CAPITULO 26
CAPITULO 26
Al día siguiente tomé un autobús hasta unas cuadras cerca de la universidad, el recorrido era similar a cuando iba al instituto y desde allí caminé tranquila ya que iba con tiempo. Una cuadra antes de llegar a mi destino me pasó un maravilloso automóvil deportivo color negro, si no me equivocaba se dirigía al mismo lugar.
Apresuré el paso para ver de quien se trataba, pero no pude verlo y poco después llegó Daniel en su coche.
—¿No que harías ejercicio? —lo miré mal y sonrió como si lo hubiese atrapado.
—Es que luego saldremos a un bar.
—Si sabes que no es fin de semana ¿no?
—¡Dejame vivir! —dramatizó haciéndome reír —Solo conoceré unos lugares que debería tener en cuenta mientras vivimos aquí.
—Como quieras —negué ante su respuesta y continué riendo.
Llegamos y ya estaban algunos estudiantes incluido Thomas con un libro sin prestar atención a lo que sucedía a su alrededor. Tomé mi asiento e hice lo mismo.
La clase correspondiente fue totalmente tranquila hasta el almuerzo, Adam me esperaba fuera del salón junto a Sophia.
—Hola —saludaron al mismo tiempo y sonreí levemente.
—Hola.
—Compráremos el almuerzo e iremos al salón, ¿Nos acompañas? Hay mucho de que hablar —Sophia me tomó del brazo sin esperar respuesta y tuve que caminar a su ritmo.
Compramos algo en la cafetería y fuimos al salón.
—Bueno eres oficialmente miembro del club de fotografía —aplaudió Adam y reí porque era el único que lo hacía.
—Si, entonces nos ayudarás con el próximo proyecto fotográfico. —agregó Sophia.
—¿Proyecto?
—Si, todos los talleres participarán al igual que los clubes. En sí solo consideran clubes a los de deporte y los de literatura. A química, fotografía, y otros lo consideran “talleres” —comenzó a explicar Adam —Este año todos participáremos y competiremos con otra universidad.
—¿Y consiste? —pregunté curiosa.
—Los de deporte se enfrentarán, pero lo que nos importa es fotografía, hay que presentar un proyecto tomando fotografías y tener una temática. Tendremos que argumentar solo para poner en palabras lo que las fotografías mostrarán, los ganadores tendrán un fin de semana en una isla. Este año es magnífico, 4 tomaremos las fotografías y los demás las unirán. —terminó Sophia emocionada.
—Entiendo, entonces trabajemos duro. Primero hay que pensar en la temática.
—Así es, y ya estuvimos platicando sobre algo perspectivo. —agregó Oscar —Algo que refleje una realidad.
—¿Adolescencia? —preguntó Adam.
—No, debe ser algo más profundo —continuó Sophia pensativa.
—¿El transcurso del tiempo desde la niñez a la adultes? —pregunté dudosa.
—¿Como sería? —Oscar me miró.
—Quizá una temática de tiempo, no estoy segura. Puede ser el transcurso y cambio tanto en personas como lugares. Quiero decir diferencias, expectativa, realidad, y diferentes puntos. —moví mis manos de un lado a otro para que unieran los puntos y comprendieran lo que quería decir.
—Muy interesante, haremos eso. Chicos vayan pensando como formular mientras nosotros pensamos en las fotografías —dijo Sophia a los demás.
Platicamos por una hora totalmente concentrados, tanto así que cuando vimos la hora salimos corriendo cada quien para su salón respectivo.
Vi que la profesora ya estaba por lo que solo toqué la puerta con un poco de temor esperando que me dejara entrar.
—Disculpe —entré con la cabeza gacha.
—Samantha Anderson, nos volvemos a encontrar —me sorprendí y volví a mirarla —Do you remember me? [Me recuerdas?]
—Claro que si —era la misma profesora de idiomas del instituto y no me agradaba el tono que estaba utilizando.
—Bien, ya que llega tarde puede exponer un argumento convincente para que la deje entrar a mi clase. Y sin su falta característica de gramática y fonética —dijo totalmente altanera.
Sentí la mirada de toda la clase, aquello parecía un desafío tanto de su autoridad como profesora como para mí como un ex estudiante tonta y sin coeficiente. Sólo pude asentir con seguridad.
—Claro, estaba en el taller de fotografía. Como todos saben se acerca la exposición de cada año y estuvimos platicando sobre el proyecto. Disculpe por la tardanza, pero nos entretuvimos con la temática ya que propusimos un tema profundo para exponer, por lo que conlleva demasiada concentración y dedicación. Disculpe mi falta, pero como integrante del taller, debía hacer mi aporte correspondiente. —respondí con una fluidez prácticamente perfecta.
—Está bien, puedes ir a tu lugar. —frunció levemente el ceño como si se extrañara.
Asentí con una leve sonrisa y fui a mi lugar, Daniel asintió satisfecho desde su asiento y Thomas no dejaba de mirarme un poco confundido.
—"¿Algun problema?" —escribí en una hoja y se lo mostré ya que no dejaba de verme como un bicho raro.
Suspiró y regresó su atención a la clase, no me importó, pero en cuanto la profesora giró para escribir en la pizarra tomó mi hoja y escribió.
"¿Desde cuando hablas tan decentemente?"
