18
❝Puedo odiarte más,
pero nunca te amaré menos❞
—Desconocido
27 de Diciembre, 1975
—¡LO HICE! —chilló Casey, saltando de arriba abajo.
Sirius y James llegaron a trompicones, ambos con grandes rostros adormitados. Sirius solo usaba unos boxers mientras que James solo tenía puesto unos pantalones deportivos.
—Es la una de la mañana, Casey.
—¡LO HICE! —volvió a gritar.
—¿LO HICISTE? —Sirius la miró con los ojos completamente abiertos.
—¿Hacer qué? —murmuró James, frotándose el cansancio de los ojos.
—¡HICE UN MALDITO PATRONUS!
—¡LO HICISTE! —James se unió a los saltitos de Casey, mas reprimió los chillidos.
—¿Qué...? ¡Eso no es justo! —gimió Sirius—. ¿Cómo es que lo hizo tan rápido?
A pesar de lo que había dicho, tenía una gran sonrisa en su rostro. Casey se giró hacia él.
—Porque soy asombrosa.
Sirius rodó los ojos.
—¿Qué es? —preguntó James.
—Yo... um... les mostraré —tartamudeó Casey, un ligero sonrojo en sus mejillas. Sirius sacudió la cabeza.
—Esto suena tan mal —Casey lo golpeó en la parte posterior de su cabeza antes de sacar su varita.
—Expecto Patronus.
De su varita salió una gran niebla plateada que pronto se convirtió en un enorme lobo. A pesar de estar hecho de niebla, podía notarse que era de color oscuro.
—Aw, Casey, no sabía que estabas enamorada de mí —Sirius pasó un brazo por lo hombros de Casey—. Lo siento, pero yo no te puedo ver de esa manera —colocó una mano en su corazón.
Casey sacudió su brazo y rodó los ojos.
—No eres tú, burro.
—No, si miras bien, el lobo luce más como el patronus de Remus, ¿no crees? —James sonrió hacia el rostro enrojecido de Casey.
—¡No lo hace!
—¡Que sí!
—¡Que no!
—¡Que sí!
—De alguna manera lo hace, Casey —contribuyó Sirius.
—Ustedes dos son increíbles.
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