2. Sanatorio
He visto a personas decir que ya no esperan nada de nadie,
pero sus ojos reclaman que esperan el regreso de alguien...
***
Semanas Después...
Es increíble como personas que se supone deberían cuidarte, ayudarte a calmar tus demonios pues, se supone que para eso los tienen en estos lugares, que se preparan un determinado lapso de tiempo para poder ejercer como profesionales competentes y a quienes tu familia les paga una fortuna por tu estadía buscando deshacerse de ti, de la vergüenza que les genera un familiar con problemas mentales porque, seamos sinceros.
No digo que todas familias busquen un sitio de estos por no cargar contigo, evitando llevar la carga y estigma que para ellos en esos momentos representas. Sé que hay muchas personas a las cuales les duele dejar sus seres queridos en este lugar, que de poder hacerlo se encargarían de sus familiares. Pero para la mayoría un sanatorio funge como un tipo de basurero, un lugar en el cual depositas aquello que ya no sirve, a quienes se convierten en un estorbo, un desecho, envío ue yo me convertí para mi familia y por eso lo hicieron conmigo.
En este lugar no encuentro paz, es todo lo contrario. La mayoría de los trabajadores en este lugar parecieran no tener respeto por los demás, tienen el alma y corazón completamente podridos.
Ellos utilizan tus miedos en tu contra para obligarte a realizar actos en contra de tu voluntad, utilizan tus más recónditos temores para así infundirte temor y pánico.
— Ya sabes cómo funcionan las cosas aquí, querida. Si no nos colaboras, invitaremos a los enfermeros para una fiesta privada en tu habitación, — suelta maliciosa una de las enfermeras, inmediatamente mi cuerpo se torna tenso al escucharla, ellas dos notan mi cambio lo que solo ocasiona que las dos arpías rían mirandose entre ellas.
Ahora me encuentro con dos lunáticas que dicen llamarse enfermeras pero según mi criterio, compraron el cartón en alguna oferta o algún tipo de enfermó igual o peor a ellas les otorgo ese diploma.
Es imposible que dos desquiciadas de tal calaña hayan logrado sacarse un cartón, que ninguna entidad responsable se los haya expedido.
— Por lo menos cinco y a puertas cerradas — , sigue diciendo aquella mujer que reconozco como Mildred mientras de manera descuida observa sus uñas, la otra simplemente se dirige hacia la ventana donde se recarga cruzando los brazos. — Igual no es algo que no hayas hecho antes, ¿verdad?
Quiero llorar, gritar hasta desgarrar mis pulmones o simplemente defenderme, demostrarles que no soy débil, que sus amenazas no hacen mella en mi sistema, hacerles ver que sus palabras no me afectan. Quisiera hacer tantas cosas pero no puedo. Mi cerebro pide una cosa pero mi cuerpo me ordena otra. Así que me quedo en el mismo lugar dejando de revolverme, sentada mientras solitarias lágrimas cruzan por mis mejillas y me dejo hacer.
¿Será siempre ese mi destino? ¿dejarme hacer por los demás mientras yo les en permito en silencio y completamente amedrentada?
— ¡Eso es! — dice cuando nota que no planeo resistirme mas, me toma del brazo con algo de fuerza arrastrándome hacia el baño, me dejo llevar como si fuera un títere, un simple maniquí. Luego procede a desnudarme, me tenso un poco pero fuerzo mi cuerpo a estar tranquilo — ,eres una buena niña.
La observo lamerse los labios mientras pasea su asquerosa vista por todo mi cuerpo, solo atino a desviar la mirada.
Es lo mejor porque de lo contrario, vienen los golpes en lugares no visibles.
Se aleja de mi y luego escucho como abre la regadera para acto seguido, empujarme hacia el área de la ducha ocasionando que mi cuerpo haga contacto con el agua helada, por último me lanza un pequeño jabón el cual impacta en el suelo, directamente a mis pies con un golpe seco.
— Sobra recordarte que no debes decirle a nadie sobre esto ni de nuestra pequeña conversación, — su voz como siempre, suena amenazante. Extiende su mano y hala un mechón de mi cabello haciéndome daño, -— ¿has entendido? — Asiento mecánicamente sin mirarla y ella parece satisfecha pues no me lanza mas amenazas. — Ahora báñate bien, vuelvo en cinco minutos para sacarte como estés, limpia o no.
Dicho esto y luego de darle un último tirón a mi cabello, suelta el mechón para desaparecer del baño dejándome sola, cuando sus pasos ya no se escuchan me dejo caer al suelo y abrazo mis rodillas.
Hace aproximadamente un mes salí de la clínica luego de otro fallido intento de suicidio, no es como que me apeteciera regresar a una casa en la cual todos me miran con lastima, vergüenza, intentan decir algo y luego declinan dejándome sola o simplemente ni siquiera me hablan pero no tenia de otra, hasta que me di cuenta de que ese no era el camino a casa. Según escuche cuando le informaron a la directora del sanatorio, el psicólogo de la clínica recomendó internarme en un lugar de reposo para así evitar que me hiciera daño, y mi familia "preocupada por mi salud", comprendió que era lo mejor para mí. Hace tres semanas que me asignaron a esta tipa la cual a mi parecer, necesita más una casa de reposo que yo, pero bueno, la vida es cruel y para nada justa. Así que he tenido que soportar sus ataques, que se desquite conmigo cuando no está de humor, que se burle de mí cada vez que me tenso porque alguien del sexo contrario pase muy cerca a mí. La tipa es una completa lunática, unas completas enfermas son ella y su amiga. Además de las consultas de silencio con la psicóloga. Si, de silencio, porque ella insiste en querer ayudarme pero no creo que ella me quiera colaborar en lo que yo realmente deseo.
***
Capitulo 2, publicado.
Voten y comenten si les gusto
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