❝Veo humanos, pero
no humanidad❞
—Desconocido

—Ho-hola —James levantó la vista de su lugar en la sala común. Estaba sentado solo. Cuando la vio, sus ojos se llenaron de disgusto.

—¿Qué es lo que quieres?

Casey mordió su labio y pensó acerca de la pregunta. Entrelazó sus manos tras su espalda mientras se aclaraba la garganta.

—Yo... —¿por qué estaba allí?—. No lo sé.

Se giró para salir, pero James tomó su muñeca.

—Lo rompiste, Casey.

Lo que James no sabía era que sus palabras la rompían a ella.

—Lo sé —dijo, su voz bajo un susurro.

—¿Por qué lo hiciste... o dijiste?

Casey suspiró. ¿Debía decirle? Ella sacó su muñeca de su agarre y se sentó junto a él. Y por primera vez en su vida, le contó a alguien lo sucedido.

—Yo... Sabes que Remus nunca haría algo como eso, ¿verdad?

Casey se encogió de hombros, subiendo sus rodillas hasta su pecho. ¿Podría él hacer eso?

—Cre-creo que muy en el fondo lo hago, pero no sé —suspiró.

—Creo que deberías decirle. Lo que pasó, claro.

—No creo que pueda, James. Él es mi mejor amigo y lo amo y todo, pero cada vez que lo veo... Veo a mi tía.

James le sonrió tristemente a la chica. Sabía que tenía que haber una razón, Casey no era el tipo de persona que odiaba a otras sin razón alguna.

Ella era muy amable, muy dulce. Incluso cuando estaba tratando de estar enojada con ellos, James siempre podía verla mirándolos discretamente y sonriendo cuando lo hacía. Casey no podía estar molesta. No podía estar enojada.

—Solo piensa, Case, ella murió tratando de salvarte. Murió salvándote. No querría que le tuvieras miedo a Remus.

—Por Dios, James, estás comenzando a sonar inteligente. Yo que tú pararía eso antes de que las expectativas de Lily sobre ti crezcan mucho —se burló Casey.

—Estás cambiando el tema —respondió James en una voz cantarina.

—¡Nunca! —jadeó Casey.

—Por supuesto que sí.

—Por supuesto que no.

—Que sí.

—No.

—Sí.

—Has estado mucho con Sirius, amigo. ¡Incluso estás comenzando a hacer tu cabello como el suyo!

James jadeó y colocó sus manos en su cabello.

—¡Mi cabello no es nada parecido a ese trapeador suyo!

Ambos se miraron el uno al otro y comenzaron a reír.

—¡Hey! —Ambos voltearon para ver a un disgustado Sirius que pasó sus manos por su cabello con molestia. Ambos se miraron de nuevo para volver a reír otra vez.