Capítulo XXV
《 (...) y en cuanto estoy por ver su rostro completamente, alguien o algo me despierta; lo único que conozco de ella es su cabello castaño muy claro y sus manos blancas (...) 》
Vacío
Cuando las palabras de Abry describieron sus sueños, Elian todavía escuchaba atento, pero llegó un punto en el que su cerebro le gritó con alerta roja cambiar de dirección su atención; sus oídos se sintieron incómodos con un sonido sordo potente, lastimoso y chocante, en reacción a lo anterior, sus pupilas pasaron de Abry a la nada totalmente ensimismado.
ー¿Siempre sois tan distraído? ーcuestionó Abry risueña ya sentados ella y el pelirrojo en una banca de cemento del jardín del hospital.
ーLo lamento... me siento muy extraño aquí ーconfesó Elian recién librado del ruido sordo, cosa que le ayudó a captar que Cornel caminó por el segundo piso de uno de los edificios.
ーEs normal, un hospital da escalofríos, ¿o no? Hace que uno esté más consiente de si mismo ーdijo la joven aún sonriente.
ーEs verdad ーrespondió inexpresivo y dirigió su vista miel a la contrariaー me ha dado gusto conocerte, Abry, sobre todo porque veo estamos en el mismo camino.
ーYa, a mi también ーal decir aquello, amplió más su sonrisaー ¿Por qué nunca te había visto aquí? ¿Os enviaron a los departamentos nuevos por orden del manicomio?
ーNo, fue... por otra razón ーtal cual mencionó la castaña, estar dentro del hospital le hizo ser más consiente de si mismo.
Elian no había pasado por los procesos de recuperación del hospital pese a que igualmente es un experimento de criónica, a ese hecho le llegó un terrible pensamiento preocupante; si Aziz, un paciente que permaneció en medicación más de cinco años, no logró sobrevivir, ¿quién le garantiza a él que lo hará con apenas unos meses vivo y sin ayuda médica?
ーDebo irme, gracias por atender la visita ーdespués de despedirse, Elian se levantó de su lugar para retirarse intencionado a seguir los pasos de Cornel.
ー¡Esperad! ーdetuvo Abryー ¿...Vais a venir de nuevo algún día? ーpreguntó apenada y deseando una respuesta afirmativa.
El pelirrojo se detuvo en silencio y sin evitar la mirada lila de Abry, por algún motivo extraño, muy, muy extraño... el conversar con ella lo trasladaba a su lejano pasado en el que caminaba perdido por la vida en busca de quién sabe qué y por razones que tampoco contaba, esa época difícil que no desea volver a recapitular, pero que forzosamente debe mirar otra vez.
*****Flashback*****
ーEn breve traen los pedidos ーanunció Elian tomando asiento frente a la mesa y dando cara a Aziz.
ー¡Mirad esto! Parece de plata ーAziz mostró su cubierto a milímetros muy cerca del rostro de Elian y casi golpeándole con él.
ー¡Es...! de plata ーcon un manotazo en la pálida mano del menor, le alejó de su vista.
ー¡Ay! ーexclamó sobando su mano y desviando la mirada con indignaciónー os mandaría al demonio, pero, ¿qué culpa ha de tener el diablo?
ーSigo molesto contigo porque bien sabías dónde está Mongolia y me dejaste ir solo en barco. Tardé meses en llegar ーel mayor reclamó como esposa dejada.
ーSi os lo hubiera propuesto, me habríais echado al carajo ーluego de explicar, Aziz se quitó su saco magenta para colocarlo en el respaldo de la silla del pequeño restaurante y dobló las mangas de su camisa.
ーNo vas muy lejos ーafirmó Elian recargando su mejilla sobre una mano ya que apoyó su codo en la mesa.
ーY... cambiando de tema ーel peliazul carraspeó su garganta demostrando un poco de nervios antes de decir sus dudasー ¿Qué... qué vais a hacer después de encontrar a Heihos?
ーLo mejor sería quedarme con él ーrespondió el pelirrojo sin pensarlo.
