Segunda escena²
Harry solamente podía pensar que se trataban de mortífagos con poción multijugos cuando salieron del salón, quizás queriendo infiltrarse de alguna forma en Hogwarts y hacer una de las suyas pero algo no encajaba: ¿Por qué usaban el uniforme de slytherin? Estaba seguro de que todos sabían que no pertenecía en esa casa, bien podrían haberse vestido de otra y sería comprensible pero Slytherin era donde no pertenecería, menos sus mejores amigos quienes tenían pinta de cualquier otra, menos esa. Además ¿Por qué no lo asesinaron allí mismo? Estaba amarrado, en el suelo y sin poder hacer nada más que gritar.
—¿Harry, ya acabaste de enseñarle a Nev- —La pregunta de Hermione se vió interrumpida cuando los vió en el suelo intentando librarse de las sogas. —¡Harry, Neville! —Gritó apurada y se acercó rápidamente.
—¿Por qué gritas, Herm? —Preguntó distraídamente Ron hasta que entró al salón. —¡Harry, Neville! ¿Qué hacen allí?
El pelirrojo terminó por acercarse para ayudar pero solo fue espectador, viendo cómo Hermione los desataba tras recitar un hechizo con su varita, la chica los observó fijamente, más bien, analizaba las sogas que los habían rodeado y alcanzó una con su mano, frunció el ceño.
—¿Quién los hechizo? —Preguntó con curiosidad, aún con el ceño fruncido y tocaba la soga, queriendo sentir la textura con claridad.
—¡Impostores! No sé si son mortífagos o estudiantes, pero —Harry se sacudió un poco y comenzó a caminar rápidamente hacia la puerta, sus amigos lo siguieron. —son idénticos a nosotros, no sé que planean pero seguramente nada bueno.
—Y tienen el uniforme slytherin. —Agregó Neville tras tragar una gran bocanada de aire.
Hermione asintió y guardo el trozo de soga en el bolsillo de su falda mientras comenzaban a correr, siguieron a Harry quien se dirigía al gran comedor, suponía que irían allí gracias a que habían dicho sobre ir a buscar a Dumbledore y en esos momentos debía de estar comiendo. Corrieron hasta llegar al lugar y Harry solamente pudo gritar lo primero que se le vino a la mente.
—¡Impostores! —Jadeo y controlo la desagradable sorpresa cuando vió que la otra Hermione besaba a Parkinson y que su otro yo estaba abrazando a Draco Malfoy como si fuera la persona más amada del mundo. Apuntó su varita sin vacilar, con un odio desconocido que comenzaba a burbujear dentro.
—¡Ustedes son los impostores! —Les sorprendió la rapidez y agilidad con la que los nuevos slytherin embainaban su varita, sin vacilaciones ni dudas, tan solo efectividad y les apuntaban.
Generalmente en esos casos, apuntaban y luego se hacían preguntas pero no, mientras los gyrfindor iban a seguir ese protocolo, los otros tenían otra idea.
Harry decidió hablar primero—¿Quienes son y qué hacen aq-
—¡Expelliarmus! —Gritó el Harry slytherin, el rayo hubiera impactado en el otro sino hubiera sido porque logró moverse apenas unos centímetros para evitar el rayo rojo que termino por chocar contra un muro. —¡Ron! —Gritó y rápidamente el otro Ron alzó su varita y recitó un hechizo que hace tiempo no oía; el suelo se hizo gelatinoso y demasiado resbaloso, los gryffindor tambalearon y aunque estuvieran apunto de caer, era un duelo y no querían perder.
—¡Expelliarmus! —Gritó el Harry Gryffindor, el rayo iba a impactar en el chico slytherin pero una voz estridente lo detuvo.
