No
Después de dos años Lauren contrajo matrimonio con un hombre rico, dueño de muchísimas empresas, para los hermanos les pareció casi un milagro que ella encontrase a alguien que la tratara bien y no la quisiera solamente para tener relaciones, Jacob era todo lo contrario a James. Se habían mudado con aquel hombre, y nadie jamás sospechó que ellos eran los culpables de las desapariciones de las chicas. Además, al elegir a personas de bajos recursos la policía no les tomaba interés, algo que James les había enseñado.
— ¿Cómo conociste a mi madre? —Le preguntó Thomas una vez a su nuevo padrastro mientras ambos estaban sentados en el sillón de su enorme casa viendo televisión.
—Fue hace como 18 o 19 años... —respondió—. Estábamos en la universidad, tuvimos una aventura, pero no duró mucho, y hace como un año o más regresó a mí y decidí darle otra oportunidad, me di cuenta que jamás dejé de quererla —sonrió—. No sabes cómo amo a Lauren.
—Espera... —Thomas se incorporó en el sillón volteando a verlo— ¿Por qué esa "aventura" terminó? —Jacob subió los hombros restándole importancia.
—Yo no sabía que tenía novio... —tragó saliva—. Cuando me enteré no quise volver a hablarle, porque realmente la quería y me rompió el corazón descubrirlo. Además ese tipo era un idiota —apretó los dientes mientras lo recordaba—, la trataba muy mal, no la dejaba salir ni con sus amigas, dudo que alguna vez él haya sentido algo por ella aparte de asco —Tom abrió la boca sorprendido—. ¿Qué pasa? —lo miró con el entrecejo fruncido.
— ¿Sabes el nombre de aquel novio? —Empezaba a unir los hilos.
—Eh... —pensó un par de segundos—. Creo que se llamaba James... —Thomas se puso de pie tocando su frente sin poder creérselo—. ¿Por qué? —Preguntó Jacob sorprendido por aquella reacción. Tom volteó a verlo con una sonrisa.
—Mi madre quedó embarazada de ti.
— ¿Qué? No, es imposible —empezó a mover los ojos rápidamente tratando de comprender todo—. ¿Cómo lo sabes? ¿Te lo dijo?
—No. Mi padrastro, James. Me dijo que se había embarazado de otro hombre pero mi mamá se lo ocultó por años hasta que ella decidió contárselo, arruinando así el resto de mi infancia.
— ¿No eres hijo de James? —No podía creer lo que estaba pasando. Tom negó con la cabeza.
— ¿Cuántos años tienes?
—Dieciocho. —Jacob se tapó la boca de la sorpresa y se puso de pie acercándose a Thomas. Tomó sus hombros acercándolo más a él.
— ¿Me prometes qué no estás inventando esto sólo para que cuando muera te herede todo mi dinero? —Sus ojos se pusieron vidriosos. Thomas rio, Jacob al verlo lo imitó. Se abrazaron con fuerza, como si aquella fuera la última vez que lo harían y no la primera. Era más creíble que fueran padre e hijo ya que Tom tenía los ojos azules al igual Jacob, su cabello lo había heredado de Lauren. Mientras que Christian era una versión joven y delgada de su padre.
— ¿Qué está sucediendo? —Preguntó Lauren saliendo de la cocina con una enorme sonrisa al verlos abrazados. Hacía más de 17 años que no sonreía así.
— ¿Por qué no me dijiste que era mi hijo? —Jacob no estaba enojado, sólo quería saber la verdad. Lauren se quedó paralizada al escuchar su pregunta. Después de unos minutos de abrir y cerrar la boca como si estuviese por hablar, se limpió las manos mojadas en su delantal pensando en una respuesta.
—No quería perderte.
—Pero lo hiciste ocultándome que tenías novio. —Jacob se acercó a ella.
—Lo sé... —Ella movió la cabeza de un lado a otra sintiéndose una tonta—. Te lo iba a decir, pero terminaste conmigo antes de poder decir pío.
— ¿Qué querías que hiciera? —Extendió los brazos hacia los lados—. ¡Me engañaste!
— ¡Lo sé! —Exclamó sintiéndose cada vez más estúpida por todas las elecciones que había tomado a lo largo de su vida, ésta habría sido muy diferente si hubiese dejado a James y se hubiera quedado con su actual esposo desde un principio—. Iba a terminar con James y decirte la verdad, pero cuando cortaste conmigo creí que era mejor iniciar una vida con alguien a mi lado. No me vi capaz de hacerlo sola. —Jacob suspiró antes de abrazarla.
