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El reino Santo

El Reino Santo del Roble era un pequeño reino ubicado en una península al occidente de la Teocracia y el Reino de Re-Estize, era una monarquía que actualmente solamente contaba con una reina, Calca Bessarez era la reina santa, monarca que gobernaba sobre todo el reino y su gente, un reino humano.

La geografía del reino Santo era semejante a una U, la península se dividía en dos por un canal que tenia 40 kilómetros de ancho por 200 kilómetros de largo, estando únicos por una franja de tierra, pero en el aspecto político los nobles del sur y del norte siempre estaban en una lucha de poder constante.

Los nobles del sur luchaban contra los del norte por su desacuerdo en que la reina Calca fuera elegida sobre su hermano mayor, llevando a que un pais con un potencial marítimo se viera opacado por ese factor, siempre tenían problemas administrativos y debido a la ética de la reina es que no lograba purgar los males.

Militarmente tenia grandes problemas debido a que su reino colindaba con las Colinas Abelion, hogar de una gran cantidad de semi humanos agresivos, quienes siempre bajaban en busca de alimentos, los cuales podían ser el ganado, las cosechas o la gente  del reino, dejando a todos con miedo.

Para evitar las incursiones fue que crearon una gran muralla que separaba al reino del resto del continente, una sola vez fueron superadas y el recordatorio fue trágico, cientos o miles murieron durante la incursión y desde entonces los nobles establecieron el servicio militar obligatorio entre los ciudadanos para tener mas fuerzas para evitar incursiones.

La principal fuerza del reino era la orden de Paladines, los guerreros santos que habían salvado al reino en mas de una ocasión, el reino tenia una fe particular, los Cuatro Grandes Dioses, a diferencia de la Teocracia que tenia a los Seis Grandes Dioses,  pero esa diferencia hacia que fuera imposible congeniar de manera apropiada entre ellos.

La reina santa era la primera en la historia del pais, por lo que no fue inusual ese desde por ella, los nobles del sur levantaron diferentes acusaciones en su contra, entre ellas una supuesta relacion con alguna de las hermanas Custodio, algo que fue negado y como nadie escalo el conflicto se desestimo, aunque la guerra se olvido porque el norte y sur eran casi idénticos en fuerza y nadie ganaría.

Calca Bessarez era una mujer de una gran belleza, su cabello dorado como oro tan largo que llegaba debajo de su cadera, ojos color cian eran compasivos y transmitían un encanto particular, sus finas facciones eran algo que llamaban la atención de todos, tan bella que los que la veían, aunque pasara el tiempo, siempre la describirían como una santa.

Su carácter podía ser llamado suave y gentil, una gobernadora que se preocupaba por su pueblo lo suficiente como para buscar maneras de mejorar su vida, era consiente de todos los problemas de corrupción y oposición, pero su misma naturaleza honesta le impidió usar métodos turbios para reparar problemas.

Algo que muchos desconocían era que ella anhelaba el amor, busco por todo el reino y los reinos vecinos un hombre que pudiera amar, pero realmente no encontraba a nadie que tuviera algo que le gustaba, si era educado y amable normalmente no era tan atractivo como quisiera, aquellos que eran atractivos muchas veces le resultaron desagradables, incluso unos pocos que reunían sus requisitos demostraron no ser competentes como reyes, por lo que vivía frustrada.  

 En la actualidad buscaba una mejor manera de seguir adelante con sus problemas, las hermanas Custodio estaban teniendo problemas para lidiar con algunos problemas, últimamente aumento la actividad de los semi humanos y trataron de llegar a las murallas, pero aun no eran suficientes.

Mientras leía correspondencia de los reyes se encontró con un pergamino cerrado con el sello de Camelot, ella escucho de ese peculiar reino hechicero donde el rey conquisto cada tribu y población para unificarlos bajo su mando, era llamado el rey hechicero y su poder era respetado por la Teocracia, algo a tener en cuenta.

Leyó la carta y era un anuncio en el que decía que visitaría sus costas para hablar con ella de manera amistosa, en busca de tener una mejor relacion amistosa, pero también menciono la presencia de alguien llamado el Emperador Dragon de Arcadia, Dragomir, no dijo nada mas aparte de su fecha de llegada.

