Especial [VegasPete]: What if? - I
Pete se sentó en las escaleras que conectaban a la entrada de la villa, sacó un cigarro de sus bolsillos y lo encendió. Su mirada se perdía en el precioso lago, mientras la nicotina lo ayudaba a relajarse. Quería creer que se había librado de la razón, que se convirtió en una hoja en blanco que el viento llevaba de un lado a otro. Mas era consciente de que solo se estaba engañando, fue su decisión responder su llamada, aceptar encontrarse en esta villa. Que podían tildarlo de cobarde por no querer descubrir el detrás de sus elecciones, el miedo que al hacerlo se jodiera lo que tenía con el heredero de la segunda familia, era mayor. Porque a él le gustaba lo simple de su relación, lo compatible que llegaban a ser en la cama y la poca responsabilidad que guardaba. No había que arruinarlo, no había que permitir que el corazón interviniera. Lo sabía, "¿entonces por qué su omega se empeñaba en traicionarlo, en querer más de lo que ya se le ofrecía?".
No quería ser injusto, pero prefería creer que su omega era un idiota. A reconocer que gran parte de culpa estaba en esas noches de placer, en esas noches en las que usaban el deseo como excusa para satisfacer esa necesidad de impregnarse del olor del otro. Pete se sintió derrotado, sus ojos amenazaron con cristalizarse, así que los cerró y dio una última calada a su cigarro. Por el sándalo envolviéndolo paulatinamente, supo que Vegas había llegado. Una parte de él quería salir huyendo, otra quedarse y seguir al alfa. No tuvo tiempo de averiguar cuál pudo vencer, el heredero de la segunda familia lo sometió con sus besos y caricias.
Pudo percibir su frustración a través de sus toques, a través de su urgencia por tomarlo. No se opuso, ciertamente disfrutaba de aquello. Solo que se obligaba a reprimir su deseo por saber que le ocurría. No eran una pareja, no tenía que entrometerse en sus asuntos. Pete se esforzaba por no olvidarlo, para no perder su dichoso encanto. "¿Cuánto más podría mentirse?".
—No te quiero cerca de Macao. —Susurró Vegas en lo que se vestía. Pete suspiró profundamente, suponía que había un por qué para esa petición. Sobre todo, si era evidente que su cercanía con el menor era de gran ayuda. El semblante de Macao había cambiado, había cobrado más ilusión. Esos ojitos de cachorro brillaban, sus sonrisas eran más sinceras y su humor, más animado.
Le dolía tener que fingir nuevamente indiferencia, rechazar sus invitaciones y con ello, las oportunidades de hacerlo feliz.
Su lobo aulló, Pete pasó saliva con dificultad. —Bien.
Vegas asintió y se acercó hasta el guardaespaldas para besarlo. Se detuvo para apreciarlo, estaba hecho un desastre. Un atractivo desastre que él siempre escogería, pero que decidía callárselo. Le aterraba nombrar a lo que sentía, reconocer la paz que encontraba al lado del omega y cómo sus arranques de ira se habían reducido considerablemente. No podía permitirse un compañero, uno que tomara tanto poder sobre él y lo único bueno que tenía: su hermano.
Debía mantener esa barrera, Vegas torpemente creía que hacía lo correcto. Que no notó la tristeza en esos ojos cafés que su lobo adoraba, ni la inquietud en la lavanda. Se cegó, asumiendo que Pete no se escaparía de él.
—Vegas. —Pete llamó, haciendo que el alfa no dejara la habitación para girarse a verlo. Vegas lucía más tranquilo, esa fiera mirada se tornó a una neutral. Era el Vegas capaz de callar sus demonios y poner una sonrisa en su rostro. Con lo poco que podía, iba entendiéndolo. Si ambos pactaron esta relación sin sentimientos y compromisos era porque suficiente mierda los merodeaba. Así que, él no podía complicárselo más al primogénito de Khun Kan. No cuando éste era sincero y fiel a sus palabras, nunca lo tomaría como compañero.
No lo quería y estaba bien, Pete no se lo reprocharía. Pero si se orillaba a alejarse definitivamente de él, antes de que su omega se saliera de su control.
Lo había decidido, oficialmente. —Cuídate, ¿sí? Recuerda que Macao espera por ti.
— ¿Y qué hay de ti? —Vegas preguntó con coquetería, tan ingenuo -tan perdido en la seguridad que le daba la imagen de Pete estando en su cama, en la villa que su madre le heredó y siendo un desastre que él causó.
—Estaré con la primera familia. —A Vegas no le gustó, la poca felicidad que había obtenido se esfumó. Lo que le hizo irse sin replicar, dejando a Pete solo.
El guardaespaldas tardó en levantarse, su omega no deseaba irse. Porque entendía que sería la última vez en esta villa, aulló con fuerza al ver cómo dejaba el celular y la llave de la casa que Vegas le confió para sus encuentros. Era el adiós, el alfa lo entendería rápidamente. Que el único lío a resolver era él mismo. Por lo que, aprovechó de su día libre para deambular por las calles de Bangkok, intentando ordenar sus confusos sentimientos.
