte a éste chico. —la miré y Dan quiso hablar, pero levanté un dedo. —Tú te callas.
—¿A qué te refieres Sam? —me miró un poco asustada, realmente parecía asustada.
—Este chico que ves aquí. —lo señalé —Es como mi hermano, así que deberías temerme. No tendré piedad si haces algo que lo perjudique.
—No digas eso. —respondió un poco nerviosa. —Jamás haría tal cosa. —entonces la miré incrédula.
—Solo te doy una advertencia. —encogí los hombros para relajar mi expresión. —Por cierto, ¿A dónde van?
—Tomaremos un helado y luego...
—Nada —interrumpió Dan.
—Un helado, que romántico —fingí ternura —¿Y luego?
—Sam... —me miró un poco agotado y era lo que quería provocar para que supiera mi desconformidad con esa cercanía.
—Estoy hablando con ella.
—Iremos al parque de diversiones.
—Wooo, eso es otro nivel. ¿Que opinas Thomas? —lo miré. —Hasta parecen una pareja.
—Supongo. —se limitó a responder
—No me ayudas. —arrugué la nariz y volví la atención a mi hermano que solo miraba a cualquier lado simulando distracción.
Ya estando afuera no podía dejar de molestarlos.
—¿Por qué no nos acompañan? —cuestionó con agotamiento por mi insistencia.
—¿Qué? —me detuve y miré a Thomas.
—Vamos Tom, sino ésta señorita no nos dejará en paz. —pidió Dan en un tono derrotado.
Me miró un momento como si estuviese pensando y esperaba que diera una respuesta negativa.
—No tienes que hacerlo, conmigo es suficiente. No puedo perderme esto —respondí por él.
—También tendrás este momento y me encargaré de hacerte pasar mal, muy mal. —me señaló mi hermano.
—Sigue soñando. —negué con una sonrisa, pero la borré al escuchar al otro chico.
—Esta bien, voy. —anunció Thomas y no pude quejarme.
No dije más nada hasta llegar a una heladería a un par de cuadras. Pedimos nuestros helados y nos sentamos allí, Thomas platicaba con Daniel y sonreía por ratos, algo muy inusual o no estaba acostumbrada a esa faceta suya.
Miré a Yessica que observaba a mi hermano mientras su mejilla se coloreaba en un tono rosado, con un brillo poco perceptible en sus ojos, pero era claro lo que significan. Definitivamente le gustaba, pero me parecía apresurado ya que Jordan había sido un tema reciente. Por otro lado Dan se veía tan bien, platicando y compartiendo algunas cosas entre ellos.
Alejé me atención de sus asuntos para observar a través del vidrio, las calles repletas, los coches pasando de un lado a otro, mientras recordaba algunas cosas y sentí un poco de culpa. Poco a poco dejé de escuchar para sumergirme en un sentimiento amargo, no escuchaba lo que sucedía a mí alrededor y terminé mi helado en completo silencio.
—¿Estas bien? —me preguntó Yessica llamando mi atención y asentí.
—Creo que estoy un poco agotada, admiro que tengan energías para el parque de diversiones. —sonreí sin ganas
—De hecho, podemos dejarlo para otro momento donde nos puedan acompañar. Será divertido —sugirió la castaña.
—Si, creo que si —concordó mi hermano luego de observarme un momento.
—De todos modos no quería ir con ustedes, solo quería molestar a Dan —me levanté dispuesta a irme. —Disfruten de la noche, adiós.
Simplemente me despedí y salí rápidamente, era tarde, faltaba poco para que la noche cubriera la ciudad y prefería estar en casa para entonces. Caminé con prisa intentando tomar un taxi, hasta que Thomas me alcanzó.
—Dije que te llevaría.
—Y dije que tomaría un taxi —respondí con seriedad.
—Veré a mi madre, te dejaré de pasada —lo miré un momento hasta que accedí.
—De acuerdo.
El camino era silencioso y el sueño quería apoderarse de mí, aunque no quisiera las pocas horas de descanso de la noche pasada comenzaban a pesar. Al llegar me bajé más dormida que despierta.
—Gracias, regresa con cuidado —saludé, y al llegar a la puerta me detuve para recoger un ramo de flores en la puerta.
