Pov Chloe:

Terminé de batallar junto a Ladybug, debo admitir que es una gran e innovadora  experiencia; me dirigí a casa, me dolía el cuerpo.

Al llegar a mi hotel, y me quité el miraculous, dejé el broche sobre mi escritorio, tomé unas prendas y entre a la ducha para ir a la casa de Nathanaël, debía terminar un trabajo de la escuela y casualmemte lo eligieron como mi compañero de equipo.

Mi cabeza daba vueltas, sabía que había dejado escapar a Hawk Moth, sin embargo me sentía mal, mis superhéroes favoritos no me dejaron ver quien estaba bajo la máscara del villano más conocido de París. Y si lo hicieron porque estaba relacionado a mi.

En una mochila, llevé un vestido sencillo, y unos tacones. Invitaría a salir a cenar a Nathanaël.

Al terminar de cambiarme y colocarme unos jeans rasgados, junto con un polo a rayas verticales, las zapatillas rojas que tengo escondidas, y de armarme una trenza, salí rumbo a la calle, por la puerta trasera del hotel.

-Alto ahí, te conozco – oh demonios, alguien de la escuela me vió

-¿Qué deseas? – pregunté dando la vuelta, encontrándome con Marinette

-Que gran cambio Chloe – me dijo gentilmente, la panadera siendo gentil, observemos atentos

-Pues sí, ¿Algo más que agregar? – le pregunté tratando de no perder los estribos, pues Marinette y yo no somos exactamente amigas

Tenía momentos en que ella era soportable.

-Iba camino a tu hotel, y pues quería que firmaras la petición, para ver si tu padre nos puede llevar a la playa a recoger los residuos y venderlos como coordinamos con Adrien en la escuela – mire a mi compañera y sonreía sinceramente

-Sí, encantada - continúe caminando - por cierto me acompañas donde Nathanaël – ella asintió y caminamos juntas

-Chloe, ¿Por qué nos llevamos mal? – su pregunta me hizo pensar

Nunca me había preguntado eso. Al menos no a profundidad.

-Pues porque muchas veces haces las cosas mejor que yo, aunque no la admita y tienes muchas cosas que yo quisiera – exclame mientras bajaba algunas gradas del camino

-No es así, no quiero contradecir, pero yo soy muy torpe, y no tengo lo que tú en gran parte tienes – sus ojos me miraron con melancolía – tú tienes familia, un gran hotel como hogar, tus padres te engríen, eres aclamada por los medios – suspiro – si tan solo tuviera tu vida

-Marinette – suspiré con pesadez pues mis pulmones me traicionaban con dejar caer algunas lágrimas con su comentario, camine hacia una banca cercana en donde tomamos asiento

No quería que algún medio me viese llorando y mucho menos hablando con ella.

-No es que quiera, ya sabes, compararme contigo, pero si te das cuenta tú tienes a tus padres juntos, no eres odiada por los chicos de la escuela, tratas bien a todos, tal vez los medios no te busquen pero no es lo último de este planeta, tienes una mejor amiga que te aconseja y no que la dominas, a tu madre le importas – mis ojos estaban húmedos, me sentía débil, yo no soy así, guardé un poco más mis lágrimas

-Si te parece genial mi vida, pues no lo es, mis padres fallecieron y quienes se hacen llamar Tom y Sabine, son mis tíos – Marinette lloraba

-Lo siento – no sabía si lo correcto era darle un abrazo – no sabía eso – pero lo hice, la abracé – cuentas conmigo aunque no parezca

Un abrazo así nunca lo había dado.

-Gracias, nunca me imaginé estar hablando sobre algo intimo contigo, lo siento si te trato mal – sonrió y la imite limpiándose los ojos - ¿Amigas? – me tendió la palma de su mano

-Amigas – la tomé y cerramos el pacto – vamos donde Nathanaël, seguro me matara por llegar tarde

-Bien, me pareció bueno descargar todas las emociones que teníamos – sonreímos, Marinette no era mala como la creía, tampoco tiene lo que quisiera, y eso es feo

Bueno, nadie nunca tiene todo en la vida. Y soy una prueba de ello.

