Capítulo Unico
Invierno, un mes cálido en los corazones de muchos a pesar de su frío ambiente.
Muchos esperaban la llegada de este mes por varias razones, algunos por los presentes que recibían, otros por querer pasar en familia durante las festividades y por último, la espera de la primera nevada, pero esta es otra historia. Y es que se encontraba un azabache emocionado por la llegada de este mes, pero no por las mismas razones, más bien su razón era por querer que su deseo de navidad por fin se cumpliera.
Park JiMin, un joven de 20 años que se ha mantenido con la esperanza y fe que le entregaba la época más feliz de todo el año, la época navideña.
- JiMin - Su madre ingresó a su habitación, gran error haberse quedado toda la noche en espera de alguna señal de la nevada, se suponía que era invierno, pero durante todo el mes no había nevado, algo que le preocupaba, porque eso solo significaba que tal vez tuviera menos oportunidades de encontrarse con aquel niño que lo enamoró de pequeño, solo y únicamente con sus bonitos ojos y su linda forma de hablar y actuar a pesar de solo ser un infante.
JiMin se removió un poco en su cama buscando una mejor posición para seguir durmiendo e ignorar los llamados de su progenitora.
- JiMin, no seas holgazán y levántate, es la víspera de navidad, tenemos que ir a comprar las cosas para celebrar el día de mañana en familia, recuerda que tus tíos, primos y las parejas de estos vendrán a pasarla con nosotros.
JiMin jadeo triste ante la insistencia de su madre en no dejarlo dormir, se despojó de su cobertor y salió de su cómoda cama - Listo, ¿contenta?
- Mucho, ahora ve a lavarte - JiMin sonrio ocasionando que sus ojos se volvieran dos finas líneas; su madre salió con una sonrisa de su habitación y fue entonces que JiMin revisó nuevamente el cielo, encontrando nada más que un color celeste en el, al parecer la nieve no caería este día tampoco.
Dejando de lado su tristeza ingresó a su baño para darse una ducha que no duró más de quince minutos; al salir de este busco algo acogedor ya que, a pesar de no estar nevando, las ventiscas del invierno estaban presentes en las calles de Seúl.
Bajo al comedor donde su madre se encontraba preparando un desayuno liviano para él. Se acomodó en uno de los taburetes del comedor y su madre le tendió un plato de fruta que contenía las más frescas de temporada.
- Se que tu deseo es que pueda nevar esta vez en navidad - JiMin detuvo su cubierto antes de que este llegara a su destino; observó a su madre quien se veía avergonzada de sacar ese tema a luz.
- Como todos los años - JiMin sonrió para tranquilizarla, pero, ella había tocado una hebra sensible para él.
Y es que, para muchos pueda que la navidad blanca no sea de lo más cómoda, pero para aquel azabache, una navidad sin nieve era un milenio más de espera.
Terminó su desayuno y convivió unas horas con su madre antes de tomar sus zapatos para ponérselos y despedirse de su progenitora y luego abandonó su casa en busca de todo lo que tenía que conseguir.
Iría al centro de la ciudad, porque bueno, era donde más fácil podría encontrar aquello.
Hoy pondría el árbol con su madre, eran solo ellos dos, después de todo su padre los abandonó hace seis años. Pero no importaba, él era feliz solamente con su madre.
Llegando a aquel lugar se encontró con varias personas yendo y viniendo de un lugar a otro; ese día Seúl estaba muy agitada.
Sonrio por la emoción de todos, se sentía muy alegre de saber que no era el único que se emocionaba por la navidad. Sin percatarse chocó con alguien y con algo de vergüenza por haber sido su culpa únicamente se inclinó y pidió disculpas, sin tan siquiera verle el rostro a aquella persona. Y así como apareció, así se fue, dejando a un castaño perplejo por lo sucedido.
Jeon JungKook acababa de llegar a su ciudad, a su país, donde nació, creció y se enamoró por primera vez.
Estaba emocionado, sería la primera navidad que pasaría con sus padres después de ir a estudiar en el extranjero, después de haber dejado a aquel chico de cabello azabache, algo de lo cual se arrepentía y esperaba enmendar.
Deseaba que noche buena le entregará una oportunidad de encontrarlo, de poderle expresar lo mucho que lo necesito y lo mucho que lo extraño esos seis años que estuvieron separados.
Dejó sus cosas en la casa de sus padres, la cual estaba como aún él lo recordaba, con aquella calidez que desde pequeño ha sentido.
Salió a causa que su madre necesitaba unas cosas para preparar la cena de víspera de navidad al igual que lo necesario para el día siguiente. Supo que lo más recomendable era ir al centro de la ciudad, ahí lo encontraría todo.
Miro como la ciudad había cambiado, había más edificios que hace años; las personas caminaban de un lado a otro, se veían realmente ocupadas, algo que siempre le pareció familiar, hasta en Los Ángeles. Sonrío y miro al cielo, donde no había nubes y su color era de un celeste muy hermoso.
Tan embelesado se encontraba que no vio por dónde iba y terminó chocando con un chico, al cual no pudo verle el rostro ante la prisa que tuvo en inclinar su cuerpo en una disculpa y huir del lugar. Pero sentía que aquella cabellera la había visto en otro lugar.
JiMin, luego de haberse disculpado se dispuso a conseguir lo que había ido a buscar. Después de todo, no es como si hubiera salido temprano de su casa y es que ya eran pasadas las tres de la tarde.
Entró al establecimiento y fue al lado de las frutas donde eligió unas manzanas para el postre que más le gustaba para esa época y que su madre quería preparar, compró también unas fresas frescas siguiendo de lo demás en su lista, dejando de último los adornos para su árbol.
No le toma mucho más de una hora en comprar todo lo requerido para luego regresar a su casa.
Mientras caminaba de regreso sintió que alguien lo seguía, giró un poco su cuerpo, pero no había nadie detrás, tal vez estaba algo paranoico. Aún así se puso alerta.
Aunque pareciera mentira, realmente se sentía muy emocionado por ese día, algo que aumentó desde ese día en la mañana; casi siempre JiMin se emocionaba por esa fecha, pero ese día aquella emoción se mezcló con sus nervios y un presentimiento algo diferente a todos los años, un presentimiento que solo sintió aquel día en donde él se fue.
Ese algo revoloteaba en su pecho, como el primer copo de nieve cayendo en noche blanca. Esa emoción se compara con aquel mismo día.
- ¡JiMin!
- ¡AH! - JiMin se acuclilló ante el grito a sus espaldas; levantó su rostro al ver dos pares de zapatos frente.
- Lo siento JiMin, todo fue idea de Tae - El azabache tenía muchas ganas de estrangular a ese par de idiotas que se hacían llamar sus primos.
- Solo porque es nochebuena dejaré pasar esto - El azabache se puso de pie sonriendoles a los dos presentes - Pensé que no vendrían hasta mañana.
- Se supone que así era, pero mamá quería ver a su hermana y no quiso esperar mucho.
- Típico de los Kim.
- Hey, pero cuidado con lo que dices, te recuerdo que la sangre Kim también se encuentra en tu sistema.
Entre risas los tres se dirigieron a casa.
Kim NamJoon y Kim TaeHyung, primos y casi hermanos para JiMin, dos chicos que le ayudaron mucho a superar todo lo que sucedió.
- ¿Aún esperas que nieve esté día?
- Se que parece tonto, pero sí, realmente deseo que sea una navidad blanca, literal, hasta soñé anoche que estaba en el parque y caía la más fina nieve; pero, se que esta vez no pasará.
- ¿Y no encuentras nada de él en las redes?
JiMin solo negó con la vista enfrente cortando la conversación que habían comenzado.
JungKook llegó a su casa con unas cuantas bolsas de más en sus manos, entre ellas varios regalos envueltos en papel decorativo.
La señora Jeon se acercó a su hijo y le quitó las bolsas menos pesadas, dejando que su hijo se encargará de lo demás.
