Chaeyoung's pov

El supermercado estaba más tranquilo de lo normal, pero no me quejaba. Vagaba por los pasillos con un carrito casi vacío, deteniéndome más de la cuenta frente a los estantes. Tomé una botella de jugo que Mina solía elegir y la dejé en el carrito. Era un hábito inútil, pero no podía evitarlo.

Tomé un giro hacia el pasillo de los lácteos, y fue entonces cuando la vi. Ahí estaba, como si el tiempo no hubiera pasado.

— ¿Chaeyoung?

Su voz me hizo detenerme en seco. La reconocí al instante, a pesar de los años que habían pasado. Nayeon. La ex de Mina.

— Nayeon... — murmuré, sintiendo cómo mi corazón latía más rápido.

Ella sonrió, esa sonrisa que siempre parecía saber más de lo que decía.

— Vaya, ¿qué haces por aquí? — su tono era amistoso, pero sus ojos parecían más atentos, como si estuviera analizando algo en mí.

— Comprando — la respuesta salió de mis labios, pero no sentí que fuera suficiente. No quería que ella viera lo mal que me sentía.

— ¿Sí? — Nayeon hizo una pausa, observándome con detenimiento. — No te veía por aquí desde hace tiempo.

Sus palabras me hicieron sentir aún más incómoda. Mina había sido suya antes que mía, y aunque yo sabía que la relación entre ellas había sido completamente diferente, el simple hecho de encontrármela me trajo un torbellino de recuerdos.

— ¿Te parece si tomamos un café? — Nayeon sugirió, sin esperar mi respuesta. Acepté con un leve asentimiento, demasiado distraída para rechazarla.

Minutos después, estábamos sentadas en una mesa junto a la ventana. El ruido del supermercado se sentía lejano aquí, pero mis pensamientos seguían girando a una velocidad frenética.

— Te ves... cansada — Nayeon observó, su tono parecía más bien inquisitivo que preocupado.

— He estado ocupada — respondí, aunque sabía que era una excusa vacía.

Nayeon dejó escapar una pequeña risa, como si supiera que no estaba diciendo la verdad.

— Mina solía decir lo mismo. Pero te voy a ser sincera... no sé si eso realmente era lo que pensaba — ella se recargó en la silla, mirando hacia fuera por un momento, como si buscara las palabras correctas.

— ¿Cómo era todo con ella? — me salió de repente. No pude evitarlo, la curiosidad me estaba matando.

Nayeon me miró fijamente, y por un momento pensé que iba a hablar sobre su relación con Mina. Finalmente, suspiró.

— Con Mina... la relación era... diferente. Totalmente distinta a lo que parece entre ustedes.

Mi corazón dio un salto en mi pecho.

— ¿A qué te refieres?

— Lo que tuvimos fue una historia... sin tanta... pasión, por decirlo de alguna manera — Nayeon miró la taza de café que tenía entre las manos, como si las palabras le costaran. — Era más tranquila, estable. Pero... creo que ustedes tenían algo que ni siquiera yo llegué a entender. Algo más profundo.

Yo no podía dejar de mirarla, tratando de descifrar si había algo detrás de sus palabras.

— ¿Qué sabes de Mina y yo? — pregunté, más por instinto que por querer saber realmente.

Nayeon me miró a los ojos, como si estuviera midiendo cada palabra.

— He visto sus historias... — dijo finalmente, casi como si se estuviera preparando para lo que venía. — Y sé lo que viste tú, Chaeyoung. Con esa otra chica. Pero... no todo es lo que parece, ¿sabes?

Mis ojos se abrieron al instante, la sorpresa y la confusión me golpearon con fuerza.

— ¿Qué quieres decir? — le pregunté, mi voz temblando sin que pudiera evitarlo.

Nayeon simplemente sonrió, pero de una manera que no podía descifrar.

— Sólo que... a veces lo que vemos no es la verdad completa. Mina tiene una forma de hacer las cosas que, a veces, ni ella misma entiende. Lo único que sé es que... no puedes tomar las cosas tan literales.

El aire entre nosotras parecía pesado, como si cada palabra dejara una huella aún más profunda. Nayeon suspiró y terminó su café, dejándolo sobre la mesa.

— No sé qué vas a hacer con lo que te digo, Chaeyoung — dijo, de pie. — Pero, créeme, no todo lo que ves en las redes o en una historia es lo que está pasando.

Mis pensamientos eran un torbellino mientras la veía alejarse. Sentía que estaba a punto de entender algo, pero Nayeon me había dejado más confundida que antes.

Solo me quedé allí, mirando la ventana, con la sensación de que algo importante estaba por suceder... pero no tenía idea de qué.