ー¿Para siempre?
ーSupongo que si, al menos que valga la pena.
ーOh... Así será entonces ーdesanimado, Aziz bajó la mirada con discreción mientras reacomodó parte del cabello que le cubre el rostro a detrás de su oído.
Elian miró fijamente al pálido joven; sus facciones eran bastantes finas, la marca de su quijada recalcada y con linda forma, tenían ya más de un año de conocerse, pero nunca le había prestado la debida atención... De haberlo hecho sabría que lo más atrayente para él era el reluciente esmeralda en los ojos de Aziz... si tan solo pudiera mirar ambos cristales.
Si tan sólo pudiera verle otra vez ...
****Fin del flashback****
ーIntentaré venir, pero no prometo mucho.
Elian caminó por el edificio donde cruzó Cornel. Subir los escalones y notar cada habitación, sala, oficina o consultorio, le cargaba sobre su espalda un peso espiritual imposible de explicar, solamente sabía que su cuerpo ya no quería responderle bien. Con el pasar de los segundos y con forme seguía buscando, cada vez aumentaba una nueva molestia, ahora una sombra alta, espeluznante y sigilosa le perseguía entre las penumbras del edificio; si caminaba, la sombra andaba despacio, si apresuraba su paso, el viento que emitía el ente indicaba pisarle los talones. El joven supo la identidad del espía hasta que se detuvo en seco y dio media vuelta, de esa manera distinguió en el reflejo de una ventana quién estaba de pie detrás suyo.
El pelirrojo no lo podía creer, su corazón volvió a latir con la misma fuerza que en su alucinación de la mansión; la entidad que le ayudó a encontrar a Aziz, aquella que siempre aparecía oportunamente cuando la complejidad de la vida atacaba... todo el tiempo fue su padre, la tercer figura en su recuerdo de la Antártida también era él. Nunca estuvieron lejos aunque para el chaval así lo parecía. El mozo quería hablar, quería decir algo de lo que se venía guardando tantos años, pero soltaba frases sin sentido, sonidos y balbuceos torpes, su voz había quedado ahogada por completo, no consiguió más que dejar de contener las lágrimas necias de sus ojos y acercarse a la ventana para posar sus manos en ella, justo donde se reflejaba su progenitor; esperaba con eso tener más valor, inhaló hondo y cuando estuvo por conseguir su objetivo de comunicarse... sus piernas se desplomaron lentamente dejándolo postrado en el suelo a sabiendas de que, si escondía su rostro con una de sus manos, lograría desechar todo su llanto.
ーAyudame... ーsuplicó sollozante entre su derrumbeー ayúdame... por favor... ーdijo inundado de amargos llantosー he cumplido cada castigo y condena ¡Entendí lo que hice mal...! ¿No es suficiente ya? Ahora estoy más perdido que antes... no puedo encontrar mi camino.
La sensación de que alguien estaba presente seguía ahí, como si Njorth en verdad estuviese escuchando a su hijo.
ー¡En verdad...! Ni siquiera me interesa seguir buscando tu aprobación ¡A la mierda todo! Al carajo con Heihos, con Bisohia... Al diablo con la estúpida necesidad de ver por una ciudad que al final del día ya ni siquiera debe existir... ーreprochó sin control.
Con tantos embrollos en la cabeza, Elian entendió que cada acto suyo había sido producto de buscar cierto reconocimiento de Njorth, de alguna manera intentó demostrarle que podía enorgullecerlo y que era tan capaz como él lo fue, pero en su búsqueda, lo único que descubrió fue la diferencia entre ambos y porqué iba por sendero equivocado.
Ya iluminado, el pelirrojo incorporó su cuerpo mientras limpiaba su rostro, en eso escuchó los pasos de alguien no muy lejos y volteó la vista al epicentro del sonido apresurado a borrar todo rastro de su colapso.
ー¡Elian! ¿Tan rápido ha terminado la hora de visita? ーpreguntó Cornel observando su reloj de muñeca.