Había hecho lo correcto, partir antes de que lo arruine. "¿Por qué su corazón no podía resignarse, conformarse con la satisfacción de haber sido sensato? ¿Acaso prefería sumergirse en ese silencioso dolor? ¿Qué tan fanático del sufrimiento podía llegar a ser?".
Pete volvió a la mansión de la primera familia sin respuestas, ansiando huir. El recibimiento de Khun No fue el doble inquietante, su jefe no dejaba de llorar y de maldecir a Buda por querer quitarle a su hermano. Mientras que Pol y Arm se mantenían en un silencio sepulcral. Apenas desapreció unas horas, su primera reacción fue creer que uno de los suyos había traicionado al clan y envenenado a Khun Kinn. Sin embargo, lo que sentenciaba al heredero de Khun Korn era su corazón roto. Se estaba dejando morir, negándose a recibir el tratamiento que el colega del doctor Top le recomendó para ganar más tiempo.
Antes no podía comprender al segundo hijo de Khun Korn, pero ahora vislumbraba ciertos pincelazos del desosiego que lo consumía. No consideraba que fuera la mejor compañía para el alfa, no como lo venía haciendo. No podía mostrarle sonrisas, prometerle esperanzas de que su corazón sanará y que podrá recuperar la paz que había perdido. Porque era amenazado con inmensas olas, dispuestas a derribarlo y hundirlo en lo más profundo. Fue por ello que estaba frente a la oficina de Khun Korn, determinado a solicitar su puesto se le cediera a Big.
El beta cuidaría mejor de Khun Kinn, ese amor platónico y admiración era lo que el alfa realmente necesitaba. Sin embargo, el patriarca de Los Theerapanyakul no le dio oportunidad de señalar el porqué de su visita. — ¡Oh, Pete! ¡Qué fortuna que estés aquí! —La mirada del mayor demostraba la misma desesperación de su jefe Tankhun. —. Por favor, siéntate. Necesito hablar contigo.
—Yo igual, Khun Korn.
— ¿Puedo ser el que inicie? —Pete asintió sin vacilar. Khun Korn tenía su respeto y entera gratitud. Había salvado la vida de sus abuelos, lo había tratado con tanta familiaridad. Que jamás podría negarse a una petición suya, o aquello era lo que juraba creer. —. Es sobre Kinn. Como sabes, su lobo se está marchitando ante el rechazo de Tawan y el doctor Choosak ha estimado que en una semana tendrá su último Rut. Lo que significa nuestra última oportunidad de salvarlo.
Khun Korn solía ser un hombre reservado, compartiendo su angustia exclusivamente con P' Chan. Que el inicio de esta conversación lo hizo tensar.
—Sé que no hay derecho de pedirlo, Pete. Ciertamente Kinn ha entorpecido nuestros intentos al negarse a recibir el tratamiento, pero entenderás que como padre, estoy dispuesto a lo que sea. —El omega nuevamente asintió, carente de consuelo alguno. Su mente empezaba a sospechar y su lobo a encresparse. —. Es por ello que me voy a obligar a probar tu lealtad.
—Entiendo, Khun Korn. —Pete mintió con pesadez, detestando los rodeos. Los mismos que no eran propios del mayor, era evidente que la encrucijada los arrastraba a los dos.
—Bien, porque lo haré solicitándote que acompañes a Kinn en su Rut. —El guardaespaldas se quedó sin aliento, ahí estaba lo directo que solía ser Khun Korn. —. Has sido el único omega que ha aceptado tener cerca, el único que ha logrado que coma e incluso salga de su habitación. Que existe una gran posibilidad de que su lobo reaccione ante ti en su ciclo, de que se pueda volver a enlazar.
—Khun Korn, lo que está pidiendo es...
—Demasiado, lo sé. —El mayor se levantó de su silla para ponerse al frente del omega y apretar su hombro. Debía mantenerse en su papel, asegurarse de que su linaje fuese fuerte y próspero. No volvería a confiar en Kinn y sus elecciones; era su juego. —. Pero solo un enlace puede aferrar a mi hijo a la vida, Pete.
El guardaespaldas se retiró de la oficina, arrepintiéndose de haber vuelto. Sus pasos lo llevaron hacia la zona izquierda de la mansión, queriendo verdaderamente huir. Podía acusar a su subconsciente o lobo, no estaba seguro. Solo que reaccionó ante la presencia de P' Chan, el alfa custodiaba con recelo y a través de su desconfiada mirada, supo que estaba enterado de la prueba a su lealtad. Salir de la mansión sería considerado como acto de traición, lo que inmediatamente le hizo temer por sus abuelos. Así que se regresó al edificio de Khun No, jurándose como un jodido prisionero.
—Khun Kinn. —Pete se sobresaltó al encontrar al heredero de Khun Korn en su habitación.
El alfa lo observó detenidamente y sonrió a medias. — ¿Puede un corazón inexperto sanar a uno roto?
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Es como un universo alterno, uno en donde calmo ese gusto culposo del drama. Así que aquí podemos tomar cosas de la historia original, como la relación de Vegas y Pete. No la de Kinn y Porsche, no hay un Porsche. Al igual que ese afán de Korn por usar los demás como sus piezas. 👀
Calculo que será de cuatro partes, exagerando.
No me juzguen, vi un tiktok y tuve que concretarlo. 🫶🏼
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