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Único.

¿Por qué escribo esto, o mejor dicho, di la idea para hacerlo a pesar de que he dicho más de una vez que Radamanthys es uno de los personajes que más odio de todo Saint Seiya y el UNICO Ship que soporto de él sin que me de un puto asco (Porque lo ponen con puro personaje que me gusta) es Pandora?

Sin contar a Valentine porque nunca me llamo la atención, ni el personaje. (No lo odio, no me llama la atención. Son cosas diferentes)

Simple, el Kintoker que realizo la usuaria , Ikkicienta donde el ship principal fue este, y lo ame. La química que ellos tenían  me termino agrando bastante, así que se los recomiendo, (Eso si, no es acto para sensibles, hay partes que me dejaron con una cara) Espero lo disfruten.

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Sentando en la barra de un bar, sacando un cigarro de su bolsillo el ex santo de Fenix, actualmente leo, pasada lo suficientemente desapercibido entre las calles de la cuidad. Con diferentes personas yendo y viniendo cada uno por su lado. Ni en la adultez se podría decir que Ikki dejo sus costumbres de lobo solitario que tuvo en su adolescencia cuando portada la armadura de Fenix. Dejando a sus hermanos sin decir nada y yendo por su lado bajo la incógnita de sus compañeros sin que ellos supieran nada de él. Algo que para ellos era no de cambiar, cosa que él ahora patriarca Kanon aprovecho cuando le dio el poder de la Cloth de la Leo pidiéndole que sea su informante, un Santo oculto entre cualquier anomalía.

Ikki suspirada el humo del cigarro, mirando por el rabillo del ojo a un extraño hombre que no muy lejos de él trataba de pasar desapercibido. Ambos se vieron cuenta de la identidad del otro, ambos sabían que el otro no era una persona normal pues sentía un cosmos poderoso muy por encima del promedio. Mirando en su dirección como si buscaran desafiarse el uno al otro, esperando el paso el falso de saber si eran enemigos, pero deteniéndose por la presencia de civiles en un deseo de no llamar la atención.

- Disculpe ¿Cuánto era por el licor? - Ikki pregunto, rompiendo esa tensión que aun en la distancia existía. Sin despegar el rabillo del ojo de su contrario. Pidiendo de paso unos cigarros antes de irse.

El contrarío chasqueo la lengua llevando su mano a su frente frustrado, pidiendo otro trago en busca de calmarse ya que parecía tener algo extra de que encargarse.

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Saliendo del local, Radamanthys fingía acomodarse la ropa mientras buscada la presencia de su "Oponente" Encontrándolo al poco tiempo no muy lejos de él pero debía admitir que bastante bien escondido, reafirmando que era un Santo, habiéndose subido a uno de los techos en busca de vigilarlo. Rio sutil. Torciendo la mirada esperando que lo siguiera a donde no haya tanta gente, y de ser el caso, pelear a gusto.

- ¿Ya vas a hablar? - En ese punto ya las calles estaban solas, habiéndose seguido por alrededor de media hora, buscando el lugar perfecto donde no haya nadie. - Al menos ten la descendía de presentarte si me vas a estar acechando.

- Ikki de Leo.

- Radamanthys de Wyevern. Asumo que, eres tu quien derroto a mi compañero. Que desgracia que nunca tuve la oportunidad de conocerte y pelear, Santo de Bronce.

- ¿De bronce? Hace unos años tal vez. ¿Tú que tienes que decir espectro? Me sorprende que hayas logrado sobrevivir. ¿Viviendo desde 0?

- No diría que desde 0. Puedes preguntarle a tu patriarca, el sabe que estoy aquí junto a que no me interesa pelear. - Espeto. Los 2 se quedaron en un ligero silencio analizando a su contrario.

- ¿Así que Kanon? Que rara que nunca me mencionara que además de él había sobrevivido otra rata.

- Que encantador de tu parte. - Ironizo. - No negare que grande fue la sorpresa de ambos al ver que el intento suicida de Kanon para derrotarme no nos mato, si no que los dejo inconsciente, y de alguna forma sacarnos del infierno. Pero no tengo interés en el Santuario por más que así sea el mínimo la batalla que tuvimos me hizo tenerle respeto a Kanon. Por eso me largue de vuelta a Inglaterra y hasta hace un tiempo vine aquí.

