CAPÍTULO 2
CAPITULO 2
Un nuevo día comenzaba y me levanté con decisión, aquel día haría algo para que al menos me dirigiera la palabra, ese era el plan. Sonaba sencillo, pero del dicho al hecho hay una gran brecha, aún así no debía perder la actitud.
Sonreí por mis propios pensamientos mientras me alistaba.
Sólo faltaba una semana para que terminaran las clases y pude pasar mis examenes a duras penas pero aprobados, merecía que mi “Ex mejor amigo”, pero “futuro esposo”, como decía Yess, me saludara.
—¡Hola! —Yess me sacó de mis pensamientos asustandome.
—Hola —respondí con una mano en el pecho
—Últimamente te asustas mucho —rió caminando a mi lado para entrar al instituto.
—En realidad tú me asustas —desvié la mirada
—Porque estás viviendo en el futuro —se encogió de hombros.
Caminamos hasta el salón donde estaban “los 4 fantásticos”.
Reí por mi pensamiento infantil, pero cómico e inevitablemente me miraron.
—¿Que es lo gracioso? —preguntó Tom con seriedad
—Nada —respondí mientras mis mejillas se tornaban rosadas, y Yess me codeó disimuladamente.
—Tom, no la molestes... —agregó Jordan cosa que me sorprendió. —Yessica, ¿sigue en pie lo de después? —la miró y yo igual esperando su respuesta
—Claro —sonrió un poco timida
No era común que eso sucediera con ella ya que entre las dos era la menos vergonzosa. Procesé unos segundos lo que dijeron mientras se adelantaba a nuestro asiento.
—Oye, acosadora. ¿estás bien? —preguntó Austin riendo
Lo miré, pero lo ignoré para después sorprenderme y señalar a mi amiga.
—¡Tu...!
Inmediatamente me miró y negó apresurando su paso para halarme fuera del salón.
—¡Oye! —me solté
—¡Oye! —me imitó y reí —¿que estabas apunto de decir ahí dentro? —se molestó —a pesar de que todos lo sabemos yo no digo que te gusta Tom.
—¿Y eso? —la miré curiosa sin comprender su actitud.
—¿Eres torpe? —cuestionó de mala gana.
—¿A donde irás con Jordan y por qué no me lo dijiste? —crucé los brazos, esperando su respuesta de manera expectante.
—Iremos a tomar un helado después de clases y no te lo dije porque...
—Puedo invitar a Tom e ir los cuatro —interrumpí por impulso.
—Por eso —suspiró con resignación.
—Oh vamos —pedí
—En realidad... —guardó silencio
—Quieres estar a solas, ¿Te gusta Jordan?
—Lo confirmo... —sonreí ante su respuesta. —eres torpe —terminó de decir y entró al salón
Aplaudí para mi misma con emoción ya que una buena relación le haría bien a mi amiga, aunque eso no significara que Jordan fuera el mejor partido. Después de un momento la seguí, pero me detuve con los 4 reprimiendo mi risa por la idea de “fantasticos”.
—Te estaré vigilando —señalé a Jordan luego de dar a entender que mis ojos estarían puestos en él.
Él solo me miró como quien mira a una loca y luego a Yessica que intentaba ocultarse debajo del asiento.
—¿Tom, quieres tomar un helado conmigo? —pregunté con una sonrisa, cambiando mi actitud a una animada.
—No —respondió sin mirarme y Austin rió como loco.
—Amargado —murmuré con un gesto y fui con mi amiga —¿que haces? —pregunté mirándola casi en el piso
—Gracias por avergonzarme —me fulminó con la mirada
—Solo estoy cuidando de ti. —le di pequeñas palmaditas en el hombro —Pero, de nada —levanté mi pulgar
Las clases transcurrieron aburridas ya que no había mucho por hacer. Solo me la pasé pensando en como haría para que Tom aceptara mi propuesta o mejor dicho me invitara. Entonces se me ocurrió una magnífica idea a la altura de mi ingenio, al final de las clases eran los últimos que salían.
—Lo haré yo misma —susurré a mi amiga mientras dibujaba una expresión de terror por lo que sea que vaya a hacer.
—Solo no me avergüences. —unió sus manos en suplicio.
—¿Cuando lo hice? —me miró mal recordando lo de la mañana. —mi sentir... Lo siento —corregí rápidamente.
Me levanté de manera sigilosa, pero rapidamente hasta quedar detrás de Thomas que terminaba de guardar sus cosas.
—Estas congelado, un solo movimiento y debes cumplirme un deseo... —lo toqué y tiró su lápiz para después voltear a verme —perdiste —sonreí triunfante
—¿Que haces? —preguntó malhumorado
—Me invitarás a tomar helado, es mi deseo —coloqué mis manos en los bolsillos y comence a balancearme como niña mientras sus amigos reían.
—¿Me congelaste? —no respondí solo reía —en primer lugar así no es el juego...
