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❝Quería todo el mundo o nada❞
—Charles Bukowski
Inicio del séptimo año de Casey
—¡Casey! —Casey sonrió cuando se dio media vuelta solo para ser atrapada en un masivo abrazo de Remus—. Te extrañé —le susurró en su oreja.
—También te extrañé —le susurró ella de vuelta.
—Ustedes, chicos, son casi tan enfermizos como James —sonrió Frank. Casey y Remus se separaron. Ella puso sus manos en sus caderas y alzó sus cejas, él levantó sus manos en defensa simulada—. Casi.
—Mhm, eso pensé —rió Casey mientras Remus pasaba sus brazos por su cintura.
—Nunca más te dejaré ir a algún lado sin mí —murmuró Remus en la oreja de Casey a la vez que ella levantaba su bolso y removía las manos de su cintura.
—Puedo secundar eso —sonrió, acercándose y dándole un pico a Remus en los labios—. Vamos, no queremos perdernos el tren, ¿verdad?
Frank rió y negó con la cabeza, tomando la mano de Alice.
—¿Sabes dónde están los otros? —preguntó Alice, su cabeza inclinándose sobre el hombro de Frank.
Los cuatro comenzaron a caminar lentamente hacia el tren.
—Creo que Sirius está haciendo algo con su hermano, luego usará los polvos Flu tras el festín; y James y Lily probablemente se harán tarde —dijo Casey.
—¿Qué está haciendo con su hermano? —preguntó Frank.
Remus se encogió de hombros ligeramente.
—No lo dijo, solo dijo que eran importantes asuntos familiares que no incluían a la mayoría de su familia.
Frank frunció las cejas levemente, pero suspiró y dejó el tema atrás, luego abordaron el tren.
—¿Qué discurso creen que Dumbledore dará este año?
—¿A qué te refieres? —Remus se volvió hacia Casey.
—Considerando todo, la guerra y las muertes —ella comenzó a susurrar—. Y quien-ustedes-saben.
Remus puso un brazo alrededor de su novia.
—Es Dumbledore, probablemente solo irá por la luz en la oscuridad y cómo no debemos de rendirnos.
Casey dejó salir una pequeña sonrisa triste en su rostro.
—Probablemente.
–
—¡LA CABALLERÍA HA LLEGADO! —gritó James, saltando dentro del compartimento. Levantó sus brazos y sus manos se golpearon con el techo del compartimento—. Auch, auch, auch —siseó agarrando su mano.
—Idiota —se burló Casey.
Lily sonrió, entrando detrás de James.
—Hey —se sentó junto a Alice.
—¡LILY! —chilló Alice, abrazando a su amiga—. ¡TE EXTRAÑÉ!
Lily rió.
—¿Quién la dejó acercarse al carrito?
—Frank —le dijo Casey, y ella rodó los ojos.
Remus sonrió levemente y acarició el cabello de su novia mientras ella y Frank comenzaban a discutir sobre quién había realmente dejado que Alice consiguiera dulces.
Y luego se dio cuenta.
Lo tenía todo, tenía a la chica de sus sueños, sus amigos idiotas, la escuela de magia, la vida perfecta y una familia que lo apoyaba. Tenía todo lo que podría soñar y todo lo que podría alguna vez querer.
Su vida era perfecta, absoluta y jodidamente perfecta. La perfección nunca se quedaba, la perfección no era una cualidad mortal, no se suponía que pertenecía a este mundo.
La perfección lleva a la locura.
La locura lleva al odio.
El odio lleva a la oscuridad.
Y la oscuridad lleva a la muerte.
Pero nadie podía saberlo en ese entonces.
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