CAPITULO 30
CAPITULO 30
Al subir al autobús caminé hasta el último asiento para estar tranquila y Dan se sentó a mi lado. Me extrañé ya que por alguna razón pensaba que Thomas lo haría.
—¿Esperabas a alguien más? —preguntó con una media sonrisa.
—No. —desvié la mirada hacia la ventanilla.
—Tom se sentó con Yess y platican muy animados. —mencionó y me tiré sobre él para poder verlos por el pasillo.
—No sabía que se llevaran tan bien. —hice una mueca. —Es raro verlo con Yessica, mucho más sonriendo.
—¿Como puedes saber eso? Solo se ven sus cabezas desde aquí. Aunque parecen muy juntos. —agregó intentando enfocar la vista.
—Que me importa. —volví a mi lugar.
—Creo que harían una bonita pareja. —siguió y cerré los ojos con paciencia.
—Callate.
—¿Por qué? ¿Lo admites?
—No, solo admito que eres muy molesto. —intenté colocarme los audífonos para no escuchar nada mas. —Además, tú deberías ir con ella. Son nuestros rivales. Ni siquiera sé porqué vino, no estuvo en ningún proyecto o deporte. —expresé totalmente molesta.
—Tranquila, está en el lugar de Jordan —suspiró —Estuve pensando que al pasar demasiado tiempo juntos podría enamorarse de mi —dijo con aire de grandeza y detuve mi acción de colocarme los audífonos y lo miré.
—Ni que fueras que...
—Es natural, por donde paso caen a mis pies —continuó del mismo modo.
—¿Donde está tu humildad? —lo golpeé en el brazo.
—Mejor iré para que dejes de golpearme. —se levantó sin que pudiera decir nada.
Unos segundo después se acercó Thomas tomando su asiento y lo ignoré completamente haciendo otro intento de colocarme los audífonos, pero su pregunta llamó mi atención.
—¿Querías hablar conmigo?
—¿Yo? —me sorprendí.
—Si, Daniel dijo que viniera aquí porque querías hablar conmigo.
—Será idiota.
Me levanté para mirarlo y me levantó un pulgar con una sonrisa, el bus se desvío un poco provocando que cayera encima de mí compañero y quedé totalmente inmóvil mirando sus ojos hasta que pude reaccionar y volver a mi asiento.
—Lo siento —aclaré la garganta —Supongo que son nuestros rivales —intenté sonar normal y olvidar la caída.
—En el trabajo, no fuera.
—Bueno, lo siento —murmuré lo último y finalmente me coloqué los audífonos mientras observaba por la ventanilla.
¿Que me sucedía?, ¿Por qué me disculpa o por qué no podía decir otra cosa?, ¿Realmente había caído en él? Era imposible, eso estaba fuera de discusión.
Negué y masajé un poco mi frente volviendo a mi postura indiferente, sin mirar a nadie.
El viaje fue silencioso, al menos en nuestro asiento. Todos los demás eran demasiado animados y ruidosos, entre risas y pláticas.
Chat
Adam: Como van en el otro autobús? 😆
Yo: Rodando 🙄 me hubiese gustado ir con ustedes 😣
Sophia: de regreso podemos hacer un intercambio😌
Oscar: 😎
Yo: 🙄
Sophia: Adam deja el móvil de Oscar🙄
Yo: se durmió? 😮
Sophia: no sería él si no lo hiciera 😒
Continuamos platicando y sonreía por sus ocurrencias, tanto que olvidé a quien tenía al lado y me sumergí completamente en aquel chat. Dejamos de hablar minutos antes de llegar, miré a Thomas y borré mi sonrisa. Me levanté esperando que hiciera lo mismo para bajar y lo hizo increíblemente lento.
—Muy bien jóvenes, a disfrutar de la naturaleza. Cada cabaña es para diez personas, esas dos serán para las señoritas y las otras para los jóvenes. Disfruten del fin de semana —se alejó para encontrarse con otros profesores.
—Desempaquemos y demos un paseo. —Sophia me haló siendo seguidas por Yessica, aunque nadie la había invitado.
—¿Trajiste la cámara? —pregunté mientras entrábamos
—Claro que si. —sonrió
Nos detuvimos a observar la cabaña, era bonita y cómoda, tenía 3 habitaciones con sacos de campamentos para dormir. Entonces pensé que sería muy curioso y divertido.
—Creo que será una gran aventura —fingí emocionarme como de costumbre.
—Disculpen, ¿Puedo tomar esta habitación con ustedes? —preguntó Yessica detrás de nosotros.
—Claro, Sam vamos a dar un paseo —me miró y asentí —¿Quieres venir? —se dirigió a la otra.
—Claro —sonrió alegre, pero no dije nada.
Las tres salimos y nos encontramos con Adam y Oscar.
—Que gran lugar, busquemos una aventura —dijo Oscar abriendo los brazos y reímos, parecía un gran aventurero.
—Aunque no es lo que nos habían dicho —continuó Sophia.
—¿Quien lo había dicho? —cuestioné.
—Adam —lo miró.
—¿Así reúnes información? —reí mientras intentaba cubrirse el rostro.
—Lo siento, me equivoqué, pero no mucho. Miren no tenemos playa, pero si un lago. —señaló mientras el agua nos brindaba una hermosa vista que reflejaba con la luz del sol.
—Son divertidos. —dijo Yessica riendo
—Seremos el alma del lugar —respondió Oscar emocionado colocando las manos en su cintura.
—Señor aventurero, te ganaron. —señaló Sophi otra cabaña alejada.
Chicos y chicas corrían preparando lo que parecía ser una fiesta para la noche e hice una mueca imperceptible.
