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Introducción

Pete se detuvo cerca del jardín, apoyó su peso en una de las paredes que conectaba a la cocina y lentamente retiró su cajetilla de cigarros del bolsillo. No tardó en encender uno, llevárselo a la boca y dar su primera calada. El sabor a menta que acompañaba al tabaco fue la clave para que su cuerpo se relajara, se dio la libertad de cerrar los ojos y abandonar su estado de alerta. Estaba seguro de que no había alfas o betas de la segunda familia cerca, que Porsche estaba por llegar a la clínica en la que Khun Kinn seguía internado -esto tras revisar el último mensaje de su amigo.

Podía olvidarse del drama que inevitablemente el heredero de Khun Korn lo arrastró al enviarlo junto con Arm a cuidar de Porsche. Su amigo no los necesitaba, Porsche era un omega recesivo que no vacilaba en defenderse o rechazar el coqueteo de cualquiera pero los celos de Khun Kinn no lo creían. No pretendía tampoco culpar a su jefe, respetaba su territorialidad y de cierta manera, comprendía su inseguridad. La relación que parecía tener con su amigo apenas iniciaba y el alfa que abiertamente los amenazaba era de temer.

Ese alfa se trataba de Khun Vegas.

El heredero de la primera familia no tuvo que explicarle el detrás de sus órdenes, no cuando él mismo había notado el descarado interés de Khun Vegas por Porsche. No estaba seguro si ese interés era genuino o si solo se trataba de otra competencia entre alfas dominantes. Lo único cierto era lo absurdo de su rivalidad, ambos eran tan similares en su decisión a enorgullecer a sus respectivos padres. Que nunca se imaginó ser un fuego cruzado, no fuera más allá de sus obligaciones como jefe de los guardaespaldas del primogénito de Khun Korn. Mas, la supuesta confianza que Khun Kinn le tenía lo orilló a actuar como la sombra de Porsche en su estadía en la segunda familia.

Pete se rio de ello, negó con la cabeza y aplastó la colilla de su cigarro contra la pared. Logró escuchar un par de maldiciones y un suspiro de frustración, su curiosidad le llevó a cruzar completamente el jardín encontrándose con Khun Macao. El joven alfa se hallaba solo, tirando sus guantes de boxeo y luciendo su ceño fruncido -uno que a muchos de sus compañeros le asustaba, mientras que a él le resultaba gracioso. Razón por la que no dejó de caminar hacia su dirección y recoger ambos guantes con una sonrisa para el menor.

—Si me permite, Khun Macao, puedo ayudarlo. —La sonrisa de Pete y ese aroma a lavanda hicieron ceder el enojo del segundo hijo de Khun Kan.

El menor tenía cierta preferencia por el jefe de guardaespaldas de su primo Tankhun, Pete había usado su cargo para negarse a jugarle esas bromas pesadas que Tankhun exigía y para mantenerlo seguro en la mansión de la primera familia. Que de sus mayores deseos era pedirle a Khun Kan que pidiera a Pete para su protección, le gustaba su compañía y sus discretas atenciones.

Macao podía ser un mejor jefe para él, no lo dudaba.

— ¿Acaso sabes de boxeo, Pete? —El mencionado asintió, le extendió los guantes al menor. Macao se limitó a estirarlas, permitiendo que Pete se los colocara con delicadeza.

—Antes de servir para la primera familia, me ganaba la vida como boxeador. —Pete comentó, asegurándose de atar los cordones de los guantes. Procuró que bastaran para que no se salieran, y sin lastimar las muñecas del menor. —. Debo decir que era muy bueno.

—Pero yo no, soy inútil. Solo voy a hacerte enojar si intentas enseñarme.

En la mirada de Macao, se cruzó la tristeza. El menor bajó la cabeza y su aroma a ciruelas se apagó. Lucía como un cachorro con las orejitas caídas, el corazón de Pete se estrujó e instintivamente liberó sus propias feromonas para subirle el ánimo.

—Créame, Khun Macao. —Pete tomó el mentón de Macao, le dirigió otra sonrisa tierna. El guardaespaldas sabía que el menor requería de cariño, comprensión. Estaba dispuesto a dárselo, porque conocía perfectamente esa dolorosa sensación de abandono. —. Usted me hará muy feliz si deja que le enseñe.

Macao tomó aire, aún dudoso levantó sus manos. —Bien, ¿qué debo hacer?