Por un lado era insultante que solo asumiera que estaba libre ese día, pero escogió un periodo entre fiestas religiosas donde la actividad diplomática era casi nula, pidió información sobre ese llamado Emperador Dragon de Arcadia, pero la única vez que encontró algo semejante a ese nombre fue Argus, una antigua ciudad destruida hace siglos en la Teocracia.

De inmediato llamo a las hermanas Custodio para conversar acerca de como actuar, ella tenia que contestar lo antes posible para no ser sorprendidos, tenían dos meses para preparar todo en la capital, cuando acepto que vinieran dijo que deberían ir a su capital, aunque deberían ir en barco para evitar los peligros del camino terrestre, aunque era una forma de evitar que trajeran demasiados soldados.

Kelart dijo que seria mejor ser cauteloso y enviar a algunos investigadores para saber mas de Merlín y Dragomir, advirtiendo de tener mas soldados en la capital, no podían confiar en magos ni dragones, en el peor de los casos intentarían tomar su capital y tendrían una guerra entre manos, algo demasiado peligroso.

Sus espías solo habían conseguido información de Merlin, un rey de comportamiento excéntrico que vivía en una torre en alguna parte del antiguo reino elfico, hasta donde se sabía solo había salido un par de veces para hacer algunas labores y la Teocracia Slane no tenía demasiados detalles de su poder, solo de sabía que era inmenso y no había precedentes para él, en cuanto a Dragomir volvieron como se habían ido, sin información de aquél emperador.

Para Remedios la mejor opción para aquel arrogante rey y ese emperador desconocido era tener un ejército cerca para poder aplastarlos apenas quisieran intentar algo contra ellos, su plan básicamente consistía en tener un comité de recepción amenazante, con los paladines y algunos soldados extra, un plan que era imposible no los llevará a la guerra.

Desde la perspectiva de Calca lo mejor que podían hacer era tener preparado todo para una invasión, pero no parecer demasiado agresivo, su reino no era tan poderoso como idealizan muchas personas, tenían una fuerza considerable para repeler invasiones, pero desconocían la fuerza de estás personas y sería estúpido atacar a alguien solo bajo una suposición.

Bajo esas circunstancias fue que comenzaron a planificar una recepción apropiada para sus nuevos invitados, no conocía nada de ellos por lo que se baso en recomendaciones de algunas personas de asesores, sabía que esto sería un problema, pero no esperaba que la notícia se esparciera tan rápido.

Pronto la visita de los dos monarcas llego a oídos de nobles de todas partes del Reino Sagrado, todos comenzaron a usar esa notícia para diferentes propósitos, algunos la usaban para atacar a la reina, argumentando que todo ocurría bajón circunstancias bastante extrañas, dado que no era ortodoxo tener invitados en fechas que no eran agendadas.

Otros defendieron a la reina, aunque no era exactamente de la manera que ella hubiera deseado, vieron la llegada de monarcas como la posibilidad de tener al fin un rey, en el norte apoyaban a la reina, pero al final del día tenían tradiciones y tener un nuevo rey les emocionaba.

Pasaron los días a la espera de notícias de las costas, los vigías esperaban ver la armada visitante, el mar era un lugar peligroso y no se podía esperar que viniera un solo barco, si viajaban dos monarcas quería decir que la seguridad sería inmensa y deberían llevar consigo al menos 10 embarcaciones listas para el combate.

Una noche antes de la fecha de llegada de los monarcas extranjeros Calca estaba frente a su espejo en en su habitual rutina nocturna, usando cremas y cosméticos para mantener su piel en el mejor estado posible, ese había sido un día ajetreado y solo podía imaginar lo que les esperaba al día siguiente, no sabía que le esperaba, dado que los vigías no tenían mensajes de barcos en las costas ella pensó que quizás se retrasaron o simplemente no vendrían, era difícil saber a qué planeaba cada persona.

Calca y Kelart estaban colocando diferentes tropas en los alrededores de la ciudad capital, tenían 10.000 soldados que trajeron de diferentes partes del norte, además de los paladines que estaban en la zona, ambas hermanas eran las encargadas de la seguridad en el Reino Santo y la capital, solo quedaban algunas horas antes de la fecha en que llegarían sus invitados, un emperador desconocido y un mago capas de hacer temblar a cualquier oponente.

