❝Todo el mundo es asombroso, sin embargo, nadie es feliz❞
—Probablemente Tumblr

—Ve hacia ella.

—No.

—Que vayas.

—No.

—Que vayas.

—No.

—Que va...

—¿Remus? —Los chicos que discutían miraron hacia la castaña. James se calló y sonrió, Sirius levantó la vista y copió la expresión de James y Remus se quedó congelado—. Puedo... um... ¿Puedo hablar contigo?

Remus asintió suavemente hacia Casey, su rostro tornándose tan pálido como la luna. Sus palmas comenzaron a sudar y el latido de su corazón se incrementó levemente.

Él comenzó a levantarse. Lentamente. Muy lento para el gusto de Sirius. Rodando sus ojos, levantó al hombre lobo de un solo movimiento, haciendo que se precipitara hacia Casey. Con suerte, logró mantenerse de pie antes de que cayera.

James y Sirius habían estado tratando la última hora de hacer que Remus fuera y hablara con Casey, y por el momento ya estaban muy impacientes.

Casey miró con el ceño fruncido a Sirius antes de tomar la muñeca de Remus (Sirius silbó a lo lobo) y empujarlo hacia la puerta. Caminaron por un tiempo, Remus siguiendo a Casey, su mano aún en su muñeca.

Él estaba muy confundido. ¿Por qué querría ella hablar con él? Era una desgracia. Un loco. Una carga. Un monstruo.

—Aquí estamos —Remus notó que la voz de Casey estaba ligeramente temblorosa.

Remus y Casey pararon frente a la puerta de la... ¿Cocina? Casey sonrió mientras acariciaba la pera y abrió la puerta-retrato.

Entró e inmediatamente le pidió a un pequeño elfo dos copas de helado de chocolate.

-

—¿Helado? —cuestionó Remus. Una pequeña sonrisa tímida se mostraba en sus labios mientras daba una cucharadita.

—Helado de chocolate —corrigió Casey, sus rodillas pegadas a su pecho.

—Ah, sí. Chocolate.

—Es para suavizar el golpe —murmuró Casey para ella misma, olvidando que el chico que estaba junto a ella tenía particularmente un buen oído.

—Entonces... —Remus bajó la copa de helado—. ¿Qué estamos haciendo aquí, Casey?

—Y-yo tengo que decirte algo.

—¿Y qué es?

Remus olvidó cómo lo había llamado, olvidó que no habían hablado en mucho tiempo, todas esas cosas fueron olvidadas porque la chica frente a él, la chica de la que se había enamorado, sonaba destrozada.

—Todo comenzó...