ーNo lo sé, sólo quise buscarte porque creo por fin tener la teoría que necesitabas sobre Aziz... ーsaliendo del trance anterior, se explicó ante el médico.
ー¿En serio? ーpreguntó el mayor con sorpresaー si es así, entonces podemos ir a mi oficina.
Ambos caminaron por el hospital para dirigirse a la oficina de Cornel; pisaron por los jardines y por los pasillos principales donde todo usuario interno y externo cruza forzosamente una vez en cada visita. Caminaban por un mar de sentimientos melancólicos.
ー¿Aziz...siempre vio a ese demonio de la grabación? ーinterrogó Elian.
ーSegún sus expedientes, si. Desde que lograron reanimarlo de la congelación.
ー¿Y en total son 11 cuerpos...? ーvolvió a entrevistar el menor.
ー...Si, no todos han sido revividos ーrespondió de nuevo Cornel, pero con una severa sensación de anomalía en las preguntas.
ーAlise Corvick, Aziz Pekermarth, Abry Dikerph, un joven desconocido de cabellos negros, un joven desconocido pelirrojo... ーargumentó Elian.
ーChristin Lumerio Hixwels... Oliver Leib, Shaira Dikerph... Otro hombre desconocido, pelirrojo igual que tú (...) ーCornel es interrumpido por el menor.
ー¿De cuántos años...?
ーAproximadamente 40 o 50 años, pero estos cuatro fueron experimentos fallidos, en el caso del hombre ni siquiera logró reanimarse.
ー¿Y los otros dos cuerpos? ーya enterado de que ese hombre desconocido bien podía ser su padre, no le quedó más que descubrir la verdad de todo, hasta el final.
ーAún permanecen en criopreservación, dentro de la pieza donde encontraste a Aziz aquí.
En cuanto la oficina del médico estuvo cerca, las palpitaciones del corazón de Elian se hicieron cada vez más fuertes, intensas y ruidosas, el oxígeno en sus pulmones también comenzó a faltarle... y cuando la puerta quedó abierta a pasar, su condición empeoró.
Mientras que la intensidad subió dentro del hospital, en la propiedad de los Corvick disminuyó bajo cero.
Alise ya había recibido la noticia que Luna le propició... ¿Qué acción podía tomar? ¿Qué palabras podía decirse ella misma? ¿Funcionaría...echarse un clavado por la pregunta más absurda de la humanidad? "Si hubiera actuado mejor... ¿las cosas serían diferentes ahora?".
La mujer no caía a cuentas todavía, su cabeza decía una cosa, pero su ego decía otra totalmente diferente. Dentro de su habitación, a oscuras y observando el jardín trasero desde su ventana, daba vueltas y vueltas necias a la culpabilidad y tristeza que cargaba con la pérdida de su hijo. En sus manos cargaba la carta que Shio había pedido que leyera la vez que discutieron en la mesa, aquella noche se negó, sin embargo, ya que las consecuencias llegaron, estaba decidida a leer. Temblorosa y con miedo, rompió el sobre, de inmediato su respiración se inestabilizó, pero la razón no fue abrir la carta, sino encontrar cabello negro y blanco adentro del empaque.
Aún no comenzaba a leer la carta y Alise ya sentía que nada bueno vendría en su contenido.
"Por medio de esta carta acepto los términos impuestos ante el pacto que he formulado con el demonio Iraeh para obtener salvación del infierno.
Acepto entregar el alma de mi primer primogénito con Lucía Lumerio y el último con mi primer esposamiento, a su vez estoy consciente de que, si rompo las condiciones, las consecuencias del pacto triplicarán los términos así puedan salir afectadas las generaciones futuras de las familias involucradas (...)"
La carta seguía a más páginas, pero Alise no se sintió preparada para culminar su lectura. En lugar de ello, Luna tocó la puerta de su habitación pidiendo entrar.
ーMamá... Handree quiere veros, viene con un niño que dice es hijo del tío Dalziel.
Alise no dudó ni una vez, era momento de actuar en nombre de tantas equivocaciones.