En las fronteras tenían problema tras problema por culpa de las invasiones de los Semi Humanos, cada vez era más constante la guerra y parecía que comenzaron a aprender como obtener ventajas, en una de las incursiones lograron entrar un grupo de 29 enemigos, lograron eliminar a todos, pero costaron varias vidas y fue solamente un indicio de que tarde o temprano podrían ser superadas las murallas y tendrían que estar listos.

Las horas pasaron y sin ninguna señal de vida en el canal o las costas, solamente agua hasta donde daba la vista y algunos barcos con la bandera del Reino Santo, ya casi era medio día y aún no había señales de sus visitantes, Calca se quedó en el palacio para esperar haciendo cualquier otra actividad, mientras que sus guardias vigilaban los puertos de Reino, sin mostrar algún interés en lo que sucedía en el mar.

Narra Kelart

Mientras estaba haciendo guardia desde una fortaleza al lado del canal decidí tomar un refrigerio para calmar el hambre que tenía, llevaba sin probar bocado desde la cena del día anterior y aunque a veces hago ayunos por las celebraciones religiosas, cuando lo hago no tengo tanto trabajo como lo tengo ahora.

Me senté a la mesa y frente a mi estaba un plato con puré de papa, algunas verduras hervidas y un trozo de carne salada, necesitaba algo que me saciará y está vez decidí apresurarme, comía rápido ya que no era posible que Remedios regrese pronto, había partido a la frontera tras la noticia de que había una gran agitación de nuestros enemigos.

Comencé por lo más ligero, seguido por la carné, mi boca estaba babeando cuando mordí el primer bocado de carne, estaba feliz ya que a parecer nuestros invitados no estaba cerca, por lo que quizás podríamos tener un poco de tranquilidad por un tiempo y enfocar la atención en cosas más importantes.

Estaba por cortar otro trozo de carne cuando note que la luz del sol estaba bajando su intención, las nubes ocultaban el sol, solo para después aparecer una gran luz desde el occidente, salí de dónde me encontraba y me dirigí a la ventana, aún al día de hoy me sigo sorprendiendo de la vista que apareció ante mi y el resto de personas en la capital.

Frente a nosotros apareció un gran círculo de energía blanca que parecía ser un portal mágico, tuve que cubrir mis ojos para no ser cegada por completo a causa de la luz, utilicé un hechizo para protegerme de la ceguera y logré ver cómo del portal salía lentamente la armada de los que creí eran los barcos de nuestros invitados, pero eran demasiados para ser simples invitados.

Eran embarcaciones altas de madera con tres mástiles principales, de dónde se sujetaban velas blancas con diferentes estampados en las velas como algún código, el avancé tardo quizás veinte minutos, pero cuando finalizó la luz desapareció, dejando a la vista del público lo que podría ser la armada más peligrosa de la región.

Había al menos 20 de esas embarcaciones de vela, la madera parecía ser firme y resistente, logré ver a los marinos tirando de las cuerdas para reducir la velocidad y arrojar las anclas al mar, mandé a los mensajeros a buscar a Remedios y también a la reina, esto podría ser una visita bastante agresiva de parte de estos supuestos invitados, aúnque esto parecía una invasión.

Pude identificar a humanos trabajando en la mayoría de barcos, solamente logré ver tres embarcaciones dónde estaban trabajando criaturas como elfos o enanos, los soldados de inmediato fueron a sus posiciones en las murallas, pero ordene que no mostrarán sus armas, era un viaje peligroso por mar, quizás había tanta barcos por culpa del peligro.

Una de las embarcarse acercó a la costa, dónde dió maniobras para que pudiera estar cerca de los muelles, era una estructura magnífica, con un dragón en las velas que dejaba ver desde lejos quien estaba allí, leí en la parte trasera el nombre de la embarcación "Arcadia", ese era el barco donde viajaba Dragomir.

Baje lo más rápido posible hasta el muelle para evitar un mal entendido y que se desatará una guerra contra los amos de esa armada, cuando llegue ya estaban bajando varios marinos con uniformes que consistían en uniformes color verde oscuro con botas y armas que cargaban al hombro, eran pocos, pero tenía un mal presentimiento, eran pocos comparados a nuestros soldados, pero siempre podrían esconder sorpresas.