- Es explica porque te encuentro apenas hoy. Y dime, ¿Estás viviendo aquí en Grecia?

- Algo así. ¿Tú vives cerca y solo fuiste por alcohol fénix?

- Es Leo. Y no, tengo el honor. - Dijo esto con ironía. - De ser el informante de Kanon, en otras palabras voy por mi camino a donde me lleve el viento. Solo fui al bar para relajarme un rato.

- Eso lo puedo entender. Solo te recomiendo que el cigarro puede ser peligroso.

- Ya he estado dentro de un volcán para que esto me afecte. - Declaro. El espectro rio. - Te tendré vigilado entonces.

- No tengo a Kanon encima de mi trasero para tenerte a ti, mocoso.

- Pff. ¿Mocoso? Eres una momia viviente entonces, porque tengo 25. - Se jacto, el espectro robo los ojos ante lo dicho. No podían tener una pelea física pero parece que si estaban destinados a un verdal. Y este hombre parecía ser de boca floja cuando lo re-quería.

- Okey, señor Leo ¿Cuál es tu escusa para estar vigilándome? Llevo como unos... Diría que 9 años aquí para que desconfíes de mí solo por ser seguidor de Hades.

- ¿Tanto tiempo? Me sorprende en parte. Se supone que como seguidor de Hades deseaban acabar con la humanidad.

- Antes de seguir a Hades era y sigo siendo humano. - Como lo más obvio señalo. - Y no, no deseábamos acabar explícitamente con la humanidad. Pero eso no lo entenderías nunca.

- Explícate.

- No tengo porque. - Complacido y orgulloso Radamanthys se deleito con detallar el rostro de Ikki, nada complacido por su respuesta, llegando incluso a ocultar difícilmente su frustración. - Voy seguido a ese bar por si quieres conversar. ¿Tienes un lugar donde irte no?

- Claro que lo tengo. - Detallando al otro por última vez atreves del rabillo del ojo cada uno fue por su lado. Sabiendo que sería interesante volverse a encontrar. Una batalla entre los 2 en su momento hubiera sido memorable para los 2 de hacerse desatado a juzgar por este choque meramente verbal.

Ikki no tuvo problemas en ignorar las palabras del rubio. No tenía interés en comerse los sesos en buscarle un sentido o sentir "empatía" donde no tenía que tenerla. De forma muy simplificada ambos eran guerreros en la misma posición, ambos eran asesinos a final de cuenta, la humanidad no era lo mejor, un hecho que Ikki bien conocía ya que a él se le entreno a base de odio.

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Dejando un vaso de licor vacio junto a una botella completa encima en su mesa, Radamanthys arqueo una ceja por lo extraño. Alzando la vista al mesero que cordial dejo la botella le respondió a sus dudas.

- Yo no la pedí.

- El señor de allá me pidió que se la viera, ya esta pagada. - Ignorando al mesero, Radamanthys busco con su mirada al dichoso caritativo, encontrándose la cara que ya se había extraño no volver a ver.

- Veo que vuelves. - Ikki se acerco a él mientras el mesero se iba a atender a otro cliente. Sentándose al lado del rubio, quitándose del cigarro de la boca mostrando una sonrisa que pasada por seductora fácilmente.

- ¿Por qué te sorprende? Pensé que tú me habías dicho que viniera si quería conversar. - Devolviéndole el mismo gesto Radamanthys sujeto la botella de licor, abriéndola sin prisas y sirviendo su contenido en el vaso recién traído y en el que ya tenía.

- Empieza a hablar entonces. - Dicho esto, ambos tomaron su vaso, tomando un fuerte trago aunque no el suficiente como para llegar a emborracharse. Pasando por cualquier conversación o comentario, desde la más trivial hasta el comentario que fácilmente pasada por coqueteo y provocación.

Parecía gustarle eso a Radamanthys, la irreverencia del antiguo Santo de Bronce, provocándolo, bromeando y respondiéndole. Habían adoptado esa rutina de reunirse cada tantas semanas, tomando un trago haciendo bastante cercanos aunque ninguno sabia decir si genuinamente eran amigos. 