Jeon dejó el regalo para su padre y madre bajo el árbol, el cual ya estaba ensamblado en la sala, únicamente le faltaba unos adornos para hacerlo más alegre; miró por última vez la sala y salió de ahí para subir a su habitación, donde al llegar dejó una pequeña caja celeste sobre su cama.
Se sentó frente a su computador y entró a sus redes sociales; quería intentarlo otra vez, buscar una forma de encontrarlo, pero nada, ningún perfil era el que él buscaba.
Se recostó sobre sus antebrazos y suspiró, al parecer la magia de la navidad no estaba presente en él y era algo que le frustraba, llevaba realmente meses, incluso años buscándolo, pero no encontraba nada.
- ¿Aún lo buscas? - vio a su padre asomarse por la puerta y no pudo evitar sonreír pero a la vez también asentir con tristeza - Asumo por tu rostro y ánimo que no encontraste nada.
- Es tan complicado encontrar a Park JiMin, es como si viviera bajo una roca, no hay ni tan siquiera un perfil antiguo, nada.
- Sabes, después de que te fuistes, JiMin venía aquí, tu madre y yo siempre lo entreteníamos, apenas tenía 14 años cuando eso pasó y recuerdo muy bien el mal momento que pasaba.
- No se como se me pudo ocurrir irme, desaparecer unos días antes de que su padre los dejara solos, pésima idea.
- No sabías que días después de la navidad el señor Park los dejaría.
- No, pero aún así no le di una explicación a rostro, tuvo que ser por una carta. Lo peor fue cuando perdí mi celular en el aeropuerto.
- Solo ten fe, te aseguro que lo encontrarás, porque aún lo amas, ¿verdad?
- Como el primer día.
Y esperaba que las palabras de su progenitor fueran ciertas, esperaba que con la fe que poseía sea lo suficiente para encontrar a su pequeño JiMin.
Cayendo la noche, dos familias se encontraban alistando sus mejores atuendos para pasarlo en familia a excepción de un pelinegro que no quería salir de su cama.
JiMin se la pasó en cama, con sus primos insistiendo en que se arreglara, que tendrían una noche muy especial, pero él realmente no tenía ánimos de nada, ni de tan siquiera convivir con su familia, no después de sentir como su emoción baja al perder otro intento más en poder encontrarlo.
Ese día, a pesar de ser el más feliz para él, es también el día más triste, porque fue un 24 de diciembre en donde no pudo despedirse, donde al día siguiente su padre fue descubierto ya que la mentira de su otra familia había caído.
Él no solo deseaba que la nieve hiciera acto de presencia solo por el deseo de volverlo a encontrar a él. No, detrás de aquel deseo existía otro más pequeño, y ese era el querer volver a ser el mismo niño de hace años.
Sabía que si lo volvía a ver, el dolor y la tristeza que se albergaba en su pecho desaparecería, o eso esperaba.
- ¿JiMin? - Su madre ingresó y en sus ojos se instalaron pequeñas estrellas solo por verla. La señora Kim llevaba puesto un suéter de navidad, uno que hace años no veía en ella - ¿Quieres bajar? Hice tu postre favorito, ¿te parece un vaso de leche tibia para acompañarlo?
Negó, realmente no quería nada - Mi niño, se que este día cambió muchas cosas de ti, lo tengo presente siempre, al igual que todas las sonrisas que no eran genuinas hace años, solo hacías lo que hacías para hacerme sentir bien y no preocuparme, pero deja de fingir, se que tu mayor sueño es que este día sea diferente, que sea más real para ti.
- Solo quiero que este día vuelva a ser como era, aunque sé que papá no volverá, por lo menos quisiera volver a verlo, JungKook era todo lo que estaba bien en mi día a día.
- Lo sé, pero si te quedas en cama no lo encontrarás.
Mientras veía como su madre se ponía de pie dirigió su mirada a la puerta, donde estaba toda su familia, incluyendo las parejas de sus primos.
- Vamos, ponte esto y bajemos, que este día de la época sea diferente, no porque tenga que ser diferente, si no porque nosotros lo haremos distinto.