La plancha de madera que había bajado crujió cuando una imponente figura, era un hombre de cabello rubio corto en la mato parte, con excepción de un par de mechones, tenía un semblante severo en el rostro, su cuerpo era musculoso y alargado, midiendo 1.90 metro según mis cálculos, usaba una armadura que cubría sus hombros, pelvis, piernas y tenía un par de placas a los lados de la cadera.

Analice sus brazos, fuertes y según lo que logré ver tenía artefactos, quizás armas mágicas, trate de utilizar mi habilidad mágica para poder calcular su nivel, pero no obtuve una lectura fija, pero era imposible que alguien tan importante tuviera un nivel, incluso los más débiles tienen un nivel promedio de 5, quizás 10 de ser soldados rasos.

Budo: ¡Soy el gran general Budo de Arcadia! ¡Ante ustedes les presento al Emperador Dragomir de Arcadia! —Me resultó difícil imaginar que clase de monstruo aparecería, parecía un país guerrero, por lo que esperaba a un hombre igual, pero lo que apareció resultó extraño—

Apareció una figura igual masculina, pero muy inferior en alguna, una capa morada cubría todo su cuerpo, bajo por la plataforma con tranquilidad, logré ver qué tenía un traje blanco bastante elegante, tenía el logo de un dragón con hilos azules y zapatos formales, o al menos eso supuse, parecía tranquilo, no miraba a nadie en especial, solamente caminó hasta estar frente a Budo y me saludo con amabilidad, esto parecía irreal, como Budo parecía tan importante, y Dragomir tan calmado.

Narración normal

Una vez más Calca se preparaba para un invitado a su palacio, escucho la noticia de la llegada de la armada de Arcadia y Camelot, ella misma logro ver cómo se abría el portal aún a una gran distancia del canal, esa era magia de por lo menos 5 nivel, incluso podría decirse que debería superar el nivel de Kelart, nunca vio algo como eso, transportar tantos barcos en tan poco tiempo.

Se vistió con sus mejores ropas, colocó una fina capa de maquillaje sobre su piel cuidada con el máximo esmero, colocó su corona sobre su cabeza y fue a la sala del trono, dónde los paladines ya se encontraban como la guardia de la reina santa, teniendo a sus invitados al otro lado de la puerta.

Observó con atención como las dos puertas de madera blanca blanca se abrían ante ella, dos hombres estaban al otro lado, uno era un hechicero de cabello gris ceniza casi rosa palido, ojos azules brillantes como estrellas y por un momento creyó que tenía a los astros nocturnos en sus horbes, se veía joven, quizás tenía 20 años en ese momento pero era engañoso saber si era realidad.

Tenía una camisa color vino que era de seda de arañas de los bosques del reino, pantalones negros un poco ajustados con algunas correas, en los remaches de las uniones tenía brillantes gemas que parecían estrellas, su abrigo era color blanco, con un forro interior rojo, aunque más oscuro que su chaleco, que estaba decorado con hilos de oro, dejando ver su esplendor como monarca.

En su mano tiene un bastón de mago, madera negra con lo que parecían dos crestas sobresaliendo, formando un par de mandíbulas en media luna, en el centro logro ver una esfera que giraba sobre si misma, emitiendo luz blanca brillante, era una figura realmente espléndida como rey hechicero de Camelot.

Su contra parte era un tanto decepcionante para los estándares de un emperador, usaba un traje blanco con un pantalón un tanto holgado, podía ver un cinturón negro con una hebilla plateada, siendo lo más destacable, además de zapatos negros que terminaban con una punta cuadrada y hebillas de plata pura.

Su camisa era gris plomo, con una corbata negra, un artefacto del que Calca escucho solamente en los relatos sobre la gente que llego del mar, pero nunca la vio en persona, tenía un saco blanco con un interior morado claro que apenas era visible.