ーEs imposible que podamos dar un fin a todo esto sin saber exactamente dónde está el origen y estoy convencido de que esa carta lo dice, si nos basamos en lo que ya habéis leído, supongo lo demás será también importante ーexplicó Handree a la rubia, ambos frente al portón de la casa.
ー¿Y vos sabéis a qué se refieren esa clase de pactos? ーcuestionó la mujer.
Luna se dio cuenta de que los mayores tenían una charla tensa en el jardín, así fue como decidió salir de la casa y acercarse a ellos para hablar también.
ー(...) tienen esa capacidad de hurtar a su conveniencia los cuerpos de quien sea, algo así como poseerlos; hay cuerpos más difíciles de tomar que otros, pero aún así pueden hacerlo, fue lo que ocurrió a vuestro hijo. En este caso...yo puedo decir que por mucho tiempo investigué a mi padre para saber cómo podía ayudarlo a liberarse de su condena sin necesidad de empeorar la situación.
A mitad de la explicación de Handree, Luna llegó y se posó enmedio de ellos, para esto su madre ya reflejaba haber vaciado sus ojos de toda lagrima existente en ellos, algo que antes no pudo hacer.
ーMadre... quisiera...decir algo ーinterrumpió Luna.
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Handree y Alise conversaban sobre lo que ambos habían armado como una sola idea y una sola conclusión mientras que Elian caminaba a su nuevo objetivo, entre los tres reunían cada carta del juego...separados, pero unidos por una soga invisible.
《Estoy completamente seguro de que Aziz no estaba loco, ese demonio que has visto en las grabaciones lo he visto también y pueden obligarte a hacer muchas cosas si eres de mente débil (...) 》
Después de que Elian vació ante Cornel todo lo que sabe y todo lo que descubrió sobre Zomadr, sintió que un gran peso se le quitó de encima. Ahora andaba por las calles caminando aparentemente sin un rumbo fijo, no obstante, realmente sabía qué estaba por hacer; se dispuso a volver a la mansión Lumerio para conseguir el cascabel que se quedó ahí al ir con los Corvick.
ーAziz, creo que ya sé lo que ha estado pasando... Te debo una disculpa tan grande que en una vida de más de un siglo no alcancé a pagarte ーdijo para sí mismo pareciendo un loco por hablarle a la nada, algo ya normal en él.
No con forme con el bajón de presión que tuvo en el hospital, un dolor incalculable en el pecho le golpeó expandiéndose por todo el cuerpo, incluso la espalda, solamente alcanzó a detenerse en seco y sostener el origen del malestar tratando de dezifrar qué estaba pasando... ¿Será algún problema crónico? ¿O más bien... su tiempo también estará terminando?
ー"¡No! Aún no..." ーdijo en sus pensamientos angustiado, pero obligándose a seguir caminando.
Pasaron los minutos. A más de una hora de camino, Elian ya estaba cerca de llegar al terreno de la mansión, su andar fue tan exacto que no lo creía normal. Llegó al pequeño pueblo desierto no anunciado por sus viejas casas, sino que, al rebasar el arco de bienvenida, muchas figuras humanoides oscuras y translúcidas deambulaban por las calles, gemían de tristeza y se desplazaban perdidas en su peregrinar como si no supieran dónde están. El pelirrojo olvidó por un momento que debía darse prisa, se preocupó más en alejar a los fantasmas hambrientos que se le acercaban como podían, implorando darles su cuerpo y gritando que querían regresar a la vida.
Elian corrió como pudo batallando contra un desgaste considerable de su condición con el afán de llegar al terreno llano de los Lumerio, su garganta se secó y le hizo toser como para sacar el corazón por ella, pero en cuanto pudo cruzar el alambrado de separación, se relajó apoyado del tronco de un árbol.
ー¡Mierda...! ーse quejó entre hiperventilaciones, escupidas de sangre y tocidos bruscos para recuperar su aliento, cada vez más le costaba moverseー no importa... no me importa, voy a encontrarte ーdijo emprendiendo otra vez su camino para llegar al portón de la mansión.