—Primero, pararse de lado. Esto le va a permitir tener una mejor posición para atacar y defenderse. —Pete acomodó la postura del menor. —. Así puede esquivar golpes, bloquear con sus manos, y con sus codos, moverse.

Macao asintió atento.

—Ahora tiene el control de la distancia, Khun Macao. Solo asegure mantener los codos pegados al cuerpo y sentir que sus axilas estén cerradas.

Pete predicó con el ejemplo y Macao lo imitó, balanceándose.

—Abra el pie de atrás. Eso hará que su abdomen esté cubierto. —Pete se apuró en quitarse el saco, arrugarlo y convertirlo en una bola de ropa. La dejó en el suelo. —. Camine alrededor, flexionando ligeramente la rodilla.

Macao no pudo evitar reírse, hace unos momentos creía que no servía para el boxeo y ahora recuperaba las esperanzas al no ser corregido por el guardaespaldas.

Las siguientes lecciones resultaron igual de exitosas para el menor, pudiendo disfrutar de cada una. Pete era gentil, los golpes que lanzaba para que Macao lo esquivara eran medidos al igual que los del alfa. Ambos mantenían una pelea ligeramente justa de boxeo, haciendo no solo que el corazón de Macao se llenara de entusiasmo sino que sus risas llamaran la atención.

El mismo primogénito de Khun Kan extrañado dejó su estudio para asomarse por el balcón. Pudo reconocer a su pequeño hermano, se estaba divirtiendo con el guardaespaldas de la primera familia. Juraría que ambos estaban en una burbuja, que eran incapaces de percatarse que el alfa dominante los observaba con una enorme sonrisa. Su pecho se llenó de ilusión, amaba a su pequeño hermano. Era su adoración que verlo reír mejoraba sus días, su lobo estaba realmente agradecido con el guardaespaldas.

— ¿Entonces soy un buen alumno, Pete?

—El mejor, Khun Macao. —El menor festejó y se lanzó contra el guardaespaldas, Pete lo abrazó con ternura y dejó salir nuevamente su aroma a lavanda. Se podía percibir su felicidad, el joven alfa se sintió seguro.

La imagen que ofrecían fue inquietante para el lobo de Vegas, consiguió desarmarlo. Pudo reconocer vergonzosamente el deseo por formar parte de ese abrazo y descubrir si era cierto la supuesta calidez que transmiten.

—Ahora déjeme recompensarlo.

— ¿Cómo tu padre lo hacía contigo? —Pete ladeó la cabeza, le contó que fue su padre el que le enseñó a boxear. Pero prefirió callarse todas las veces que terminaba golpeado por él, que no bastara sus esfuerzos para enorgullecerlo.

—Claro, sé hacer unos deliciosos "Sanay Chan".

Ambos se regresaron, el menor permitió que Pete se adueñara de la cocina y mezclara el coco picado con harina, azúcar, yema de huevo, harina de arroz y hierba chan. El guardaespaldas apenas lo dejó participar, prefirió que el menor le hablara de sus dudas sobre la carrera que aplicará terminando la escuela. La atención de Pete animaba al menor; que para cuando los "sanay chan" fueron servidos en una cesta de bambú, Macao se había robado unos cinco para comérselos al mismo tiempo.

Las mejillas de Macao se tiñeron de rojo, su hermano había llegado a la cocina. Vegas arqueó una ceja, cruzó sus brazos y contuvo su propia risa.

—Así que, dándonos más razones para robarte. ¿Eh, Pete?

El guardaespaldas le ofreció los dulces en respuesta, Vegas se acercó a él y pudo sentir su aroma a lavanda. La sonrisa nerviosa de Pete le hizo extender la suya para luego tomar un "sanay chan" y probarlo. No quitaba sus filosos ojos del guardaespaldas, apreciando al omega dominante. Esos hoyuelos eran tan tentadores, esa aparenta mirada ingenua guardaba secreto tras secreto y esos labios entreabiertos temblaban inquietos.

La belleza de Pete era cautivadora, tanto o más que su tierna amabilidad. Esa que Vegas había descubierto como genuina, resaltándolo de sus demás compañeros -del mismo Porsche.

— ¿Verdad que es muy bueno? —Su hermano preguntó.

—Demasiado... para la primera familia. —Vegas susurró lo último para sí solo.

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~•~

He aquí mis ganas por un fanfic en donde tengan un inicio diferente, manteniendo su esencia y dándole amorcito a mi niño Macao. Y es que me pueden los edits en donde Pete consciente y quiere muchísimo a Macaucito. ♥️✨

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