Vocero: ¡El Emperador Dragomir de Arcadia! ¡Y el rey hechicero Merlin de Camelot! —El hombre anuncio la llegada de los monarcas extranjeros, quienes llegaron al frente del trono, pero no sé arrodillaron—

Calca: les doy la bienvenida a mi Reino, escuché algunas de las hazañas del rey hechicero, pero realmente no tengo información del emperador —El hombre, de quizás inicios de los 20, se mostró feliz por lo que dijo y después hizo una corta reverencia teatral—

Rex/Dragomir: para usted puedo ser solamente Dragomir, estoy aquí para saber más acerca de los países de este continente, comencé la expedición en persona, dado lo interesante que me resultó este reino para comenzar relaciones —Sus ojos grises miraron lo ojos cian de la reina, quién no se inmutó ante la afilada mirada del emperador—

Merlin: yo también estoy aquí por ese motivo, Camelot está muy relacionado con Arcadia y estoy aquí para buscar una mejor relación con mis vecinos, me llevo bien con la Teocracia, pero me vendría bien conocer un poco mejor a quienes me rodean —El hechicero ni siquiera se molestó en hacer una reverencia, no quería estar allí—

La reunión de monarcas comenzó con una gran tensión de parte de todos, los guardias solo podían pensar en los barcos que estaban en el puerto, mientras que afuera del palacio se encontraba un contingente de soldados de Arcadia y una especie de monstruos patos que no paraban de graznar sobre la grandeza de su líder supremo en Camelot.

Donald y Budo estaban a las afueras del edificio, la figura imponente de gran general hacía ver como enanos a los soldados rasos del reino, un lugar donde en promedió los hombres medían 1.65 metros, el pato por su parte parecía aterrador, por cómo gruñía como un monstruo cada vez que escuchaba a alguien burlarse de su pequeño tamaño o su aparente ternura y siendo controlado por el hombre rubio para que no matara a todos en el lugar.

Ambos eran los encargados de seguridad exterior, sus líderes podían cuidar por si mismos, pero ellos podrían destruir toda la ciudad para evitar que ellos entrarán en combate directo, tenían a otros guerreros en los barcos, entre ellos a Akame, Kurome y Tatsumi, pero se quedaron en los barcos por órdenes de ambos monarcas para no despertar aún más las alertas de sus anfitriones.

Budo: debes aprender a controlar tu temperamento, eres un buen soldado, pero no servirá de nada si continuas atacando a todos —Se cruzó de brazos, observando al frente para poder ignorar como lo miraban todos los soldados del reino, en su mayoría parecían poco prácticos comparado con sus tropas élite en el imperio—

Donald: Cuác ¡No es mi culpa que este enjambre de soperutanos estén chingando! Cuác —Su semblante molesto era innegable, llevaba varios minutos tratando de ignorar a todos los que lo veían extraño—

El general trato de comprender como una creación de alguien como Merlin llegaba a ser como Donald, pero supuso que era parte de lo que le agradaba del pato, le gustaba imaginarlo como un monstruo que defiende a su amo, algo que le recordaba al papel de su misma familia al proteger a los miembros de la familia imperial durante siglos.

Mientras esperaban llegó un nuevo grupo se soldados al lugar, estos parecían ser parte de alguna orden de caballeros, tenían armaduras planteadas, montaban caballos y al llegar se inmediato prestaron atención a Donald, quien no les presto atención para colocar su atención en el frente.

La líder de la orden de paladines había visto desde lejos varias estatuas de roca blanca en el sitio, junto a varios soldados humanos, se sintió desconcertada al verlos sin demasiada armadura, más allá de lo que parecían algunas protecciones en sus extremidades y un chaleco de tela gruesa en el pecho, no era un ejército demasiado impresionante a su parecer, quien le pareció más impresionante fue el que parecía ser el comandante, aunque de todos modos un gran tamaño no significaba siempre una fuerza impresionante.

Pero de inmediato su crítica desapareció y se transformó en un instinto de peligro cuando vio a un diminuto ser semi humano con apariencia de pato al lado de las estatuas, parecía buscar algo en los bolsillos de su chaqueta, pero ella de inmediato actuó para destruir la amenaza que enfrentaba.

Bajo de su caballo a toda velocidad y corrió contra el semi humano que tomo una caja de metal y abrió la parte superior para crear una diminuta flama, Donald logro ver el resplandor de la espada por una fracción de segundo antes de agacharse para no perder la cabeza, planeaba tomar su metralleta para disparar contra su atacante, pero cuando estaba por comenzar un enfrentamiento que desataría la guerra, un cuerpo apareció entre los dos para detenerlos.

El gran general logro mover a Donald antes de que pudiera tomar su arma de manera adecuada, su Teigu bloqueó con éxito la espada de Remedios, por un momento planeo atacar de vuelta a esa imprudente mujer que trato de asesinar a su compañero, pero simplemente se detuvo e interpuso su cuerpo en el camino de la mujer para evitar cualquier ataque.