—Lo adapté según mi proposito y no puedes negarte a algo tan tradicional como congelados. Es lo mismo que no tener palabra —escogí los hombros sin darle lugar a queja.
—Pero...
—Fue ingenioso, quizá no sea tan tonta como parece —interrumpió Cameron
“Tonta”
Esa era la palabra y calificativo con el cual me definían desde hace años por mi forma de hablar. No era algo de lo que debían burlarse, pero cualquiera que me viera decía esa palabra, nisiquiera sabía si realmente conocían mi nombre.
—¿Te pregunté? —lo miré mal, Austin echó a reír y de algún modo parecía que aplacaba el ambiente.
—Cameron intenta ayudar a su manera y tú le tiras con cualquier cosa. Eres ridícula, pero increible —habló y resoplé con una sonrisa, ignorando sus comentarios.
—En fin... —levanté el lápiz que estaba junto a mi pie —¿cumplir? —se lo devolví
Nos miramos un momento, obviamente me miraba como quien observa a un primitivo por lo último que dije, algo que me salió automáticamente sin pensarlo demasiado. Me arrebató el lápiz de las manos.
—Amigo, no es tan grave —rió Jordan y miré a Yessica que miraba a cualquier lado —solo que no hable para no espantar a nadie... —soltó lo último mirándome, como quién quisiera causar algún daño, pero simplemente lo ignoré.
Thomas caminó hasta la puerta y se detuvo para mirarme de lado.
—¿Te quedarás ahí? —me sorprendí sin darme tiempo a responder y salió.
No tardé en seguirlo, era rápido y tuve que correr para alcanzarlo. No sabía muy bien a donde ibamos hasta que pude ver una heladería después de varias cuadras.
—Creí que iríamos con Jordan y Yess. —tomé su brazo, pero se soltó rápidamente como si mi contacto lo infectaría de algún modo.
—Si querías ir con ellos solo los hubieses perseguido y ya, como lo haces continuamente conmigo. —frunció el ceño y entramos —Pide.
—¿Tú que pediras? —sonreí para mantener mi actitud habitual.
—Rápido.
—Amargado —miré a la joven que atendía —Hola —saludé
—Bienvenida —me sonrió con amabilidad y le devolví el gesto. —¿Cual pedirá?
—Cho... Cho... —fruncí el ceño por no poder articular la palabra. Suspiré con paciencia, evitando sentirme nerviosa por ese problema, pensando la palabra y finalmente decirla. —chocolate, por favor —Despúes de un momento me lo entregó inmediatamente y miré a mi acompañante.
—¿Cuanto es? —preguntó con seriedad, pagó y salió del local.
—¿A donde vas? —lo seguí.
—A casa
—Oye, así no funciona. No lo imaginaba así —lo detuve deteniéndome delante para no tocarlo.
—Entonces es tu culpa por imaginar demasiado. —me miró —Además...
—Pero...
—Dijiste, me invitarás un helado. Escogiste y lo pagué, hice mi parte. Disfrutalo y ya dejame en paz —me miró con seriedad.
—Amargado. —murmuré con mueca.
No dijo más y se fue mientras lo miraba alejándose de mi vista. No estaba lejos de un parque de niños por lo que fui a una banca para poder comer mi helado. Observaba a los niños jugar entre ellos, otros con sus padres y fue donde pensé en el mío.
Mi madre nunca hablaba de él y tampoco respondía cuando se lo preguntaba, no lo conocía ni por fotografía, no sabía cómo era, o si me parecía en algo y jamás lo haría porque estaba muerto. Poco a poco me comencé a sentir triste, sintiendo como se formaba un nudo en mi garganta por aquel pensamiento hasta que un niño se acercó mirando mi helado.
Le sonreí disipando mis pensamientos y me incliné un poco.
—¿Quieres? —asintió feliz —¿tú madre?
Señaló una mujer no muy mayor con un bebé en brazos y fuimos hasta ella.
—Disculpe, ¿es su hijo?
—Si —sonrió levemente
—¿Puede comer helado?
—Se lo iba a comprar luego
—No se preocupe. Le daré el mio, aún no lo he abierto —se lo entregué. —Es chocolate, seguramente le encanta.
—Muchas gracias —me sonrió
—No es nada. Me debo ir, adios. —moví un poco la mano y salí en dirección a mi casa
Caminé hasta pasar por delante del Instituto, ese local era un poco alejado y tardaría mucho más en llegar a casa.
—Thomas idiota —murmuré de mala gana para continuar caminando.
Sentí unas gotas sobre mi cabeza y no tardaron en caer más y más hasta empaparme completamente y aún estaba a unos 30 minutos de mi casa.
Me detuve en una parada de autobús para buscar en mis cosas pero no había llevado la cartera así que no tenía dinero y tendría que caminar. Solo agradecía que la mochila era a prueba de agua o estaría en graves problemas.
Haré maratón a modo de introducción (//・_・//)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro