Desde que tengo memoria siempre me recordaban como esa chica odiosa de la cual confiar puede ser peligroso, que nunca debes juntarte por que resultaría caótico poder ser su amiga, te arruinara la vida; y sobretodo siempre te juzgará.

Si supieran como esos comentarios afectaban a mi autoestima no seguirían diciendolos, mucho menos tirando en mi cara cosas que no eran.

Yo era alguien tranquila, que odiaba las peleas, tenía suficientes con las que tenía en casa, y juré que la escuela sería una salida de aquello, sin imaginar el temible infierno que viviría por años allí.

Era callada, siempre sentada al último de la clase, tratando de no demostrar mi miedo por socializar.

Luego de algunos años, trate de darme confianza; pero hice mal dándome demasiada seguridad, y comencé a lastimar a quienes me rodeaban, por guardar por años ese rencor a quienes me hicieron daño.

Jamás demostraba lo que realmente sentía, muchos menos daba muestras de afecto, eran algo desagradable; lo pensaba así, por idea errónea de mi madre.

Cada que molestaba algún compañero no me arrepentía, es más, podía disfrutar incluso su pena; mi nivel de inmadurez no me permitía poder ver más adelante de mi "satisfacción", no mostraba empatía por quienes me rodeaban.

No sabía que Juleka vivió violencia en casa por culpa de su madre, sin embargo la juzgaba por qué era callada e "insignificante" para mí en ese entonces.

Rose Era obligada a trabajar en lugares poco bien vistos, no obstante tenía una sonrisa y un trato agradable; bastante "repugnante" según mi yo anterior.

Mylenê había perdido a su madre, pero demostraba que amar a los demás era importante y sobretodo que los problemas podían verse de dos caras; la juzgaba por la ropa que usaba, sin saber que le costaba mucho obtener lo poco que tenía.

Y así fueron más casos, que siempre recriminé, hice sentir mal y sobretodo humillé en el intento de hacerme sentir mejor, cuando la respuesta a todo esto.

Era solo un cambio de actitud, era abrir los ojos o tal vez accidentarse para entender lo valiosa que es la vida y sobretodo lo importante que pueden ser las personas a tu lado.

Ahora 5 años después de una Chloe amargada, tonta, aniñada y egocéntrica;  puedo vivir mejor en la armonía de unos amigos gentiles y llenos de mucha alegría frente a cualquier adversidad, pero como dejar atrás al chico que roba mis suspiros hoy en día; Luka también ayudo a mejorar mi actitud en muchos aspectos, sin eliminar mi escencia.

Y ahora me encuentro escribiendo esto en Londres, donde abriré junto a Luka mi segunda perfumería y Boutique.

Les contaré los detalles luego de esto, se despide Chloe, secretos de una chica superficial.

¿Saben? Estoy derramando una lagrimita, amo mucho escribir está historia.