Budo: fui condescendiente con usted está primera vez, pero quién ataque a mis camaradas y compatriotas serán carbonizados por mi Adramelech —Su tono fue estricto y el aire a su alrededor parecía ser más denso, los guantes parecían sacar unas cuantas chispas— 

Remedios: ¡Estás protegiendo a uno de los enemigos de la humanidad! Los semi humanos varias veces nos atacan para devorar a los inocentes ¡Todos deberían ser destruidos! —Su actitud era de intentar verse superior al gran general, pero Budo permanecio firmé, indiferente ante sus palabras—

Donald: ¡A quien estás llamando semi humano! ¡Soperutana inepta! Cuác —Su irá acortó su tic mental a solamente el final, pero Budo lo contuvo con éxito para que no saltará sobre ella, ya tenían a todos observando su lugar y los golem de Merlin parecían listos para atacar—

Rex: ¡Firmes! —La voz de mando del hombre llamo la atención de todos, sus soldados obedecieron de inmediato y Budo se tranquilizó cuando Donald guardo su arma— todos mis soldados, vuelvan a los barcos, veo que hay muchos problemas aquí

Merlin: Donald, ordena que mis guardias personales que se queden en el barco, no quiero un derramamiento de sangre sin sentido —Los soldados de roca se adelantaron un paso, para que el capitan de la guardía real quedará tras sus escudos—

Desde la retaguardia Calca logro ver cómo los reyes daban la orden para que todos se retiren a sus barcos, la reina pudo estar segura que se trataba de un malentendido entre sus soldados, pero logro ver qué Dragomir no estaba feliz para nada con esa situación, tenía enemigos en casa que lo molestaban y ahora podría tener justificación para iniciar una guerra en esa tierra desconocida.

Rex: quiero saber exactamente cuál fue el problema, sin rodeos ¿Budo? —Sus ojos grises se tornaron de una tonalidad amarillenta y sus por un momento parecía que se alargaba su pupila, Remedios quiso hablar, pero una mirada furiosa del emperador parecía amenazar con reducirla a cenizas— dije, gran general Budo

Budo: estábamos haciendo guardia, llegaron los caballeros pero la señorita al parecer tuvo problemas con el Capitán de Guardia Donald —Su voz no titubeó, solamente miraba al frente sin hacer contacto visual con el emperador—

Calca: quisiera saber cuál fue el problema, no quiero que existan problemas con ustedes... Quizás todo fue un malentendido —Se noto por un momento que tenía nervios, no era normal que alguien pudiera detener un ataque de Remedios sin moverse—

Merlin: creo que es evidente algo, alguien atacó a mi creación sin motivo, no diseñe sus cerebros para mentir, solo luchar y fue una suerte que esa mujer no sea atacada —El hechicero se acercó al lugar, murmurando algunas palabras para que su bastón se activará y una tenue luz verde iluminó el lugar—

Remedios: son semi humanos, no podemos vivir con ellos, sin monstruos, perdimos a miles de los nuestros por monstruos que atacan las murallas y en todos lados perdimos a buena gente, no pueden esperar que me quedé sin hacer nada mientras ese monstruo está deambulando por la ciudad —Ella no tenía dudas, creía que estaba haciendo lo correcto, pero había algo más que le molestaba—

El Emperador Dragomir se rió entre dientes y pudo ver cómo esos tranquilos ojos grises cambiaban hasta volverse dorados, como si fuera un dragón, su piel parecía cambiar hasta que era gris, casi platino, tenía algunas placas como escamas y sus manos parecían ahora tener garras, de su cabeza sobresalieron un par de cuernos y su sonrisa amable se retorcío en un gesto burlón acompañado de arrogancia.

Esos dientes humanos se afilaron como pequeñas navajas, la ropa antes monotona se quemó con fuego azul, dejando ver una camisa negra de seda, su pantalón del mismo color, la capa desapareció pero dejo en su lugar un chaleco oscuro con el estampado de un dragón en la espalda, lo que tenían en frente de ellos era el emperador dragón de Arcadia, alguien que había obtenido su lugar en el mundo, que lucho para llegar a su meta y que no toleraba que amenazaran a los suyos.