El joven comenzaba a alucinar, veía con claridad que las hierbas del lugar crecían y se arrastraban como serpientes para enredarse en sus piernas, los árboles le sonreían ciniestramente oscureciendo el entorno junto a espectros de olor fétido y putrefacto, sentía que por mucho que trataba de correr, el portón seguía muy lejos suyo; se enteró de haber llegado a la mansión hasta que, cegado por una ligera oscuridad en sus pupilas, tocó la madera de la entrada.
En cuanto Elian abrió la puerta y miró la recepción, no perdió más tiempo, pese a estar pereciendo, rápidamente supo dónde buscar.
ーNo me iré de nuevo sin ti... ーya con su voz tan débil como un susurro, buscó la habitación en donde anteriormente encontró a Aziz aquella vez de su discusiónー ¡Dame una señal! Dime dónde estás... ーsuplicó buscando torpemente en las penumbras de la mansión sintiendo vivamente estar en el vacío total del abismo.
Y en la desesperación de estar contra reloj, Elian se detuvo de tajo por haber escuchado los mismos intentos de toser para sacar el agua inexistente que ahogó a Aziz indicándole donde estaba. La experiencia era idéntica, el llamado de auxilio una copia exacta y la respuesta a ayudar también, lo único diferente fue el final; el mozo de ojos miel no consiguió llegar a la habitación destino de pie, por suerte la puerta estaba abierta, de no ser así, hubiese sido imposible para él arrastrarse por el suelo y coger en sus manos el cascabel oxidado que yacía en un rincón de la pieza.
ー...Lo logré... pude encontrarte por tercera vez... ーcon una ligera sonrisa, llevó entre sus brazos el pequeño cascabel para abrazarloー ...te lo dije esa vez...no voy a abandonarte nunca... Así me devore el vacío de la muerte, estaré contigo...
¿Por qué tuvo que pasar tanto tiempo para saber cuál había sido siempre su motivación? Más allá de querer retar a su padre, había algo mayor, un sigiloso objetivo tan importante e inimaginable que permaneció ignorado toda su corta vida a pesar de quedar muy en claro en la ocasión que citó él mismo.
ーNo lamento haber tenido que estar siempre a tu lado para ser feliz...
Las flores que crecen con un tallo roto pueden seguir vivas por un cierto tiempo, sin embargo, en algún punto siempre acaban por marchitarse y perecer, a Elian ya le tocaba caer; junto al aliento de sus últimas palabras, el cascabel desprendió un ligero destello antes de convertirse en un pedazo de fragmento sin forma exacta y brillante, éste no paró de iluminar hasta que mandó imágenes, sonidos y recuerdos al cerebro muerto de Elian. Las memorias de alguien buscaban no dejarlo morir sin mostrale lo que tanto necesitó contar desde hacía ya muchos años atrás.
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"Supongo que para este punto, ningún integrante de la familia Lumerio estará vivo, tampoco algún descendiente de los reinos involucrados en la guerra que inicié; La luna, El sol, Bissohia, Mesopotamis... Estoy consciente de que me equivoqué mucho en mis decisiones y de que fui un ser muy egoísta y cobarde... si el mal no me consume por completo para cuando alguien lea esta carta, por favor... esperando dar un fin a esta maldición para evitar hacer más daños, suplico mientras todavía conservo humanidad que rompan el contrato kármico que pacté con el demonio Iraeh a cambio de liberarme del infierno.
Iraeh es un demonio ciervo de la muerte con bastante poder, sus cadenas son irrompibles a menos que él mismo quede envuelto en sus propios pactos, el cuerpo de mi hijo entregado fue víctima porque solamente era posible todo esto si ese chivo expiatorio compartía mi sangre, a Umerio le asigné ser el pago. El objeto de invocación y trato se conserva sepultado bajo la mansión Lumerio, a la altura del ático y ayuso del cuarto de visitas, justo a un lado de la mesa de centro; encontrar estos artefactos no sólo aumenta la posibilidad de ahuyentar a Iraeh, sino que, Christen, mi hijo, permanece atado al plano vivo por ellos, por lo tanto, si el demonio se va, mi hijo y yo también nos vamos, pues estamos conectados uno con el otro por algo más fuerte que un lazo familiar".