Sonreí con arrogancia y encogí los hombros sin responder, solo me dediqué a prestar atención a la clase y al libro que tenía. Obviamente no era dificil, había vivido dos años en norteamerica y recibido clases particulares con los especialistas que necesitaba haciendo mi idioma fluido, así logré corregir todas las faltas que en el pasado me hacían ver torpe. Finalmente podía hablar intelectualmente por no decir perfecto.
Esa era la última clase del día, iba de salida cuando el móvil sonó y me detuve, nuevamente era un número desconocido. No respondí, pero me inquietaba un poco.
—¿Quieres que te acerque? —escuché a Daniel, pero no respondí. Sólo tenía el móvil en la mano. —Hey —me tomó el brazo para que reaccionara.
—No. —lo miré —Diviertete
Apresuré los pasos para tomar el autobús y llegar a la casa. Verifiqué que todo estuviese en su lugar y lo estaba, pero por alguna razón aseguré todo con llave.
Tomé la nota de las flores.
« Felicidades por tu nuevo hogar »
Mientras la sostenía me senté en la sala frotándome el cuello cuando decidí hacer una llamada.
¿Si?
Respondió un hombre del otro lado.
—Hola, Robert. Soy Samantha.
“Señorita, que gusto escucharla, ¿En que puedo ayudarla?”
—Quería saber si hubo algún cambio.
“Según el reciente informe sigue bajo tratamiento. No puedo decir más, en todo caso debería hablar con su padre.”
—Entiendo, te lo agradezco.
“Descuide, pero intente estar tranquila y llevar una buena vida.”
Después de la breve plática colgué. Robert era uno de los hombres de confianza de mi padre que se encargaron de nuestra seguridad en el último tiempo en América.
Después de cocinar algo me duché y recosté un poco temprano. Miré el móvil un segundo y luego la agenda, solo tenía 3 contactos. Daniel, mi padre y Robert. No tenía a nadie más y tampoco daba mi número, por eso me inquietaban las llamadas anónimas. Suspiré y me dispuse a dormir.
La semana pasó rápidamente entre clases y pláticas sobre el proyecto, nada fuera de lo común excepto por una insistente llamada todos los días a la misma hora y comenzaba a preocuparme. No quería llamar a mi padre ni decirle a Dan para no preocuparlos, pero era demasiado extraño e insistente a la misma hora que provocaba escalofríos en mi cuerpo.
—Samantha. —me llamaron y volteé de inmediato.
—¿Si? —miré a Thomas quien tenía uno de mis libros en la mano.
—Olvidaste esto. —me lo entregó.
—Gracias.
Me retiré directamente a mi casa, al llegar había otro ramo de flores idéntico en la puerta, pero esta vez sin nota, haciendo que cerrara los ojos con paciencia. Miré a todos lados, pero no había nada ni nadie, lo tomé y lo dejé en la cocina.
La competencia se acercaba y algunos talleres ya hacían lo suyo, como quimica en el campus, el equipo de fútbol entrenaba llamando la atención de muchas chicas. En cuanto a nosotros nos habiamos dividido tareas, Sophia con Oscar tomarían algunas fotografías y Adam conmigo otras.
Estábamos en las gradas tomando al equipo de fútbol cuando tomé a Thomas, miré la imagen y una sonrisa se dibujo en mi rostro al ver que había salido tan atlético.
—Buena fotografía. —llamó mi atención mi compañero. —Pero dudo mucho que podamos conseguir una de niño.
—Quizá no, pero si de adolescente, puedes preguntar a Olivia, están en la misma clase. —continué fotografiando sin darle mucha importancia.
—¿Nos ayudaría? —colocó los codos en su pierna para inclinarse.
—Es su novia, ¿No? —lo miré como si fuese lo más evidente.
—¿Quien dijo? —sonrió.
—Pensé que... —fruncí el ceño sin comprender.
—El primer año entraron juntos y todo su grupo, ese grupo que creo que ya conoces, incluso estaban en la misma clase. Comenzó a expandirse el rumor de su relación, pero se dice que Thomas se había enfadado por eso e hizo que la misma Olivia desmintiera eso. —volvió a su posición para tomar otra fotografía. —Fue cuando se cambió a leyes y su reputación no es la misma, a veces están juntos, almuerzan, pero con el grupo, jamás solos. —me miró y sonrió. —Practicamente no hay nada que los vincule.
Eso me tomó por sorpresa, nunca pregunté, pero tomando en cuanta las cosas que habían sucedido, estaba segura de que eran novios. Despejé rápidamente ese pensamiento y volví a mirarlo.
—¿Que me dices de Jordan y Yessica?
—¿Te soy sincero? —dijo en tono bajo y asentí. —Creo que es la única que no sabe que la engaña.
—Sabes mucho. —murmuré del mismo modo.
—Estudio leyes Sam, y también tomo fotografías. Siempre debo tener información. —sonrió orgulloso de sí mismo.
—Es cierto, en el futuro podrías ser mi abogado. —dije sin pensar y rió.
—Cuando quieras, ahora debo irme. Nos vemos mañana.
—Claro, nos vemos.
Quedé en las gradas un momento más, no era por algo en especial, sino que no quería encontrarme con otro ramo de flores. Para cuando despejé mis pensamientos Thomas se acercó a beber agua, me miró un segundo y lo desvíe para levantarme rápidamente e irme.
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