-Sí, hace mucho que no hablaba con alguien sobre lo que sentía, pero tengo una amiga – la tenía, Sabrina se había apartado mucho de mí, y no contaba con ella últimamente

-Me imagino, es normal muchas veces sentirse sola – me dijo frente al edificio de Nathanaël

-Cuida de Adrien por favor – la miré algo seria – él es un gran chico, el mejor de este planeta, me imagino que lo amas con toda tu alma, es comprensible, para mi no solo es un mejor amigo, es como mi pequeño hermano, te suplico lo cuides muy bien.

Ella es la indicada para el, debía aceptarlo.

-Lo amo, me atrevo a decir que lo amo, es el mejor del planeta, gracias – me dolía escuchar eso de ella pero si alguien amaba a mi mejor amigo eso era lo mejor

-Me alegro por ambos – habíamos llegado al piso de nuestro compañero y bajamos juntas

Toque la puerta, para que al instante un Nathanaël con terno la abriera.

-Hola chicas, espera, ustedes hablando – se sorprendió y nos invitó a pasar

Todos se sorprenderían si nos vieran como hace un momento.

-Pues sí, algún problema tomate entrometido – en su rostro se formó una sonrisa y asintió

-Yo debo irme ya, así que, necesito sus firmas – nos tendió una hoja, la sostuve y me apoyé en la pared para firmarla, el pelirrojo hizo lo mismo – Gracias, nos vemos el lunes – mi compañero fue a cerrar la puerta, mientras yo tomaba asiento nuevamente

-¿A qué se debe que te pusieras terno? – le dije entre risas nerviosas, pues debía admitir que le quedaba muy bien el estar elegante

Se veía atractivo, más alto e interesante, no es que me guste, pero en este momento me sentia muy atraída por él, por su físico claro está.

-Te iba a invitar a cenar – me dijo, mi rostro y el suyo estaban muy coloridos

-Bien, mira – saqué el vestido y los tacones de mi maleta – también pensaba en invitarte, solo que no sabía cómo decírtelo, por que fuiste muy gentil en darme tu número telefónico – sonreí burlona

-Chloe, tú tampoco me diste tu número telefónico – me reí y me acerque al artista.

-Soy una mujer muy requerida y no suelo brindar mi número porque si, debes implorar la atención de un Bourgeois

Oh demonios sus ojos eran tan esmeraldas que podía comprar miles de joyas con ellos, tenía las pestañas rizadas, no lograba eso con cientos de mascarillas, sus labios eran pequeños y rosados pálidos.

No puedo creer que lo describa así, es decir, si tiene esas características, siempre las tuvo.

-Necesito cambiarme – lo mire directo a los ojos y señaló a una puerta

-Ahí - Señaló una puerta marrón - disculpa el desorden – caminé hacia esa puerta, le coloqué seguro y me comencé a cambiar

Me coloque el vestido dorado, y los tacones negros, junto a unos pendientes sencillos y no tan brillantes.

Caminé por el pasillo, como si se tratase de una pasarela. El lugar en donde me siento cómoda, siempre hay que demostrsr sutileza.

-Nathanaël, ya tengo hambre – le dije cruzando por su lado, mientras él acomodaba la mesa

-Te ves bien Chloe, muy bien – jaló la silla y me senté – hoy tenemos quiche para entrada, ratatouille y fondue de queso con un rico baguette – mire asombrada a mi compañero y le sonreí

-Pues suena delicioso, deslúmbrame – entró a su cocina, mientras me acomode la servilleta en mis piernas

Al instante me dejo el quiche sobre mi plato, nunca lo había degustado tan delicioso.

¿Qué diablos me ocurre nunca pensé eso de él?

-Esta delicioso, uh que delicia Nathanaël – me relamí los labios luego del primer bocado

-La primera vez que hago este platillo, y no resulto estar tan malo – su honestidad era cautivadora – Toma – me tendió una bolsa de papel color amarillo y negro, el cual contenía una abeja de peluche

Muy parecida a la que me dio Amber hace muchos años.

-Hey, gracias, yo te debo un regalo – me acerque a su asiento y tome su mano, lo mire a los ojos.

Por un instante todo el ambiente se volvió extraño, ambos comenzamos a acercanos y terminó en un beso, suave y lento.