—¡Basta! —Vociferó Dumbledore mientras se ponía de pie y con un hechizo sin varita y no verbal, el expelliarmus de Harry se frenó y se desvió al suelo. Después del impacto, lo único que se escuchaba eran las voces jadeantes de los chicos, el suelo volvió a ser de concreto y solo podían verse mutuamente de manera desafiante. Los alumnos de Hogwarts solamente miraban todo intentando unir cabos, formando teorías mentales o lo que fuera para explicar lo que pasaba. —A mi oficina, ahora. —Ordenó mientras caminaba hacia ellos con un rostro severo, detrás de él iban Snape y McGonagall pues además de ser sus manos derechas, eran los jefes de las casas involucradas, al menos eso supusieron al ver a los nuevos slytherin.
Todos los siguieron, el trío slytherin tan juntos al igual que el trío Gryffindor junto con Neville, manteniendo una distancia y mirándose de reojo, juzgandose. Todos los del comedor hablaron de inmediato, susurrando entre ellos y corriendo las nuevas teorías que tenían, de si eran estudiantes con poción multijugos o mortífagos. Mientras tanto, Draco y Pansy seguían de pie, parpadeando e intentando entrar en razón, más Pansy que Draco quien fue el primero en salir de su ensoñación.
—¿Eso realmente pasó? —Susurró Pansy más para sí misma que otra cosa.
—Sí, sí paso. —Respondió Draco mientras le colocaba la mano en el hombro como una muestra de apoyo.
—Oh...
Mientras tanto, en la oficina de Dumbledore apenas habían entrado todos, el cuarteto Gryffindor se colocó al lado de McGonagall y el trío con Snape quien los miraba con una ceja alzada, el director se sentó en su escritorio y se acomodó sus lentes de media luna para verlos mejor, duro algunos segundos turnando su mirada entre los estudiantes, como si quisiera encontrar algo, un indicio a una poción multijugos, alguna trampa, mortífagos, pensamientos intrusivos, lo que fuera pero terminó por suspirar pesadamente.
—¿Pueden explicarme lo que pasó? —Preguntó el señor al momento que se recargaba en el respaldo de su silla. Ambos Harry quisieron hablar al mismo tiempo pero antes de que comenzarán a hacerlo, Dumbledore lo hizo antes. —Primero los gryffindor, después los slytherin. —Concedió.
Harry le sonrió prepotente a su otro yo y comenzó a hablar. —Estaba ayudando a Neville a transportar objetos, todo iba normal hasta que se equivocó al decir las palabras del hechizo y... —Miró a los Slytherin. —Ellos salieron del otro armario, solamente nos amarraron y huyeron.
—Correccion, no huimos, fuimos a buscar ayuda porque ustedes son unos roba identidades. —Gruñó el otro Ron con brazos cruzados.
—Bien, bien, no discutan. Ustedes —Miró al trío de serpientes. —¿Pueden contarme su versión?
El trío se miró entre ellos como si se comunicaran por medio de miradas y el silencio, eligiendo un vocero hasta que el Harry slytherin puso un pie adelante.
—Nos habíamos escapado a Hogsmeade, queríamos buscar unos libros que Hermione quería, cuando regresamos a Hogwarts, el profesor Snape nos encontró y decidimos escondernos en el aula de Transformaciones. —Dijo y Snape los miró incrédulo, aquello nunca había pasado y Dumbledore lo supo cuándo vió su reacción, aún así, continuo escuchando.
El otro Harry miró a su amiga, concediéndole el hecho de seguir hablando ella ahora. —Así fue. Ron sugirió que nos escondieramos dentro del armario de limpieza del salón y lo hicimos.
—Pero de repente sentimos que todo daba vueltas y aquí aparecemos. —Continuo el Ron serpiente. —Y ellos nos están suplantando. —Señaló a los gryffindor de manera excusadora.
Duraron en silencio un momento, Dumbledore acariciaba su barba pensantivo hasta que le hizo un gesto a Snape para que se acercara.
—¿No se trata de poción multijugos? —Le preguntó al profesor.