—No hay que discutir por esto, es el pasado. Ahora estamos aquí —tocó el hombro de su hijo— como una familia. —Entonces Thomas se acordó de que alguien faltaba ahí.
—Christian no se puede enterar de que no soy su hermano. —Les dijo a sus padres bajando la voz en caso de que el de ojos color avellana estuviese cerca.
— ¿Qué? ¿Por qué no? —Preguntó su madre extrañada.
—Somos muy unidos —explicó—, no quisiera romper ese lazo, además le partiría el corazón saber que la persona más cercana a él... no es tan cercana como siempre creyó.
—Está bien, hijo —Jacob disfrutó pronunciar aquella palabra—, no le diremos nada. —Lauren sonrió demostrando que estaba de acuerdo, sabía que Chris podía ser un chico sensible con las personas que amaba.
***
En la escuela de Christian tenían que invitar a alguien a un baile que organizó la escuela, si no iba acompañado quedaría como un perdedor, y si decidía no ir a la fiesta sería el mismo resultado.
—Hola. —Saludó a una chica rubia que siempre le había gustado, iba un año delante de él.
—Ehm... —ella lo miró extrañada pues nunca lo había visto en su vida—. ¿Hola?
—Oye... —Chris tragó el nudo que se había formado en su garganta—. Jennifer —ella parpadeó varias veces cuando pronunció su nombre, ¿acaso iban en el mismo salón? No era posible, lo reconocería—, yo... —el castaño tosió un poco—. Quería saber si... —El pobre chico estaba tan nervioso que sus manos empezaron a sudar—. Quería saber si te gustaría ir al baile conmigo. —Su corazón iba a mil por hora.
—No. —Contestó la chica tratando de omitir una carcajada.
— ¿Por qué? ¿Ya tienes pareja? Porque si ya tienes entendería que...
—No —lo interrumpió la chica—, aún no tengo pareja, pero me preguntaste si me gustaría ir al baile contigo, y la respuesta es no. —Sin poder evitarlo comenzó a reír. Chris bajó la vista y no la levantó hasta llegar a su casa. La chica más hermosa; Jennifer, con la que había tenido miles de sueños desde que la conoció, lo había rechazado, y no porque ya tuviera a alguien más, lo hizo porque le gustaba ver cómo los chicos sufrían por ella, solía coquetearles y luego fingir que no sabía de qué hablaban cuando ellos le confesaban sus sentimientos, no era el caso del castaño, pero la había visto hacerlo con otros.
—Hola, hermanito, ¿cómo estás? —Preguntó Thomas en cuanto lo vio entrando a la casa. Como no le contestó se incorporó extrañado, el menor solía ser muy hablador—. ¿Chris? —Christian subió las escaleras hasta llegar a su cuarto, tiró su mochila al suelo y se dejó caer boca abajo sobre su cama—. ¿Chris? —Thomas le dio unos golpes a la puerta de su habitación antes de entrar—. ¿Qué sucede? —Christian se sentó en la cama con la mirada sobre sus piernas, el mayor se sentó enfrente de él intentando llamar su atención—. Hermano, ¿qué sucedió? ¿Alguien te hizo algo? —Le preguntó. Si alguien se había atrevido a hacerle algo al castaño él estaba dispuesto a matarlo, literalmente.
—Teníamos que invitar a alguna chica a un baile... —Comenzó antes de detenerse para secarse los ojos.Después de tantos años de ser tan unido a Thomas aún se resistía a que éste loviera llorando, lo cual, al mayor, le causaba un poco de gracia pues sabía muybien lo sensible que Chris podía llegar a ser en ciertos casos y no le veía elsentido a querer ocultárselo.
— ¿Y? —El de ojos azules lo presionó al ver que no continuaba.
—Invité a Jennifer, ya sabes, de la que te he hablado por semanas —Thomas asintió recordándola—, pero dijo que no —cerró los puños enterrándose las uñas en las palmas de las manos mientras recordaba el momento—, dijo que no sólo por diversión, para verme sufrir.
—Que perra —susurró su hermano. Christian suspiró, realmente le gustaba aquella chica—. Yo creo... —Tocó la barbilla de Christian con un dedo y la levantó para que lo viera a los ojos—. Que si ella se divirtió haciéndote sufrir, es nuestro momento de divertirnos con su sufrimiento. —Sonrió de oreja a oreja, como un tiburón.
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