VEINTICINCO:
te quiero

narrador omnisciente

la vida de renata últimamente, podría decirse que era un desastre. llegaba fin de año y el estrés era notable en sus ojeras que las tapaba todos los días con corrector. tenía miles de cosas en la cabeza, su cumpleaños en una semana, comprar pasajes para argentina, hacer su última entrega en la facultad.

en fin, ser una adulta responsable era horrible.

llegando hasta la puerta de su departamento, con su mochila cargando en su hombro y miles de cosas en las manos. como pudo se abrió paso. las luces como normalmente estaban apagadas, tocó el interruptor y dió un salto causado por el susto.

una figura se encontraba sentada en el sofá.

—dios chabón, casi se me sale el corazón por la boca.- se queja, tocándose el pecho tratando de regular su respiración. comienza a dejar sus cosas en su lugar, mientras habla. —¿quién te dejó entrar?

—carlos, el portero.

la morocha chasquea la lengua. —claro, él piensa que sos mi novio.- suspira, y se queda mirando fijamente a su mejor amigo, parado en el medio de su sala con las manos metidas en los bolsillos. —¿qué haces acá, germán?

—bueno, eh- terminó el eurotrip.- dijo nerviosamente.

—putitrip, querrás decir.- murmuró renata entre dientes.

—¿qué?

—¿y no tendrías que estar en argentina?- preguntó. estaba nerviosa, la presencia de ger siempre le había causado nervios. pero esta vez, se trataba de una mezcla de sentimientos, entre enojo y tristeza. —no sé que estás haciendo acá, sinceramente.

días habían pasado, en donde el mayor se la pasaba ignorándola triunfalmente. quería excusarlo, pensando en que estaba laburando, y la escasa señal de europa con celulares latinoamericanos. pero, estaba ese constante sentimiento de nostalgia e insuficiencia.

renata amaba con cada latido de su corazón a ger, siempre lo había hecho.

y le dolía el hecho de haber compartido tantos momentos, los cuales ella consideraba íntimos y soñados, para que él se encargase de ignorarlos nada más. los besos, confesiones, celos estuvieron allí. ¿porqué seguían fingiendo demencia?

decidido, ger se acercó rápidamente hacia rena, asustándola. sus cuerpos casi chocaron ante la cercanía, y pudo oler su típico perfume el cual había extrañado. la mirada castaña de él estaba mirando fijamente la azulada de ella. sintió los dedos de ger, recorrer desde la punta de sus dedos, brazos, cuello y terminar acunando su rostro. la acción tan rápida, había abrumado a la chica.

todas sus dudas e inseguridades iban a desaparecer en cuestión de minutos.

—renata, escucha lo que te voy a decir.- pidió. ella asintió hipnotizada. —somos mejores amigos prácticamente desde que nacimos. te conozco desde que usabas aparatos en la escuela, hasta vernos graduándonos del colegio. verte subir a ese avión para mudarte acá a españa, fue un corazón roto para mí. cuando te fuiste, te llevaste un pedazo.

» sos lo más importante en mi vida.- confesó. —odiaba cuando me contabas sobre un chico nuevo que habías conocido, porque yo quería ser uno de ellos. cada vez que comenzas a dibujar algo, quiero verme en ellos. cuando suena chano en algún lugar, quiero que me animes a que cante contigo porque sé que te encanta. estas semanas sin hablar, fueron un infierno para mí.

» perdón, sé que debí haberte dicho algo, pero estaba tan confundido.- a este punto, la argentina estaba con los ojos llenos de lágrimas. intentó decir algo, pero fue interrumpida. —no hay excusas, yo sé. pero te pido que entiendas.

» estaba en la oscuridad de mi pieza y me desperté pensando en vos.- pausó. se relamió los labios, y dijo la frase que había estado en su cabeza por meses ahora. el cual intentaba negarse, pero el amor que sentía era inevitable. —en que sos mi mejor amiga, y estoy enamorado de vos.

todas las preguntas de la mente de renata desaparecieron. bastaban solamente esas simples palabras confesadas, para que una sonrisa inunde su rostro. paz, felicidad, amor. esos sentimientos inundaban su cuerpo. sus manos subieron, hasta la parte posterior del cuello de german, y enredó sus dedos allí.

—sabía que algún día te ibas a dar cuenta, lindo.- murmuró con voz graciosa. germán soltó un suspiro, y luego una risita. —pero mirá que no me olvido a todas las europeas que te chamuyaste, germán norberto.- amenazó.

—¿vos pensás que alguna de esas me iba a gustar, teniéndote enfrente? pensé que eras un poco más inteligente, renata.- se burló y ambos rieron. —te quiero, renata carrera.

—y yo a vos, germán usinger.- confesó por fin en voz alta. —esperá, ¿todos los regalos que me estuvieron llegando eran tuyos?

—me sentía un poco mal, por el ghosteo.- admitió nerviosamente y rena rió fuerte. —¡ah! casi me olvido, que boludo.- dijo y se separó un poco para rebuscar en el abrigo de su buzo. —cerrá los ojos y extendé las manos.- pidió y rena hizo caso con una sonrisa. sintió la textura de un papel en ellas.

» feliz cumple adelantado.

volvió a abrir los ojos y la boca al mismo tiempo, viendo un ticket de concierto entre sus dedos. ahogó un grito y chilló. —¿¡VOY A IR A VER A TAN BIÓNICA EN UNA SEMANA!?

así de fácil, su vida estaba oficialmente completa y perfecta.

—

cadena de "SE DIERON CUENTA" porq amerita

-SAT3LLITE