El sueño se fue por completo para cambiar por un temor poco saludable, mucho más al ver la puerta entreabierta de nuevo. Estuve a punto de abrirla cuando me tomaron del brazo.
—Tom. —lo miré asustada por lo repentino que había sido.
No dijo nada y me alejó para entrar primero y encender las luces, lo seguí hasta la cocina dónde tomó una nota.
—Creo que tienes un admirador. —me miró —Y un poco obsesivo —me entregó la nota y la leí.
«Cada día estás más hermosa ♥»
—No puede ser. —negué llevando una mano a mi cabello.
—¿Que está sucediendo? —hizo que lo mirara.
—No preguntes porque tampoco sé como explicarlo. —me solté rápidamente.
—Deberías hacer una denuncia y no quedarte sola. Al parecer sabes lo que esto significa.
—No se lo digas a Dan, no se lo menciones a nadie. Por favor. —pedí desviando la mirada.
—¿Por qué no?
—Porque así lo quiero, por el momento. Mañana me haré cargo. Ahora deberías irte. —señalé la puerta.
—¿No tienes miedo?
—¿Acaso importa?
Solo lo escuché resoplar y salió sin decir más, lo observé por la ventena y se fue sin ver a su madre.
Me encerré en mi habitación poniendo seguridad a la puerta. Intenté dormir, pero nuevamente no pude, y seguramente al día siguiente colapsaría.
Por la mañana me duché con agua fría para despabilarme y coloqué un poco de maquillaje para ocultar mi horrible rostro agotado, me peiné y puse una gorra que obviamente me la quitaría en la clase, pero el resto del día no.
Al salir tuve la esperanza de que Thomas o Daniel aparecieran, pero no lo hicieron, y caminé más lento de lo normal hasta tomar el autobús hasta la universidad.
Entré al salón ignorando a todos y así reposar mi cabeza en la mesa.
—¿No dormiste? —preguntó a mi lado
—Si, pero aún tengo sueño —murmuré casi dormida.
—¿Que harás si tenemos examen sorpresa? —continuó.
—Puedo hacerlo.
Y como si supiera, tuvimos examen, aunque mi cerebro no funcionaba y me dormía cada vez que escribía una frase, lo hice. Rápidamente me levanté para entregar y dirigirme directamente al baño, por fortuna estaba vacío. Lavé mi rostro con abundante agua para despertar y colocar maquillaje, nuevamente.
Suspiré e hice una llamada para salir de la duda.
“¿En que puedo ayudarla señorita?”
Respondió Robert del otro lado.
—Dime la verdad, ¿Dónde está? —cuestioné sin rodeos.
“Bajo custodia en su casa. Debido a algo reciente se ha aumentado la seguridad, su padre lo sabe y quizás deba saber que pronto presentará cargos legales.”
—¿En serio? —liberé un suspiro como si eso sirviera de algo. —Eso espero.
“Pero digame, ¿Hay algo que la perturbe?”
—Quizás intenta asustarme, por favor investiga si ha enviado a alguien.
“De inmediato señorita.”
—Gracias, te llamaré pronto.
Aunque sabía que si algo como eso sucedió mi padre sería el primero en saberlo, pero confiaba lo suficiente en Robert para pedirle ese favor.
Luego de colgar liberé otro suspiro y aunque intentara sonreír para aplacar la preocupación, simplemente no podía. Solo esperaba que los cargos finalmente fuesen verdad y así poder respirar.
Al salir de ahí me dirigí a la cafetería para comprar un jugo de limón y encontré a Thomas. Sin darle mucha importancia me senté al frente.
—¿También quieres amargarte? —señaló mi jugo.
—No, solo que esto me ayudará a despertar mis sentidos —bebí e hice una mueca. —horriblemente amargo.
—¿Terminamos el trabajo después del almuerzo?
—Claro —bostecé mirando a un punto lejano.
Después de almorzar nos retiramos en su automóvil y tuve que ir peleando contra el sueño.
Lo que hicimos fue unir ambas partes del trabajo y discutir sobre el contrato. Fue tan entretenido que ayudó a olvidarme del agotamiento durante ese momento. Mientras Thomas pasaba todo a la computadora supuse que me había quedado dormida reposando la cabeza en la mesa.
