La vida no se trata de encontrarse a uno mismo,

sino de crearse a uno mismo...

***

El resto de esa semana se pasó volando, en menos de lo que pensé ya era lunes y despedía a Alón en el aeropuerto. Él me había explicado luego con más calma que su viaje se debía a unas prácticas que haría en el Centro Médico UCLA, el cual se encontraba ubicado en la ciudad de los Ángeles, es uno de los mejores hospitales en estados unidos. Además de los créditos por la realización de la práctica, en esas semanas adquiere mucha experiencia y el haber realizado sus prácticas en ese hospital le serviría para su hoja de vida a la hora de realizar la especialización en psiquiatría forense lo cual era su verdadero objetivo. Yo solamente lo escuchaba hablar y asentía lo que él me decía mientras lo observaba desde una de las sillas del comedor, con mi brazo apoyado en la mesa y sosteniendo mi barbilla. El hablaba de la psicología y la psiquiatría de la misma forma en la cual, yo lo hacía de la medicina.

Con pasión y orgullo.

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Esa mañana mientras lo despedía en el aeropuerto y cuando vio que me encontraba muy renuente a dejarlo partir por la manera en la cual lo mantenía abrazado, prometió llamarme todos los días y hasta ahora lo había cumplido, hablamos todas las noches a pesar de que solamente lleva dos días fuera y nos contamos nuestro día a día.

Por insistencia de Alón, de mi madre y hermano, accedí a quedarme en casa de mi madre las semanas en las cuales Alón se encontraría lejos pues luego de que él les contara de su visita y lo acontecido aquel día que se había presentado en el apartamento, se había armado un gran revuelo.

- ¿Cómo se atrevió a presentarse en el apartamento? – mi hermano se paseaba por la sala de estar de casa de mi madre halando sus cabellos. Parecía una fiera enjaulada. – y todavía va, te golpea y amenaza, de verdad que ese sujeto es un mal...

- ¡Hijo!, - le gritó horrorizada mi madre por lo que Andrew estuvo a punto de decir. – sea como sea es tu padre y quien lo concibió tu abuela. No te atrevas a referirte a él de ese modo.

-

- ¿y todavía lo defiendes?, mira como le dejo la cara a Teresa – Andrew la observaba incrédulo. – quien sabe que le habría hecho si Alón no llega a tiempo.

- Pero él no se fue limpio, - intervine a modo de broma, tratando de caldear los ánimos. – por lo menos le va a tocar realizarse una reconstrucción de nariz, después de cómo se la deje.

- Puede que lo golpearas porque lo cogiste desprevenido, pero él no deja de ser un hombre y de tener más fuerza y tamaño que tu, todos aquí sabemos lo violento que se puede poner y no estuvo bien que le abrieras la puerta. – ahora todas las miradas se centraron en mi. Bien hecho Tessa. – debiste pedir ayuda en vez de dejar salir tu instinto kamikaze.

- Cálmate ya, hermano. – intervino Alón, quien estaba sentado junto a mí en la sala de estar, y hasta ahora había permanecido en silencio - ella ya sabe que hizo mal y esta arrepentida así que no te descargues con ella.

- Mira, te agradezco que cuidaras de mi hermana cuando no podíamos hacerlo nosotros y que le estés dando posada porque de terca no quiere venir a vivir a su casa que es donde debería estar y no incomodando en casa ajena. Pero tú no eres parte de esta familia por lo cual esta discusión no te compete. Así que por favor te agradecería que hicieras silencio o abandonaras la sala.

- ¡Andrew!. – decimos mi madre y yo al unisonó.

Sinceramente estoy asombrada de su nivel de grosería.

- Mira jovencito, - habla mi madre enojada, - está visto que hoy no es tu día, desde que llegaste del trabajo estas todo irritable y malgeniado, no hay manera de hablar contigo. no tengo idea de que es lo que te ocurre pero ese no es motivo para que vengas aquí y desfogues tu enojo con tu hermana y nuestro invitado de la forma en la cual lo estas haciendo, así que te pido de la mejor manera posible que subas a tu habitación, descargues tu enojo de la manera en la cual mejor te parezca y cuando seas de nuevo capaz de comportarte como una persona decente, bajes y te disculpes.

Dicho esto se volteo hacia nosotros ignorándolo, Andrew al ver esto y luego de fulminarnos con la mirada a cada uno, subió la escalera dando tumbos y luego escuchamos la puerta de su habitación siendo azotada.

- Disculpen su manera de actuar, mis niños - nos dijo luego de unos momentos, - Andrew tiene las hormonas alborotadas por lo cual parece ser, está a punto de llegarle su periodo.

