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CAPÍTULO 3 (editado)

Me encontraba a unas cuadras de la escuela y ya me estaba arrepintiendo, no sabía lo que me esperaría en el transcurso del día, ni tampoco cómo tomar lo que pasó el lunes. Me armé de valor y seguí caminando con la cabeza en alto, no les iba a demostrar lo que me había dolido ver aquel video o lo que habían dicho luego.

Apenas había llegado a la puerta de la escuela cuando comencé a escuchar murmullos sobre mí: "cómo puede ser tan cínica y volver a la escuela", "no tendría ni que venir", "si fuera ella ya me habría quitado la vida", entre otros más.

Seguí con la cabeza en alto hasta mi casillero, no veía a Kasandra y a su grupo, una parte de mi estaba aliviada y otra parte estaba alerta, me dirigí al salón a esperar que comenzaran las clases.

A eso de las 10 de la mañana me llamó Martha, tuve que pedir permiso para ir al baño y poder contestarle.

—Buenos días, Martha, ¿pasó algo?, estoy en clases y pedí permiso, pero no puedo demorar mucho.

—Hola cariño, te llamaba para preguntarte si sabes por qué no ha llegado Anthony todavía, llevo esperándolo una hora y no aparece.

«¡Dios! Si es tonto. Ayer, cuando me acompañó a casa, le dije que a Martha no le gusta que la hagan esperar».

—No, no sé dónde podrá haberse ido.

—Llevo una hora sin abrir porque las puertas son muy pesadas.

—Dame unos minutos y lo llamo.

—Hubieras dicho eso antes. Adelante, llámalo.

Colgué la llamada y marqué al número que me había dado el día anterior.

Sonó tres, cuatro, cinco veces y nada. Estaba por darme por vencida cuando respondió.

—Diga —contestó con un tono adormilado. «Genial» pensé, «se había quedado dormido, por eso no había ido a trabajar».

—Hola, soy Amelia de la cafetería "Bright Moon", te llamo porque Martha me llamó preguntándome por ti. Lleva una hora fuera de la cafetería esperándote, está algo preocupada.

— ¡Mierda! —lo oí decir seguido de unas que otras maldiciones— ¿Estás ahí? —preguntó retomando la llamada.

—Si, sigo aquí —respondí con una pequeña sonrisa.

—Lo siento, me quedé dormido, esto no volverá a pasar, en serio lo siento.

—Tranquilo, no es conmigo con quien debes disculparte sino con Martha. Si no te levantas ahora y vas a la cafetería date por despedido. —Solté una carcajada no muy audible.

—No es divertido, y dile que en 15 minutos estoy ahí.

—Ok, te veo en la tarde.

Colgué y volví a marcar el número de Martha.

—Y bien, ¿Qué fue lo que dijo?

—Dijo que en 15 estaba ahí, no me corresponde decirte porque se demoró.

—Está bien, gracias. No te quito más el tiempo, ve a seguir estudiando.

Colgué y volví al salón.

(...)

Ya era la hora del almuerzo. Estaba nerviosa, no quería ir a la cafetería pero mi estomago no pensaba lo mismo; rugía demostrando que tenía hambre. Tomé valor, otra vez, y me adentré en la cafetería.

Agarré mi comida y caminé hasta una mesa vacía, a los 10 minutos de haberme sentado llegaron a la mesa el grupo de estúpidas, como las había bautizado yo, riéndose de algo que les contaba Max.

—Veo que regresaste, creímos que ya no volverías. Es bueno verte de nuevo.

Solo sonreí de mala manera y seguí comiendo.

—Al parecer siempre que hablamos contigo te vuelves muda.

—No es como que digan algo bueno para responder —dije mientras veía mi comida.

—¡Vaya! Pero si ha aprendido a hablar.

—Si, y no solo se hacer eso. —No sabía de dónde había salido el valor para contestar, pero me gustaba esta faceta nueva.

Lexie jaló mi cabello hacia atrás, haciéndome enojar más.

—¡Suéltame!

—No, creo que eso no se va a poder ¿Acaso no entendiste con qué motivo fue presentado el video?

—¡No me importa cuál haya sido, suéltame!

Kasandra miró a su hermana y ésta me soltó bruscamente.

—Las cosas no quedaran así, ¿me oyes huérfana?

—Si, tu voz se hace oír —dije otra vez con una sonrisa fingida.

Luego de eso salieron de la cafetería.

Me dirigí al salón a recibir las siguientes clases, ya era hora de salida, tomé mis cosas y caminé en dirección al trabajo.

(...)

—Hola cariño —me saludó Martha cuando llegué a la cafetería.

—Buenas tardes.

—¿Cómo te fue hoy?

—Como siempre, nada cambia —contesté restándole importancia mientras saludaba con la mano a Anthony, y me dirigía al baño para cambiarme con la ropa del trabajo.

—Bueno ahora que Amelia está aquí, iré a ver a Patrick, cualquier cosa me llaman. —Asentí mientras me dirigía al mostrador exactamente donde estaba la caja.

—¿Así que no hubo acción hoy en la escuela? —preguntó Anthony mientras se ponía a mi lado.

—Tal como lo oíste, hoy no hubo nada.

—Vaya, me acuerdo cuando estaba en la escuela, siempre había acción.

—Pues en esta no, todo es muy monótono, así que si buscas acción la escuela estatal no es el lugar indicado. —Sonreí.

—Creo que deberías venir a mi universidad cuando empiece las clases, ahí sí que hay acción.

—Ahí estaré.

Di por terminada la conversación cuando entraron clientes. El día fue algo movido, cuando no estábamos entregando pedidos estábamos conversando de cualquier cosa, volver a sentir que tienes a alguien para hablar de cualquier cosa fue agradable.

Ya era hora de cerrar y Anthony se volvió a ofrecer para acompañarme a casa, decía que era muy tarde para que una pequeña como yo anduviera sola por la calle. Cuando le dije que tenía 17 dijo de inmediato que me iba a acompañar todos los días posibles, le agradecí por su gesto.

Llegamos a mi casa y nos despedimos, me preparé algo de comer y subí a mi habitación para seguir con mis deberes. Debía presentar un ensayo sobre la segunda guerra mundial, ya que habían tomado un examen y yo no me había presentado.

Unas horas después me llegó un mensaje de un número desconocido, abrí el mensaje y había una foto de Anthony conmigo cuando caminamos a mi casa, y lo siguiente que vi fue el texto que está escrito en mayúsculas.

"ESTA SERÁ LA NUEVA VICTIMA DE AMELIA EVANS"

Luego llegó otro mensaje:

"No te bastó con matar a tres personas que ahora vas por otra más. Deja de querer ser el centro de atención, no sé qué le habrás hecho a ese chico para que este contigo, pero cuando se entere de lo que eres capaz se alejara por completo de ti".

Las lágrimas salieron sin control alguno, bloqueé aquel número y apagué mi teléfono, imprimí el ensayo y apagué todo para poder irme a dormir, me puse un short flojo y una sudadera.

Me acosté y me dormí de inmediato, no quería sentirme mal por lo de hace unos minutos. Me imaginaba quien era, pero por ahora dejaría pasar las cosas e intentar descansar.

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