[Dos meses después]
Cornel se miraba en su oficina ordenando sus pertenencias en una caja de cartón, a mitad de su labor escuchó que alguien llamó a la puerta y preguntó quién le buscaba.
ーSoy Handree, espero no interrumpir algo importante.
ーDe ninguna manera, adelante ーaceptó el médico dejando a un lado lo que hacía y esperó que el pelinegro entrara.
ーOs lo agradezco mucho ーHandree entró a la oficina y caminó hacia Cornel para estrechar manos.
ー¿Qué te trae por aquí? ¿Hay noticias sobre el paradero de Elian? ーpreguntó con gran interés.
ーNo, aún no ーrespondió decepcionado entre un suspiro.
ーCuánto lamento todo esto, ojalá pudiera ayudar ーempatizó Cornel con sinceridad.
ーSé que las cosas suceden por algo, pero... más que enteraros de ello, vengo a daros las gracias por la gran ayuda que habéis brindado tanto a Elian como a Aziz. Lo estuve pensando a fondo y el que ellos hayan estado relativamente bien al final es gracias a vos. Leí lo que disteis a Aziz...ese tal Liar hizo atrocidades más que cualquier otra cosa ーexternó Handree con firmeza.
Cornel se quedó callado unos segundos no sabiendo qué responder, lo dicho por Handree jamás se lo había esperado.
ーConocí bien a ambos y hablo por ellos porque estoy completamente seguro de que también estarían muy agradecidos ーretomó el pelinegro.
ーMe... alegra bastante escuchar esto ーconfesó el doctor anonadado.
ーVeo que estáis empacando ーaludió con señal de notar la caja de cartón.
ーBueno, es que renuncié al hospital esta mañana ーexplicó sin más.
ー¿En verdad? ーpreguntó Handree un poco sorprendidoー ¿Por qué razón? Sois un excelente médico.
ーTodo esto que sucedió me dejó mucho en qué pensar, creo que cometí un grave error con involucrarme en este experimento y lo mínimo que puedo hacer es dejarlo ーdijo Cornel totalmente serio y decidido mientras encendió un cigarrilloー todo comenzó con una obsesión enfermiza de desafiar a Hab por llevarse a mi hijo a mitad de la guerra, quiero terminarlo por la paz.
ーYa veo... ーliberó Handree pensativo y luego mostró una ligera sonrisa de entendimientoー todo acabó para ambos.
ーAsí es, todo acabó ーresolvió expulsando el humo del cigarro y después agregóー además, acá entre nosotros tengo que decir que están planeando reanimar los dos cadáveres restantes y definitivamente no pienso seguir adentro.
ーSería un largo camino repetitivo ーcomplementó Handree.
Al cabo de una cómoda charla con Cornel, Handree salió del hospital y se dirigió a su auto, ahí donde Lucas le esperaba mientras la radio tocaba la parte final de un clásico de Kansas "Dust in the wind" para después deleitar con The marmalade y su éxito Reflections of my life.
Handree subió al vehículo, colocó las llaves en su lugar para encenderlo y ponerlo en marcha, pero se sentía fuera de si, desanimado también, fue hasta que Lucas le tocó el brazo cuando salió de sus pensamientos.
ー...Todo sucede por una razón... ーrecitó el pelinegro para su propio bienestar.
Señores y señoras, oficialmente, este es el capítulo final de Chivo Expiatorio: analepsis. Esperando enormemente que esta historia haya tocado un pequeño lugar en su interior, no me queda más que agradecerles su compañía y aceptación 🖤 Gracias por todo.
Subiré un epílogo y un breve extra para cerrar con broche de oro esta historia abriéndole las puertas próximamente a su precuela :') por favor, ansío ya saber cuál es su opinión general de está novela.
Los quiere, __Elian
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