❝Todos tenemos luz y oscuridad en nuestro interior, lo importante es elegir qué lado decidimos potenciar. Eso es lo que realmente somos❞
—Sirius Black

—James.

Casey estaba tendida en la cama de Remus. Este mismo estaba en la biblioteca buscando un libro sobre encantamientos.

—Casey.

—¡Ya lo decidí! —declaró, poniéndose de pie en la cama de Remus mientras sostenía un libro.

—¿Decidir qué, amor? —preguntó Remus al entrar, ignorando el hecho de que ella estaba prácticamente saltando en su cama. Era una ocurrencia común.

Casey saltó desde la cama y aterrizó justo en frente de Remus firmemente.

—Lo de convertirnos en Animagos, obviamente —dijo como si fuera tonto, ladeando su cabeza levemente.

En este punto, Sirius apareció por la puerta, el cabello despeinado y los labios rosados a la vez que caminaba airosamente.

—Creo que es una...

—Terrible idea —cortó Remus, negando con la cabeza mientras pasaba delante de Casey y se dirigía a su baúl.

—¿Por qué es una mala idea? —inquirió James. Para la sorpresa de todos, parecía estar leyendo. Más probable por la influencia de Lily.

—¡Porque no aceptaré que otra persona haga algo ilegal por mí! —exclamó Remus. Casey resopló—. Iré de vuelta a la biblioteca para hacer tarea. Te sugiero que sigas el ejemplo de James y hagas lo mismo.

Cuando Remus se fue, James cerró el libro y lo tiró tras él, logrando que chocase contra algo que Casey supuso era costoso por el sonido que hizo al caer al suelo.

—Aún tenemos todos esos libros —sonrió Sirius.

—E ingredientes —añadió James.

—Entonces, ¿qué estamos esperando?