—Tendríamos que esperar a que el efecto pase, probablemente en treinta minutos lo sabríamos.
El anciano acarició más su barba. —Tendrán que esperar aquí todos entonces, treinta minutos y esto se resolverá.
Todos asintieron, seguros de que ellos eran los originales y los otros una copia. Los únicos en sentarse fueron la profesora McGonagall y Snape, ambos en un sofá cercano mientras que los alumnos estaban de pie, mirándose con ojos entrecerrados, serios y tan solo esperando a que los otros recibieran su merecido por intentar sustituirlos.
Así hasta que la media hora transcurrió y... No paso nada. Todos seguían intactos, sin muestras de querer tomar poción multijugos para continuar con su transformación, nada, todos estaban en carne y hueso. Severus se puso de pie y se acercó primero a los gryffindor para, sin permiso alguno ni mención de nada, se puso a analizar los ojos de Harry con brusquedad, apuntando su varita con lo que parecía un lumus. En silencio, continuó con Hermione, luego Ron y finalmente los slytherin quienes ya lo esperaban y no se quejaron como los otros lo habían hecho.
Snape volteó a ver a Dumbledore. —No hay indicios de poción.
—Es lo que temía. —Respondió vagamente y suspiro de nuevo, se levantó de la silla y los miró a todos quienes ya no sabían que opinar después de saber que nadie estaba usando alguna poción o magia. —Me temo que ustedes —Miró a Neville y a Harry. —trajeron a personas que no pertenecen aquí.
—¿A qué se refiere, director? —Preguntaron las dos Hermione al mismo tiempo.
—Pues... Se podría decir que vienen de otro plano que no estaba conectado a este, donde nosotros vivimos. —Respondió lentamente. —Y eso no es lo malo, lo malo es que ni siquiera yo podría saber qué hacer para regresarlos.
Todos estaban sorprendidos pero claramente los más impactados eran las serpientes.
—¿Me está diciendo que no estamos en nuestro mundo? ¿Habla en serio? —Preguntó con brusquedad el otro Harry, era entendible después de descubrir que lo habían traído a otro plano del mundo, algo de lo que jamás había escuchado ni leído en los tantos libros que Snape los hacía leer o debería de decir, el otro Snape, uno diferente al que estaba parado a su lado.
Dumbledore asintió y los nuevos slytherin solo respiraron profundamente, intentando encontrar una solución, un poco de pánico les inundaba al creer que ya no regresarían a casa, con las personas que querían y que, quizás, no volverían a verlos.
—¿No tienen ni una idea para regresarnos a nuestro plano? —Preguntó Hermione y Dumbledore negó con la cabeza, el trío ahogo un jadeo.
El otro Harry miró a los gryffindor con enojo. —¡Tenían que ser unos inservibles en transportar objetos! ¡Es su culpa!
Neville se encogió en su sitio, realmente si creía que había sido su culpa, muy diferente a Harry quien se enfado porque le hablarán de esa manera.
—No fue nuestra culpa, fue solo un error. —Respondió con enojo pero reflexionó a tiempo para darse cuenta que los slytherin estaban asustados, él estaría igual en esa situación. Respiro para tranquilizarse. —Encontraremos una solución, solo debemos de investigarlo.
—Como si fuera tan fácil ¡Nos sacaron de nuestro mundo! ¡No pudieron hacer un simple hechizo de transportación y quieren regresar a tres personas a un mundo distinto! —Gritó el otro Ron.
—Silencio. —Ordenó Dumbledore y todos quedaron en silencio. —Como Harry dijo, vamos a buscar una solución para que regresen a su plano. Había escuchado teorías sobre esto, debe de haber soluciones. —Les sonrió para calmar el ambiente pero la tensión no desaparecía. —Y debido a las circunstancias, tendrán que quedarse aquí, serán recibidos como alumnos, cuando regresen a donde pertenecen, seguirán teniendo conocimientos para no retrasarse en sus estudios. —Los slytherin asintieron levemente de acuerdo. —¿Desean quedarse en gryffindor con sus "yo" de este plano o en las mazmorras con los de su casa?
