Vegas lentamente abrió los ojos, el dolor del cuello pasó a segundo plano cuando se encontró con la misma imagen tierna de la madrugada. Sonrió, se permitió tomar unos largos segundos para apreciarla. No podía negar su belleza, tampoco la calidez que le transmitía. No cuando fue la tranquilidad con la que Pete y su pequeño hermano dormían la que tomó como alivio para sus pesadillas, el alfa dominante suspiró con cierta vergüenza. Sus propias mejillas se tornaron rojizas, su lobo se creía un bonito cachorro que brincaba de un lado a otro y él no podía detenerlo.

Esta mañana se sentía bastante diferente a las que recordaba, no había amargura o resignación de otro día más. Su pecho se llenaba de una ilusión que no entendía, y aquello le inquietaba. No estaba su habitual cansancio ni el peso de sus cadenas entorpeciendo el inicio de su día, sino las fuerzas para soportar el jodido estrés que seguramente le aguardaba.

Pudo volver a sonreír, a agradecer en silencio a los responsables. Vegas se acercó a ellos, se puso de rodillas y acarició el rostro de su pequeño hermano. Macao dormía tan pacífico que nadie sospecharía del dolor que escondía, regresándolo a esos días en los que apenas era un niño de dos años con la única preocupación de evitar los vegetales. Sabía que tendría un buen día, que la indudable magia de esta mañana también le alcanzaría. Especialmente, si tenía la libertad de poder pedir más del omega que lo acunó durante toda la madrugada.

La mano de Pete permanecía sobre el hombro de su pequeño hermano, el alfa dominante la rozó con sus dedos y pudo corroborar sus sospechas. La piel del guardaespaldas era suave y ese aroma a lavanda que desprendía, doblemente extravagante. Se dejó llevar, cerró los ojos y hundió su nariz en los cabellos desordenados de Pete. Su lobo aulló en respuesta, estaba disfrutando de la dulzura del aroma de un omega. No se sentía abrumado ni molesto, sino encantado por cómo la lavanda lo trasladaba a una pradera con el cielo despejado. Paz y libertad fue lo sintió su corazón, Vegas abrió los ojos y se perdió en el lindo rostro del omega.

Descubrió que la magia de esta mañana lo rodeaba, que era completamente suya.

"Entonces ésta es la razón del por qué el loco de Tankhun te recela tanto. No lo culpo, haría exactamente lo mismo... si fueras mío, Pete Phongsakorn", Vegas se sorprendió por sus pensamientos.

—No, Hia. —La voz adormilada de su pequeño hermano hizo que se apartara del guardaespaldas, Macao tallaba sus ojos y bostezaba. Había observado al alfa dominante, su corazón se emocionó al principio. Pero tristemente tuvo que desilusionarse. —. No intentes jugar con Pete, por favor. Él es bueno, ¿sí?

Vegas asintió, orgulloso. El que su pequeño hermano tratara de proteger al omega era la prueba de que su corazón no se corrompió. Las palabras del omega dominante resonaron en su cabeza: "Khun Macao es extraordinario".

Pete tenía la razón, "¿también al asegurarle que lo estaba haciendo bien?".

Su pecho volvió a hincharse de ilusión, y él a sonreír.

— ¿Hia?

—Solo iré con nuestros hombres a la fábrica. —Vegas le avisó del cambio a su pequeño hermano y se despidió.

Decidió participar de la reunión que Khun Kan programó con unos inversionistas de la provincia de Mae Hong Son, su presencia fue de ayuda para el líder de la segunda familia. Los betas del norte eran de los nuevos ricos de la región, desconocían el otro lado que envolvía la industria automotriz y aparentemente escogían permanecer en la ignorancia. Esto al mostrarse seguros por apostar en proveedores que hicieran de este negocio uno familiar. Por lo que, la falsa imagen que Khun Kan vendía como un padre orgulloso y que Vegas lo respaldara terminó por convencerlos.

El líder de la segunda familia devolvió a su primogénito a la mansión, no lo necesitaba más en la fábrica. Vegas no protestó, se dedicó a revisar los reportes de los informantes que tenía dentro del territorio de Wang. El alfa regresaba esta noche, festejaría por adelantado la entrega de dos bóvedas de su mercadería en uno de los casinos del centro. Era la perfecta oportunidad para atraparlo y tal vez, así reducir la estadía de los hombres de la primera familia. Debería tomarla, solo que no lo quería.

"¿Era por su afán de molestar a su primo Kinn al retener a Porsche? ¿O ese deseo escondido de conocer más la magia de Pete?".

No importaba la respuesta, ya había hecho su elección.

—Khun No, le estoy siendo sincero. —Vegas se detuvo, ordenó a sus guardaespaldas adentrarse a la mansión. Esto para quedarse en el jardín, atento a la conversación que Pete mantenía con el loco de Tankhun. "¿Acaso no tenían prohibido el uso de celulares?". —. Entiendo, prometo reparar mi falta.

El omega dominante guardó su celular, soltó un suspiró y masajeó sus sienes. Vegas se puso detrás de él, palmeó su hombro izquierdo y liberó nuevamente su aroma. El sándalo se extendió gentil, acogiendo el desgaste del guardaespaldas para relajarlo. Lo consiguió, el cuerpo de Pete dejó de estar tenso. Sonrió, a su lobo le agradaba ser capaz de calmarlo.