- Es tarde hoy. ¿Por qué no vienes a mi casa esta vez? - Ikki nunca espero escuchar una propuesta como esa, pareciéndole tan rara de creer que le generada desconfianza cualquier intención de parte del espectro. Siendo directo al cuestionar. 

- ¿Qué intenciones tienes? Dudo que esa propuesta sea por pura amabilidad. 

- ¿Por qué no podría?  Si el que quiere sexo eres tu solo dímelo.  - El contrario rio entre dientes, extendiéndole la mano para levantarse aceptando la peticion del rubio. Moviéndose de forma que su cabeza quedara cerca de la oreja de su compañero:

- ¿Cuándo hable de sexo? Aunque no suena TAN mal. - Enfatizando el "Tan" El espectro entendió a que se refería. 

No haciéndose esperar y ya habiendo pagado lo consumido, el rubio llevo al Santo de Leo con él. Mostrándole donde se hospedada le residió  casi de brazos abiertos. Al cerrar la puerta ambos hombres se vieron fijamente por el tiempo suficiente para quedar excitados sabiendo desde antes lo que seguramente iba pasar. 

- ¿Y vamos a dormir no?

- No creo ahora que te veo bien. 

La distancia entre los 2 fue cortada a zancados, se rodearon con los brazos, abriendo sus labios para entregar sus lenguas en un beso para nada casto. Profundo y apasionada. Un fuego furioso. Allí parados se quedaron entregados en los que nunca esperarían, entregándose sexualmente al que fue su enemigo alguna vez. 

Quitándole la camisa a Ikki, Radamanthys movió sus manos brazos para sujetarlo de los hombros y del trasero mientras se besaban. El estaba ya solo en su ropa interior.

- Que te quede claro, Leo: En esta relación, quien morderá la almohada serás tu. - Estampando su mano contra el trasero de Ikki, llegando a tocar su piel por lo flojo que tenia los pantalones a este punto. 

- Oblígame... - Radamanthys estaba que reía, porque para provocarlo de esta manera quería quedarse sin caminar. - ¿Dónde esta tu cuarto?

- Sígueme. 

Tirando a su compañero contra la cama, el espectro se lanzo encima de él, sujetando los brazos de Ikki encima de la altura de su cabeza. Rápidamente le dio el ultimo beso en los labios, ya estaba satisfecho de eso, era turno del plato completo. 

Aprovechando que sujetada sus manos las jalo para voltear su cuerpo en busca de quitarle los pantalones dejándolo boca aunque usando una sola mano en busca de tenerlo aferrado.  

- ¿No vas a protestar? Pensé que querías ser obligado. 

- Suerte teniéndome rogándote.  

- Valiente eso en tu posición. - Habiendo liberado su fuerte erección la apoyo entre los glúteos de Ikki, sujeto sus manos de las muñecas, frotándose contra él. - Que lindo culazo tienes. - Y lo penetro. La espalda del Santo de Leo se arqueo al sentirlo dentro de él, de por sí era una fuerte intromisión dentro  de su cuerpo, que sin hacerse de rogar terminó restregando en un vaivén constante y profundo dentro de él.

Ikki gemia entrecortado, pensaba cumplir en no barle el gusto de verlo rogar. Pocos tenían el privilegio de tenerlo en esa pose, y hacerlo disfrutar.

Con la noche en su punto más alto, el alcohol en sus cuerpos, y la exitacion a tope que se volvía un orgasmo ambos cayeron dormidos casi de inmediato al quedar manchados de Semen.

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— ¿Vas a irte, o prefieres quedarte conmigo un tiempo? — Despertaron de manera bastante normal, recordando rápidamente lo que habían hecho la noche anterior sintiendo nada de arrepentimiento.

Radamanthys le prestó algo de su ropa a Ikki teniendo la suya ya bastante sucia.

— ¿Sabes? Supongo que me quedaré un rato. Veamos si podemos conversar fuera de un Bar.

— ¿No puedes caminar?

— No la tienes tan grande para hacerme sufrir.

— Jajajaja. Con gusto, en ese caso acepto tenerte conmigo el tiempo que quieras. — Rompiendo la distancia entre ambos, le beso por unos cortos segundos. Beso que fue correspondido, y que sin la presencia del alcohol supo hasta mejor.

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