Los chicos se miraron, nuevamente como si hablarán por medio del silencio.
—En Slytherin. —Hablaron al mismo tiempo el trío.
Dumbledore asintió. —No hay restricciones en que les cuenten a sus compañeros lo ocurrido, entre más, incrementa la posibilidad de que alguien encuentre la solución.
—Pueden retirarse. —Habló McGonagall por primera vez. Todos asintieron en silencio.
Los primeros en salir fueron los gryffindor, después los Slytherin desde atrás de ellos, a paso lento, observando el entorno. Los profesores se habían quedado dentro de la oficina, así que solamente iban ellos caminando en silencio por los pasillos hasta que el primero en tener una curiosidad latente fue Ron quien volteo a ver a los slytherin que caminaban en silencio.
—¿Así que... Nosotros somos slytherin en su mundo?
El trío lo miró y el que respondió fue el otro Harry. —Ustedes no, nosotros somos slytherin.
—Sí, sí, pero ustedes son nosotros ¿O nosotros somos ustedes? No lo sé pero es extraño verme con ese uniforme.
—Ni que lo digas, es extrañisimo verme como gryffindor. —Concordo el otro Ron, parecía que serían los primeros en llevarse bien.
Esta vez, fue Hermione quien volteo a verlos, mordiendo un poco sus labios con duda de preguntar algo.
—¿Qué quieres preguntar? —La otra Hermione la miró exasperada de verla dudar tanto.
—¿Por qué besaste a Parkinson? —Preguntó finalmente, como si dejara caer una bomba. Había alcanzado a ver ello cuando había llegado al comedor y la duda le carcomía la mente ¿Era un saludo en su mundo? ¿Besar en los labios era una declaración de guerra? Porque no encontraba otra respuesta que fuera acordé con ella.
La otra Hermione la miró con el ceño fruncido. —Es mi novia. —Respondió con obviedad, los Gryffindor frenaron el paso y la miraron sorprendidos, con la boca tan abierta como para que una mosca entrará y saliera a su antoje. La slytherin los miró extrañada. —¿Qué? ¿Aquí es también tu novia? Lo siento, pensé que estabamos en mi mundo. —Dijo ahora un poco más apenada pero el gesto no cambio en los leones.
—Al contrario, la odiamos y ella nos odia. —Respondió Ron. —Las serpientes no se llevan con los Gryffindor, sin ofender pero aquí las odiamos, más a ella y a sus amigos secuaces.
—¿Secuaces? —Preguntó el otro Harry. Había llegado un momento donde todos caminaban juntos, de par en par.
—Sí, ya saben, Parkinson, Zabini, Crabbe, Goyle y el peor de todos —Ron miró a su mejor amigo para continuar. —Draco Malfoy.
Las serpientes duraron en silencio dos segundos hasta que soltaron una gran carcajada que resonó por todos los pasillos del castillo que estaba sumergido en la oscuridad y solo iluminado por antorchas. Los leones los miraron incrédulos.
El otro Harry fingió limpiarse una lágrima de la risa. —Por Merlín ¿En serio aquí son unos bravucones? Hay cosas que no cambian entonces.
—Así son ellos, solo hace falta que los entiendan, tienen un humor muy ácido pero, cuando lo comprendes, es demasiado divertido, créanme. —Agregó el otro Ron.
—Sí, supongo que aquí es diferente, los odiamos. —Habló Neville. Harry asintió de acuerdo, recordando todas las veces que lo molestaban.
El otro Harry lo miró divertido. —¡Oh, por Merlín! ¡Es que ustedes no saben! —Se carcajeo con sus amigos.
—¿Qué? —Preguntó el Harry Gryffindor.
El otro Harry negó con la cabeza, demasiado divertido. —No, nada, lo sabrán después.
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