Al despertar me sentía desorientada hasta que encendí una lámpara al lado, no era mi habitación. No reconocía el lugar y me asusté levantándome rápidamente, pero me calmé al ver una fotografía de los Rogers, me relajé nuevamente reposando la cabeza en la almohada y sin anticiparlo sentí el aroma de su fragancia en ella.
—Por un momento dudé si estabas dormida o inconsciente —me asustó saliendo del baño con el cabello húmedo.
—Continúas haciendo eso. —me senté y suspiré —¿Es tu habitación? —me incomodé.
—Si, ¿No recuerdas lo que pasó? —lo miré y sonrió de lado acercándose peligrosamente.
—¿Debería? —cuestioné un poco dudosa y nerviosa por su cercanía.
—Te lo estoy preguntando.
Inmediatamente me observé, tenía toda mi ropa excepto las zapatillas y volví a mirarlo frunciendo el ceño.
—¿Que fue lo primero que se te ocurrió? Perversa —rió levemente y se alejó.
—Idiota. —murmuré —¿Puedo utilizar el baño?
—Adelante.
Cerré la puerta y suspiré pesado, me miré al espejo para remojarme y con eso se me fue el maquillaje dejando ver que ya no tenía una expresión tan agotada, tampoco ojeras. No me sequé por dirigir mi atención a los productos que tenía como los de cabello, crema dental y algunos perfumes.
—Por eso siempre huele tan genial —murmuré olfateando. —Tiene buen gusto.
Dejé todo en su lugar y salí, Thomas ya no estaba en la habitación y salí para encontrarlo cocinando despertando mi apetito voraz.
Mordí mi labio tomando el móvil y sorprenderme por la hora.
—¿8 pm?
No era lo único, también tenía varías llamadas perdidas de Daniel y mensajes de horas antes. Dudé en llamarlo o ir a su departamento.
—Tom. —llamé su atención —lamento haberme dormido, ahora me voy.
—Como quieras, ve con cuidado.
Por un momento pensé en su actitud, ¿En serio no diría que me quede o me llevaría?
Cuestioné mentalmente, molesta con una mueca y salí.
—Que descortés —subí rápidamente al elevador.
En la calle caminé rápidamente para tomar el primer taxi que apareciera y al llegar a mi casa me tensé, pero no encontré nada, me senté un momento en la sala para llamar a Daniel.
“¿Donde estabas que no respondías el maldito móvil?”
Preguntó totalmente molesto del otro lado.
—Estaba terminando el trabajo y me distraje. No te molestes.
“¿Estuviste con Tom?”
—Si, pero no hagas ningún comentario innecesario.
“¿En tu casa o su departamento?”
—Departamento. Ahora estoy en casa —me dirigí a la cocina para buscar algo que comer.
“¿Por qué no viniste en cuanto viste las llamadas? Iré de inmediato a buscarte.”
—¿Por qué? —cuestioné —No exageres.
“Llegaré en unos minutos.”
Colgó y pensé que quizás Thomas le había dicho algo, pero negué, ¿Había sucedido algo?
Subí a mi habitación sin entender hasta que encontré un sobre en mi cama, en ese momento me quedé en mi lugar para observar cada rincón de la habitación.
Dudosa lo abrí y me encontré con dos fotografías mías del día anterior e inmediatamente las solté por la impresión. Volví a levantarlas con las manos temblorosas y así guardarlas en el sobre dentro de la cómoda mientras la respiración se me dificultaba.
Baje rápidamente cuando escuché el timbre, pensando que sería Daniel, pero no podía ser él, tardaría unos minutos más. Me detuve al final de las escaleras dudando cuando tocaron de nuevo, me acerqué con temor y abrí la puerta lentamente, pero no había nadie, y volví a cerrarla inmediatamente con fuerza.
Subí nuevamente a la habitación encerrandome con seguro y abrí el mensaje para ver lo que Daniel había dicho horas antes.
Mensaje
Dan: ¿Te fuiste de la universidad?
Donde estas???🙄
Estas con Tom????
Responde la llamada 😠
Hay noticias, maldición 😠 ✓✓
Yo: avisame cuando llegues ✓✓
Dan: estoy aquí, abre ✓✓
Bajé corriendo para abrir la puerta y encontrarlo con preocupación reflejada en su rostro.
****TENSIÓN**** (」゚ロ゚)」
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