Luego de que salieran y lo dejaran solo, JiMin estaba indeciso en si bajar o no, miraba su cama y a la misma vez el suéter que su madre le dejó. Pero no lo penso mucho; se despojó de su vestimenta y cambió a un pantalón negro y se puso el atuendo de etiqueta de esa noche.
Acomodo sus negros mechones ocasionando que su rostro se viera como hace unos años atrás, dejando de lado sus facciones maduras, se puso rubor en sus mejillas, rímel en sus pestañas y claro, el bálsamo sabor a fresa que tanto le gustaba. Y ahí se encontraba, nuevamente aquel niño de hace seis años.
Bajo las escaleras y se acomodó al lado de su madre.
- Es bueno volverte a ver JiMin.
- Así es.
- Lo mismo digo chicos.
Tae se sentó en medio de sus dos parejas, YoonGi y HoSeok, su primo mantenía una relación de poliamor junto a aquellos individuos. Mientras su primo mayor era muy diferente, Nam se desvivía por Jin. Siempre les agradeció en silencio a aquellos chicos por hacerlos felices y por no dejarlos solos.
A pesar de la calidad nocturna, su corazón no se sentía completo, mientras los demás charlaban, él decidió salir al patio, donde tomó lugar sobre el césped. Miro hacia el cielo, durante el día no había visto ninguna nube, y ahora la noche estaba siendo opacada por algunas, la luna no se percibía a causa de las molestas nubes.
Suspiro y empezó a jugar con sus dedos, pensando si era mejor seguir o abandonar todo para continuar con su vida. Abandonar el deseo de estar nuevamente entre los brazos del castaño que le enseñó lo que era el sentimiento del amor.
- Navidad te amo, pero devuélveme lo que una vez me arrebatastes. devuelveme la oportunidad de verlo nuevamente - soltó con sus ojos cerrados y aguantando sus lágrimas que amenazaban en abandonar sus ojos - Eres lo indicado, el único que puede hacer eso por mí.
Mientras en otro lugar un castaño se encontraba de la misma forma, sentado sobre el césped de su patio, mirando el cielo oscuro.
JungKook había pasado con sus padres durante toda la noche, jugando, cantando y bailando, pero su corazón no estaba contento, lo quería a él, deseaba a aquel azabache, tenerlo entres sus brazos, ocultar su rostro en su cuello e inhalar el fresco aroma a fresas que tanto le gustaba.
¿Es que acaso la vida no lo quería ver feliz? Porque él lo intentó, intentó despegarse de él, intentó sacar ese sentimiento de su corazón, pero cada vez que lo intentaba se odiaba, se odiaba por querer olvidarlo, por querer seguir.
- He estado esperando por este día, realmente lo esperé, conté los días, horas, minutos incluso segundos para poder regresar, pero no hay forma de hacer sentir completo a mi corazón.
Llevo su mano al pecho, sobre el suéter que hace seis años añoraba llevar de nuevo.
- Época blanca, te he estado esperando - Cerró sus ojos ante su vista nublada por sus lágrimas - Navidad te amo, pero dame una oportunidad para recuperarlo... ¿Puedes hacer eso por mí?
Un copo de nieve se posó en las manos de los dos, donde uno de ellos miró sorprendido hacia el cielo y el otro sonrió por lo que estaba sucediendo.
- ¿Está nevando? - JiMin no podía creer lo que sucedía, lo que siempre deseo estaba pasando - ¡Está nevando!
Como si de un niño pequeño se trataba empezó a saltar por todo el patio llamando la atención de los que estaban dentro.
- Se cumplió su deseo - Nam se abrazó a su pareja mientras veía al fin la sonrisa más genuina en el rostro de su primo.
- Parte de el - Tae se posó a su lado mientras era abrazado por YoonGi y mantenía su mano sujeta a la de HoSeok.
Kim Min Ah sonrió por la emoción de su hijo, tanto que sus ojos se llenaron de lágrimas por la felicidad que sentía.
- ¡Hay que salir! - JiMin llegó frente a ellos y con una sonrisa les propuso - Recibamos la navidad afuera, caminemos bajo la nieve.
- Ve tú cariño, disfruta la primera nevada después de mucho - Los demás asintieron ante la propuesta de la mujer mayor, sonriendo solamente para JiMin, para que hiciera lo que le decían.
