CANCIÓN

Apareciste como si nada cuando estaba totalmente hundida.

Sin importarte que tan rota estaba, te acercaste a mí.

Me tomaste entre tus manos, Me dedicaste miles de sonrisas, Esas que me tienen totalmente enamorada.

Y ahora que te tengo junto a mí no veo un futuro sin ti.

Volví a creer en el amor, Empecé a creer en cuentos de hadas.

Esos tan dulces que te hacen suspirar.

Y sé que lo importante es verte feliz, Es que juntos seamos felices,

Porque me siento tan bien cuando te veo sonreír,

Cuando intentas arreglar algo tan grande como mi corazón, Me gusta verte tratando de hacerme sentir bien.

Y dime si soñaste conmigo,

Si pensaste en un futuro juntos, 

Sé que me quieres y quiero que sepas que también lo hago,

Cada vez que te veo las ganas de tocarte, besarte, abrazarte y tenerte crecen más delo que imagine.

Quiero que con cada silencio nos hagamos más fuertes.

No te vayas de mi vida. 

No veo un futuro sin ti.

Porque cuando estoy junto a ti,

Me matas y me dejas sin aliento

Y sé que solo soy una entre cientos,

Pero lo que tiene sentido es amor eterno,

Tú eres el amor de mi vida y no te miento.

JAYDEN

¡Dios! Nunca la había escuchado cantar, su voz era realmente hermosa, cada frase que decía me hacía tener escalofríos, saber que volvía a hacer algo que en algún momento le apasionaba hacer me alegraba. 

Iba progresando en su recuperación y eso era lo único que me hacía sentir bien, no podía evitar soltar algunas lágrimas. 

Definitivamente Amelia era la mujer más hermosa, inteligente y talentosa que había conocido, no me arrepentí de nada, verla cada mañana junto a mí me hacía sentir lo especial que era nuestra relación.

Me quedé mirándola embobado durante toda la canción, de vez en cuando ella me miraba y yo le sonreía. Terminó de cantar con una hermosa nota baja.

—¡WOW! Linda, eso estuvo increíble, tienes una voz demasiada hermosa.

Agachó su cabeza, haciendo que algunos mechones ocultasen su rostro, tomé su guitarra y lapuse a un lado, agarré su rostro haciendo que me mire para retirar los mechones que ocultaban su rostro poniéndolos tras su oreja. Acaricié con mi pulgar su mejilla, la miré aun con los ojos rojos, nos miramos un largo tiempo, no aguanté más y me abalance contra ella para poder besarla.

Sonreímos en el beso, unos segundos después el beso se fue intensificando, no voy a negar había deseado demasiado estar con ella pero tenía miedo de que ella no quisiera y se fuera a sentir mal luego. 

Seguimos besándonos, en un impulso mis labios bajaron a su cuello, cosa que hizo que ella soltara un pequeño jadeo. Eso me calentó más y volví a besar sus labios.

—Jay, cariño, te necesito —susurró en mi oído.

—¿Estás segura de esto?

—Nunca he estado más segura de lo que estoy ahora —afirmó mordiendo mi oreja, y nopodía dejar de pensar que ella me mataría si seguía haciendo eso.

La miré sonriendo, ella haló de mi nuca para poder besarme y tomó los extremos de mi chaqueta. Bajó sus manos hasta la parte final de mi camiseta y la subió lentamente, me separé de ella para poder quitármela la deje cerca de nosotros, agradecí que el muelle era lo suficientemente ancho, así nada se caería al agua.

—¿Estás segura de que quieres hacerlo aquí? —pregunté cerca de sus labios.

—Jay, nadie nos ve. —Volvió a besarme, esa fue mi señal, estaba consciente de que era un lugar muy apartado de la cuidad y nadie nos vería, pero quería asegurarme de que ella quisiera.

Bajé mis manos hasta su cintura y las deslicé hacia arriba llevándome su pequeño topceleste, se lo quité por completo, no llevaba sujetador así que se tapó. Volví a besarla y luego fui bajando mis besos hacia sus pechos, besé ambos y luego me separé, desabroché su pantalón sacándolo de un tirón y seguí con sus bragas, volvió a taparse.

—No hagas eso, no te tapes, déjame verte —le pedí.

Ella obedeció, era hermosa. Mierda, quería tener enfrente a toda esa gente que en algúnmomento le habían dicho lo contrario para poder romperles la cara.

Besé cada parte de su cuerpo, haciéndole entender que amaba todo de ella, hasta las imperfecciones que tanto odiaba.

Mi erección ya estaba matándome, me separé para quitarme los pantalones y el bóxer,Amelia me miró confundida cuando me vio hacer una mueca, no tenía condones y los únicos que tenía estaban en el auto a metros de donde estábamos. Pareció entender lo que sucedía porque estiró su mano hasta el estuche de su guitarra y sacó una fundita plateada, me lo dio y la miré algo divertido.

—¿Tenias planeado terminar la noche así? —pregunté soltando una risita.

—No, tenía pensado hacerlo en tu casa o en la mía, pero no sucedió. —Me siguió el juegodivertida.

Sonreí, abrí la funda y me lo coloqué, me posicioné en su entrada y alcé la mirada pidiéndole permiso, asintió y acto seguido la penetré, entré lento y me mantuve un rato sin moverme para que pueda acostumbrarse. Volví a mirarla y volvió a asentir permitiéndome moverme, los gemidos de Amelia en mi oído eran jodidamente excitantes, me sentía en el paraíso.

Estuvimos así un largo tiempo hasta que ambos llegamos al clímax.

Voté el condón en un vote que estaba a unos centímetros, me puse mi ropa interior junto con mi pantalón, Amelia ya se había puesto su ropa interior y mi camisa, se la veía hermosa. Me acosté y la jalé acostándola a mi lado, besé su frente y sonreí, no me importaba quedarme a dormir ahí porque sabía que nadie vendría, ya que este lugar es de mi familia.

—Te amo —la escuché decir.

—Linda, yo te amo aún más, eres increíble —dije besando sus labios.

Sonrió y se acomodó en mi pecho, tomé otra manta y la pasé por encima nuestro tapándonospor completo.