Mi madre toma el té que permanecía en la mesita de café, e ignorando nuestras miradas asombradas debido a su comentario, se dedico a beber el contenido de su taza como si nada hubiera ocurrido.

Horas después, André fue a mi cuarto para disculparse conmigo y llamo a Alón para hacer lo mismo.

***

Luego llegó el tan esperado día miércoles, día en el cual me tocaba presentarme en la universidad. Yo había homologado de manera virtual semanas antes de que comenzara el semestre y lo único que me restaba era firmar unos documentos para terminar de realizar mi inscripción de lo cual me encargaría el día de hoy. No era normal que en esa universidad se hicieran el tipo de excepciones que hicieron conmigo pero, gracias a mis notas y buen comportamiento en la institución en director había accedido de buena gana.

A partir de ese día ingresaría a tomar mis clases como todos los demás, lógicamente no van a ser los mismos compañeros pero eso me da igual, nunca me llegue a llevar bien con ellos, con la mayoría solamente nos tolerábamos y si a mucho era el saludo y nada más. Yo era demasiado estudiosa y cuadriculada para encajar en su círculo.

- Madre, ya me voy.

Le comunico a mi madre desde la sala, mientras la escucho trastear en la cocina.

- ¿Ya te vas? – asoma solamente su cabeza, - pero si tu desayuno está casi listo y además yo pensaba que lo mejor era acompañarte.

Estoy demasiado nerviosa, tanto que he perdido el apetito pero eso no es algo que le vaya a reconocer.

- La verdad mamá, es que no tengo hambre ahora. – la observó apenada mientras ella luce algo desilusionada. – no te preocupes que yo puedo ingerir algo en la cafetería de la universidad cuando me de apetito.

- Ah, - su voz suena apagada, - pero podría acompañarte. Si me permites...

- Mira las horas que son, - la interrumpo porque considero que esto lo debo realizar yo sola. –  tú no te has bañado siquiera mama, en otra ocasión será.

Dicho esto le lanzo un beso de despedida, para luego caminar hacia la puerta de salida rápidamente.

***

Llegó a la universidad en un taxi y hago una nota mental sobre ir por mi coche o mejor, comprarme uno nuevo ya que aunque Alón me sugirió que usara el suyo mientras no estuviera en la ciudad pero no me parece correcto abusar de su amabilidad y hospitalidad pues ya hace suficiente por mí al dejarme vivir en su apartamento y no cobrarme un centavo, solo compartimos gastos y eso que me tocó insistirle durante bastante tiempo para que aceptara mi dinero. Le pagó al conductor y luego de darle las gracias, bajo del auto para encontrarme de nuevo con las ya tan conocidas rejas de entrada de la Universidad de California en Berkeley, mi alma mater.

Camino hacia adelante empezando a perderme en la marea estudiantil que amenaza con llevarte si no pones la debida atención, los estudiantes, maestros y personal de la institución caminan cada quien perdidos en sus propios mundos o charlando y riendo con algún grupo o compañero a su lado.

Suspiro

De alguna forma extrañaba esto.

Llego hasta la dirección administrativa donde se encuentra una señora de apariencia regordeta y canosa, - Edna - le hablo con notoria emoción en mi voz, mientras una sonrisa amenaza con dividir mis labios.

Ella alza la mirada extrañada y lista para castigar al irrespetuoso que se ha atrevido a usar su nombre de pila pues no a cualquiera se lo permite, cuando su mirada me enfoca, su rostro se ilumina para luego levantarse rápidamente, envolviéndome en un fuerte abrazo que yo recibo y correspondo gustosa.

- ¡Tessa, mi niña! –

Me observa de arriba abajo, verificando que me encuentre en condiciones y luego llega el interrogatorio.

Me pregunta donde me he metido todo este tiempo y porque desaparecí de la noche a la mañana, no le contestaba las llamadas además de no volver a mis clases pues ella sabe lo importante que es para mí sacarme el titulo, al parecer ella no se enteró de nada. Al recordar el sitio donde nos encontramos y que en cualquier momento un alumno puede aparecer por esa puerta, le hago saber que no me siento cómoda hablando en este lugar, a lo que ella me responde que de igual manera luego tenemos que echar rola acerca de todo lo ocurrido en este tiempo. Se alegra al saber que he vuelto para terminar mi carrera y cuando el decano me puede atender, me hace pasar para validar todo lo referente a mi reintegro.

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CUARTO DE TESSA EN CASA DE SU MADRE Y HERMANO EN MULTIMEDIA