Reí por sus expresiones y nos alejamos para tomar fotografías, a la distancia vi un grupo y les tomé fotografías. Entre ellos estaban Daniel con Thomas, sonreí viendo lo tomado ya que parecían muy distraídos, pero la borré al ver que se acercaban.
—Sé que nos vemos muy bien, pero no nos tomes así. —dijo Dan con una sonrisa.
—Ni que fueran arte —me burlé tomándole otra donde salió con los ojos chuecos y reí divertida.
De detuve de repente al sentir una manos cubrir mis ojos, alguien estaba detrás y palpé unas manos masculinas por lo que comencé a ponerme nerviosa.
—¿Dan? —pregunté dudosa.
—Ha pasado tiempo pequeña. —esa voz me sorprendió mucho y en cuanto quitó las manos giré para mirarlo.
—¡Liam! —salté a abrazarlo.
—¿Como has estado? —correspondió sonriendo.
—Ya sabes como son las cosas. —encogí los hombros y desvié la mirada —Samuel.
—Hola Sam. —tambien nos abrazamos
—¿Que hacen aquí? —Dan se acercó para saludarlos con una gran sonrisa.
—Ganamos un viaje en un casino. —respondió el más alto y reí.
—Dejen eso o los llevará a la quiebra. —rió mi hermano —Por cierto, él es Thomas, ¿Lo recuerdan?
—Claro, tuvimos puntajes similares en las competencias universitarias. —respondió Liam y se dieron la mano.
Los miré un momento y ambos se mostraban una expresión seria y de pocos amigos.
—Hay tensión —murmuré para mí misma sonriendo. —¿Hasta cuando se quedan? Nosotros acabamos de llegar —me dirigí a ellos
—De hecho íbamos de salida, el vuelo sale en dos horas —miró su reloj, volvió su mirada a mi. —Pero antes, milagrosamente te encontré aquí, ¿Podemos hablar un momento?
—Claro.
Ante la mirada de los presentes nos alejamos y nos sentamos cerca del lago a la sombra de un árbol.
—¿Que pasó contigo? —preguntó mirándome con atención y borré la sonrisa que tenía.
—Sabes lo que sucedió —desvié la mirada.
—Todo estaba bien, regresaste, pero al otro día desapareciste. Daniel dijo que tomarías las clases domiciliarias, aún así te presentaste para los exámenes, igual de imponente como el primer día. Luego, de nuevo, de un día para el otro desapareciste, ¿Que sucedió Sam?
—Era necesario, lo superé, pero... —tragué con dificultad por los recuerdos que parecían rasagar mi memoria para salir a flote. —No me sentía segura y no podía pasar toda la vida así, así que decidimos que lo mejor sería esto. —volví a mirarlo.
—Sabes que si en su momento las decisiones hubiesen sido diferentes, ahora esto también sería diferente. —asentí al estar de acuerdo con sus palabras.
—Había muchas cosas en juego, cosas que no comprendía por la situación que estaba pasando, y cosas que no podía decidir. Cosas que suceden. Y eso me recuerda que jamás pude agradecerte por lo de ese día, si no hubieses llegado no sé... —me detuve negando y él tomó mis manos para que me tranquilizara.
—No agradezcas, cualquiera lo hubiese hecho. Durante este tiempo quise saber de ti, pero cambiaste de número, luego supe que ya no estabas en el país y no supe absolutamente nada.
—Si, número, móvil, país y prácticamente todo. No utilizo redes —negué nuevamente.
—La seguridad es primero y lo entiendo, también estoy seguro de que nos volveremos a ver en algún momento. —suspiró con cierta melancolía y lo miré un momento, meditando una pregunta.
—¿Lo viste? —no pude evitar liberar.
—No deberías preocuparte.
—Mi padre dijo que no me preocupara, pero siento que hay algo que no me están diciendo.
—Salió del tratamiento y lo mantuvieron recluso en su casa hasta hace una semana que intentó escapar, y lo detuvieron en la estación. Quizás tu padre lo sepa o no, pero ya sabes como son ellos para ocultar cosas. —asentí comprendiendo. —Lo último que supe fue que aumentaron la seguridad y si continúa así sería internado en un hospital psiquiátrico.
—Como debió ser desde el principio —entrecerré los ojos implorando paciencia.
—No te preocupes, no podrá llegar aquí. —apretó mis manos en apoyo —Eres tan fuerte —me sonrió transmitiendo tranquilidad.
—Aprendí a serlo. —sonreí levemente.
Luego de la breve conversación nos levantamos y regresamos con los demás quienes nos miraban detenidamente, incluyendo a Thomas.
—Supongo que es hora de despedirnos. —habló Samuel y Liam asintió mientras me miraba.
—Fue un gusto volver a verlos. —comenzó Dan —Llamen en otro momento e iremos a un bar, Londres realmente es increíble.
—Lo haremos. —respondió Samuel
Se despidieron dejándome para el último.
—Pequeña Sam, no te pongas sentimental —bromeó Liam para después abrazarme —cuidate. —susurró.
—Lo mismo digo —respondí del mismo modo.
—Eres fuerte, mantente así. —acarició mi mejilla y sonrió. —Casi se me olvida, si encuentras el amor aquí recuerda invitarnos —rió.
—No eres tú si no dices cosas así —lo seguí y abracé a Samuel. —Gracias por aquello —susurré y asintió comprendiendo.
—Cuidate.
Después de un momento se fueron y Dan se acercó con un semblante sereno.
—¿Concluiste? —me miró y asentí.
—Con ellos, al fin —sonreí.
—Bien. —colocó una mano en mi hombro y miré a Thomas. Estaba demasiado serio, en otra circunstancias quizás hubiese preguntado, pero no tenía razón para hacerlo. No debía acercarme tanto, debía mantener distancia.
Capítulos con un oscuro secreto
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