Rex: soy el emperador Dragomir, gran emperador de Arcadia, un imperio con una población de más de 88 millones de almas, con un territorio de más de 5 millones de kilómetros cuadrados ¿Usted me puede aconsejar sobre cómo guiar a mi gente? —Frente a ellas estaba el emperador dragón, al fin entendiendo que el título no era un eufemismo o una manera de levantar su ego— creo que perdimos nuestro tiempo, levanten las amarras, regresaremos a casa y quiero que preparen a nuestros soldados, posiblemente una ofensa como esta se lave con poca sangre

Todos los soldados comenzaron a caminar en formación con dirección a los puertos para retirarse, Merlin no dijo nada para componer la situación o abogar por ellos, simplemente tomo a Donald por su ala y lo levantó sobre sus hombros, dónde apunta su arma en todas dirección en busca de algún tirador esparcido por el lugar.

Estaban saliendo del palacio, sin escuchar una palabra ni decir nada más, todos estaban atónitos y trataban de actuar, Remedios quería atacar de nuevo pero su reina la tenía sujeta de la mano para que no intente escapar y empeorar la situación, quizás si lograba encontrar una manera de deshacer la ofensa no tendría que preocuparse por una guerra contra un país que sonaba tan grande y fuerte.

Kelart: ¡Alto! —Un nuevo jinete había llegado al palacio, parecía muy acelerada tras los eventos en el muelle y ver cómo ahora los soldados de Arcadia y Camelot estaban apuntando sus armas en todas direcciones— ¿Que sucedió?

Merlin: nada relevante en realidad, mi jefe de guardia fue atacado sin provocaciones previas por una caballero, está visita no fue más que una perdida de nuestro tiempo —Siguió adelante con los guardias de roca comenzando a rodearlo para crear un perímetro de seguridad—

El gran general continuo adelante sin importar nada, pero entonces la mujer de antes subió a su caballo para adelantarse a ellos y evitar que pudieran avanzar sin tener que pasarle encima, ella tuvo que pensar rápido en una manera de justificar a su hermana y evitar una guerra con personas de apariencia y reputación tan peligrosa.

Kelart: por favor, déjeme mostrarle el motivo por el que nuestro reino es tan obstinado y severo con los semi humanos —Se inclinó frente a los monarcas, en un intentó por lograr apelar a su piedad, pero cuándo vio los ojos de Merlin, parecía indiferente—

Rex: el tiempo es dinero, no me gusta despilfarrar algo tan precioso como mi tiempo en cosas irrelevantes —La rodeo sin mirarla, estaba decidido a irse cuando Budo se acercó a su lado, por lo que volteo a verlo con una expresión más amable— ¿Ocurre algo que deba saber, gran general Budo?

Budo: pienso que es posible que un soldado actúe por impulsó, pudo costar una vida, pero quizás sería conveniente sabes a qué nos enfrentamos en este mundo —Su consejo fue escuchado por Rex, quién se sujetó la barbilla mientras pensaba en la idea—

Frontera entre Arcadia y el país de occidente

Una vez más estaban reunidas las fuerzas de combate de Arcadia en las fronteras, avanzando por una tierra sin gente alrededor, Wellington estaba sentado en un Jeep mientras analizaba los mapas, no había respuesta del enemigo tras su última carta en busca de su rendición y eso solo lo beneficiaba más.

A su lado se encontraban sus escoltas y las fuerzas especiales, hasta donde sabía el país de occidente tenía otros aliados, pero nadie que conociera, había demasiados terrenos imposibles de pasar y otros territorios por lo que sería más fácil pasar estando solo que con ejércitos.

Llegaron a la primera fortaleza que protegía occidente, la orden era clara, hacer pagar al enemigo que los atacó sin provocación previa y después regresar a casa, eran el país más poderoso de la región, pero de todas formas Wellington se aseguro de llevar suficientes usuarios de Teigu para no tener problemas mayores.

La artillería se colocó en la distancia acordada y las ametralladoras se montaron en algunos de los vehículos que tenían, el general escucho con atención los reportes de sus oficiales subordinados y una vez que estuvo seguro de tener toda la información importante se dispuso a atacar, tenía una misión, proteger a Arcadia de sus enemigos y ahora cumpliría con esa meta hasta que occidente lamentara sus terribles decisiones.

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