Asintió; entró nuevamente a la casa para ir por su abrigo y salió de esta, las calles ya estaban ocultas por la nieve, a pesar de no ser una tormenta, caía por montones.
Muchos infantes se encontraban jugando mientras caminaba por su vecindario, aquellos pequeños le estaban alegrando su corazón, se detuvo a jugar con algunos, mientras jugaban con las bolas de nieve nuevamente JiMin se sintió como el niño que hace unos años dejó de ser.
Mientras trato de alcanzar a uno de los pequeños y lanzó su pequeña bola de nieve la cual el pequeño esquivo, esta chocó con una persona frente suyo y no se pudo percatar mucho antes, si no hasta que se encontraba sobre el cuerpo de aquel chico.
A causa del impacto sus ojos se cerraron, únicamente podía escuchar el acelerado corazón del cuerpo bajo el suyo, su calor corporal lo golpeó, haciéndolo sentir como en casa, como cuando estaba con él.
Algo desorientado abrió los ojos y levantó su rostro, donde se encontró con aquellos luceros que lo habían enamorado.
- ¿JiMin? - Jeon estaba muy aturdido, ¿realmente lo tenía enfrente o era otra de sus alucinaciones?
Con temor llevó su mano a la mejilla del contrario, sintiendo la calidez de esta en su palma. Era real, no era un sueño o una jugada de su mente, realmente lo tenía frente suyo.
Lo abrazó aún acostado en la nieve, ocultando el rostro del contrario en su pecho nuevamente.
- Por favor, si esto es otro de mis sueños, que alguien detenga el tiempo por mí - JungKook escuchó aquellas palabras salir de sus los carnosos labios del contrario.
Mientras JiMin aún no lo podía creer, ¿estaba frente a él?
Los dos se pusieron de pie, pero no apartaban sus ojos del contrario, como temiendo despertar en cualquier momento.
Se sentían como si estuvieran volando en lugar de estar en el suelo, como si estuviera más alto que las nubes o sobre una en dado caso.
- No es un sueño, te encontré, te encontré nuevamente - JungKook no podía evitar que su voz saliera tan conmocionada; los dos se veían mientras lágrimas salían de sus ojos, mientras sus corazones les decían lo completos que se sentían.
JiMin se lanzó al cuerpo de JungKook, colgándose de su cuello, mientras el último posaba sus manos en la cintura del contrario.
Realmente la navidad les había dado lo que sus corazones sinceros deseaban, estar en los brazos del contrario mientras se sentían completos nuevamente.
- Tengo miedo - JiMin susurro algo que solo fue audible para los dos.
- ¿De qué?
- Tengo miedo de que te vayas, porque el día es corto, tengo miedo que si al soltarte, tu desaparezcas como la última vez - se separaron, pero aún mantenían sus manos en el cuerpo contrario - Te he esperado por seis años, seis años donde el primero me la pasaba yendo y viniendo de tu casa a la mía, me la pasaba preguntando por ti y tus padres únicamente me decían que cuando tuvieras oportunidad te comunicarias, pero eso nunca paso, y a pesar de eso, yo quise seguir esperando, deseando que así como aquella época te había arrebatado de mi lado, esperaba que así mismo regresarás.
- Y aquí estoy, regresé - Jeon acarició nuevamente las mejillas de JiMin, se sentía irreal el que se encontrara ahí; con temor se acercó a su rostro con intención de besar los pomposos labios del contrario y así lo hizo.
Era un beso tranquilo, donde se mantenían transmitiendo lo que en años no pudieron.
- No me iré, regrese para buscarte y quedarme a tu lado.
Fin
¡One Shot navideño!
Este shot es el primero con temática navideña, una disculpa si no es tan bueno, hice lo que pude pero realmente quedé más o menos satisfecha con el resultado, tal vez es cliché, pero espero que sea de su agrado.
Ame este shot, y espero realmente que a ustedes también les haya gustado.
Nos leemos en otro libro 🥰😊💓
I Purple U 💜
S. Black Angel 🖤
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