— ¿Phi ya se enteró de nuestra noche de películas?

El omega ladeó la cabeza, sus mejillas estaban sonrojadas y jugaba con sus manos. El agarre de Vegas sobre su hombro permanecía fuerte. —Sabe que he estado cerca de Khun Macao y no está muy contento con eso.

—Comprensible. —La mirada curiosa del omega se centró en el alfa, sus rasgos eran finos e intimidantes. La seriedad en la voz de Vegas podría bastar para someter a cualquiera, su dominio resultaba abrumador. —. Yo también lo estaría si amenazan con quitarme lo que es mío.

—Pero Khun Macao no lo está haciendo, soy yo el que quiere compartir con él. —Pete se apuró en asumir la responsabilidad, el segundo hijo de Khun Kan no merecía ser objeto de la furia de su jefe. Tontamente.

—Entonces se te debe castigar. —Pete asintió, Vegas sonrió y le pegó más a él. —. Yo lo haré por Khun No.

El omega tragó saliva, los ojos del alfa tenían un brillo peligrosamente cautivante.

—Estarás obligado a acompañarme a recoger a Macao de la escuela.

— ¿No será darle más razones a Khun No de despedirme? —Vegas le guiñó, ese era su verdadero propósito si se lo preguntaban.

—Andando, Pete.

—Pero...

—Harás muy feliz a Macao. —El recuerdo de esos ojitos emocionados de cachorro del menor hicieron que Pete no pusiera mayor resistencia, se giró y avanzó al ritmo del paso del alfa.

El viaje a la escuela del menor fue corto, a Vegas le gustaba la compañía del omega dominante -que su aroma a lavanda se combinara con el suyo. Mirar de reojo su nerviosismo en cada semáforo rojo lo enternecía e incluso suspiraba. Había cierta adrenalina mejorando doblemente su humor, pues se llevó al omega sin avisarle a su propia gente y a los compañeros de éste. Podría jurar que su primo Kinn imaginó esta situación, pero para Porsche. Y tal vez debería ser así, se supone que trazó como objetivo al recesivo para herir al heredero de Khun Korn. Sin embargo, sus principios no se lo permitían. Jamás usaría a su pequeño hermano o que se involucrara directa o indirectamente en este juego de poder.

Macao era el lado más compasivo y puro de su corazón.

— ¿Hia? ¿Pete? —La confusión del menor duró unos instantes, una enorme sonrisa se asomó en su rostro.

Vegas no se había equivocado, en lo absoluto. El efusivo abrazo con el que su pequeño hermano los saludó fue tan reconfortante.

—Me extrañaron, ¿cierto? —Macao preguntó, sus ojos eran capaces de opacar al sol en ese precios instante.

Vegas y Pete asintieron.

—La noche de películas nos quedó corta, Khun Macao. —El omega contestó primero, no permitiría que el alfa le dijera que esta visita fuese su castigo. No lo sentía como uno, a él también le hacía feliz consentir al menor. Que se atrevió a remover sus cabellos y pedirle su mochila.

—Así que, vinieron a pedirme que almuerce con ustedes. ¿Eh?

Macao le entregó la mochila a Pete, se giró hacia su hermano. Vegas los miraba con una media sonrisa, lo que era nuevo para el menor.

—Hagamos que la tía Yang se resienta. —Vegas empujó a su pequeño hermano y al omega hacia la camioneta.

— ¿Con comida japonesa? —Vegas volvió asentir y Macao brincó como festejo. Pete realmente se sentía agradecido de conocer ese lado del menor, no erró en apostar por él. Que el guardaespaldas usara máscaras le permitió darse cuenta de las del menor, no creer ciegamente en las advertencias de Khun Tankhun ni la soberbia con la que trataba al resto. —. ¿O qué se te antoja, Pete?

—Comida japonesa está bien, Khun Macao. —El menor accedió no tan convencido, quiso protestar. Pero se calló ante su fracaso de que el omega se sentara con él en la parte trasera de la camioneta. Esto por cómo Vegas se ingenió para convencer a Pete de sentarse adelante, a sabiendas de su desventaja sobre él.

Macao frunció el ceño, "¿qué intenciones tenía su hermano? ¿Acaso Porsche no era su objetivo?". Ya le había pedido que no se burlara de Pete, estaba seguro de que Vegas no lo haría por él. Así que, podía confiar que este almuerzo no era una trampa para el omega. Su hermano parecía querer compartir con los dos. "¿Sería posible que le empezara agradar Pete?".

El menor sería tan feliz. Si eran dos, fácilmente podrían quitárselo a su primo Tankhun.

*
*
*

~•~

Este es el primer capítulo de un maratón de tres partes que tengo que pensado subir en esta semana. Quiero aprovechar la estadía de Pete en la mansión de la segunda familia al máximo, que su presencia se haga sentir en nuestros niños y viceversa cuando se regrese con Tankhun. 👀♥️

Kinn debe estar tranquilo, ahora Vegas y Macao amenazan al pobre Tankhun. 🙌🏼